Por el Lic. Héctor Giuliano (26.9.10).
En la fecha Página 12 edita un artículo de Alfredo Zaiat donde – en línea con una posición de defensa a la gestión del Gobierno Kirchner en materia de Deuda Pública - se plantean argumentos incompletos y engañosos acerca del estado actual del endeudamiento argentino. El objeto de este breve trabajo es formular algunas observaciones y comentarios de importancia que fundamentan esta aseveración personal.
Desde el Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005 la política de la actual Administración ha sido diferir Deuda Pública, capitalizar Intereses, emitir Deuda ajustada por Inflación, reconocer adicionales por Cupones ligados al PBI, negociar un arreglo de la Deuda Externa del Proceso Militar con el Club de París, pagar Deuda a Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID) y también a Acreedores Privados con Reservas del BCRA (que fueron compradas con Deuda de Letras y Notas). Y todo ello con la finalidad expresa y declarada de volver al Mercado Internacional de Capitales para tomar nuevas Deudas.
LOS NÚMEROS DE LA DEUDA.
Según cifras oficiales del Ministerio de Economía, la Deuda Pública al 30.6.10 es de 156.700 Millones de Dólares (MD), a los que hay que agregarle 16.500 MD más por la Deuda no presentada al Canje del 2005: en total, 173.200 MD. Más del 60 % de esta deuda está contraída en Moneda Extranjera.
Nuestro país no tiene demostrada la capacidad de repago para responder a este stock de Deuda y, tal como se viene haciendo desde hace 30 años y a través de sucesivos gobiernos – desde el Proceso hasta la fecha – su porvenir es sólo acotar el importe de pago de los Servicios de Intereses y refinanciar o reestructurar permanentemente sus vencimientos de Capital.
Cabe aclarar que este monto de 173 mil MD es la Deuda en cabeza del Estado Central. No están incluidas aquí: a) la Deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA), a través de LEBAC y NOBAC, que suman el equivalente de 21.000 MD, b) la Deuda Consolidada de las Provincias (que, lo mismo que la Nación, no incluye el cómputo de la Deuda Flotante) y que totaliza unos 27.000 MD (105.000 Millones de Pesos-M$), si bien las 2/3 partes están contraídas con el Estado Central, c) las Deudas de los Municipios, sobre las que no hay datos, d) las Deudas de Organismos Nacionales, Empresas del Estado y Fondos Fiduciarios, sobre las que tampoco hay datos, ni e) la Deuda Contingente por Juicios contra el Estado, que normalmente no se considera a los efectos del cálculo de Pasivos Públicos.
Además, debe tenerse presente que existe Deuda no Registrada por el Gobierno, que está dada fundamentalmente por el monto de los Intereses a Capitalizar, los ajustes de la Deuda en Pesos indexada por CER, el pago de los Cupones ligados al Producto Bruto (ULPBI) y el valor de mercado de dichos cupones, para el caso de rescate.
La Deuda estaría aumentando así, por estos conceptos, entre 6.000 y 8.000 MD por año inercialmente, es decir, aunque la Argentina no contrajera nuevas deudas. Si el año pasado (2009) no se incrementó en esta proporción no fue porque se cancelaran más obligaciones con recursos ordinarios sino porque se usaron Reservas Internacionales para pagar Deudas y porque excepcionalmente se produjo una diferencia de cambio favorable con respecto al Dólar, lo que llevó a una contención contable de las cifras del endeudamiento, que de todas maneras creció en 1.000 MD.
Todo esto significa que la Deuda Pública Nacional sobrepasa los 200.000 MD y que las cifras finales no están claras ni completas a través de las informaciones oficiales.
Según datos tomados del Proyecto de Ley (PL) 2011, el PBI Argentino sería hoy de unos 330.000 MD, por lo que una Deuda del Gobierno Central del orden de los 173.000 MD equivaldría al 52 % del Producto.
Este Índice Deuda/PBI – comúnmente usado como ratio de medición de la Deuda Pública – no tendría, por otra parte, una significación muy concreta en términos de capacidad directa de repago del país porque toma en cuenta dos cifras de naturaleza diferente: un total de Deuda Financiera contra el valor de la Producción Nacional de un año.
Pero dejando de lado cuestiones de metodología – que son opinables - y volviendo al contenido del artículo de referencia, nos encontramos con un razonamiento no completo en lo tocante las cifras del Proyecto de Presupuesto 2011 y en lo inherente al cambio en la estructura del endeudamiento que se está produciendo en la Argentina.
DEUDA Y PRESUPUESTO 2011.
El pago anual de Intereses de la Deuda en 2011 sería de unos 9.000 MD (36.400 M$), contra 7.200 en 2010 (28.400 M$): un aumento del 28.5 % (que se supone en gran medida influido por la normalización de deudas en default y retoma de los pagos de cupones ligados al PBI).
El Proyecto de Presupuesto 2011 prevé Amortizaciones de Deuda Pública por el equivalente a 27.400 MD y la toma de Nueva Deuda por 36.800, esto es, que el aumento de la Deuda está previsto en 9.400 MD.
Además, la iniciativa oficial prevé el pago de 7.500 MD con Reservas del BCRA (Artículo 65), contempla el pago de 2.200 MD por cupones del PBI a fin del año y autoriza endeudamiento adicional del Ministerio de Planificación por 7.600 MD para “Inversiones Prioritarias” (Artículo 50).
Por ende, el stock de Deuda previsto para el año que viene se incrementa sustancialmente en relación al año actual, aún con el uso de los activos financieros del BCRA para los pagos parciales de Capital, porque lo concreto es que la Deuda va a seguir aumentando.
LA DEUDA INTRA-ESTADO.
El Gobierno Kirchner, como es de público y notorio conocimiento, está utilizando Activos Financieros del Estado para pagar Deuda Pública. Se trata, en su mayoría, de préstamos forzosos obtenidos de la ANSES y del BCRA; de modo que la Deuda Intra-Sector Público ha venido creciendo en forma extraordinaria. Según el Ministerio de Economía sería el 54 % de la Deuda Total.
Pero la proporción de Deuda de los Entes Oficiales que más prestan al Tesoro es muy alta: el 62 % del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Previsional (ANSES) está colocado en Títulos Públicos (unos 23.000 MD) y las magnitudes de Préstamos por parte del BCRA – Adelantos Transitorios al Tesoro por más de 10.000 MD y Cartera de Bonos en poder del Banco por otros 20.000 MD (sin contar la transferencia de Utilidades) – es igualmente récord.
Ahora bien, qué significa esta Deuda Intra-Estado?
La Administración Kirchner está multiplicando sus operaciones de refinanciación continua de vencimientos a través de novaciones de Deuda y de Administración de Pasivos, que consisten – estos últimos – en el pago a unos Acreedores (Acreedores Privados) con nuevos préstamos colocados en otros acreedores (Entes Públicos).
Dicho con otras palabras: el Gobierno está pagando grandes sumas de dinero para cumplir rigurosamente con los Acreedores Privados a costa de endeudarse con el propio Estado, una suerte de “empapelamiento” Intra-Estado apelando a sus Activos Financieros.
Porque así como en la Década del ´90 la Administración Menem – siguiendo la fórmula de Pago de Deuda con Activos dictada por los Acreedores - pagó parte de la Deuda Externa con Empresas del Estado, que eran Activos Físicos, hoy la Administración Kirchner está apelando a la misma fórmula de Pago, con la diferencia que usa Reservas Internacionales del BCRA, que son Activos Financieros. Pero el efecto de descapitalización o debilitamiento de los Activos es el mismo y el costo alternativo sobre las Finanzas del Estado por el uso de estos fondos también.
Con el agravante que las Reservas del BCRA que se usan para pagar Deuda con los Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID y CAF, e incluso Club de Paris) y con Acreedores Privados han sido compradas con Deuda del Banco Central (por la vía indirecta de LEBAC y NOBAC).
Cuando la Presidenta y el Ministro de Economía dicen que es negocio seguir pagando deudas con Reservas – que hoy sólo estarían rindiendo el 0.5 % - en lugar de refinanciarlas con nuevas deudas tomadas a más de un dígito de Interés (y hasta una supuesta oferta al 8.75 %) omiten decir que las reservas del BCRA con que se paga a los Acreedores están tomadas con deudas contraídas por el Banco a una tasa promedio del 14 % anual en pesos que hoy, con el “dólar quieto”, equivale a un 14 % en dólares.
Entonces, nos encontramos con la realidad que el Gobierno Kirchner está abonando a los Acreedores Privados con la contracción continua de más Deuda Pública Intra-Estado, lo que acentúa el proceso de empapelamiento propio sin capacidad de repago y la descapitalización o riesgo de baja calidad de los activos del Banco Central, de la ANSES, del Banco Nación y de todos los Entes de la Administración Nacional que le siguen prestando al Tesoro.
UNA SITUACIÓN TRANSITORIA.
Pero en todo este proceso de pseudo-desendeudamiento en curso hay elementos tanto o más graves todavía ya que esta operatoria sistemática de pagos en curso – que es presentada como favorable, manejable y rentable – tiene por finalidad, expresa y declarada, “acceder al Mercado Internacional de Capitales” lo que, en buen romance, significa volver a endeudarnos.
Porque el objetivo de la actual política de cancelaciones a ultranza con nuevas deudas (hoy por hoy principalmente Deudas Intra-Estado) y con Activos Financieros del Estado (Reservas del BCRA) deviene así tan sólo un “Préstamo-Puente” que el Gobierno se da a sí mismo para aguantar un período de transición con la finalidad de volver a tomar más deudas que lo seguirán manteniendo en el Sistema de Deuda Perpetua que rige en nuestro país desde hace 30 años.
O sea, que esto no se hace para salir de la Trampa de la Deuda sino, por el contrario, para permanecer dentro de ella.
La Administración Kirchner está pagando a los Acreedores Privados y a los Organismos Financieros Internacionales para liquidar Deuda Vieja y quedar en libertad de acción para seguir contrayendo Deuda Nueva; no para bajar el stock de Deuda (que considera bueno pese a que las autoridades no pueden demostrar la capacidad de repago del país) sino para pedir prestado más fondos, con el argumento que ese dinero se conseguirá así a una Tasa de Usura un poco más baja que la actual (ayudado por la circunstancia de una caída generalizada de tasas a nivel mundial antes que por el supuesto “mérito” de la Argentina).
Y con el peligro que más de la mitad de la Deuda está hoy nuevamente contraída a Tasas de Interés variable.
Por eso, la idea de “transformación” de la estructura de Acreedores de la Deuda Pública con una menor proporción de Acreedores Privados es engañosa, porque sólo refleja una situación transitoria, ya que es producto del privilegio de pago a ciertos acreedores (que la Opinión Pública desconoce dado que las Operaciones de Crédito Público son secretas) y porque – conforme se sospecha y se está incluso denunciando – las autoridades pudieran estar favoreciendo a ciertos tenedores de bonos rescatando títulos a mayor precio que el de cotización en el Mercado.
De allí la importancia que el Congreso audite las Operaciones de Crédito Público, no sólo para saber si el Gobierno cumplió con el requisito fijado de un Canje 2 en condiciones no mejores que las del Megacanje 2005, sino además para poder conocer a qué Acreedores y en qué condiciones se les está comprando o pagando a costa de seguir endeudando al Estado consigo mismo.
EL ALLANAMIENTO A LOS ACREEDORES.
Todo este proceso en curso, finalmente, no puede entenderse si no se percibe un replanteo de fondo del Gobierno en aras de reemplazar la estructura de Deuda hoy existente por una nueva estructura tendiente a efectivizar una suerte de “borrón y cuenta nueva” en las Deudas del Estado.
Este mecanismo está llevando a una nueva etapa de sustitución o reemplazo de Deudas Viejas por Deudas Nuevas que, aparte de continuar el circuito permanente de re-endeudamiento, favorecen el anonimato del negociado continuo del Sistema de la Deuda.
Con el agravante que la Presidenta, en su Discurso del 4.3.10, no sólo sostiene la legitimidad incuestionable de toda la Deuda Pública – en línea con los intereses de los Acreedores – sino que con ello está soslayando además el valor de todas las investigaciones en curso sobre las gravísimas irregularidades de la Deuda contenidas en las Causas Olmos I – que está todavía pendiente de tratamiento por parte del Congreso – Olmos II s/endeudamiento bajo los gobiernos democráticos sucesores del Proceso Militar, Megacanje De la Rúa-Cavallo de 2001 (que se encuentra en Segunda Instancia) y Denuncia Olmos Gaona-Marcos, que pide investigar la responsabilidad de todos y cada uno de los gobiernos que contrajeron y siguen contrayendo Deuda Pública, incluyendo el actual.
Los razonamientos convalidantes del discurso oficial y de la gestión de re-endeudamiento de la presente Administración Kirchner ocultan esta suerte de “Lavado de Deuda” que hoy se está produciendo en la Argentina y esconderían así el nudo de la Cuestión del Sistema de Deuda Perpetua bajo la tradicional complicidad de los Gobiernos de Turno con los Acreedores del Estado.-