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martes, 27 de septiembre de 2011

EN EL FONDO DEL MAR



Por Silvio H. Coppola
Sí, a veces en el fondo del mar. O en el sitio más alto de la Cordillera de los Andes. O en cualquier otro sitio similar. Es donde uno quisiera recluirse por casos extremos de vergüenza. Incluso cuando uno siente la vergüenza ajena producida por casos extremos de obsecuencia, de chupamedismo, de cobardía.
Así se lee –lo que motiva esta introducción-, en la primera página del diario La Nación de hoy, que en Río Gallegos se erigirá una estatua del ex presidente Néstor Kirchner ¡¡¡de 2,74 metros de altura!!! en la intersección de las dos avenidas principales de la ciudad.
Para tal caso, será desplazada la que se encuentra ahí, que es la del Teniente General Julio A.Roca, a quien le debemos la ocupación efectiva de la Patagonia, en desmedro de nuestros hermanos chilenos.
Gracias precisamente a Roca, los que ahora procuran su desplazamiento o quizás la destrucción de su recuerdo, pensando en los abatidos aborígenes con lágrimas hipócritas de cocodrilo, es que esos mismos y todos los habitantes del extremo sur de la Argentina, tienen trabajo, vivienda y un modo digno de vivir.
Eso parece no tenerse en cuenta y sí el desmesurado elogio para el ahora elevado al sitio de los próceres. Y curioso es, por los que se llaman justicialistas o peronistas.
Cuando Kirchner fue el político más anti-Perón de todo el espectro político argentino, desenmascarándose sólo en el poder y repitiendo el antiguo discurso cuando era necesario para conseguir votos. Situación que continúa y especialmente en el doble discurso, su mujer, apareciendo a toda hora y por cualquier circunstancia, en todos los medios de publicidad. Y haciendo de la nueva moral kirchnerista una amoralidad, que incurre incluso en la inmoralidad.
Pero de todas maneras, este nuevo elitismo ejercido de manera cierta y real en las más altas esferas del gobierno, significa para todos aquellos que están bajo su ala protectora, prebendas, riquezas y privilegios.
Y por eso, con riesgo cierto de perder estas fuentes de riqueza, es que nadie de los que están en la función pública o partidaria o cerca de ellas en Río Gallegos, se va a oponer a esta desmesurada obra maestra de la obsecuencia y del servilismo.
LA PLATA, septiembre 27 de 2011

DEMUNDANIZAR LA IGLESIA. UN RETO Y UNA MISIÓN


Merece la pena leerse, releerse. El discurso de Benedicto XVI en Friburgo es una hoja de ruta para reconocer, entender y penetrar en el Misterio de la Iglesia. Lo comparto de forma literal:
 
Queridos hermanos en el episcopado y el sacerdocio, Ilustres señoras y señores,

Me alegra tener este encuentro con ustedes, que están comprometidos de muchas maneras con la Iglesia y la sociedad. Esto me ofrece una ocasión de agradecerles personalmente y de todo corazón su servicio y testimonio como "valerosos pregoneros de la fe y de las cosas que esperamos" (Lumen gentium, 35). En sus ambientes de trabajo, en el momento actual, no siempre es fácil defender con entusiasmo la causa de la fe y de la Iglesia.

Desde hace decenios, asistimos a una disminución de la práctica religiosa, constatamos un creciente distanciamiento de una notable parte de los bautizados de la vida de la Iglesia. Surge, pues, la pregunta: ¿Acaso no debe cambiar la Iglesia? ¿No debe, tal vez, adaptarse al tiempo presente en sus oficios y estructuras, para llegar a las personas de hoy que se encuentran en búsqueda o en duda?

A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue:usted y yo.

Este pequeño episodio pone de relieve dos cosas: por un lado, la Religiosa quiere decir a su interlocutor que la Iglesia no son sólo los demás, la jerarquía, el Papa y los obispos; la Iglesia somos todos nosotros, los bautizados. Por otro lado, parte del presupuesto de que efectivamente hay motivo para un cambio, de que existe esa necesidad, cada cristiano y la comunidad de los creyentes están llamados a una conversión continua.

¿Cómo se debe configurar concretamente este cambio? ¿Se trata tal vez de una renovación como la que realiza, por ejemplo, un propietario mediante una restructuración o la pintura de su edificio? ¿O acaso se trata de una corrección, para retomar el rumbo y recorrer de modo más directo y expeditivo un camino? Ciertamente, estos y otros aspectos tienen importancia. Pero por lo que respecta a la Iglesia, el motivo fundamental del cambio es la misión apostólica de los discípulos y de la Iglesia misma.

En efecto, la Iglesia debe verificar constantemente su fidelidad a esta misión. Los tres Evangelios sinópticos enfocan distintos aspectos del envío a la misión: ésta se basa en una experiencia personal: "Vosotros soy testigos" (Lc 24, 48); se expresa en relaciones: "Haced discípulos a todos los pueblos" (Mt 28, 19); trasmite un mensaje universal: "Proclamad el Evangelio a toda la creación" (Mc 16, 15). Sin embargo, a causa de las pretensiones y de los condicionamientos del mundo, el testimonio viene repetidamente ofuscado, alienadas las relaciones y relativizado el mensaje. Si después la Iglesia, como dice el Papa Pablo VI, "trata de adaptarse a aquel modelo que Cristo le propone, es necesario que ella se diferencie profundamente del ambiente humano en el cual vive y al cual se aproxima" (Carta encíclica Ecclesiam suam, 24). Para cumplir su misión, ella tomará continuamente las distancias de su entorno, debe en cierta medida ser desmundanizada.

La misión de la Iglesia deriva ciertamente del misterio del Dios uno y trino, del misterio de su amor creador. El amor no está presente en Dios de un modo cualquiera: Él mismo, por su naturaleza, es amor. Y el amor de Dios no quiere quedarse en sí mismo, quiere difundirse. En la Encarnación y en el sacrificio del Hijo de Dios, ese amor ha alcanzado a los hombres de modo particular. El Hijo ha salido de la esfera de su ser Dios, se ha hecho carne y se ha hecho hombre; y ciertamente no sólo para confirmar el mundo en su mundanidad, y ser un acompañante suyo que lo deja totalmente intacto tal como es.

Del evento cristológico forma parte algo incomprensible, pues incluye (como dicen los Padres de la Iglesia) un commercium, un intercambio entre Dios y los hombres, en el que ambos, aunque en un modo completamente distinto, dan y adquieren algo, entregan y reciben gratuitamente. La fe cristiana sabe que Dios ha puesto al hombre en una libertad, en la que él puede ser verdaderamente un partner y entrar en un intercambio con DiosAl mismo tiempo, el hombre es consciente de que ese intercambio es posible sólo gracias a la generosidad de Dios que toma la pobreza del mendigo como una riqueza, para hacer soportable el don divino, pues el hombre no puede corresponder con nada equivalente.

También la Iglesia debe su ser a este intercambio desigual. No posee nada de autónomo ante Aquel que la ha fundada. Encuentra su sentido exclusivamente en el compromiso de ser instrumento de redención, de impregnar el mundo con la palabra de Dios y de trasformarlo al introducirlo en la unión de amor con Dios. La Iglesia se sumerge totalmente en la atención condescendiente del Redentor para con los hombres. Ella misma está siempre en movimiento, debe ponerse constantemente al servicio de la misión que ha recibido del Señor. La Iglesia debe abrirse una y otra vez a las preocupaciones del mundo y dedicarse a ellas sin reservas, para continuar y hacer presente el intercambio sagrado que comenzó con la Encarnación.

En el desarrollo histórico de la Iglesia se manifiesta, sin embargo, también una tendencia contraria, la de una Iglesia que se acomoda a este mundo, llega a ser autosuficiente y se adapta a sus criterios. Por ello da una mayor importancia a la organización y a la institucionalización que a su vocación a la apertura.

Para corresponder a su verdadera tarea, la Iglesia debe una y otra vez hacer el esfuerzo por separarse de lo mundano del mundo. Con esto sigue las palabras de Jesús: "No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Jn 17,16). En un cierto sentido, la historia viene en ayuda de la Iglesia a través de distintas épocas de secularización que han contribuido en modo esencial a su purificación y reforma interior.

En efecto, las secularizaciones (sea que consistan en expropiaciones de bienes de la Iglesia o en cancelación de privilegios o cosas similares) han significado siempre un profundo desarrollo de la Iglesia, en el que se despojaba de su riqueza terrena a la vez que volvía a abrazar plenamente su pobreza terrena.

Con esto la Iglesia compartía el destino de la tribu de Levi que, según la afirmación del Antiguo Testamento, era la única tribu de Israel que no poseía un patrimonio terreno, sino, como parte de la herencia, le había tocado en suerte exclusivamente a Dios mismo, su palabra y sus signos. Con esta tribu, la Iglesia compartía en cada momento histórico, la exigencia de una pobreza que se abría al mundo para, separarse de su vínculos materiales y, así también, su actuación misionera volvía a ser creíble.

Los ejemplos históricos muestran que el testimonio misionero de la Iglesia "desmundanizada" resulta más claro. Liberada de su fardo material y político, la Iglesia puede dedicarse mejor y verdaderamente cristiana al mundo entero, puede verdaderamente estar abierta al mundo. Puede vivir nuevamente con más soltura su llamada al ministerio del adoración a Dios y al servicio del prójimo. La tarea misionera, que va unida a la adoración cristiana y debería determinar la estructura de la Iglesia, se hace más claramente visible.

La Iglesia se abre al mundo, no para obtener la adhesión de los hombres a una institución con sus propias pretensiones de poder, sino más bien para hacerles entrar en sí mismos y conducirlos así a Aquel del que toda persona puede decir, con san Agustín: Él es más íntimo a mí que yo mismo (cf. Conf. 3, 6, 11). Él, que está infinitamente por encima de mí, está de tal manera en mí que es mi verdadera interioridad. Mediante este estilo de apertura al mundo propio de la Iglesia, se queda al mismo tiempo diseñada la forma en la que cada cristiano puede realizar esa misma apertura de modo eficaz y adecuado.

No se trata aquí de encontrar una nueva táctica para valorizar otra vez la Iglesia. Se trata más bien de dejar todo lo que es mera táctica y buscar la plena sinceridad, que no descuida ni reprime nada de la verdad de nuestro hoy, sino que realiza la fe plenamente en el hoy viviéndola totalmente precisamente en la sobriedad del hoy, llevándola a su plena identidad, quitando lo que sólo aparentemente es fe, pero en realidad no son más que convenciones y hábitos.

Digámoslo con otras palabras: la fe cristiana es para el hombre siempre un escándalo, no sólo en nuestro tiempo. Creer que el Dios eterno se preocupe de los seres humanos, que nos conozca; que el Inasequible se haya convertido en un momento dado en accesible; que el Inmortal haya sufrido y muerto en la cruz; que a los mortales se nos haya prometido la resurrección y la vida eterna; para nosotros los hombres, todo esto es verdaderamente una osadía.

Este escándalo, que no puede ser suprimido si no se quiere anular el cristianismo, ha sido desgraciadamente ensombrecido recientemente por los dolorosos escándalos de los anunciadores de la fe. Se crea una situación peligrosa, cuando estos escándalos ocupan el puesto del skandalon primario de la Cruz, haciéndolo así inaccesible; esto es cuando esconden la verdadera exigencia cristiana detrás de la ineptitud de sus mensajeros.

Hay una razón más para pensar que sea de nuevo el momento de abandonar con audacia lo que hay de mundano en la Iglesia. Lo que no quiere decir retirarse del mundo. Una Iglesia aligerada de los elementos mundanos es capaz de comunicar a los hombres(tanto a los que sufren como a los que los ayudan) precisamente en el ámbito social y caritativo, la fuerza vital especial de la fe cristiana. "Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia" (Carta encíclica Deus caritas est, 25). Ciertamente, también las obras caritativas de la Iglesia deben prestar atención constante a la exigencia de un adecuado distanciamiento del mundo para evitar que, ante un creciente alejamiento de la Iglesia, sus raíces se sequen. Sólo la profunda relación con Dios hace posible una plena atención al hombre, del mismo modo que sin una atención al prójimo se empobrece la relación con Dios.

Estar abiertos a las vicisitudes del mundo significa por tanto para la Iglesia "desmundanizada" testimoniar, según el Evangelio, con palabras y obras, aquí y ahora, la señoría del amor de Dios. Esta tarea, además, nos remite más allá del mundo presente: la vida presente, en efecto, incluye la relación con la vida eterna. Vivamos como individuos y como comunidad de la Iglesia la sencillez de un gran amor que, en el mundo, es al mismo tiempo lo más fácil y lo más difícil,porque exige nada más y nada menos que el darse a sí mismo.

Queridos amigos, me queda sólo implorar para todos nosotros la bendición de Dios y la fuerza del Espíritu Santo, para que podamos, cada uno en su propio campo de acción, reconocer una y otra vez y testimoniar el amor de Dios y su misericordia. Gracias por su atención.

Benedicto XVI. Friburgo de Brisgovia, 25 de septiembre de 2011
Fuente: Religión en Libertad

CARTA DE UN INGLES A SU MUJER DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS




David Tinker - 25 años. Tripulante del HMS Glamorgan el 12 de junio de 1982. Carta a su mujer.
Su carta:
Querida Christine:
Es muy fácil comprender cómo se ha desatado la guerra: nuestra primera ministra se imaginó que era Churchill desafiando a Hitler, y la Marina la apoyó para obtener publicidad y popularidad rápidamente. Estoy seguro de que de esta destrucción sólo se beneficiarán Mrs. Tacher y los fabricantes de armas.
Lo que más me apena es que no hay causa para esta guerra, y si somos honestos, los argentinos son mucho más patriotas con respecto a las Malvinas que nosotros con las Falklands. Y lo que la primera ministra no comprende, es que los argentinos creen firmemente que las Malvinas son de ellos.
Han enviado contra nosotros pilotos en misiones suicidas, en viajes sin regreso, porque estamos fuera de su alcance, y eso que ellos no tienen helicópteros de rescate en el mar para recuperar después a los pilotos.
Los pilotos argentinos enfrentan cada día misiles antiaéreos de aplastante superioridad.
Realmente, la valentía de esos hombres demuestra que tienen mucho más que un tibio interés en estas islas.
Considerando la tragedia, la angustia, y el horror de las vidas perdidas, que han sido sacrificadas de buena gana por los políticos para tapar la ineptitud y necedad de su gobierno, considerando además los resultados en dolor, pérdidas económicas y pérdidas de buques para Gran Bretaña, me parece a mí que esta es la guerra más inútil que Gran Bretaña ha hecho en toda su historia.
Espero que todo esto termine pronto... Creo que los argentinos ya han demostrado honorablemente su valentía.

David Tinker
Carta a su mujer, durante la guerra de las Malvinas. Días después moriría en combate. Falleció en el HMS Glamorgan el 12 de junio de 1982 por un misil Exocet MM-38 argentino.

MALVINAS EN LA ONU




Por María Delicia Rearte de Giachino
En la reciente reunión de la ONU realizada en Nueva York el 21 de setiembre pp la Sra. Presidente Dra. Cristina Fernández, en su  exposición de alrededor de 25 minutos se refirió a muy importantes temas de la Política Exterior Argentina cuales son PALESTINA, MALVINAS e IRAN. En ese orden. Como argentina, hubiera deseado que el tema prioritario y excluyente fuera LA CUESTION MALVINAS.
Sin embargo  en esta oportunidad, la Presidente fue más precisa y contundente al mencionar detalladamente  la gran cantidad de resoluciones y  documentos emitidos por diversos foros internacionales y regionales, sobre la discusión de Soberanía de las Islas y  de  los cuales a través de 30 años, el Reino Unido ha hecho caso omiso.
Lamentablemente el efecto de tal mención se vio desmerecido por su alusión a los esgrimidos  DDHH de una "guerra sucia" que no tienen absolutamente nada que ver, con una GUERRA como la de MALVINAS la cual con la sola e ineludible motivación de la defensa de la PATRIA usurpada, sin diferencias ni políticas, ni ideológicas, ni sectoriales, solo en cumplimiento del deber, con una movilización   de más de 20.000 hombres afectados a ella y más de 20.000 familias afectadas por ella, ofrecieron sus verdaderos DERECHOS HUMANOS, sin pedir revanchas ni venganzas, dando al mundo ejemplo de HONOR y JUSTICIA, aun en la transitoria derrota.
La causa de la indiferencia  despreciativa del enemigo debe buscarse en la incapacidad de los sucesivos gobiernos y respectivas cancillerías argentinas a partir del 83 que firmaron tratados indignos como los de Lisboa y  Madrid, que abrieron un "paraguas" aislando el tema esencial de  Soberanía, que no repudiaron la pretendida  autodeterminación de los isleños, que aceptaron el oprobio de pisar suelo paterno  munidos de Pasaporte...
  Que  admitieron pasivamente el atropello ingles inscribiendo  a  Malvinas como "Territorio de ultramar", "País ribereño", aumento de la zona de exclusión a 350 millas, y otros avances del usurpador en materia petrolífera, pesquera, turística e incluso   pretender reabastecer sus buques en puertos argentinos , sin que en ninguna de las oportunidades abiertas al mundo que ha tenido Argentina, como la reciente en la ONU, se los denunciara con fuerza y convicción.
La pueril amenaza de suspender los vuelos de LAN a Malvinas, seguramente habrán provocado una sonrisa compasiva en Mr. Cameron. El espacio aéreo argentino, fue y es violado constantemente. La fastuosa  pista de aterrizaje del millonario ingles construida en la Patagonia no puede pasar inadvertida por las autoridades argentinas. Las maniobras navales son permanentes y de rutina en aguas en litigio. Pero  todo esto y más, está suscrito en acuerdos firmados por nuestros representantes de modo que no queda lugar para "el pataleo..."
La respuesta inglesa no se hizo esperar: "DE ESO NO SE HABLA"
¡¡¡ HASTA LA PRÓXIMA, ARGIS...!!!
I´M SORRY...
PERO...
Se cumplen 30 años en el 2012 de que nos fueron arrebatadas nuevamente, como en 1833,hace 180 años, "manu militaris" nuestras AMADAS ISLAS y en ellas, sin firmar tratados  las Cruces de Darwin imponen SOBERANIA

MARIA DELICIA REARTE DE GIACHINO
DNI 1605228
¡¡¡ MALVINAS VOLVEREMOS !!!

MENDOZA 24 SETIEMBRE 2011
DIA DE NTRA SRA, DE LA MERCED


SUPREMA CORTE DE MEXICO ESTÁ LEGALIZANDO EL ABORTO DURANTE LOS NUEVE MESES DEL EMBARAZO



Por Alberto R. S. Monteiro
Desde México
Necesitamos urgentemente de su auxilio para la defensa de la vida.
La Suprema Corte de Justicia de México, está declarando nulas las constituciones de 18 estados mexicanos que establecieron el derecho a la vida desde la concepción.
Los ministros de la Corte están sentenciando que no existe derecho a la vida antes del nacimiento, y que, aunque existiese, no sería absoluto y el derecho a la vida del niño por nacer, en cualquier edad del embarazo, no puede violar la "dignidad y los derechos reproductivos de las mujeres".
Con esto los jueces están reconociendo, en contra la posición de la mayoría de la población y hasta de los propios legisladores mexicanos, el derecho al aborto desde la concepción hasta los nueve meses del embarazo, que es actualmente la propuesta promovida por la ONU para el Derecho Internacional.

Necesitamos su auxilio.
Envíe esta nota a todos sus contactos y envíe un fax a la Suprema Corte de México, manifestando su posición en favor de la vida.
La urgencia del tema exige que se envíe inmediatamente un fax , en vez de solo un mail.
1. Debido a la gravedad de la situación, pedimos que cada uno escriba algún mensaje con sus propias palabras en vez de enviar un mensaje padronizado.
2. Quien participe de alguna Iglesia o religión, manifiéstese como religioso, como ciudadano o profesional, ya que todos tenemos derechos
3. A los magistrados de la corte constitucional se debe el máximo respeto en cualquier circunstancia. Por teléfono o por escrito sea siempre educado al extremo pero no deje de manifestar claramente su punto de vista.
4. Es muy importante que además de escribir e-mails, que pueden ser fácilmente apagados por cualquier empleado con un clic de mouse, que se telefonee de viva voz o se mande un fax.
5. Tengan certeza que su participación es decisiva e indispensable para evitar un holocausto de proporciones continentales, y que el bien que están ayudando a promover está por arriba de toda gratitud posible.
6. Los números de teléfonos, fax y direcciones de e-mails están al final de esta nota
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Resumen de los hechos
México es constituido por 31 estados un distrito federal. Cada Estado posee su propio código penal.
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1. En 2007 el distrito federal legalizó el aborto
En 2007 el distrito federal de México legalizó el aborto hasta los tres meses de embarazo, a pesar de que en México la mayoría del pueblo es contraria al aborto.
En menos de un mes, diversos grupos a favor de la vida entraron con dos acciones en la suprema corte de justicia, pidiendo que el Tribunal declarase la inconstitucionalidad de la ley (acción de Inconstitucionalidad 146/2007 y 147/2007). La Suprema corte dio amplia divulgación a la tema y creó un sitio, existente hasta hoy, para que todo México acompañase el caso:
Http://www.informa.scjn.gob.mx/inicio.html.
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2. En 2008 la suprema corte juzgó Constitucional la legalización del Aborto en distrito federal.
En 2008 la suprema corte juzgó las dos acciones y consideró la legalización del aborto, en distrito federal, válida y constitucional.

La decisión final sentenció que antes del nacimiento no había derecho a la vida.
Según las palabras textuales de la sentencia definitiva:
"La legalización del aborto no contraría el derecho a la vida, pues este se vincula únicamente con la persona que ha nacido.
El vocablo "persona" se distingue de los de "ser humano" u "hombre". Ser humano y hombre, implican una realidad biológica y que no son el objeto del Derecho. Para que una persona pueda ser sujeto de derechos y obligaciones requiere de la "capacidad jurídica" y se adquiere esa calidad con el nacimiento y se la pierde con la muerte.
Suponer que desde la concepción el ser humano tiene la calidad de persona implicaría suprimir los efectos jurídicos del nacimiento, que es el hecho que otorga la calidad de persona.
Consecuentemente, los proponentes de esta acción de inconstitucionalidad parten de una falacia, a saber, que el Derecho a la vida, reconocido y protegido constitucional y legalmente, tiene como destinatario a todo ser humano.
El "niño por nacer" no es titular del Derecho a la vida, lo que se corrobora si se atiende al hecho de que en la mayoría de las legislaciones se establece una sanción penal más elevada para el infanticidio o el homicidio, que para el aborto.
El artículo 1° de la convención sobre los derechos del niño, si bien establece la necesidad de la protección del niño "tanto antes como después del nacimiento", no dispone que el "que aún no nació" sea un niño, pues conforme al propio numeral "…se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad…", y tomando en cuenta que la edad comienza con el nacimiento, es claro que se utiliza un concepto amplio de ser humano que sólo comprende al nacido.
 [vea la página 79-81 del documento de la sentencia definitiva:
Http://ss1.webkreator.com.mx/4_2/000/000/01f/c72/engrosecossxcdo-146-07.pdf]
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3. Entre 2008 2011, 18 Estados de Mexico reconocieron el derecho a la vida desde la concepción.
En reacción a la absurda decisión de la suprema corte, entre 2008 y 2011, 18 de los 31 estados mexicanos, siguiendo la posición mayoritaria de sus ciudadanos, enmendaron su propias Constituciones para reconocer el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Para hacerlo, estos estados se basaron en el hecho de que en 2008 la suprema corte de justicia había decidido que, ya que según la Corte la constitución mejicana no reconoce cualquier derecho a la vida para el niño por nacer, la misma corte sentenció que la decisión de legislar o no sobre el aborto, tanto en un sentido cuanto en otro, era una atribución de los legisladores locales.
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4. Entre los días 26 y 30 de septiembre De 2011, la Suprema Corte de México Estará declarando inválidas las Constituciones de los Estados que reconocen el Derecho a la Vida antes del nacimiento.
Pero, después que los estados de Méjico empezaron a reconocer el Derecho a la vida desde la concepción, los grupos a favor del aborto entraron, por su vez, con acciones de inconstitucionalidad, pidiendo a la suprema corte que ahora declarase que las nuevas constituciones estaduales así enmendadas eran incompatibles con la constitución de México.
La suprema corte esta vez invirtió el raciocinio y el ministro Ponente José Franco Gonzáles distribuyó su proyecto de voto afirmando que ya que la constitución mejicana no prevé el derecho a la vida antes del nacimiento, los estados no poseían la soberanía de introducir un nuevo derecho a la vida, yendo así en contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres quiénes, éstos sí, son reconocidos por la constitución de México.
Así, en el día 13 de septiembre el ministro relator José Fernando Franco González salas publicó su proyecto de sentencia en el cual decía que se la constitución mejicana no reconoce la personalidad jurídica sino después del nacimiento y, por lo tanto, si no había derecho a la vida para los niños por nacer, los estados mejicanos no podrían legislar en sentido contrario, vulnerando la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres, éstos sí, reconocidos por la constitución. Por tanto, según el ministro Relator, las constituciones estaduales que reconocen el derecho a la Vida desde la concepción deben ser declaradas inválidas.
Si ocho ministros de los 11 ministros votan a favor del proyecto, el aborto estará prácticamente legalizado hasta el momento del alumbramiento, una vez que no habrá más derecho a la vida que pueda ser defendido por cualquier ley, sino después del nacimiento.
El hecho de que el derecho a la vida no esté claro en la Constitución de los países modernos no se debe a la voluntad del constituyente de no querer proteger tales derechos, ni a la inexistencia de tales derechos, pero a un defecto histórico de la propia constitución, cuyos legisladores no preveían el surgimiento de la moderna presión internacional de las grandes fundaciones norteamericanas que se desencadenaría principalmente desde 1990 para imponer la legalización del aborto al mundo moderno, y jamás habrían imaginado que la tesis del derecho a la vida solo después del nacimiento fuese transformada por la propia ONU en una de sus banderas para la construcción de un nuevo derecho internacional.
Pero el derecho moderno prevé abundantes principios de interpretación por los cuales los jueces no son obligados a reconocer que no existe un derecho simplemente porque, por un simple defecto de visión histórica de los textos legislativos, tales derechos no están mencionados con la misma claridad que otros. Principios como el de la razonabilidad y de la progresividad del derecho, entre tantos otros, pueden ser aplicado por cualquier juez desde el momento en que él reconoce que una sentencia interpretativa suya de textos poco claros significará la institución absurda de un nuevo derecho de matar cualquier ser humano desde su concepción hasta poco minutos antes del momento de su alumbramiento, que es lo que la suprema corte de México está haciendo en este exacto momento.

Todo esto lo puedes leer en las palabras del voto del ministro ponente José Fernando Franco Salas, según están en el propio texto firmado por su excelencia:
"la constitución política de Estados Unidos Mejicanos no establece que los no nacidos sean personas, individuos o sujetos jurídicos o normativos y solo les reconoce como bienes jurídicamente protegidos, por más que les califiquen como pertenecientes a la especie humana.
La constitución solo reconoce derechos fundamentales para las personas jurídicas, esto es, para los individuos que ya nacieron y, por tanto, si el ámbito personal de validez de las normas constitucionales si refiere a los ya nacidos, ya no puede entenderse referido a la vida prenatal.
La propia norma suprema también hace referencia con lo nacimiento, especialmente en el artículo 30, el precepto que establece los supuestos en que se debe considerar que una persona tiene nacionalidad mejicana. La norma indica que el hecho generador de ese estatus es, precisamente, el nacimiento; no la fecundación o concepción. La calidad de "mejicano", de acuerdo con la propia Constitución General, implica determinadas consecuencias jurídicas, derechos y obligaciones, que solo son aplicables a los sujetos nacidos, porque los no nacidos aún no tienen ese carácter.
Por otro lado, la postura según la cual se es sujeto de derecho la partir del nacimiento es reforzada cuando consideramos el contenido del artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual el México es parte.
La convención afirma que "el niño será registrado inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho, desde su nacimiento, a un nombre, a una nacionalidad y, en la medida del posible, a conocer sus padres y a ser cuidado por ellos".
El artículo refuerza la noción de que el estatus de "persona", para efectos jurídicos, se contrae del momento del nacimiento, pues es la partir de entonces que el niño tiene derecho a ser inscrito en un registro, a recibir un nombre, a adquirir una nacionalidad y a conocer suyos padres y ser cuidado por ellos. Es desde el nacimiento que adquiere el carácter de un "niño" o "niña", para todos los efectos legales, con las excepciones que establece la legislación civil, mismo las cuales están, en todo caso, sometidas a la condición necesaria y absoluta del nacimiento para su eficacia.
En conclusión, desde una interpretación de la constitución o de los tratados internacionales no se puede concluir que el producto de la concepción o fecundación, independientemente de la etapa gestacional en el que se encuentre, se deba considerar como persona jurídica o individuo, para efectos de ser sujeto de los derechos constitucionales o de tener capacidad jurídica.
Además, debe decirse que este tribunal Constitucional ya se pronunció en el sentido de que el derecho a la vida no es absoluto, y así, en cualquier caso, el bien constitucionalmente protegido relativo a la vida prenatal no podría tener una superioridad absoluta e ilimitada con relación con otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos, al calificar como persona humana en sentido normativo al producto de la concepción en etapa prenatal, en detrimento de los derechos de las personas nacidas.
Por tanto, si las normas generales impugnadas, incluso cuando pretender proteger la vida prenatal, violen la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres, en especial de las que no anhelan procrear, entonces esa condición sería suficiente para no ser válidas constitucionalmente".
Http://www.scjn.gob.mx/2010/difusion/documents/proyectosderesolucion/ai-11-0
9-bajacalifornia.pdf
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5. El juicio de la corte se está transmitiendo en vivo para todo el mundo.
La suprema corte de México está transmitiendo su juicio en tiempo real para todo el mundo. Puede ser acompañado a través de este link, y debe durar desde el día 26 de septiembre hasta el día 30 de septiembre de 2011:

Http://209.59.178.192/transmisionenvivo/video.html

Hasta el lunes día 26 de septiembre, por la tarde, solamente habían votado dos ministros, uno de ellos, el sr. Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano, a favor de la vida.
Vea el noticiero de los periódicos mejicanos:
Http://www.eluniversal.com.mx/nacion/188906.html
Http://www.vanguardia.com.mx/prohibirabortovacontraelestadolaicoscjn-1096900
.html
Http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/rubriche/amlat/20110926174935321792.html
Http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9025282

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6. Teléfonos, mails y faxes de los
Ministros
Mbluna@mail.scjn.gob.mx; oscgv@mail.scjn.gob.mx;
Azalvidarl@mail.scjn.gob.mx; jmpardor@mail.scjn.gob.mx;
Jbassh@mail.scjn.gob.mx; jramoncd@mail.scjn.gob.mx;
Lmaguilarm@mail.scjn.gob.mx; savallsh@mail.scjn.gob.mx;
Saguirrea@mail.scjn.gob.mx;
Scjn_presidencia@mail.scjn.gob.mx;
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Teléfonos y faxes
Ministro Margarita Beatriz Luna Ramos
00 52 55 4113 1004 / 00 52 55 4113 2386
Correo Electrónico: Mbluna@Mail.Scjn.Gob.Mx
Fax: 00 52 55 4113 1090
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Ministro Olga María Del Carmen Sánchez Cordero Dávila
00 52 55 4113 1002 / 00 52 55 4113 2402
Correo Electrónico: Oscgv@Mail.Scjn.Gob.Mx
Fax: 00 52 55 4195 5121
==========================================
Ministro Arturo Zaldívar Lelo De Larrea
00 52 55 4113 2407
Correo Electrónico: Azalvidarl@Mail.Scjn.Gob.Mx
==========================================
Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia
00 52 55 4113 2403 / 00 52 55 4113 1103
==========================================
Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo
00 52 55 4195 5174
Correo Electrónico: Jmpardor@Mail.Scjn.Gob.Mx
Fax: 00 52 55 4195 5133
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Lic. José Fernando Franco González Salas
00 52 55 4113 1091
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Ministro José Ramón Cossio Díaz
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Ministro Luis María Aguilar Morales
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Ministro Sergio Armando Valls Hernández
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Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano
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Ministro Juan N. Silva Meza
Ministro Presidente
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UCALP: DISCURSO DEL DR. CARLOS L. BOSCH DEL 20/9/2011



Estimados amigos:
         Hace pocos días recibí la grabación de una entrevista a Solzhenitzyn realizada hace algunos años en París. El periodista le leyó allí unos párrafos del libro 1914 donde se relata que un muchacho interrumpe el paseo meditabundo de Tolstoi y le pregunta: “Tolstoi, discúlpeme que interrumpa sus pensamientos, pero he viajado de muy lejos para preguntarle esto¨ ¿Cuál es el fin de la existencia humana en la tierra? Tolstoi responde: servir el bien y contribuir a la instauración del reino de Dios en la tierra. Está bien, dice el joven, ¿pero cómo? ¿por el amor, acaso? Sin duda, responde Tolstoi, exclusivamente por el amor.
El periodista pide la opinión de Solzhenitzyn sobre este dialogo. Solzhenitzyn medita unos segundos y dice: “Mi objeción es la siguiente: en el siglo XX hemos caído muy bajo, nos hemos hundido en un abismo, pero pese a estar en el abismo, se sigue poniendo al amor como exigencia. Considero que eso es prácticamente imposible; si le decimos hoy a la humanidad entera que se amen entre ellos no se llegará a nada; hay que ofrecerle algunos estados intermedios para llegar a eso; uno de ellos es el de no reaccionar contra la justicia, no ofender a la justicia; no hacer lo que no queremos que nos hagan.”
         Oyendo esta grabación  me  saltó a la cabeza algo muy elemental: sin justicia, sin disposición de los hombres a la justicia, y también sin un orden social que administre la justicia y la declare y la imponga cuando es necesario, no hay sociedad posible. Sin justicia es la ley del más fuerte, es el caos.
 Solhentzin nos está diciendo que sin esa actitud básica de no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros, sin ese ideal primario de justicia, no hay sociedad posible. Y nos está diciendo, de paso, que en nuestra época  existe  una enorme carencia de  este  ideal primario.
Ese ideal primario de justicia, de hacer lo justo, de propugnar lo justo, campea cada vez más por su ausencia enla Argentina. La justicia está gravemente enferma. Lo vemos a diario. Lo vemos cuando la sociedad admite que los alumnos de un colegio impongan por la fuerza quiénes y qué se les va a enseñar; lo vemos cuando los piquetes se instalan en las calles con cuidadosa protección policial paralizando la ciudad; lo vemos cuando un ministro o secretario impone con matones su voluntad en la empresa Papel Prensa y se ríe públicamente del juez que, por cierto, no reacciona; lo vemos aquí, en La Plata, cuando el anciano general Sain Jean es obligado a comparecer esposado ante el tribunal pese a la enfermedad que lo aqueja y pese a los dictámenes médicos la comprueban.
Lo vemos cada vez más y cada vez más a menudo.
En el aula magna de la facultad de derecho de Buenos Aires, se celebró hace poco un acto de desagravio a un juez de la Corte Suprema, el doctor Raúl Zaffaroni, a quien nuestra asociación pidió la renuncia ante las noticias comprobadas y confesadas de que en una cantidad de departamentos de su propiedad se ejercía la prostitución organizada. La noticia de un diario sobre este acto de desagravio decía: “Que el acto se hiciera en la Facultad de Derecho, con presencia y discurso de su decana Mónica Pinto y el rector de la UBA, Ruben Hallu, tuvo un gran peso simbólico y de respaldo hacia Zaffaroni. En el salón de actos no cabía ni un alfiler. Cerca de mil personas había, según calculaban quienes regulaban el desembarco del público en las butacas de terciopelo rojo. Las primeras filas estaban llenas de pañuelos blancos, entre ellos los de Hebe de Bonafini –por la Asociación Madres de Plaza de Mayo– y Nora Cortiñas y Marta Vázquez –de Madres Línea Fundadora–, estaban las Abuelas de Plaza de Mayo, el Nobel de la Paz AdolfoPérez Esquivel, políticos como Aníbal Ibarra, Vilma Ibarra, María Elena Naddeo, María José Lubertino y Héctor Recalde, el ministro de Trabajo Carlos Tomada, juristas como David Baigún, Arístides Corti y Eduardo Barcesat, jueces federales, secretarios, académicos y estudiantes. 
Este grupo de personas, señores, lo sabemos todos perfectamente, junto con otras conocidas que ocupan los principales puestos políticos nacionales, es el que maneja actualmente la Argentina. Esta gente que desagravia con tanto entusiasmo a un juez de la Corte sorprendido in franganti en el comercio prostibular domina hoy los resortes políticos y culturales del país.
A la pregunta sobre qué le pasa a  la Justicia en la Argentina, cabe la respuesta evidente: le pasa, en general, lo mismo que según Solzhenitzyn, y también según Santos Discépolo, le pasó al siglo XX. Que es lo que le sigue pasando al siglo XXI.
         Un filósofo amigo dice en un libro reciente que vivimos en un mundo en el que se está cumpliendo lo dicho en la carta a los Tesalonicenses sobre la venida del Anticristo, cuando dice que Dios les envía un poder engañoso para que crean en la mentira y sean condenados cuantos no creyendo en la verdad, se complacen en la iniquidad.
         Dice este amigo filósofo que lo que se está dando en este mundo de hoy es precisamente eso: creer en la mentira. Es decir, no el ser engañados y creer que lo mentiroso es lo verdadero, sino directamente adherir a la Mentira, sabiendo que es Mentira.
La mayor parte de los jueces que integran nuestra administración de justicia actual, al menos la justicia federal penal, se han plegado a la Mentira, especialmente aunque no solamente en este tema de los juicios por los denominados crímenes de lesa humanidad. Sus solemnes gestos de pretendida imparcialidad no disimulan su conciencia de que presiden parodias y no juicios verdaderos, en los que no dictarán sentencias  basadas en la ley y en las pruebas aportadas.
Adhieren a la Mentira sabiendo que es Mentira.
Saben perfectamente que esos juicios no deberían estar tramitando y saben que los acusados por hipotéticos crímenes de hace treinta años están irremediablemente condenados desde antes de comenzar el juicio.  Porque saben que los acusados son objeto de una rabiosa persecución política y que esa persecución no admite sentencias absolutorias.
Saben que en cada uno de estos juicios se traicionan los principios del derecho penal. No se atreven siquiera a pensar en la posibilidad de declarar que esos presuntos crímenes están prescriptos, que las leyes y tratados penales no pueden aplicarse retroactivamente, que la amnistía es un derecho definitivamente adquirido, que los indultos no pueden ser anulados. Saben estos jueces que presenciarán una secuencia de testimonios perfectamente orquestados desde la Secretaría de Derechos Humanos y saben que hay una firme e indoblegable decisión política de condenar a los imputados por el crimen fundamental de haber aplastado la subversión en los años setenta.
Y saben algo más: saben que si no cumplen esa decisión política, perderán sus cargos. O sus ascensos. O su tranquilidad.
Las condenas son irremediables.
Aceptan por ello estos señores magistrados, salvo honrosas excepciones, participar servilmente en la feroz persecución desatada por los ex terroristas y oportunistas políticos contra los oficiales y suboficiales y policías que los derrotaron con las armas en aquella terrible guerra sucia que azotó a la Argentina de los setenta. Y, además, hacen lo necesario para martirizarlos, obligando a los oficiales y suboficiales, a los hombres probos y corajudos como JaimeSmart y a los ancianos y enfermos a comparecer esposados ante la jauría ululante y henchida de odio.
Y así los juicios continúan, interminables. Pese a las amnistías, pese a los fallos judiciales firmes que en su momento las avalaron, pese a los indultos, pese a la irretroactividad de la ley, pese a los testigos falsos, y sobre todo pese a la evidencia de la persecución política. Pese a todo, los juicios continúan, se inician y se reinician día a día por la evidente razón de que han sido cuidadosamente pergeñados, no sólo como una venganza de los terroristas contra sus enemigos de ayer, sino –y sobre todo- como un ariete destructivo de las fuerzas armadas y de las fuerzas policiales argentinas.
Los planificadores de esta guerra judicial han pensado bien las cosas y han concluido que para terminar con la Argentina como Nación cristiana necesariamente hay que destrozar material y moralmente a sus Fuerzas Armadas porque en el seno de ellas –pese a las infinitas y terribles torpezas cometidas por sus propios jefes- en la organización de estas fuerzas, con todas sus grandes virtudes y terribles defectos, se encuentra una reserva esencial de la nacionalidad, del orden y de la jerarquía de los valores fundamentales de nuestra sociedad. Su solo carácter de fuerzas armadas, con sus marchas, sus tradiciones, su visión cristiana de la vida, su enaltecimiento del coraje, del patriotismo y del honor, las convierten necesariamente en  el reservorio de la nacionalidad y de la defensa de los valores tradicionales.  . 
De ahí el ataque furibundo que destroza su orgullo colocando a su frente una retorcida mujer montonera, que humilla a sus mandos y los somete permanentemente al deshonor. Por eso también la persecución insidiosa y permanente contra todos los ex oficiales que obedeciendo las órdenes la enfrentaron en los 70. Por eso también esta terrible humillación mediática del pseudo matrimonio de dos militares maricones.
Si tuviera que elegir dos actos simbólicos de la destrucción moral de las Fuerzas Armadas y de la Justicia, estos podrían ser: el primero, el de las fuerzas armadas, la imagen de aquel infeliz general trepado a un banquito –frente a la canalla que así se lo exigía- para bajar el retrato de quien había sido su comandante. El segundo símbolo, el de la Justicia destruida, el acto universitario de desagravio al señor Zaffaroni que mencioné más arriba.
Hace pocos días, el Dr. Alfredo Solari leyó su alegato defensivo de un grupo de militares ante el Tribunal Oral n° 5 de Buenos Aires. Les puedo asegurar a ustedes que ponía la piel de gallina presenciar la secuencia de verdades de a puño con las que Solari abofeteaba, frente a frente, a los jueces de dicho tribunal, mostrándoles con hechos y documentos hasta que punto han perdido el derecho de llamarse jueces de la Nación.
Esto es lo que está pasando en la Argentina.
Esto sucede cuando con toda impudicia y sin escándalo alguno el señor Luis Duhalde es colocado nada menos que al frente de la Secretaría de Derechos Humanos. Parece uno de esos chistes que mis nietos me formulan algunas veces: ¿Cuál es el colmo de los Derechos Humanos? Y la respuesta risueña: “tenerlo a Luis Duhalde como su director”.
Si un país ha podido llegar a este colmo impresionante sin que estallen indignados los medios de prensa y radiales y sin que a mucha gente le importe absolutamente nada, si ha podido aceptar tranquilamente que una ex terrorista sea la comandante de las fuerzas armadas y ahora de las fuerzas de seguridad, ¿qué más se puede esperar? ¿Qué más bajo que eso se puede caer?
Pero basta de lamentos. Gerardo Palacios Hardy ha de estar sulfurándose en su asiento, ya que acaba de escribir en un artículo que la buena resistencia existe en la Argentina, aunque no parezca. Todavía es débil, indecisa, dice, está falta de líderes. Pero está también cada vez más enojada. ¡Cuidado con el derrotismo!, advierte, que estar derrotado no es lo mismo que estar vencido.
Nuestra Asociación de Justicia y Concordia fue creada, precisamente, para enfrentar este ambiente negativo, para luchar contra toda esta impudicia, para clamar contra estos montoneros encumbrados en los altos puestos del poder de turno que no van a durar para siempre.
Fundamos esta Asociación, que crece día a día, en medio del triunfo del enemigo, en medio de nuestros militares encarcelados, en medio de las muertes en prisión de muchos de ellos, en medio de un proceso casi ya triunfante de destrucción de nuestras fuerzas armadas, en medio del exitismo incontrolable de un kirchnerismo ensoberbecido y de una justicia aplastada y olvidada del significado de su juramento de impartir justicia.
Nacimos como Asociación precisamente cuando agonizan las fuerzas armadas, cuando agonizan las fuerzas de seguridad y cuando agoniza la justicia. Y sobre todo cuando gran parte de nuestra sociedad parece adormecida en medio de todo este oprobio.
No nacimos, por ende, para rendirnos porque el presidente de la Corte, señor Lorenzetti, se haya plegado de lleno a la venganza y a la persecución, o porque Luis Duhalde siga a cargo de los derechos humanos o porque Verbitzki siga repartiendo su veneno día a día y cada vez con más medios económicos para hacerlo.
Quienes creamos esta Asociación estamos convencidos de que no podemos mirar para otro lado mientras estos marxistas disfrazados de peronistas, y los oportunistas que se les adhieren destruyen sistemáticamente nuestra patria, mientras siguen empeñados en destruir, una por una, la totalidad de nuestras instituciones y de nuestro orden jurídico, mientras pervierten a nuestras juventudes con manuales de estudios inmorales y mentirosos, con el dominio de los medios televisivos y radiales, con la persecución despiadada a los medios que no trabajan para ellos.
Nuestra Asociación persigue y seguirá persiguiendo sin desmayo el retorno del orden, de la Justicia y de la Concordia en la Argentina. Justicia que requiere que nuestros jueces despierten de una buena vez y dejen de temblar, y Concordia que exige que los buscadores del odio, de la venganza y de la persecución abandonen los puestos directivos que hoy ocupan y vuelvan a sus casas –o a la cárcel muchos de ellos- a rumiar sus resentimientos en soledad.
Por eso decidimos denominar a nuestra asociación con esos dos vocablos –Justicia y Concordia- que denuncian los dos males contrarios que envenenan a nuestra sociedad: la corrupción de la justicia al someterla a los dictados de intereses ideológicos y la destrucción de la concordia incentivando la mentira, venganza y el odio.
Queremos restaurar la justicia en la Argentina. No sólo buscamos que vuelvan a ser jueces los hombres que integran la administración de la justicia, sino que queremos restaurar también, fundamentalmente, la idea misma de la justicia en nuestra sociedad. La necesidad imperiosa de que vuelva a brillar en la Argentina, en el conjunto de los argentinos, la virtud de la justicia como un valor esencial a su existencia.
         Y queremos restaurar la concordia entre los argentinos. No por cierto con falsos abrazos con quienes persisten en su idea de destrucción de la Argentina, sino con todos aquellos que, aun cuando enfrentados ayer, por encima de sus múltiples diferencias políticas actuales hoy quieren una Argentina en la que impere el orden, la libertad y en donde las instituciones funcionen como tales. 
Permítanme ahora detenerme un momento para formular dos o tres preguntas de auto-examen:
¿No será que los de Justicia y Concordia estamos completamente equivocados?
¿No será que los jueces federales que juzgan a los hombres de las fuerzas armadas y de seguridad creen sinceramente que imparten justicia y que así actuarían aunque el gobernante de turno fuera la Junta Militar y no el gobierno de los Kirchner?
¿No será que el ex presidente Kirchner y la presidenta actual no están manejando la justicia como un arma de odio y de venganza, sino guiados exclusivamente por el amor a la patria y a la justicia y lo mismo harían si la imputada de cometer crímenes de lesa humanidad fueran Bonafini, o Luis Duhalde o Verbistzky o Kunkel?
No hace falta responder estas preguntas, me parece.
         Hace algunas semanas, caminando hacia la salida de la cárcel de Marcos Paz después de haber visitado y charlado con varios de los presos militares y policiales allí detenidos, me asaltó la pregunta de por qué diablos estas visitas carcelarias a gente que sufre semejante injusticia resultan tan impresionantemente aleccionadoras para el visitante. Por qué uno sale de allí, digamos, tan notablemente reconfortado.
         La respuesta, me dije mientras trasponía las últimas puertas del penal saludado siempre amablemente por los guardias penitenciarios, es evidente: uno sale reconfortado y con nuevos bríos porque siente que ha estado con hombres que quieren realmente a su país, que sufren enormemente la prisión que padecen, pero que también sufren por lo que le pasa a la Argentina. Uno siente, en definitiva, que ha estado con hombres patriotas, ese espécimen que está  lamentablemente en  extinción; hombres que aman a su patria.
         Queda poco de eso afuera, o está muy callado. Pero allí adentro sí que queda. Yo no digo que cada preso político sea un patriota, pero sí que los hay en gran cantidad.
Marcos Paz, Campo de Mayo, Ezeiza, Bower y otras muchas cárceles del interior del país, son hoy un reservorio de argentinos patriotas encerrados por impulso de la subversión triunfante y la complicidad de muchos de nuestros tribunales, especialmente el más alto tribunal del país. La cárcel, la persecución, la arbitrariedad judicial, la venganza subversiva, el odio, la indiferencia política y social por su suerte y las privaciones a las que la sociedad los somete como premio por haber obedecido a sus superiores en el combate contra la subversión, no han conseguido extinguir ese patriotismo sino que más bien parecen haberlo acentuado.
         Es claro que habrá allí, como en cualquier lado, buenos y malos, honestos y deshonestos, mejores y peores, pero es indudable que uno percibe en el conjunto, como si se palpara, el fuerte amor hacia esta patria nuestra, más allá de sus congéneres desagradecidos y acomodaticios.
Desean la libertad y el regreso al hogar con ansia desesperada, pero la adversidad –tal vez porque son soldados- en lugar de envilecerlos los ha hecho crecer en hombría y en patriotismo. Se mueren muchos de estos hombres de sesenta, setenta y ochenta años o más, por falta de la debida atención médica, pero mantienen alto el espíritu de sacrificio y los oficiales siguen dando ejemplo de templanza.          
Y termino ahora preguntando: ¿Nos queda algo para ser optimistas?
Sí, señores. Pese a todo lo negativo que nos rodea, nos queda algo. Nos queda mucho, en realidad.
Nos queda el interior de la Argentina, los hombres de las provincias, los hombres del campo que en su momento mostraron lo que son capaces cuando advierten que se quiere destruir el país. Esa gente sigue estando, muchas veces a pesar de algunos dirigentes que, como decía Almafuerte parecen tener “la cobarde intrepidez del pavo, que amaina su plumaje al primer ruido”. La gente está. Sólo espera apoyar a alguien que con patriotismo real represente la verdadera reacción. Alguien que, frente a este cachivache destructivo que llaman “modelo”, no les ofrezca un poco más o menos de eso mismo, como ocurre con la oposición política, sino que proponga un verdadero gobierno para una Argentina fuerte y sana.
Nos quedan nuestros hombres presos en Buenos Aires y en el interior, formidables faros de coraje y de honor que cada miércoles que los visitamos allí en Buenos Aires, o cuando lo hemos hecho en Santa Fe, Salta, Corrientes, Chaco, Córdoba, nos dan ejemplo de un patriotismo inclaudicable.
Nos quedan esas mujeres, esposas, hermanas e hijas de militares y policías, luchadoras sin desmayo que han sido y son nuestro ejemplo diario de entrega y de lucha.
Nos quedan los jueces probos, que los hay todavía.
Nos queda quedan Universidades como esta que hoy nos recibe y nos permite cantar verdades cuando tantos callan.
Nos quedan, pese a todo, tantos militares en actividad y tantos policías honestos, que esperan les devuelvan sus banderas sanmartinianas para volver a formar patriotas.
Nos queda esta Asociación por la Justicia y la Concordia, que en poco tiempo reunió a 400 integrantes y crece día a día.
Nos quedan ustedes aquí presentes. Y también nos queda una gran masa de argentinos que aunque hoy parecedesprevenida en cuanto a esta destrucción sistemática de las bases en las que se asienta su propia historia y su propio destino, sin duda en algún momento reaccionará y apoyará la buena causa para que el orden, la Justicia y la Concordiaretornen a nuestro país.
         Y por sobre todas las cosas, nos queda nuestra Madre, la Virgen María, quien ruega a su Hijo por este buen combate. Y nos queda nuestro Jefe imbatible, único Rey y Señor de la Historia, Jesucristo, quien nos asegura la gran victoria final, pase lo que pase en el camino.