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viernes, 18 de mayo de 2012

EL CAOS SOCIAL PROVOCADO, ¿ADONDE NOS LLEVA?

Cosme Beccar Varela contrapicada

Por el Dr. Cosme Beccar Varela

Buenos Aires, 18 de Mayo del año 2012 –1106

Esto va de mal en peor. Es evidente que la tiranía de la usurpadora Kirchner y sus cómplices ha resuelto provocar el caos social del cual resulta la desarticulación de la economía, la  consiguiente pérdida de trabajo y la desesperación de la gente que se ve atrapada entre la prepotencia de sindicalistas y piqueteros y la permisividad del gobierno que deja hacer a los factores del desorden, mientras se dedica a aplicar, despiadadamente, impuestos confiscatorios a los sufridos contribuyentes y a trabar la producción con diversas medidas arbitrarias, como el cierre de las importaciones y de ciertas exportaciones y a imprimir billetes rumbo a la hiperinflación.

Este caos social no es casual ni espontáneo, repito, sino provocado por la tiranía. Como decía en el número 970 del 20/5/2010 de este periódico, la homologación de la paritaria del gremio de la alimentación en el mes de Mayo del 2010 con un aumento salarial del 35,2 % marcó un piso más abajo del cual ningún gremio podría bajar.  Y en ese artículo decía que la homologación del Ministerio de Trabajo era el principio de una larga serie de reclamos salariales que si eran aceptados, produciría inflación y si eran negados, se atizaría el caos social.

La inflación existe, pero la maquillan con las mentiras del INDEC. Los reclamos salariales, en cambio, no se ocultan y están provocando el caos social porque algunas industrias y servicios no los pueden pagar y eso produce un enfrentamiento entre empleados y patrones que el gobierno no resuelve y como consecuencia tenemos huelgas, cortes de calles y agresiones.
Y, desde luego, sufrimiento del ciudadano común que no puede viajar, no encuentra ciertas artículos esenciales en los mercados, no puede sacarse la basura de encima, no encuentra combustibles en los surtidores (lo cual en el campo es una catástrofe ya que no se puede sembrar ni cosechar), no tiene electricidad y el que la tiene no sabe en qué momento ciertamente se la cortarán y no sabe por cuanto tiempo se quedará si ella, etc. etc. etc.

Al mismo tiempo, y siempre en la sádica tarea de crear el caos, los delincuentes a mano armada, roban, violan y matan todos los días varias personas y están armados hasta los dientes, mientras la población honesta es desarmada mediante amenazas, entre ellas el artículo 189 bis 3er. párrafo del Código Penal que impone una pena de prisión de 3 a 6 años por la simple tenencia de armas de guerra (un revolver 38 es un arma de guerra según la abusiva definición administrativa).

Lo increíble del caso es que esa es una ley penal en blanco ya que deja en manos del Poder Ejecutivo definir que es un "arma de guerra" y reglamentar cómo y cuando se deben registrar esas armas. ¡Un trámite burocrático no cumplido puede mandar al infeliz ciudadano a la cárcel por 6 años!

Entretanto, la tiranía marxista-peronista, corrupta hasta los tuétanos,  asegura a sus integrantes la total impunidad por delitos realmente graves y fabulosamente lucrativos.

Y los legisladores, que no cesan de agravar las penas que amenazan a los ciudadanos honestos por diversos delitos que no son tales (fiscales, aduaneros, etc),  mantiene una pena ridículamente leve para los funcionarios públicos que no cumplen con su deber de hacer cumplir las leyes esenciales para el orden público. El artículo 248 del Código Penal sanciona sólo con 1 mes a 2 años de prisión e inhabilitación especial por doble tiempo al que "no ejecutare las leyes cuyo cumplimiento le incumbiere". O sea, ¡crear el caos rumbo al marxismo-leninismo es un delito menor, jamás acusado por alguien (excepto por “La botella al mar”), dicho sea de paso!

Es sabido que el caos social se debe a que los sindicalistas y los piqueteros violan la ley continuamente. Cada vez que cortan una calle cometen por lo menos 7 delitos en concurso real, a vista y paciencia de la Policía que está a las órdenes de la usurpadora presidencial y sus ministros. Y las huelgas en los servicios públicos y otras en violación de las leyes de conciliación obligatoria, pueden ser acusadas de sedición (art. 230 del Código Pena) con pena de 1 a 4 años de prisión, entre otros delitos que los fiscales deberían investigar. Para no mencionar el enriquecimiento ilícito de los dirigentes sindicales, algunos de los cuales (¿o todos?) son millonarios.

* * *
Lo que está pasando con los subterráneos de Buenos Aires es oprobioso. Desde el 3 de Marzo hasta el 17 de Mayo hubo trece paros generales de subterráneos en "horas pico", es decir, deliberadamente fijadas para perjudicar lo más posible al indefenso habitante que debe ir o volver de su trabajo.

1.300.000 personas que los usan diariamente son así dañadas gravemente por el capricho de los dirigentes de dos gremios rivales que se disputan la dictadura sindical en los subterráneos, el AGTSYP y la UTA, pero que en total agrupan apenas a 4.765 empleados ("La Nación", 16/5/2012, pág. 19). Sin embargo, los verdaderamente responsables del atropello insolente contra el derecho de 1.300.000 personas no son más de 40 y 50 "taitas" de los sindicatos mencionados.  

Ayer y anteayer viajar en Buenos Aires fue una tortura, mientras que los empleados de los subterráneos se dedicaban a rascarse sus abultados vientres y a reírse de sus víctimas.  Ahora amenazan con hacer lo mismo el Martes, Miércoles y Jueves 22, 23 y 242 de Mayo próximos.

Al mismo tiempo, hubo ayer 17 de Mayo cuatro cortes de rutas y calles que impidieron recoger la basura de la ciudad y obligaron a la gente a quedarse con las bolsas de residuos en sus casas o ver como se acumulaban en las veredas enfrente de ellas ("Clarín", 18/5/2012, pag. 44).

Los autores de esos cortes son los atorrantes más inesperados y con menos derecho que se pueda imaginar. Por ejemplo, los que trabaron el retiro de la basura en toda la ciudad eran no más de 50 "trabajadores informales que reciclan la basura" ("Clarin", 18/5/2012, pag. 44), es decir cartoneros o "free-lancers" del basural que quieren ser tomados como empleados efectivos.

A la inacción culpable del gobierno nacional se suma la de Macri, Intendente de Buenos Aires inútil para todo servicio, que a su total incapacidad suma su rapacidad fiscal, subiendo los impuestos en forma abusiva y demostrando en todos sus actos y omisiones que lo único que le interesa es su carrera personal y no la ciudad que finge gobernar. El drama de los habitantes de Buenos Aires no le inspira ninguna medida política de emergencia y después de firmar imprudentemente un acuerdo con el kirchnerismo aceptando hacerse cargo de los subterráneos, se desdijo, sin reparar en nada la confusión que está contribuyendo a crear por su cobardía.      

¿Es, o no es esto el caos organizado y consentido por el gobierno que debería hacerlo cesar? Si me dice que no, deje de leer este artículo porque Ud. carece de los criterios básicos para juzgar lo que es una sociedad organizada y lo que es una Autoridad que cumple con su deber de hacer respetar el orden civilizado.

El 16 y el 17 de Mayo fui una de las víctimas del caos que se creó en toda la ciudad de Buenos Aires por la huelga de los subterráneos y los diversos "cortes" mencionados. La incomodidad personal me molestó mucho menos que la pena que me daba ver las colas de más de 100 metros para tomar un colectivo. ¡Quién sabe a qué hora llegaría esa gente a su casa, mientras los empleados de los subterráneos tomaban mate en las suyas, muertos de risa y gozando de la más completa impunidad!

Demasiada paciencia tenían esos sufridos viajeros. Y ese exceso de paciencia es un síntoma de la resignación servil en que está cayendo el pueblo argentino, o sea, del éxito que está obteniendo la tiranía marxista-peronista del kirchnerismo para demoler el antiguo orden e implantar el Estado marxista-leninista.

* * *

Se me ocurría pensar, habiendo tantos sindicatos de tantas cosas, ¿por qué no se forma un "sindicato" de todos las víctimas de los sindicalistas corruptos y prepotentes que se llame, por ejemplo, "Sindicato de Personas Comunes para Liberarse de la Prepotencia Sindical (SPCLPS)". Un sindicato "rompehuelgas", organizado, que supla la vil complicidad del gobierno con los caóticos y que impida la disolución social.
Es claro que enseguida descarté la idea porque si no se consigue ni siquiera formar un movimiento ciudadano de resistencia a la tiranía usurpadora, como lo ordena el art. 36 de la Constitución (versión 1994), cosa que resolvería el caos social y conseguiría muchas otras cosas, entre ellas, desalojar al kirchnerismo y a su corte de corruptos e ineptos de la "dirigencia" oficialista y pseudo-opositora, ¿cómo creer que esos mansos corderos que hacen cola cuando les niegan el transporte normal serán capaces de crear el "sindicato-rompehuelgas"?
¿Qué pasó con la Argentina que derrotó a los ingleses en 1806 y en 1807? ¿Hemos decaído tanto como para aceptar sumisamente ser esclavos de una banda de usurpadores de baja estofa? ¿Donde están los descendientes de aquellos héroes? Yo se lo digo: están divirtiéndose todo lo que pueden en la cubierta del "Titanic". Si vieran a la pobre gente que sufre en el anonimato las arbitrariedades de la prepotencia oficializada, sin que haya cabezas que la organice para su defensa, debería caérseles la cara de vergüenza. Pero esa, hace rato que la han perdido.

Cosme Beccar Varela

E-mail: correo@labotellaalmar.com

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