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viernes, 11 de marzo de 2011

EDITH CATALINA FABIANO DE ASSEFF CAIAT Q.E.P.D.

a Alberto_Asseff

Falleció el viernes 4 de marzo de 2011 a los 92 años de edad

La señora de Asseff Caiat había nacido en el porteño barrio de Villa Devoto el 24 de junio de 1918. Sus padres, Leonardo Fabiano y Zulema Catalina Zolezzi, también porteños, pero de La Boca, fueron a vivir a Devoto buscando la paz y el oxígeno de esa zona de la Ciudad.

   Edith siempre tuvo vocación por el arte y sus manifestaciones. Así, la pintura, la escultura y el dibujo fueron lo suyo. Estudió en la Academia de Bellas Artes de la que egresó con el título de profesora de Dibujo y Escultura.

   Fueron sus maestros eximios pintores como el marplatense Juan Carlos Castagnino. Era admiradora de otros pintores como Ernesto de la Cárcova.

    Su casa – cualquiera de ellas en el decurso de su vida – era un pequeño museo de arte, buscando la armonía estética.

     Sus recorridas por las casas de remate – las desaparecidas Devoto o Ramos Oromí -, los talleres de anticuarios, sobre todo en el viejo Palermo, hurgando piezas que ella – con solo verlas – imaginaba en un rincón de la residencia que le habían encomendado para su decoración.

      Edith trabajó siempre. Puso su establecimiento de decoraciones. Su labor la llevó al Chaco – por caso a Las Breñas -, a Venado Tuerto y a muchas ciudades del interior, convocada por familias deseosas de que una mirada profesional dispusiera cómo ubicar muebles y adornos, cortinas y luces.

     Obviamente, el amor por la armonía visual implicaba el otro amor, el más profundo: por su hogar y, por natural extensión, los hogares de los demás.

     Ciudadana activa. Votó sin faltar a la urna. La última vez lo hizo el 28 de junio de 2009. El sufragio es secreto, pero seguramente lo hizo por Lilita Carrió no tanto por identificación como sí por su encendida oposición a la corrupción y a la impunidad.

     Edith tenía muy en claro que peor que la corrupción es la impunidad que la prohíja. Así lo decía con fuerza y convicción.

     Estaba hondamente preocupada por la fragmentación opositora que neutraliza los esfuerzos para darle una alternativa al país en este 2011.

      Leyó el diario hasta el sábado 27 de febrero pasado. El domingo no lo leyó porque no lo recibía ese día. Decía que traía demasiada publicidad y que era muy caro. Siempre supo eso del ‘fondo anticíclico hogareño’. Ahorrar y gastar bien fueron atributos en toda su vida. Más allá de que su patrimonio sufrió devastaciones inflacionarias y devaluaciones abruptas como tantos otros conciudadanos.

     Tenía presente a todos cada uno de sus familiares y allegados. Su máquina de coser se la regaló a una chica menesterosa que solía pordiosear por la vereda de su casa. Le dijo que con esa herramienta ella podría liberarse de andar pidiendo y le aconsejó qué y cómo coser para vender y ganar unos pesos. No fue el único caso.

    Cuando su hijo Alberto decidió fundar el Partido Nacionalista Constitucional, allá por 1983, Edith se alistó cual militante de primera fila. Llenó e hizo completar 500 firmas de respaldo a esa fundación – si no más – de sus amigos, talleristas, anticuarios,clientes, vecinos. Obró cual matrona política de la más añeja escuela. Nunca pidió nada. En absoluto. Creyó que lo que emprendía su hijo era justo y bueno para el país. Y punto.

    Sus restos descansan en la Chacarita, junto a su marido, el Dr. Alberto Emilio Asseff Caiat, sus padres, su querida tía Marieta Fabiano y otros familiares, incluyendo sus suegros libaneses, Salomón Asseff y Carmen Caiat.

     Edith, que descanse en paz. Lo ruega el PNC UNIR, institución que le brinda este humilde homenaje.

8-3-11-

Equipo UNIR

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