EL MAUSOLEO DE NÉSTOR KIRCHNER

Fuentes de Diario Pregón de La Plata informaron que el napoleónico mausoleo de Kirchner ocupará 625 metros cuadrados.

Imitando la tumba del Corso tendrá dos plantas, en la baja ocho féretros circundando dos centrales donde se ubicarán los despojos mortales de quien se creyó inmortal: Néstor.

La pregunta que ronda en el ambiente es: ¿tantos féretros? ¿Quiénes los ocuparán? ¿Cuándo serán ocupados?

Sobre los dos féretros centrales una inmensa Cruz, la paradoja final para quien promovió la quita de crucifijos en los organismos del estado y públicos.

Néstor Kirchner había confiado unos 20 días antes de morir, una tarea significativa a su ex chofer Rudy Ulloa Igor, hoy millonario empresario de medios y rubros varios: conseguir "la mejor parcela" del cementerio de Río Gallegos para edificar el mausoleo familiar.

La cuestión, sin embargo, era de estricta índole privada, pero se transformó a la luz del deceso del ex Presidente en toda una paradoja del destino.La agencia OPI-Santa Cruz y la Producción de Fm News, confirmaron las gestiones que realizó el ex chofer de Néstor Kirchner ante el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Río Gallegos, el ingeniero Roberto Giubetich. La administración de la comuna de Río Gallegos, cabe destacar, está en manos de dirigentes radicales.

Según dichas fuentes, Rudy Ulloa Igor se reunió con Giubetich solicitándole “la mejor parcela del cementerio para construir el mausoleo de la familia Kirchner, trabajo que iba a estar en manos de la constructora de Lázaro Báez y para lo cual se iban utilizar materiales y diseño de última generación.

Las gestiones ante el Ingeniero Giubetich, que también involucraron al secretario de Gobierno de la comuna, Ernesto Cruz , fueron llevadas adelante por Ulloa cuando nada hacía prever la muerte del ex Presidente, ocurrida el 27 de octubre de 2010 a la mañana.

Según se supo, la familia Kirchner pensaba ubicar en ese mausoleo al padre de Néstor Kirchner, pero el destino obligó a cambiar dramáticamente los planes y esa será la morada definitiva del cuerpo del ex Presidente apenas terminadas las obras.

Rudy Ulloa Igor, cabe consignar, debió ser internado por algunas horas en el Hospital Formenti de El Calafate, a raíz de una descompensación pasajera sufrida al enterarse de la muerte de su jefe político.

Provisoriamente los restos mortales de Néstor Kirchner fueron colocados en la bóveda de su tío Carlos Kirchner. Simultáneamente, el sector que la comuna otorgó por el pedido de Ulloa fue vallado y personal de obra ya trabaja en edificar el mausoleo que albergará en forma definitiva los restos del ex gobernador de Santa Cruz.

Planean su inauguración para el primer aniversario de la muerte del ex presidente. Tendrá una estructura tubular de vidrio blindado. El plazo de ejecución está previsto en nueve meses: planean inaugurarlo cuando se cumpla el primer aniversario de la desaparición física del ex presidente.

el mausoleo tendrá 15 metros de largo por 13 metros de ancho. Contará con una sola puerta de acceso, blindada. Los turistas, familiares, amigos y curiosos subirán a la planta alta por una escalera hecha con placas de mármol. Desde allí, inclinando la cabeza hacia abajo podrán ver el féretro de Kirchner. El subsuelo será hecho en piedra volcánica. El techo tendrá rajas de vidrio blindado para que ingrese la luz solar. Del subsuelo a la planta alta habrá un círculo blindado de vidrio. Las columnas y la base de la bóveda serán de pérfido patagónico.

El mausoleo de la familia Kirchner tendrá algo en común con el de Napoléon Bonaparte: en los dos hay que inclinar la cabeza hacia abajo para ver el féretro. Claro que, en el caso de Kirchner, será cuando la bóveda esté finalizada. La tumba del emperador francés se encuentra en la cúpula de Los Inválidos, en París. El ataúd está realizado en un pórfido rojo importado de Rusia. El féretro de Napoléon desfiló por las calles de París y pasó bajo el Arco del Triunfo. Los restos fueron encerrados, como los de un faraón egipcio, en seis ataúdes: de hierro, caoba, plomo, madera de ébano y, por último, encina. Se los depositó posteriormente en el gran sarcófago, en una cripta especialmente diseñada por el arquitecto Visconti. Para que la gente pueda verlo tiene que subir escaleras curvas y cuando llega hasta arriba debe inclinar la cabeza.

Sobre el ataúd de Néstor Kirchner habrá una Cruz. Pareciera que el Mal queda sepultado bajo el Signo del cristianismo para que nunca pueda volver a surgir desde las tinieblas.

En la planta alta curiosos y visitantes podrán circular para ver la fastuosidad de una tumba que refleja dos realidades, una el ego inconmensurable de una familia que se creyó parte de dioses y la otra más dura, la realidad de un destino que en algún momento nos alcanzará a todos sin importar lo grande que podamos sentirnos.

Así en Río Gallegos el monumento dejará exhibido en toda su crudeza al impostor que sembró el odio entre los argentinos, que deseó el poder sin importarle nada y en ese tránsito hacia la perpetuidad de su poder se encontró con el destino que inexorable marcó su triste final.

Con el tiempo las pasiones convertirán el mausoleo en una curiosidad turística, sin importar quien era o que dejó para la posteridad. 

También será el símbolo del totalitarismo, de una época oscura donde el estado de derecho estuvo ausente y la Constitución fue violada.

Será refugio de defensores de derechos humanos de los terroristas, allí harán actos madres y abuelas de plaza de Mayo, las más beneficiadas económicamente, que llorarán la pérdida de su benefactor.

El tenebroso mausoleo cobijará para siempre a quien la Historia juzgará como uno de los infames mayores que ocuparon la presidencia de nuestro país.

A los argentinos nos robó la paz, entre otras cosas, tal vez haya piadosos que pidan por su descanso u otros duros que lo maldecirán por toda la eternidad.

Tal vez su epitafio debería decir: Aquí yace quien en vida destruyó la República Argentina, fomentó la desunión de sus habitantes, compitió en el paroxismo de su locura con Dios... y perdió.