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jueves, 8 de septiembre de 2011

LA PROPIA IDENTIDAD



Por Silvio H. Coppola
            Serás lo que debas ser o no serás nada”. Frase atribuida al general José de San Martín, digna de ser repetida y tenida en cuenta en nuestros días. Conservar la propia identidad, ser lo que uno es, sin buscar imitaciones de otras culturas que al adaptarse, desnaturalizan la propia. Entonces, privado de ella, uno ya no es, es otra cosa o sea desaparece como ser propio, como afirmara Miguel de Unamuno, en una de sus digresiones filosóficas.
            Por eso llama la atención con desagrado, que nuestra televisión –y claro, también los otros medios de comunicación-, para promocionar un vehículo, vender un producto e inclusive como fondo de un partido de fútbol y hasta –lo que ya es el colmo- para mostrar las bellezas naturales de nuestro país, se pase como fondo música en inglés, con cantos y leyendas en el mismo idioma. Insufrible y lamentablemente naturales, formas de colonización mental. Y como dijera Ricardo Rojas, perder los nombres, perder el idioma, es una manera de ir desapareciendo. Una invasión extraña, que parece insuperable. Que tiene su origen, su perseverancia y su propósito ostensible en la dominación. Y la cultural es inescindible de la económica, finalidad última.
            Conservar la propia identidad cultural, es la defensa de todo. Preservar el ser nacional, es supervivir como nación, con todo lo que ello significa.
            Y para ejemplos concretos, emociona recordar los versos de Rubén Darío:

                        Eres los Estados Unidos
                         eres el futuro invasor
                         de la América ingenua que tiene
                          sangre indígena
                        que aún reza a Jesucristo
                           y aún habla en español.


LA PLATA, septiembre 8 de 2011.

EL EJÉRCITO QUE VINO


Por el Lic. Jorge P. Mones Ruiz
Diálogo entre militares Siglo XXI antes de entrar en combate.
El Teniente Coronel (TC): A ver… Capitán (o… mi “dulce”) conmigo… carrera...mar.
El Capitán (C): Ordene, mi Teniente Coronel (o…mi “Tesorito”). ¡¡¡¡Me encanta como me llamás para que acuda raudo hacia ti!!!!
TC: A las 0600 iniciaremos el “Ataque de Ruptura”. ¿Entendiste “Sweet Heart”??
C: Por su, “mi dos soles sobre fondo negro”. ¿Pero acaso el ataque será por la “retaguardia”?
TC: ¿Conocés otra forma “mi tres estrellitas plateadas”?
C: En realidad no, es la única que sé y que me gusta, mi teniente coronel, perdón... “mi vida”. Hace tiempo que nos venimos entrenando en esta clase de operaciones.
TC: No se olvide capitán, perdón, acordate “mi cielo”, que la acción debe ser siempre “profunda”, aunque duela. Todo sacrificio es poco para defender…. ¡¡¡MMMM!!! No me acuerdo que había que defender, pero no importa, saquemos pecho, con o sin siliconas, y a la hora señalada iniciaremos la operación programada.
C: Mi teniente coronel… ¡¡¡Ufaaaa con la formalidad castrense!!!… mi bomboncito. ¿Nos pintamos la cara tipo camuflaje para el combate?
TC: ¡¡¡Qué pregunta que hace Capitán, perdón Mamarrachito Mío!!! ¿Para qué crees que llevas rimel, rubor, rouge y sombra para los ojos en la mochila?
C: ¡¡¡Ay!!! ¡¡¡Cómo me encanta ir a la guerra!!! Y más teniendo arriba un miembro militar como vos, “mi florcita verde oliva”, que sabe ser un magnífico superior. Sabés que te pertenezco y mi subordinación y valor sólo tiene sentido contigo apoyándome toda la acción.
TC: Y ahora, para infundir ánimo y levantar la moral de la tropa, entonaremos todos juntos al contar “tres” la Marcha de “San Trolenzo”… uno… dos… tres:
“Febo asoma… punto y coma… 
los zapatos de mi abuelo… 
son de goma...Y los míos… 
son de cuero… 
para darle más trabajo 
al zapatero”.

* Ex Mayor de Caballería del Ejército (que se fue).