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sábado, 12 de marzo de 2011

AGUER: “CUARESMA, CONVERSION Y COMPROMISO NACIONAL”

a Aguer

En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre el tiempo litúrgico de Cuaresma, que acaba de comenzar y consideró que se puede aplicar “la idea de conversión y nuestro propósito al respecto enfocándola así: a ver como nos manejamos en el contexto de la sociedad argentina de hoy, qué hacemos por el país y qué debiéramos hacer con nuestra manera de pensar, con nuestras actitudes. Por empezar reformando nuestros pequeños defectos porque los grandes vicios nacionales tienen que ver con la suma de pequeños vicios personales”.

Dijo que “aspirar a una especie de conversión generalizada del país es algo que escapa a nuestro poder pero nosotros podemos hacer algo si enfocamos bien las cosas” pero que tenemos “que pensar cómo nos ubicamos, cómo nos comportamos, cuál es nuestra actitud ante los problemas de la sociedad de hoy”.

La Cuaresma recordó “es el período que la Iglesia destina a una preparación para celebrar el misterio pascual y que tiene, podemos decir, un carácter penitencial”, pero destacó que “hay que entender que significa penitencia en el sentido propiamente evangélico de la palabra. A través de esa palabra encontramos la idea de conversión. En el fondo cuando en el Evangelio se habla de penitencia se está hablando de conversión”.

Además explicó que “el término griego suena así “methánoia”. “Methánoia significa una especie de giro en nuestra manera de ver las cosas. En nuestra concepción de la vida, podríamos decir, de nuestra ubicación en el mundo, de nuestra relación con Dios, con el prójimo, con las cosas”, agregó.

Mons. Héctor Aguer indicó que “esto no hay que entenderlo en un sentido íntimamente personal y nada más…no hay que recluirse solamente en el ámbito de la propia conciencia” sino que “hay que pensar este cambio en el mundo que vivimos y en la sociedad argentina de hoy”. Y si bien “no vamos a resolver todos los problemas, mucho menos nosotros con la incapacidad que resulta de nuestra condición, de nuestra falta de recursos, sí que podemos contribuir a que las cosas mejoren”.

Y pidió pensar “que significa nuestra vida de ciudadanos, nuestros deberes cívicos. Eso comienza ante todo con una correcta opinión, con un juicio justo que nos tenemos que formar de las cosas y no dejarnos engañar fácilmente por la propaganda que es algo tan invasivo. La opinión general, podríamos decir, que anula la capacidad de reflexión y el juicio correcto sobre las cosas”.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

Mis amigos televidentes ha comenzado el tiempo de Cuaresma que, como sabemos muy bien, es el período que la Iglesia destina a una preparación para celebrar el misterio pascual y que tiene, podemos decir, un carácter penitencial. Y así se dice vulgarmente.

Ahora bien, hay que entender que significa penitencia en el sentido propiamente evangélico de la palabra. A través de esa palabra encontramos la idea de conversión. En el fondo cuando en el Evangelio se habla de penitencia se está hablando de conversión.

El término griego suena así “methánoia”. Y en esa palabra, “methánoia”, hay un componente que tiene que ver con el pensamiento, con la reflexión, con el cambio en la manera de mirar las cosas.

No se trata simplemente de hacer actos penitenciales. Está muy bien eso como por ejemplo el ayuno, la limosna, la oración más intensa. La Iglesia nos exhorta a eso precisamente, pero la base de la Cuaresma está en esta idea de conversión.

Methánoia significa una especie de giro en nuestra manera de ver las cosas. En nuestra concepción de la vida, podríamos decir, de nuestra ubicación en el mundo, de nuestra relación con Dios, con el prójimo, con las cosas.

Y esto no hay que entenderlo en un sentido íntimamente personal y nada más. Sin duda siempre depende de una postura del sujeto, de una resolución suya, de un acto de voluntad iluminado, por tanto, por una manera de ver, por un acto intelectual pero no hay que recluirse solamente en el ámbito de la propia conciencia.

Hay que pensar este cambio en el mundo que vivimos y en la sociedad argentina de hoy. Tendríamos que pensar como nos ubicamos, como nos comportamos, cual es nuestra actitud ante los problemas de la sociedad de hoy.

Claro que no vamos a resolver todos los problemas, mucho menos nosotros con la incapacidad que resulta de nuestra condición, de nuestra falta de recursos, pero sí que podemos contribuir a que las cosas mejoren.

Pensemos simplemente que significa nuestra vida de ciudadanos, nuestros deberes cívicos. Eso comienza ante todo con una correcta opinión, con un juicio justo que nos tenemos que formar de las cosas y no dejarnos engañar fácilmente por la propaganda que es algo tan invasivo. La opinión general, podríamos decir, que anula la capacidad de reflexión y el juicio correcto sobre las cosas.

Entonces, me parece que podríamos aplicar, en esta Cuaresma, la idea de conversión y nuestro propósito al respecto enfocándola así: a ver como nos manejamos en el contexto de la sociedad argentina de hoy, que hacemos por el país y que debiéramos hacer con nuestra manera de pensar, con nuestras actitudes. Por empezar reformando nuestros pequeños defectos porque los grandes vicios nacionales tienen que ver con la suma de pequeños vicios personales.

Aspirar a una especie de conversión generalizada del país es algo que escapa a nuestro poder pero nosotros podemos hacer algo si enfocamos bien las cosas.

Bueno yo les sugiero, en todo caso, que este sea nuestro programa de Cuaresma... Hasta la próxima.

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