Por Emilio Nazar Kasbo
Las declaraciones del Papa a un periodista o expuestas en un libro no son dogma para los católicos. Por otra parte, diversas traducciones o expresiones pueden dar lugar a interpretaciones que no se encuentran conforme al Dogma y al Magisterio. Como en la novela de George Orwell, quienes manejan la prensa pretenden el manejo de la verdad…
MEDIOS DE INCOMUNICACIÓN
Medios de comunicación de todo el mundo publican en estos momentos comentarios y noticias sobre la posición moral de Benedicto XVI ante el preservativo a partir del adelanto de algunos pasajes de su libro entrevista "Luz del mundo".
Todas las noticias coinciden en afirmar que el Papa aprueba el preservativo en determinadas situaciones. El libro, realizado junto al periodista alemán Peter Seewald, será publicado el próximo 23 de noviembre de 2010.
En 2009, el Papa ya había expresado que sólo una “humanización de la sexualidad” y una “renovación espiritual” puede resolver la pandemia del sida.
CONDENA DEL USO DEL PRESERVATIVO
Durante la visita del Papa a Africa el 17 de marzo de 2009, Benedicto XVI afirmó que “los preservativos sólo aumentan el problema del sida”. Fue en su primer viaje como pontífice a África, el continente más afectado por la epidemia de sida, donde Benedicto XVI ha afirmado que la distribución de condones para prevenir nuevos casos "no es la solución al problema, sino que más bien agrava la situación".
Para el Papa, la forma de controlar la epidemia pasa por "humanizar la sexualidad con nuevos modos de comportamientos". Las propuestas que vienen de diversas partes de la sociedad en la lucha contra el sida no son ni "realistas" ni "eficaces" y la política de la Iglesia Católica es la más eficaz en ese aspecto, dijo el Pontífice a bordo del avión papal que lo llevaría a Yaundé, la capital de Camerún, en la primera etapa de su visita a un continente donde el VIH ha causado 25 millones de muertes.
Las claves de la Iglesia para hacer frente al sida son "la fidelidad dentro del matrimonio heterosexual, la castidad y la abstinencia".
¿QUÉ DIJO EL PAPA?
A continuación, transcribimos de Zenit una traducción de trabajo sobre el pasaje sobe "La sexualidad" adelantado por "L'Osservatore Romano":
“Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa precisamente el motivo por el que muchas personas ya no ven en la sexualidad la expresión de su amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran por su cuenta. Por este motivo, también la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad.
“Puede haber casos justificados singulares, por ejemplo, cuando una prostituta utiliza un preservativo, y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad”.
¿QUÉ SIGNIFICA LO QUE DIJO EL PAPA?
Los medios de comunicación están difundiendo que el Papa ha aprobado el uso de preservativos en determinados casos, los cuales no son mencionados. Tal afirmación resulta en sí misma falsa.
Así como en los delitos existen agravantes, atenuantes y eximentes, también sucede algo similar con el pecado. Nos concentraremos para el análisis en la frase que es sacada de contexto por los medios de comunicación, para conocer su real alcance.
El Papa se ha referido como ejemplo a “una prostituta que utiliza un preservativo”, no dice que las prostitutas deben utilizarlo, sino que se trata de un mero ejemplo. En su consideración, el Papa dice que este “puede ser el primer paso hacia una moralización”. ¿Cómo es posible ello? El uso del preservativo implica entre otras consideraciones: 1) la interrupción de un acto sexual, 2) tal interrupción se realiza por diversos motivos, como puede ser el hecho de que no se desean hijos de la persona con quien se mantienen relaciones sexuales, o que no se contagie alguna enfermedad; 3) las consideraciones que llevan a interrumpir un acto natural, implican una valoración negativa de las consecuencias del acto sexual, lo condiciona y acaba con hacer explícita la falta de amor entre quienes tienen esa relación; 4) la cantidad de fallas en la fabricación y uso de preservativos lo convierten en un instrumento de riesgo, ya que existe un 30% de fallas ya sea de fabricación o en el uso del mismo. Todo esto lleva además a esclarecer que no existe el “sexo seguro”, como difunden muchos medios de comunicación.
La banalización de la sexualidad implica una actitud en que no se da importancia a un hecho trascendente en la vida de la persona y sus consecuencias: el nacimiento de un nuevo ser humano que también tiene derechos desde la concepción en el seno materno. El hecho de interrumpir un acto instintivo humano implica una desvalorización del mismo, y es esto lo que debe llevar a la reflexión. Quien lo usa, debe recapacitar sobre la inmoralidad intrínseca del acto que está llevando a cabo.
Lo que el Papa dice es que una prostituta que esté usando el preservativo debe dar un paso “para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere”. ¿Acaso el Papa ha justificado con estas palabras la prostitución, y ha dicho que no es pecado? De ninguna manera. Está afirmando que se trata de un acto malo (sexualidad fuera del matrimonio católico), y en el acto malo (la prostitución que es pecado) menciona otro acto malo (el uso del preservativo).
El Papa aclara que “este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad”. Y esto lo dice porque lo sobrenatural abarca e implica lo natural: no se puede bautizar a una persona que no ha sido concebida, por ejemplo, como caso de lo que estamos afirmando.
CASOS JUSTIFICADOS SINGULARES
El Papa ha dicho (sin que implique una afirmación dogmática hecha ex-cathedra) que “puede haber casos justificados singulares”, y esto ha sido tomado como una afirmación categórica.
Cuando alguien dice que “puede haber casos”, también dice que “puede no haber casos”, es decir, se trata de una mera opinión, una elucubración que puede no tener sustento válido. Opina el que no sabe, porque quien tiene el conocimiento tiene ciencia. Y la Ciencia y el Don de Consejo son dones del Espíritu Santo. Es válida la expresión en un medio informal de prensa, aunque puede causar confusión en muchos y pueda ser deformada de mala fe por periodistas anticatólicos.
¿Qué es una “justificación”? Se trata de motivos que llevan a una persona a realizar una determinada conducta. Cuando los medios de comunicación difunden el “sexo seguro”, hay personas que pueden llegar a creer en esa falsa promesa y adoptar conductas de promiscuidad, porque personalmente (de modo singular e individual) ha evaluado que es justificado el uso del preservativo, que no tendrá hijos y que no se contagiará de ninguna enfermedad… aunque su consideración sea errónea y falsa.
EL PRESERVATIVO DESHUMANIZA LA SEXUALIDAD
La justificación también puede ser considerada como un atenuante de la conducta, y aunque el hecho sea objetivamente malo la valoración subjetiva del mismo hace disminuir la responsabilidad. Pero de ninguna manera la justificación del acto en este sentido se convierte en generalizada ni en norma, sino que se trata de excepciones.
El Papa no ha aprobado el uso del preservativo ni en algunos casos ni de modo generalizado, ni ha formulado excepciones. Benedicto XVI solamente efectuó una especulación de un caso concreto para indicar que está mal (que es un pecado) el uso del preservativo.
Por lo tanto, el Papa ha realizado el uso del preservativo como un elemento que deshumaniza a la sexualidad, a la vez que invita a quien tiene conductas promiscuas o utiliza la sexualidad como una “droga” a adoptar una nueva actitud para él, que es la antigua enseñanza de la Iglesia Católica: la castidad y la fidelidad en el matrimonio para constituir una familia santa en el marco de la Iglesia Católica.