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domingo, 23 de enero de 2011

CRECE LA PRESIÓN DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS SOBRE LOS SALARIOS

Pobres

Según el El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el efecto de la inflación sobre los parámetros de cálculo del impuesto a las ganancias para personas físicas produjo un importante incremento en la presión tributaria.

Desde el instituto indicaron que los mínimos no imponibles y deducciones personales, fueron incrementados desde el año 2001 a la actualidad en un 300%, es decir, un porcentaje similar a la evolución que en dicho período ha experimentado el índice de precios mayoristas.

A su vez, el estudio señala que los ajustes realizados fueron insuficientes porque la distorsión de los índices de precios correspondientes a los años 2008 y 2009 provocó que los incrementos salariales otorgados fueran porcentualmente muy superiores a los índices inflacionarios oficiales, y porque los topes de escala que determinan la alícuota que corresponde aplicar a cada uno de los tramos del ingreso imponible del trabajador permanecieron inalterados desde el año 2001, por lo tanto, un mismo nivel de salario real, representado por valores nominales superiores como consecuencia de la inflación, queda gravado cada año con alícuotas legales superiores.

De hecho, los niveles salariales que quedaron alcanzados por el impuesto “están soportando tasas efectivas entre 4 y 6 puntos porcentuales superiores a las que tenían en los primeros años de la década”, indicaron desde el IARAF.

En el caso de trabajadores autónomos cuyos mínimos y deducciones son menores, este fenómeno se evidencia desde el nivel de ingresos definido como medio‐bajo (es decir, el de los que tienen ingresos de $ 6.500 mensuales).

El incremento de la tasa efectiva “pudo tener origen en un mayor salario real o en la falta de adecuación al proceso inflacionario de los parámetros de cálculo del mismo, principalmente, como consecuencia de no permitir el ajuste de los tramos de escala”, sostuvo el informe.

El informe aclara que “si el estado da un paso atrás en su pretensión de incrementar la tasa efectiva del impuesto que percibe a una importante proporción de los asalariados, le sería indiferente aceptar un ajuste nominal de ingresos inferior para obtener un mismo nivel de salario real”.

Por otro lado, señalaron que “si se ajustan los mínimos y deducciones en un porcentaje que contemple un valor razonable de inflación y, además, se corrigen los tramos de la escala de cálculo del impuesto, las tasas efectivas del impuesto se mantendrán en el nivel verificado en el año 2010″.

Por último, indicaron que “en el caso de que se dispusieran medidas como éstas, los asalariados podrían aceptar incrementos nominales para el año 2011 varios puntos porcentuales menores sin ver resentido su salario real”.

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