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martes, 22 de marzo de 2011

ADOCTRINAMIENTO IDEOLÓGICO EN LAS ESCUELAS ARGENTINAS

a profesor

Por Marta AH de Olivero

Los medios nos informan que, Monseñor Aguer, Arzobispo de La Plata y Pte de la Comisión de Educación Católica del Episcopado argentino, en su homilía a los educadores alertó:"Debemos prestar una atención alerta y sanamente crítica a los diseños curriculares. Esta es la mejor colaboración que podemos ofrecer a las necesidades educativas de la Argentina de hoy. No es posible ignorar o disimular por una especie de tolerancia beata, o por temor, el sesgo ideológico que campea en varios de ellos, sobre todo en las áreas tales como Historia, Educación Sexual, Salud y Ciudadanía. Basta recorrer con la mirada la bibliografía propuesta para advertir la inspiración que ha presidido el trazado de esos diseños; no sólo por los nombres emblemáticos que figuran en la lista, sino también por los que lamentablemente han sido omitidos. Se dice que es responsabilidad del Estado formar ciudadanos, pero ¿acaso pretende hacerlo adoctrinando a niños y adolescentes para domesticar así a la sociedad con la vara del pensamiento único?"

Instó además a los padres a "estar más atentos a lo que se les enseña a sus hijos en la escuela".

             Como hija de la Iglesia quisiera adherir a estas palabras de Monseñor Aguer quien, como celoso pastor, nos enciende las luces largas sobre este plan tenebroso para nuestra Patria.

             Sabemos que educar es conducir, dirigir, guiar, formar e instruir a la persona en libertad para encaminarla a través de este camino terreno hacia su fin último, que es la Vida Eterna.

              La Iglesia obedeció fielmente al mandato de Cristo:"Id y enseñad a todas las gentes" y, correspondiendo a la misión que Dios le había confiado, fue creando y fomentado a través de 20 siglos miles de instituciones, escuelas y universidades abarcando todos los ámbitos del saber. Junto a conventos, monasterios y catedrales fundó hogares escolares que impartían educación cristiana.  No hubo ni habrá potestad terrena que podrá cuestionarle este exclusivo derecho y su lealtad a este su deber moral y cultural. Misión que armonizó y armoniza perfectamente con los derechos de la familia y del Estado.

              A partir de la Revolución Francesa nacerá el Estado ateo. Este le arrebatará ilegítimamente la educación de las personas que caerán en manos de un Estado enemigo de Dios. La educación católica, que había encaminado durante siglos al hombre al Cielo, que le enseñó la libertad de anteponer lo eterno a lo terreno, lo espiritual a lo material, que preparaba a los hombres a moverse con soltura, nobleza y señorío entre el acá y el más allá se convertirá en adoctrinamiento. Este adoctrinamiento de la persona en manos del Estado será para combatir hasta la destrucción total esa imagen de Dios que en ella se reflejaba, para que no quedase en el hombre ni rastro de lo divino que recordara a Quien lo había creado. Este es el origen y la causa de la espiritual batalla.

              El plan de destrucción cultural, moral y espiritual tomará en los siglos XX y XXI, (fase final de la embestida) la educación y los medios de comunicación. Con estos instrumentos, el marxista Antonio Gramsci diseñará un hombre nuevo. Un hombre distinto y opuesto a como fue pensado y creado, sin vestigio de lo divino ni tan siquiera de lo humano. Un hombre que no responderá a ningún llamado... Ni a la voz de Dios en su conciencia (porque no reconocerá Su voz), ni al de la Patria (porque estará insensibilizado, acostumbrado a entregarla de a pedazos), ni al de sus padres (porque habrá roto los lazos afectivos), ni tan siquiera la atracción física y espiritual del sexo opuesto (porque lo habrán adoctrinado a elegir su sexo y no tendrá el opuesto…) Un hombre sin vínculos afectivos que lo sujeten, sin raíces que lo sostengan y lo arraiguen y…hasta sin sexo determinado por la naturaleza que le de identidad. Este veneno se infiltraría en todos los ámbitos de la educación con el reloj de arena puesto hacia las futuras generaciones amorfas y manejables...

              En el ámbito de la educación, la revolución hunde su cuchillo hasta extirpar la letra cursiva de las primeras aulas, para deshumanizar desde la más tierna infancia y cortar así el profundo lazo afectivo que representa leer la letra de la persona amada. Resulta alarmante que el 75% de los alumnos escriban con letra imprenta y muchos ya no sepan hacerlo de otra forma.

              Mons. Aguer denuncia la misma revolución cultural desde los medios al referirse a "la fobia anticatólica de pequeños cenáculos muy activos e influyentes, con la parcialidad opinativa y la degradación cultural que destilan algunos medios de comunicación. Ese clima deseducador influye desde fuera sobre la tarea educativa de la escuela y penetra por diversos canales en su interior." Este impacto educativo es tan devastador, que hoy constatamos cambios aplanadores en el lenguaje cada vez más rudimentario y agresivo, (al cual le han quitado 1.500 palabras lo que les impide la comprensión de textos). Sabemos además hasta de algunos colegios donde las niñas de 8 años bailan sensualmente el baile del caño... en el mástil de la bandera…

              Dramáticamente las últimas encuestas coinciden con la realidad que constatamos. El 95% de los niños de 9 a 13 años pasa 2 horas diarias frente a la TV. El 37% de 2 a 4 horas. Dejando de lado por el momento el uso descontrolado y adictivo de celulares e internet, el 50% hace los deberes frente a la televisión... y pasa ante ella el mismo tiempo que en la escuela...

              Este análisis de fondo ha sido sostenido y ampliado por el representante del Papa Benedicto XVI en la Argentina, nuestro Nuncio apostólico Monseñor Bernardini, en la homilía pronunciada el 22 de Febrero, fiesta de la Cátedra de San Pedro en la misa de las Obras Misionales Pontificias. Es de tal magnitud lo dicho por el Nuncio, que es imposible dejar de hacer un profundo examen de conciencia todos los que por el bautismo somos hijos de la Santa Iglesia.

              Rogamos a la Santísima Virgen de Luján, Patrona de Argentina, proteja cual escudo las mentes y los corazones de nuestra juventud y nuestra infancia y sostenga a la Iglesia de Su Hijo en su inclaudicable misión.

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