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domingo, 26 de febrero de 2012

OTRA TRAGEDIA, Y VAN…




Por Ricardo Díaz

         Tristísimo… muy triste e incomprensible, a pesar de que era previsible que iba a suceder esta terrible desgracia, puesto que toda una cadena de irresponsabilidad se fue sumando para que tamaño “accidente” aconteciera.
         Puse accidente entre comillas porque en estos trágicos hechos siempre hay culpables directos e indirectos, por lo cual no es algo fortuito, es causado por algo o alguien que anda mal.
         En el caso del espantoso “accidente” del tren en Once se habla de causas, ¿pero que tipo de causas? ¿Se habla de la primer causa?... NO. Se habla de causas inmediatas, por ejemplo que el motorman cometió algún error; ó que los frenos no funcionaron; ó el mal estado general de las formaciones; y seguramente esto último sea cierto, pero ¿es todo esto la causa principal?... De ninguna manera.
         En todas las cosas, en toda organización hay una jerarquía, una autoridad, alguien que gobierna; hasta en las abejas vemos que hay una reina. Esa jerarquía o esa autoridad o ese gobernante es responsable de lo que sucede bajo su tutela.
         Tras el motorman, los frenos y el mal estado de las formaciones en general, hay personas con poder de decisión, con la capacidad de controlar, cuidar y mandar para que las cosas funcionen bien, que todo esté como tiene que estar para que nada malo suceda, para que no haya ningún accidente.
         Los empresarios son los inmediatos responsables de que esté todo bien, pero para ello tendrán que priorizar la vida de las personas, tanto de las que trabajan en ese servicio como de los usuarios, dejando de lado el hecho de que esto pueda mermar un poco sus ganancias.
          Obviamente que invertir en mejorar las formaciones dotándolas de los correspondientes frenos y demás, va a disminuir sus entradas que probablemente utilicen para comprarse el último modelo de auto;   viajar por el mundo; adquirir sus drogas preferidas y, en fin, hacer frente a todos  los gastos que implica comprar sus mansiones y su respectivo mantenimiento; pagar mujeres o ponerles un departamento en barrio norte ó regalarles joyas y autos, yates, etc., etc., etc.
         También debe tenerse en cuenta que estos empresarios tienen que tener reservas para enfrentar diversos juicios que se les inicia y que, al pagar lo solicitado por la justicia, no queda preso, y puedan seguir libre gastando sus dinerillos ganados a costa de la gente que tiene que utilizar su servicio porque no puede pagar otros medios más caros.
         A su vez, el control de estas empresas queda en manos del Estado, siempre y cuando el mismo no esté con algunos compromisos con los empresarios. Pero si estamos frente a un gobierno honesto que prioriza el bien común y, por lo tanto, quiere que el país que rige tenga buenos servicios en todos los ítems, no puede menos que realizar bien su tarea de controlar como corresponde a los respectivos encargados de dichos servicios.
         En este país, con sistema presidencial, la responsabilidad primera es justamente de la Presidente. En un país serio, ya se le estaría pidiendo la renuncia. ¡Como me gustaría que Argentina se convirtiera en un país serio!

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