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miércoles, 30 de marzo de 2011

ENERGIA: TALON DE AQUILES DE LA HUMANIDAD.

Energia

Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73).

En el debate preelectoral los candidatos hablan del pasado y algunos, excepcionalmente, señalan temas que hacen el futuro, pero, la mayoría elude una cuestión esencial que caracteriza la evolución de la Humanidad: el desarrollo y control de la energía.

El Mundo ha entrada a una aceleración de crecimiento que llama la atención por sus alcances y efectos. Las estadísticas señalan que esta evolución esta desatada sin posibilidad real de control en sus alcances pero, la inteligencia aplicada, considera que si se puede hacer sobre ella en relación a sus efectos, en la medida de que los gobernantes reconozcan el tema y las sociedades acepten su responsabilidad generacional. Como toda crisis ella debe alertar pero en este caso, por sus alcances globales, impone que se adopten medidas para la oportuna y correcta acción.

El primer dato a considerar, es el incremento poblacional, cuyas cifras se multiplican a un ritmo desigual, conforme las regiones, pero que, en su sumatoria, muestran cantidades que superan marcada y exponencialmente los números del pasado. El aumento de la cantidad de seres humanos sobre el planeta Tierra, hace pensar que, al correr de los siglos, su superficie  quedara desbordada, pero que, en el mediano plazo, sus capacidades tienen que ser conducidas para obtener sucesivos equilibrios. Este proceso está acompañado por una tendencia lógica a la urbanización, que señala la formación de mega-ciudades, en las que sus millonarias cantidades de habitantes tendrán que vivir y compartir sus ofertas de servicios, comodidad, etc. La campaña se despoblara relativamente, pero adquirirá nuevos potenciales, por los medios técnicos que se aplicaran para alcanzar su permanente y constantemente creciente productividad. El campo extensivo del presente se convertirá en una genuina huerta o granja agrícola o ganadera controlada en su calidad, cantidad, etc. por lo que el tema alimentos tendrá posible adecuada respuesta.

Los gobiernos del presente están preocupados por los temas específicos directos, como son las viviendas y sus infraestructuras, la alimentación y la salud, los transportes y las comunicaciones, el agua y los residuos, pues ellos afloran socialmente como un requerimiento coyuntural que se expresa materialmente como pobreza y marginación. Lo que no se observa es que, al mismo tiempo, se está produciendo la incorporación de la mecanización, la automoción, la digitalización, etc., en un aluvión cibernético, que integra a la vida y los usos de los humanos la más variada gama de sistemas, equipos y maquinarias. Este proceso tiene como su elemento sustancial la ENERGIA, un tema estructural que generalmente esta descuidado, no por desconocimiento, sino por que sus acciones requieren décadas de actividad, lo que no da “brillo” a los dirigentes que no tienen mente de estadistas.

Conforme nos dice el Dr. Osvaldo Canziani (Vicepresidente – Club de Roma – Capitulo Argentina) “La energía indispensable para mantener los ritmos de nuestra sociedad de consumo, paso de la energía de la biomasa a la utilización de combustibles fósiles. A pesar de ello, la biomasa continua siendo importante en países en desarrollo.”- “La contaminación atmosférica con los gases de combustión inicio la exacerbación del efecto invernadero natural del planeta, modificando los fenómenos de la temperatura y el clima” –“Las premoniciones del Club de Roma, confirmadas por la Ciencia, enfatizan el uso de tecnologías compatibles con una cooperación ambientalmente eficaz, para aumentar la producción, en un mundo hambreado”

Los estudios realizados sobre el uso de alternativas, presentan una batería de ofertas, que van desde la biomasa hasta la energía nuclear, pasando por diversas variables que incluyen, por ejemplo, la eólica, la solar, la hidráulica, etc., que, en la mayoría de los casos, se materializan por una central productora y luego una red de distribución que llega a los usuarios. Pero esto no basta, como lo expresa el Lic. Ramiro Fernández (Fundación AVINA) que señala que “es inaceptable que un tercio de la humanidad aun hoy no tenga acceso a energía moderna, y que el 50% de la población utilice biomasa tradicional para cocinar sus alimentos” con lo que está mostrando una cara de subdesarrollo que debe ser considerada e incluida para la estimación y valorización de las actividades vinculadas con la oferta energética.

El progreso general, el retraso relativo, la evolución acelerada y la globalización imparable, están actuando al unisonó desde sus puntos en este tema, contribuyendo con sus problemas, lo que impone la búsqueda de soluciones para lograr un equilibrio lógico y justo, para mejorar, de esta suerte, la calidad de vida de los seres humanos. Dentro del tema energía, existe algo que es eludido, no tan solo por su complejidad, sino por los efectos que el mismo provoca, es la interrupción de la energía, particularmente, en las comunidades de las urbes que están apoyadas en ella como base de sus actividades normales. Para evaluar la gravedad de esta cuestión, imaginamos lo que pasa en un hogar familiar cuando se interrumpe la electricidad y quedan “muertos” sus diversas maquinarias (que van desde la iluminación hasta la más avanzada computadora), o bien en una edificio de varios pisos en el que se interrumpe desde el ascensor hasta su bomba de agua, para no decir una ciudad en la que se “apagan los semáforos”, la respuesta será siempre “caos”, “crisis”, etc.. por lo que el tema de la generación de energía tiene como par a resolver la emergencia que significa su interrupción.

Por ello, no tan solo se debe estudiar, considerar y resolver la necesidad de una adecuada oferta de energía, sino también, tener las previsiones sobre como deberá actuarse en los casos de su interrupción. No hay dudas que la energía centralizada tiene un costo reducido, comparándolo con el que demanda la producción descentralizada o individual, pero ello no debe ser considerado como una barrera para su no tratamiento y consideración. El Lic. Fernández (Fundación AVINA) dice al respecto: “Pero la estrategia de descentralización de energía no es solo un beneficio para los sectores mas excluidos. Abre asimismo oportunidades para quienes están conectados a la red de energía, permitiendo a través de la implementación de medidores de doble vía, que cada ciudadano pueda generar su propia energía y vender su excedente a la red.”

El ideal sería lograr que la oferta energética se adelante a la necesidad de consumo, de manera tal, que ella facilite la instalación y permita el logro de una mayor productividad, empleando sistemas adecuados, pero, para ello, tiene que estar apoyado en una seguridad operativa que permita a los usuarios una adecuada certeza aplicada. La experiencia y la historia, sin embargo, muestran que aquel ideal es inalcanzable en forma absoluta. ya que existen incrementos de demanda temporarios y la posibilidad de interrupciones por múltiples causas, alguna de ella ajenas al sistema en sí. En tal sentido, podemos recordar las palabras del Dr. Alfredo Davèrède (Presidente del Club de Roma – Capitulo Argentina) que nos dice: Además del uso racional de los recursos naturales, el bienestar humano y la sostenibilidad de la economía, resulta insoslayable atender la eficiencia energética que constituye aun hoy, una materia pendiente.

El uso de la energía es una materia sobre la que no se avanza en la medida que ella requiere. El conocer las características, posibilidades, restricciones y ventajas o desventajas para el uso correcto de la energía es una de las formas de contribuir a su empleo y optima utilización. Es interesante que se conozca los “problemas del suministro eléctrico” como así las causas y soluciones a ellos. (www.vzh.com.ar).

La energía no controlada es peligrosa, pues puede producir daños graves que van desde las simples quemaduras a los efectos de la radiaciones nucleares. La distancia entre las plantas generadoras y los usuarios obran en desmedro del potencial que se trasmite y, por lo tanto, incrementan los costos en su utilización. Es necesario, por lo tanto, no tan solo una adecuada e inteligente programación sobre la energía, sino también la realización de una racional y aplicativa educación en los usuarios. Es decir, no se debe dedicar solo atención a la energía en sí, sino a la forma y manera que ella será utilizada y aplicada para lograr su óptimo racional empleo.

Sintetizando, tres temas sobre un mismo asunto, que deben ser entendidos, coordinados y realizados para tratar de obtener una respuesta positiva común. El primero es la “generación” de la energía tratando de que ella no sea dependiente de un aporte único centralizado. El segundo su uso racional de manera tal que se aproveche al máximo su oferta de capacidad y potencial. El tercero, quizás el más olvidado, la organización ante las interrupciones, de manera tal que ello no constituya un caos o conduzca a una situación crítica de emergencia indominable.

El tema de la energía alcanza a nuestro país en forma específica, cuya síntesis se encuentra en este párrafo (www.iade.org.ar): Lo que falta es una política soberana que planifique su utilización en función del crecimiento económico y que planifique este crecimiento en función de las necesidades reales de nuestra sociedad. Debemos determinar que la cuestión de la energía no debe ser tomada como de índole político, sino que tiene que ser considerada y evaluada científicamente y aplicada técnicamente, conforme tiene origen el problema. La energía es, y será aun mas en el futuro, el medio de activación directa e inmediata de las capacidades para hacer de la Humanidad, por lo que su falta obstruye las realizaciones y su interrupción puede significar el fracaso de las actividades, por lo que se debe tomar conciencia de su importancia, ya que, en su debilidad y fragilidad se encuentra el talón de Aquiles de las comunidades que no lo hayan previsto, estudiado y formulado para sus realizaciones y eventualidades. Sea este una llamada a la atención a aquellos que se postulan para gobernar los países para que no olviden que la forma en que trataran y conducirán la cuestión de la energía los hará pasar a la historia como estadistas o simples dirigentes circunstanciales.

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