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viernes, 1 de julio de 2011

LA ARGENTINA “EN LA B”… Y NO SÓLO EN FUTBOL

Guillermo Barros Schelotto

Por Emilio Nazar Kasbo

 

En declaraciones televisivas, Guillermo Barros Schelotto, jugador de Gimnasia y Esgrima de La Plata, dijo acerca de su equipo que “si hacés las cosas mal, un año tras otro, la pagás”.

Es lógico: Gimnasia ha jugado muy mal y ha tenido malos manejos… al igual que River, a pesar de que en este último caso han influido elementos políticos ya que Pasarella no es afín al oficialismo gubernamental. Ambos equipos pasaron de Primera” a “la B”, perdiendo su categoría con todas las consecuencias que ello implica.

Pero ¿Cuál es el mensaje o moraleja de todo esto? La educación oficial bonaerense prohíbe historias con moralejas. Sin embargo, no hemos de respetar ni acatar semejantes dislates. Y extraeremos la moraleja de esta situación.

Y no es que califiquemos de “filósofo” a Guillermo Barros Schelotto, pero sus palabras responden a la mayor lucidez y sentido común, el cual se está extraviando en nuestro país y en el mundo entero.

La mala acción, tiene consecuencias. Las sanciones inicialmente involucran al mismo ser que las realiza, y en el mismo momento que son realizadas las malas acciones automáticamente queda adjetivada de modo objetivo la persona. Una persona que roba, en el mismo momento que lo hace se convierte en un ladrón. Se convierte en una sanción automática para la persona. Pero además, ciertas acciones que exceden la trascendencia de la esfera personal y se expanden a lo social, se pueden convertir en delitos que deben ser sancionados una vez determinada la autoría de los mismos. En el caso del fútbol, por jugar mal automáticamente, una vez que se cruza el límite, el equipo cae de Primera a “la B”, pero además caerán sus recaudaciones, la posibilidad de jugar torneos internacionales y varias condiciones más que perjudican al equipo.

Y ahora cambiamos el rumbo del razonamiento, y lo aplicaremos a la Argentina.

Después de la sangrienta década de 1970, y más allá del liberalismo como política de gobierno que caracterizó al Gobierno Militar del Proceso, y del gran endeudamiento nacional a escala de lo impagable como acto de Traición a la Patria, no podemos omitir que arribó la democracia con un país que tenía elevados sueldos y pleno empleo, había seguridad, no había drogas, no había cortes energéticos, el nivel de instrucción era muy elevado tanto en la primaria como para los bachilleres, la salud pública funcionaba y los salarios de los empleados públicos les permitía desde el nivel más bajo vivir con comodidad y sin graves preocupaciones económicas. Y luego pareció que la historia comenzó a contarse a partir del 10 de diciembre de 1983… eliminando las referencias anteriores para mostrar un declive menor al real que se vivía a partir de los “tiempos democráticos”.

¿Qué mayor alegría sería para todo el nacionalismo auténtico que el actual oficialismo comenzara a resolver todos los problemas del país, uno a uno, procurando el Bien Común y basando su acción en la realidad y no en ideologías o en idealismos carentes de sustento? ¿Qué mayor alegría sería para todo el nacionalismo auténtico, que tuviéramos un Gobierno que en vez de buscar la alteración de la cultura nacional procurara la instrucción y el bien espiritual del pueblo, desde la Doctrina Social de la Iglesia?

Pero no. Años y años, lustros y lustros, décadas y décadas… y mientras el tiempo pasa las cosas se van poniendo cada vez peor. ¿Cuál es la consecuencia? Que la realidad se impone. El pueblo cada vez más en la miseria en sus grandes mayorías, y no hablo sólo de miserias económicas y morales, sino también espirituales. El país que puede alimentar a 300 millones de personas, no es capaz de alimentar algo más de 50 millones de almas que habitan sobre su suelo ¿Es esto lógico?

El nuevo intento ahora, pretende que la historia de Argentina se escribe desde el año 2003. No era suficiente haber empezado en 1983, porque esta “reinauguración de período histórico” implica la mayor caída de la Argentina. La Historia se empieza a contar desde Néstor Kirchner, y por eso sólo exhiben crecimiento, mientras que comparada la situación con la de 1986, 1974, 1966, 1951 o 1945, sólo por mencionar algunos años por década para revisar en lo que hace a la condición económica de la Argentina (sin referencia a la situación espiritual, moral o política de cada década).

Si River o Gimnasia bajaran los brazos, podrían seguir descendiendo cada vez más… hasta desaparecer completamente. Es una posibilidad.

Hoy la Argentina hace tiempo está “en la B”, o digamos que ha ido cayendo bastante más que de “la B”. Es la situación directa de lo que hemos descripto. Nuestra situación es deplorable, y estamos corriendo el riesgo de la propia desintegración. Las consecuencias de los actos son automáticas, como dijimos, pero además son previsibles… y lo malo en la medida de lo humano y de lo previsible también es evitable. Sólo es cuestión de levantar la cabeza, ponerse de pie pisando bien sobre la tierra, dejando de estar arrodillados ante cualquier autoridad meramente humana que desobedece a Dios, y de mirar al Cielo para comprender hacia dónde debemos dirigir nuestro destino. Y mientras eso sucede, seguir rezando por el bien de la Patria.

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