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martes, 8 de mayo de 2012

ACERCA DE LA DEFENSA DE LA VERDAD




Por Emilio Nazar Kasbo

"CUANDO EL ERROR NO ES COMBATIDO,
TERMINA SIENDO ACEPTADO;
CUANDO LA VERDAD NO ES DEFENDIDA,
TERMINA SIENDO OPRIMIDA"
San Félix III, Papa

Ante la afirmación citada del papa San Félix III, surge una pregunta, puesto que algunos católicos sostienen que "la verdad no necesita ser defendida sino que se impone por ella misma" ¿Es eso cierto? Si así fuera... ¿El Papa San Félix se equivocó?
La respuesta es compleja, pero no tanto, y ayudará a interpretar lo que dijo San Félix.

SOLDADOS DEL VENCEDOR
Veamos: La Verdad, en sí, no es una cosa intelectual, sino que es el Verbo como Segunda Persona de la Santísima Trinidad que se encarna...
La Verdad es Cristo, y Cristo como Dios en sí no necesita ser defendido, sino que además es Él quien nos defiende a nosotros.
Quien haya hecho ejercicios espirituales Ignacianos, habrá comprobado que Jesucristo es nuestro Capitán y nosotros sus soldados (no podemos ser soldados de algo que no defendemos, ¿verdad?), pero en sí, a nosotros no nos toca vencer, porque el que vence es Jesucristo (vence en tiempo presente desde la Eternidad de Dios mismo, porque venció, vence y vencerá hasta el fin de los tiempos y más allá).
Cuando atacan a Jesucristo ¿pueden vencerlo? ¿Qué le van a hacer? ¿Lo van a volver a Crucificar?

NO PUEDEN VENCER A CRISTO
Una vez, escuché a un sacerdote de la Orden de Predicadores, el P. PiSarello (más o menos así se llamaba), hablando por TV cuando los canales argentinos abrían y cerraban su programación con la palabra de un Sacerdote, y recordaba un episodio de la II Guerra Mundial.
Una monja ayudaba y hacía caridad con los perseguidos por los nazis protegiéndolos de diverso modo (que por otra parte, en sus desvíos naturalistas llegaban a la degeneración incluso), y fue detenida por el régimen, e interrogada; le preguntaron para quién trabajaba, quién le daba órdenes, y que irían a buscarlo para matarlo; ella les explicó que no podrían, que ya lo habían matado, dejándolos sorprendidos.
La monja tomó la Cruz que llevaba colgando del cuello y se las exhibió, diciéndoles que sus acciones habían sido ordenadas por Jesús, que la Caridad es nuestro Mandamiento, y que si querían ir a buscarlo lo hallarían en la Eucaristía, pero que ya no podrían asesinarlo.
Entonces, ¿Con qué fuerzas nosotros podemos defender a Jesucristo?

ATAQUES A LA VERDAD
Precisamente por ese motivo, Jesús le dijo a San Pedro que guardara su espada después de haber rebanado la oreja de uno de los que iban a llevarse a Jesús: porque no somos nosotros los que defendemos a Jesús, ni quienes logramos la victoria, sino que es al revés.
El error, es la negación y la persecución de Jesucristo...
Ahora bien, existe otro sentido cuando se habla de "La Verdad", y es aquél que se refiere a la concordancia entre la inteligencia y el objeto al cual se aplica, a lo cual llamamos realismo. Esto hace al orden Natural, pero también al orden Sobrenatural, ya que nuestra inteligencia tiene la aptitud propia para descubrir la verdad en el Orden Natural, y para comprender la Revelación de Dios en el orden Sobrenatural.
En el orden Natural, la verdad es atacada por quienes desvían la inteligencia, por quienes llaman "verdad" al error, o por quienes afirman la existencia de "verdades" de modo relativista.
En el orden Sobrenatural, la Verdad (y en este sentido coincide con Jesucristo mismo, a su vez) es atacada por las herejías.

SOLDADOS DE CRISTO
¿Cuál es nuestra tarea como soldados del bando de Jesucristo? Depende de la Vocación: unos tendrán vocación contemplativa, otros llegarán a la Mística, otros serán más intelectuales, otros más orientados a la Caridad (en el sentido de ayudar a los necesitados, ya que la Caridad está en cada una de las vocaciones dadas por Dios)... y algunos, además, tendrán vocación apologética.
La apologética es parte de esa lucha por desenmascarar la herejía, e incluso hay apologetas que por su labor alcanzaron la santidad.
Es Dios quien nos da el carisma, la vocación y la misión para llevarla a cabo, cada cual según los talentos.
Finalmente, hay una distinción entre "La Verdad" y "la realidad", que no se identifican: la primera es inmutable, y la segunda es cambiante; sin embargo, la verdad de la realidad está en la aseveración de que es posible identificar los cambios de la potencia al acto.
Cristo ha resucitado, y ha dejado a Su Iglesia (única, de la cual Él es Cabeza y que tiene al Sumo Pontífice con presencia en el mundo) para la salvación de las almas, y es en la acción de la Iglesia que Cristo se "defiende".

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