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sábado, 23 de junio de 2012

LOS TRAIDORES - INTIMIDADES DE LA GUERRA REVOLUCIONARIA



Por Carlos Manuel Acuña
Lo que aquí relatamos es una historia -o si se prefiere, un conjunto de historias- que expresan las intimidades de esa guerra donde ocupa un destacado lugar uno de los fenómenos más clásicos de todo conflicto de esta naturaleza: “La traición”. Pero en nuestro caso aparece un nue­vo factor agravado de este disvalor: la figura del “doble traidor” cuya función se apreciará a lo largo de estas páginas y fue la que principal­mente señalaron quienes nos dijeron que les provocó asco y tristeza el conocimiento de esa parte de nuestra historia más reciente y oculta.
Con ello, surge una pregunta tal vez difusa e indefinida que inevita­blemente flotará para siempre en la conciencia y ánimo de todos aque­llos que llegaron a conocer las intimidades del conflicto. Nosotros ya transitamos ese camino. Ahora, les toca a nuestros lectores participar de este fenómeno moral que en el caso específico que nos ocupa lleva una pesada carga de delaciones, de muertes y supervivencias logradas dentro de un sistema de inteligencia que hizo posible derrotar a una revolución dirigida desde el extranjero.
En cifras -y así lo leerán- podemos decir que más del 20 por cien­to de los detenidos por las Fuerzas Legales después del 24 de marzo de 1976, fueron arrestados por ellas como consecuencia de las traiciones de los militantes a sus propias organizaciones armadas.
Estos se transformaron en verdaderos operadores de la lucha, delataron, denunciaron, marcaron a sus amigos, jefes o subordinados, maridos o esposas y en algunos casos hasta los capturaron. En función de su exitosa tarea se aceleró la derrota terrorista y acortó sensiblemente el desarrollo de la Guerra; en esas funciones llegaron a viajar libremente por el país y el exterior subvencionados por las Fuerzas Legales y facilitaron notablemente el triunfo de la ley sobre un proyecto revolucionario que se impulsó desde más allá de nuestras propias fronteras. Muchos de ellos viven aún en el exterior.
En algunos de los niveles dirigentes, gracias a esa “mano de obra barata y descartable” de inocentes militantes de aquella época, muchas veces primó la apetencia económica por encima de los ideales y proyectos. Muchas veces, los innumerables secuestros terroristas tuvieron esta finalidad repugnante.
Esta síntesis no pretende solamente transmitir al lector el contenido doloroso de la etapa revolucionaria, sino que también desea preparar a las futuras generaciones para enfrentar el proceso revolucionario que continúa. Solo la justicia y la concordia podrá ser la vía que permita alcanzar esta meta.

SUMARIO
De la Traición
Diccionario de la Real Academia Española
Constitución de la Nación Argentina. Art 119 
Código Penal de la Nación Argentina (arts. 214 a 218)
Delitos contra la seguridad de la Nación, Cap. I, Traición
Código de Justicia Militar (Ley 14.029)
Prólogo
A modo de introducción 
La razón de ser de este libro
“Asco y tristeza”
Los traidores, el progresismo y el disfraz de los derechos humanos 
Los jueces y fiscales
Título I La situación argentina
Capítulo I
La oligarquía que domina al paí
Capítulo II
El ser político y el ser militar
Por qué existen diferentes códigos de justicia
La nueva guerra
Los políticos no estuvieron a la altura de lo que estaba en juego
Capítulo III
La guerra se ganó en el terreno de las armas y se perdió en el político
Las pruebas no interesan: se arman y repiten en todos los casos para ejercer una persecución jurídica y judicial  
Capítulo IV
Una estafa de múltiples aristas
Tres objetivos fundamentales 
Título II Desarrollo
Capítulo V
A la búsqueda de los “Testigos Necesarios”  
La colaboración de los que cambiaron de bando
Una nueva clase de “combatiente”: el “quebrado", colaborador y traidor
Funcionaron verdaderos “tribunales revolucionarios” 
Infiltrados en sus propias organizaciones 
Capitulo VI
Muertes y relatos de los juicios revolucionarios
Graciela Daleo: La preferida de los fiscales 
Su desempeño como colaboradora de la Armada 
Los otros dos “jueces" del fusilamiento 
Condenados no ejecutados 
Capítulo VII
La "distracción" de los políticos y de los jueces
El negocio de los “derechos humanos” 
“El terrorista no busca ganar sino persistir...” 
La arbitrariedad jurídica 
Capítulo VIII
“...Los que están vivos es porque colaboraron...”
Definición de traidores y la aparición de dos líneas 
Los testigos necesarios 
El armado de las denuncias dirigidas por Firmenich, Haidar y Montoto
Baltazar Garzón se suma al negocio 
¿Yo militante...? ¡No...! 
La opinión de Firmenich y una incógnita sobre Roberto Quieto 
¡Una sorpresa! 
Hasta la CONADEP reconoce a los “colaboradores"
Capítulo IX
La simulación como práctica de guerra 
Del diario Página 12 
La militancia es reconocida por los propios testigos necesarios 
Obstrucciones sistemáticas
Otros motivos para negar la militancia en los juicios 
Los “errores” tolerados por la justicia 
La metodología que se adoptó, una prohibición aceptada y un libreto único para testimoniar
Capítulo X
En que consistió la colaboración
El traidor siempre defrauda a su entorno
El colaboracionismo
Un forcejeo de conciencia  
Capítulo XI
Factores que coadyuvaron a que se concretara esa profunda y valiosa "colaboración”
Consecuencias psicológicas de la vida del terrorista en la clandestinidad
“Un trato cotidiano con la muerte” 
Las órdenes de Perón antes de asumir 
Cómo comenzaba la captación de los prisioneros 
En el límite de la resistencia moral 
La cómoda conducción terrorista desde el exterior 
El primer encuentro con el “Colaborador en ejercicio”
Los mitos de cada lugar de detención 
Los propios compañeros pedían que colaboraran 
La presencia en los interrogatorios de detenidos que ya colaboraban
La continuidad de la militancia externa en cada lugar de detención
La enorme información que se tenía sobre las organizaciones a las que pertenecían 
La técnica de seguridad de los militantes apresados 
Crear “la comodidad” como instrumento del combate
Un tema ríspido de la guerra: la tortura
La interacción entre las Fuerzas fue constante. Las especialidades.
La disciplina y normas militares dentro de los lugares de reunión de detenidos se cumplieron estrictamente
El trato evidenciaba los beneficios obtenidos 
La protección física de los “colaboradores” 
Cuidados sociales 
Pagos de viáticos y de haberes 
Cuidados médicos y prevención anti-cianuro
Atención de cuestiones familiares
Título III “Yo TE ENTREGO Y VOS ME SALVÁS...”
Capítulo XII
Cómo salen a la luz los datos de tantos traidores
Centenares de detenidos gracias a los “colaboradores”
Consecuencias inexorables 
Los números hablan por sí solos
Capítulo XIII
Sesenta y cinco casos de traidores 
Caso 1: José Pedro ALMIRÓN, NG: “Ernesto” o “Cherigo” 
Caso 2: Marta Remedios ALVAREZ, NG: "Peti”
Caso 3: ACTIS GORETTA, NG: “Munu”, “Bety”
Caso 4: Roberto AHUMADA, NG “Beto”
Caso 5: Roberto Jorge QUIETO, NG: “Negro”
Caso 6: Patricia ASTELARRA, NG: "Pata" 
Caso 7: Víctor Melchor BASTERRA, NG: “El vasco”
Caso 8: Norma Susana BURGOS de CARIDE, NG: “Laurita” 
Caso 9: Alfredo BUZZALINO, NG: “Gordo Alfredo”
Caso 10: Cristina CALLIZO, NG: “Sargento Susana”
Caso 11: Liliana Beatriz CALLIZO, NG: “Chela”
Caso 12: Pilar CALVEIRO de CAMPIGLIA NG: “Mercedes”
Caso 13: Mercedes Inés CARAZO, NG: “Lucy”
Caso 14: Andrés Ramón CASTILLO NG: “Ángel”, “Carlitos”, “Casildo”, “Quique" 
Casos 15 y 16: Juan Carlos CLEMENTE y Juan Martín MARTIN 
Caso 17: Roberto COCLOZ, NG: “Teniente Pancho” o “Tony"
Caso 18: Gustavo CONTEPOMI, NG: “Pablo”
Caso 19: Lisandro CUBAS, NG: “Chito”, “Bocon” 
Caso 20: Graciela Beatriz DALEO, NG: “Victoria”  
Caso 21: Piero DI MONTE, NG: “Héctor”
Caso 22: Horacio A. DOTTORI, NG: “Teniente Miguel"
Caso 23: Graciela GARCIA, NG: “La Negrita”
Caso 24: Liliana Noemí GARDELLA, NG: “Emilia”“Chaqueña"
Caso 25: Juan Alberto GASPARINI, NG: “Gabriel’’, “Dr. Paz" “Eugenio"; “Alejandro”
Caso 26: Graciela Susana GEUNA, NG: “Gringa”
Caso 27: Alberto Eduardo GIRONDO ALCORTA, NG: “Mateo”
Caso 28: Arnaldo GÓMEZ, NG: “Huevo”
Caso 29: Martín Tomás GRAS, NG: “Chacho”
Caso 30: Ana ILIOVICH NG: “Cecilia”
Caso 31: Mirta Susana IRIONDO, NG: “Norma”
Caso 32: Héctor Teodoro KUNZMANN, NG: “Quique” 
Caso 33 Silvia LABAYRU DE LENNIE, NG: “Mora"
Caso 34: Amalia María LARRALDE, NG: “Andrea” 
Caso 35: Antonio Nelson LATORRE NG: “El pelado Diego”
Caso 36: Miguel Ángel LAULETTA, NG: “Caín” 
Caso 37: Miriam Liliana LEWIN de GARCIA, NG: “Lili, “Peny”, "Gringa”, “Polaca”. “Colorada”, ’’Michi”
Caso 38: Mirtha Susana Clara LOYÚDICE de SALAS, NG: “Sandra" o "La Gorda"
Caso 39: Ana María MARTÍ, NG: “Chiche”
Caso 40: Teresa Celia MESCHIATTI, NG: “Tina”
Caso 41: María Alicia MILLA de PIRLES, NG: “Susana”, “La cabra”
Caso 42: Carlos Raimundo MOORE, NG: “Charlie”
Caso 43: María Julia C. MORRESSI 
Caso 44: Ana María MOHADED, NG: “Negra de arte"
Caso 45: María Isabel MURGIER NG: “Estela ó Marisa” 
Caso 46: Máximo Fernando NICOLETTI NG: “Gordo” ,“Alfredito” 
Caso 47: José NIVEYRO, NG: "Pocho", “Galetto"  
Caso 48: Eduardo PINCHEVSKY, NG: “Negro Paco"
Caso 49: Carlos Alberto PUSSETTO, NG: “Julián”
Caso 50: Rosario Evangelina QUIROGA, NG: “Lula" “Elena” 
Caso 51: Susana Jorgelina RAMUS, NG: “Jorgelina” 
Caso 52: Andrés REMONDEGUI, NG: “Chacho" 
Caso 53: María Victoria ROCA, NG: “Sojia”
Caso 54: Néstor Carlos SALAS, NG: “Martín”, “Flaco”
Caso 55: Fernanda SANTOS de BUITRAGO, NG: “Tita" 
Caso 56: Susana Margarita SASTRE, NG: “Soledad” 
Caso 57: Haroldo SENN, NG: “Compañero Haroldo" 
Caso 58: Sara SOLARZ de OSATINSKY, NG: “Kika” “Jenny” “Marie” 
Caso 59: Cecilia Beatriz SUZZARA, NG: “Marcela” 
Caso 60: Mabel Lía TEJERINA, NG: “Alicia", “La Raba" 
Caso 61: Beatriz Elisa TOKAR, NG: “Ménica” 
Caso 62: Edgar Tulio VALENZUELA, NG: “Tucho’’ o “Marcos” 
Caso 63: Mario César VILLANI, NG: ‘Tito”, “Medina”
Caso 64 y 65: Reinaldo A. ZAPATA SOÑEZ, NG: “Corto”, “Ronco” "Santiago" “Martín” y Ángel ZABALA RODRÍGUEZ, NG “El Zorzal”
Capitulo XIV
Casos de Conscriptos Traidores
Caso 66: Soldado conscripto traidor Hernán INVERNIZZI
Caso 67: Soldado conscripto traidor Félix Roque JIMÉNEZ 
Caso 68: Soldado conscripto traidor Darío Ignacio KRAÑASCKY  
Caso 69: Soldado conscripto traidor Luís Roberto MAYOL
Caso 70: Soldado conscripto traidor Mario PETTIGGIANI 
Caso 71: Conscripto naval traidor Julio PROVENZANO
Caso 72: Soldado conscripto traidor Miguel ROMERO 
Caso 73: Conscripto-agente de la PFA Jorge SALGADO, NG: “Pepe” 
Caso 74: Soldado conscripto traidor Horacio STANLEY  
Caso 75: Conscripto naval traidor Sergio TARNOPOLSKI
Capitulo XV
Casos de empleados traidores
CASO 76: José Luis de Dios
CASO 77: Alfredo G. Martínez 
CASO 78: Diana B. Wlichky
Próximos antecedentes de otros traidores 
Título IV
La actual militancia y las organizaciones de derechos humanos Capítulo XVI
El manejo de la venganza
La Justicia Transicional intencionalmente aplicada 
Los crímenes del sistema son cometidos por fuerzas de seguridad del Estado (ejército o policía) y/o por organizaciones insurgentes o paramilitares 
El ICTJ: la Justicia Transicional de los demócratas  
El capítulo para América Latina 
La Justicia Transicional y sus acciones puntuales en la Argentina 
Cargos contra las entidades financieras ¡Y sigue el negocio!  
Los juicios orales con la complicidad de los dobles traidores
El grotesco es común 
Testimonios leídos en juicios orales 
Otros componentes de un escenario concurrente  
El rincón argentino de la impunidad   
Capítulo XVII
Preguntas de fondo  
¿Hubo una Guerra Interna en la Argentina? 
Expresiones representativas sobre la guerra terrorista y antiterrorista de los 70 
Lesa Humanidad - Lo hablan entre dos víctimas 
Jueces y Fiscales a los que se les imputa prevaricación y abandono de persona 
Buscando la solución 
La premisa es que “hubo una guerra”  
La inquietud norteamericana por la duración de la guerra
Transcripción de la entrevista comentada en el New York Times y publicada en el diario Clarín del 12 de abril de 2003
Colofón   
Título V Ayudas para la lectura
Capítulo XVIII
Significado de abreviaturas y siglas utilizadas
Capítulo XIX
Organización de las Fuerzas Armadas para enfrentar la Guerra Revolucionaria   
Explicación global sobre la organización general del Ejército para enfrentar la Guerra Revolucionaria
Explicación global sobre la organización de la Armada para enfrentar la Guerra Revolucionaria: Número de las unidades
Radiograma presidencial G6777 132/74
Bibliografía
Generalidades
Las revistas y periódicos de la subversión terrorista
Libros de la Guerra de los 70
Una nómina elocuente
Índice Onomástico 


PRÓLOGO
Los lectores se percatarán de que este libro no es la continuación de “Por Amor al Odio”, cuyo tercer tomo está aún demorado por razones de fuerza mayor, pero su contenido tampoco relega lo que allí tenemos escrito y falta publicar. En realidad, lo que hoy ofrecemos es una visión comple­mentaria, informativa y actualizada en función de los tiempos que vivimos, de las tensiones progresivas que dividen peligrosamente a la sociedad ar­gentina y de la acumulación de nuevos datos y elementos de esa tragedia que fue la Guerra Revolucionaria y que nunca fueron relatados.
Por eso creemos que la riqueza de estas páginas también reside funda­mentalmente en dicha circunstancia esclarecedora. De allí que una parte del título que hemos elegido reclame la importancia histórica que poseen estas revelaciones que llegan a la superficie para integrarse a ese fenóme­no extraordinario que motoriza el interior, el alma diría, de ese compendio substancial y sustantivo que constituye la opinión pública. Ella es la gran destinataria que deberá juzgar, como en este caso, secretos de ese pasado sangriento que involucra a argentinos que pelearon con sus convicciones, a veces con sus bajezas y que sus derivaciones persisten gracias a un mezquino interés político que involucra a los triunfadores de ayer trans­formados en víctimas de hoy. También a políticos distraídos, igualmente comprendidos de una u otra manera por los hechos y a jueces que deberán soportar el resultado de sus acciones presentes gracias a las minuciosas conclusiones de las investigaciones que se realizan y acumulan en archivos obligadamente resguardados y casi listos para incorporarse, como conti­nuación de lo que aquí anticipamos, al segundo tomo en elaboración.
Sin esfuerzo, podemos decir que los episodios y antecedentes que hoy salen a la luz ratifican aquello de que por encima de las diferencias étnicas, culturales y geográficas, la naturaleza del hombre es única e indivisible y se expresa en todas las circunstancias. Pero es en la guerra -y especialmente en las guerras civiles por el odio que las alimenta- donde el conflicto, que gira en torno de la vida y de la muerte, constituye la máxima oportunidad para que esa naturaleza se revele en toda su magnitud, en toda su crudeza y salvajismo.
Por eso este primer libro con esta apasionante y reveladora temática, también trata de traiciones crueles y lealtades sinceras o por conveniencia hasta hoy desconocidas por la opinión pública; de asesinatos alevosos que formaron parte del terrorismo organizado y aporta elementos de juicio para entender mejor lo ocurrido en el plano estratégico, político y moral de lo que da en llamarse “los años setenta”.
La información que aportamos gracias a la colaboración de numerosos protagonistas que necesariamente deben permanecer en el anonimato y pusieron a lo largo de varios años a nuestra disposición documentos y otras pruebas contundentes que respaldan a este trabajo incuestionable, contiene asimismo un análisis sobre el origen de comportamientos sociales e intereses geopolíticos que caracterizaron al mundo bipolar de la Guerra Fría que, es necesario decirlo, fue una de las causas de lo que globalmente llamamos la subversión y que hoy se resume en el vocablo generalizado de terrorismo.
Se trata de un proceso complejo, ahora extendido, aunque se pergeñó especialmente para esta región del mundo donde la Argentina apareció, por múltiples razones, como el blanco más apetecible pero no conquistado, hasta entonces, militarmente. Sin embargo -y aquí lo explicamos pese a que es objetivamente apreciable- ese peligro hoy está en la puerta gracias a la continuación de esa guerra por otros métodos que enumeraremos en­seguida y que ocupan una parte de las páginas de lo que hoy llega a manos de los lectores. Lo hacemos con la certeza que ofrece el conocimiento del presente, donde la inseguridad pública en el orden interno -inseguridad legal y física- sólo es comparable con otra que ocupa un lugar superior en las inquietudes que se abalanzan sobre el ánimo y el pensamiento: la inde­fensión virtualmente absoluta en que se ha colocado a la República.
Aunque no nos detengamos en sus detalles, tenemos que agregar en nuestro prólogo con el que pretendemos resumir muy apretadamente las motivaciones de este libro, que el proceso revolucionario al que aludimos se remonta al 31 de diciembre de 1958, cuando por indicación del pre­sidente de su país, general Dwight David Eisenhower, el embajador nor­teamericano Earl T. Smith le recomendó con vehemencia al entonces pre­sidente de Cuba, Fulgencio Batista, que debía abandonar el cargo para permitir la formación de un gobierno democrático destinado a superar la crisis impulsada por la guerrilla castrista.
Vana ilusión reiterada en muchas ocasiones. El intento fracasó y poco después triunfó la Revolución Cubana que puso a Fidel Castro y Ernesto Guevara de la Serna, alias el Che, en el centro de un poder que convirtió a Latinoamérica en un sangriento campo de batalla y de propaganda marxista financiada por la ex Unión Soviética a través de La Habana.
Antes de proseguir con este prólogo debemos insistir con otra realidad. Es la que nos muestra como inexplicable la continuación del conflicto ha­bida cuenta de la modificación del escenario estratégico mundial del que colapso una de las potencias del conflicto bipolar y así la referida Guerra Fría, cuya polarización fue determinante de la Guerra Revolucionaria en América latina, convirtiéndola consecuentemente en internacional. Ese nuevo escenario nos habla del rotundo fracaso del comunismo como sistema, lo que amplía la curiosidad por la persistencia en continuarlo bajo distintos disfraces que aggiornan su propuesta. El lenguaje utilizado por la propaganda para disimularlo, entre nosotros adquirió el nombre de progresismo.
Los llamados “Foros Sociales” en América latina donde el “Foro de
San Pablo” ocupa un organizador lugar prominente del que es un instru­mento el denominado “Socialismo del Siglo XXI” con el que el presidente de Venezuela, teniente coronel Hugo Chávez intenta crear un movimiento regional de ese signo, es una ampliación de esta maniobra que aparece romo una mezcla de ideologismo y política antihistóricos, sumados al nar­cotráfico en auge e incorporado a otros intereses económicos que se mues­tran aparentemente indefinidos y a veces hasta contradictorios pero, eso si, exportadores de una violencia a la vieja usanza aún no instrumentada en su plenitud.
Somos conscientes de que estas afirmaciones resumen en exceso lo ocu­rrido y lo que ocurre; aunque decidí abordarlas con estas pocas palabras Introductorias por cuanto son un tema básico que queda incluido de hecho en este escrito que hoy se prolonga en el campo de las luchas políticas y partidarias e institucionales.
Aunque resulte evidente, pensamos que ese tema se anuda al agregado de otras armas como es la desculturalización, la progresiva modificación de los estilos y costumbres, el ideologismo en la educación, la conquista de los medios de comunicación social, la alteración del lenguaje que provoca una paulatina modificación del pensamiento, la vulneración del derecho posi­tivo que no sin esfuerzo se había logrado en Occidente, la tergiversación de la historia, el debilitamiento del sentido de pertenencia y por ende, del de identidad y la capacidad de retransmitirlo, el manipuleo de la Justicia adecuándola al interés político y la consecuente desarticulación del factor militar, componentes todos estos que provocan la puesta en marcha de un proceso de disolución del Estado soberano. En pocas palabras, el avance de la decadencia para reemplazar el vacío que ésta deja.
Si bien de la lectura del índice ubicado al final del libro surge con cla­ridad la temática a la que nos referimos, la mención de la Justicia merece aquí un comentario adicional aunque sea breve en exceso. Hay jueces bue­nos y jueces malos y con seguridad los primeros son más que los segundos, pero el corrupto comportamiento de estos últimos -corrupción en todos sus matices pero preferentemente en el moral o doctrinario, si se prefiere- apor­ta una cuota determinante en el objetivo de este libro y su continuación, pues esos jueces no sólo evitaron una adecuada investigación de sucesos que no son ajenos al contenido de estas páginas, sino que además y funda­mentalmente aceptaron la trasgresión de una norma por la cual bregaron con reconocida insistencia las dirigencias de nuestro mundo occidental: la Irretroactividad de las leyes. Concurrentemente, esas dirigencias crearon un andamiaje jurídico cuya solidez ha sido vulnerada en la Argentina con la escandalosa cuota de parcialidad y alevosía que produjo otras conse­cuencias cuya exteriorización aún no se ha manifestado con toda su fuerza. Muertes injustas, testigos falsos, causas inventadas, premios políticos y materiales a delincuentes que disfrazaron sus actos bajo el paraguas po­lítico, se entrelazan entre sí con nombres y apellidos que ya complican y complicarán más todavía a los jueces protagonistas.
La referencia no sólo desmitifica el montaje de una exitosa propaganda Interesada, sino que explica con claridad el papel desempeñado por aquellos subversivos que una vez detenidos decidieron colaborar con las Fuerzas Legales. Lo hicieron a la perfección, delataron a sus compañeros de lucha, relataron los planes y proyectos de las bandas que operaban, aceptaron los beneficios obtenidos por su comportamiento tanto en lo personal como a sus familias, reconstruyeron sus vidas económicas y en varios casos infor­maron que sus organizaciones resolvieron asesinar a sus compañeros mi­litantes por disidencias internas. Lo hicieron con argumentos tan endebles y vacuos que hieren las sensibilidades más firmes y duras. Estos muertos suelen figurar como desaparecidos.
Aquellos son dobles traidores; pero... ¿por qué dobles traidores...? La respuesta es simple: primero traicionaron a sus compañeros y luego, una vez concluido el gobierno militar, volvieron a traicionar olvidándose de lo que habían denunciado; ocultaron la doblez que le costó la vida a sus amigos y reincidieron en su conducta traidora para perjudicar a quienes fueron sus captores y los ayudaron a salvar sus vidas. Lo crematístico suele vencer a la moral, sobre todo en los espíritus más débiles, es­piritualmente enfermos y con una conducta emparentada a la de los testigos falsos y la de quienes los aceptaron y aceptan.
La lista, larga y minuciosa, se ampliará en la próxima entrega de esta saga que revela por primera vez estas intimidades de la Guerra Contrarrevolucionaria que desnuda, posiblemente con crueldad, esa na­turaleza humana a la que nos referimos al comienzo.
El Autor

A MODO DE INTRODUCCIÓN
La razón de ser de este libro
Lo que aquí relatamos tiene por finalidad ampliar y profundizar el co­nocimiento de una parte todavía oculta de la Guerra Revolucionaria que sufrió la Argentina en la década de los años setenta y comenzó a inicios de la anterior. Para ello nos referiremos en detalle a la trayectoria de muchos de los terroristas cuya actuación los llevó a convertirse en paradigmáticos, en un emblema vivo y activo de lo que significó el conflicto antes y después de los años más duros de la guerra y que hoy reaparecen en la escena po­lítica a través de sus testimonios en el plano jurídico, donde continúa una parte del enfrentamiento que provocaron
Lo relatado, inédito y sorprendente, forma un conjunto descarnado -a veces doloroso según la opinión de quienes leyeron este trabajo antes de su publicación- de lo que puede llevar a un ser humano a apartarse de los va­lores no ya fundamentales, sino mínimos para desenvolverse en la vida. No vamos a hablar aquí en este resumen introductorio que convoca a la lectu­ra, de cuestiones sentimentales que podrán o no afectar a los actores que en el futuro afrontarían remordimientos apurados por el paso de los años, sino que aportaremos una información histórica, objetiva, demostrable y demostrada, que sirve para pintar un aspecto del escenario que estuvo en juego durante el conflicto que persiste.
En esta parte del libro que ahora leen quienes deberán juzgar lo acon­tecido, no queremos detenernos en el análisis de un sistema que progresi­vamente fue utilizado con un innegable e inteligente montaje, sino acercar a los lectores elementos de juicio para que puedan apreciar hasta dónde puede llegar “la condición humana”, con sus lados positivos y los extremos opuestos que a veces dudamos en calificar de terribles pues siempre hay instancias que los superan. Esos elementos de juicio y los hechos corres­pondientes son los que forman la esencia informativa de una parte subs­tancial y desconocida, hasta ahora, de cómo se desarrolló buena parte de la guerra. Es la que lleva consigo un conjunto de circunstancias que con­figuran la verdadera historia de muchos ex terroristas prominentes, algu­nos emblemáticos para las bandas que integraron y dirigieron y que ahora reaparecen en los estrados de la justicia como Testigos Necesarios para continuar por otros medios la guerra que ellos y sólo ellos desataron.
Lo que aquí van a leer está destinado a la opinión pública en gene­ral, pero también tiene algunos destinatarios preferenciales: los jóvenes que comienzan a interesarse por los problemas públicos y la política que los determina, los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, Policías y civiles que sobrevivieron a la lucha y cuyos hijos poseen la vo­cación de sus padres y sobre todo, está destinado a los integrantes de la Justicia que entre otras, tienen la enorme responsabilidad de mantener una Institución básica para la convivencia sociopolítica y de intervenir, en consecuencia, en la proyección derivada de lo ocurrido que aún divide, forzosamente, a los argentinos. En pocas palabras, tienen la misión de contribuir a reestructurar un pilar ancestral del Estado argentino que se desangra y destruye por los cuatro costados.
“Asco y tristeza”
Lo que relatamos es una historia -o si se prefiere, un conjunto de his­torias- que expresan las intimidades de esa guerra donde ocupa un des­tacado lugar uno de los fenómenos más clásicos de todo conflicto de esta naturaleza: “La traición”. Pero en nuestro caso aparece un nuevo factor agravado de este disvalor: la figura del “doble traidor” cuya función se apreciará a lo largo de estas páginas y fue la que principalmente señalaron quienes nos dijeron que les provocó asco y tristeza el conocimiento de esa parte de nuestra historia más reciente y oculta.
Con ello, surge una pregunta tal vez difusa e indefinida que inevitable­mente flotará para siempre en la conciencia y ánimo de todos aquellos que llegaron a conocer las intimidades del conflicto. Nosotros ya transitamos ese camino. Ahora, les toca a nuestros lectores participar de este fenóme­no moral que en el caso específico que nos ocupa lleva una pesada carga de delaciones, de muertes y supervivencias logradas dentro de un sistema de inteligencia que hizo posible derrotar a una revolución dirigida desde el extranjero.
En cifras -y así lo leerán- podemos decir que más del 20 por ciento de los detenidos por las Fuerzas Legales después del 24 de marzo de 1976, fueron arrestados por ellas como consecuencia de las traiciones de los militantes a sus propias organizaciones armadas.
Estos se transformaron en verdaderos operadores de la lucha, delata­ron, denunciaron, marcaron a sus amigos, jefes o subordinados, maridos o esposas y en algunos casos hasta los capturaron. En función de su exitosa tarea se aceleró la derrota terrorista y acortó sensiblemente el desarrollo de la Guerra; en esas funciones llegaron a viajar libremente por el país y el exterior subvencionados por las Fuerzas Legales y facilitaron notablemente el triunfo de la ley sobre un proyecto revolucionario que se impulsó desde más allá de nuestras propias fronteras. Muchos de ellos viven aún en el exterior.
En algunos de los niveles dirigentes, gracias a esa “mano de obra barata y descartable” de inocentes militantes de aquella época, muchas veces pri­mó la apetencia económica por encima de los ideales y proyectos. Muchas veces, los innumerables secuestros terroristas tuvieron esta finalidad re­pugnante.
Los traidores, el progresismo y el disfraz de los derechos humanos
En el desarrollo de esta trama podrá apreciarse la magnitud que alcan­zaron las estructuras guerrilleras, la dimensión de la guerra sorda que se vivió y se podrá saber cómo y por qué se produjo el fenómeno de “los traidores,” cuya importancia es más significativa al darse en un medio ambiente fanatizado al extremo.
Como una conclusión obligada de los componentes que hasta aquí he­mos abreviado, los lectores -jueces, militares, policías, políticos, periodis­tas y estudiosos- podrán deducir, inferir, relacionar, entender y anticipar, las condiciones perversas en que se desarrolla la nueva etapa revoluciona­ria que hoy está en plena ejecución bajo el disfraz del vocablo progresis­mo, abarcativo del mismo enfoque del pasado aunque actualizado frente a la modificación del escenario global y estratégico que influye abiertamente en la región en que vivimos, sin que se dimensione en forma precisa la proyección de este importante problema que ya afecta nuestro futuro como República.
Sin apartarnos de la vigencia de ese utilizado disfraz progresista que dirige una minoría hábil y sin limitaciones morales, por su trascendencia y la estrecha relación que posee el tema con los acontecimientos que to­davía vivirá la República antes y después de la aparición de este trabajo, recordaremos que ya en 2003 escribimos (1) que “en toda guerra existen dos factores prioritarios: la información para conocer qué hace o hará el enemigo y la desinformación para confundirlo y tratar de paralizarlo. En la “nueva guerra” que soportamos se ha incorporado un nuevo elemento que ocupa el lugar principal del conflicto: “La estrategia del disfraz”. Así, hoy el principal disfraz que está en plena vigencia utiliza un valor superior pero denigrado por su uso político parcial y psicológicamente concurrente: se trata de los Derechos Humanos.
Los jueces y fiscales
Usados como elemento de combate, tergiversados en su aplicación a favor de unos y en detrimento de otros, el proceso que sintetizamos marca un rumbo exacto y preciso. Desde el poder -y esta afirmación incluye a los jueces y fiscales- se califica arbitrariamente a quienes hipotéticamente los violaron y se argumenta a favor de aquellos que presuntamente aparecen como víctimas. En la práctica se desconoce que estos últimos cometieron delitos aberrantes signados por una violencia ideológica que alcanzó lími­tes inimaginables: atentaron contra el Estado incluso durante gobiernos constitucionales, provocaron muertos a mansalva, asesinaron a mujeres y niños y lo que es más grave, ese manipuleo no ofrece siquiera un horizonte de pacificación posible y constructora. La voluntad es inversa porque sigue comprometida -con algunas excepciones- en la continuidad revolucionaria o el retorcimiento de la venganza y de eso forma parte esencial la ruptura jurídica dedicada a seguir este camino por la vía judicial. Más aún, senten­cias contrarias a derecho encubiertas bajo la figura de “lesa humanidad,” aparecida con posterioridad a los delitos imputados, condenan a quienes dentro de la legalidad cumplieron órdenes acorde con las normas de la guerra para la cual fueron formados. Por el contrario, favorecen a quienes se levantaron subversivamente contra el orden constituido, participaron de esa guerra armada contra sus compatriotas y ahora, como combatientes rasos, traidores simples o doble traidores, actúan como una demostra­ción palpable del agotamiento político de todo lo que comentamos.
Como dijimos, la apetencia crematística también forma parte del tras- fondo de este quiebre institucional. De aquí en adelante, a este factor se le suma el de la droga y el narcotráfico, pero durante la etapa que tratamos en estas líneas ese nuevo componente incorporado como novedoso elemen­to del conflicto moderno, no era determinante de los acontecimientos que narramos.
Para facilitar la comprensión de esta colaboración histórica que formu­lamos, la hemos dividido en dos partes: la primera trata del ser militar y del ser político, factores que a su modo, son opuestos pero también concu­rrentes de un mismo problema. Al ingresar en la segunda -es donde está implícita la “culposa distracción” de los políticos - que contiene hechos, definiciones e historias inéditas de la guerra acordes con el índice corres­pondiente.
Hemos limitado al máximo las correcciones literarias de su conte­nido y preferimos respetar en la mayoría de los casos el clásico len­guaje utilizado en esta clase de documentos y en especial el utilizado en los partes de inteligencia que también servirán para la confección de la se­gunda parte de este libro, como una extensión de lo que aquí anticipamos y otras intimidades -seguramente más graves- relativas a su manejo.
Esto que dejamos dicho produce a veces a lo largo de las páginas una aparente reiteración de los hechos y personajes, pero sólo se trata de ampliaciones tendientes a dibujar mejor las circunstancias y actores, para dejar en el aire las consecuencias de su desempeño y perfeccionar el entendimiento de los sucesos y protagonismos históricos.
Más aún, los lectores atentos observarán que en algunos de los tes­timonios se repiten casi textualmente pasajes de otros, pero ello se debe a que nuevos protagonistas cuya trayectoria tratamos, no fueron ajenos a los hechos. Hacemos esta advertencia para que el lector pue­da seguir la ilación de los acontecimientos sin necesidad de retroceder en las páginas para constatar la cronología que le ofrecemos.
También, además del índice, para ayudar al lector, consignamos un no­menclador de siglas indicativas de organizaciones terroristas, de la estruc­tura montada en todo el arco legal para combatirla y otras relacionadas con el problema y aclaramos que en esta primera presentación abundamos en los casos correspondientes a la Armada por ser los primeros -aunque aún incompletos pero elocuentes- que hemos ordenado para llegar al público.
Por cierto, serán los jóvenes, los analistas e historiadores y todos los profesionales que hemos mencionado a lo largo de esta Introducción, quie­nes tendrán la última palabra de lo que dejamos en sus manos.
NOTAS:
1.- H. Verbitsky: De La Habana a la Fundación Ford. Página 41. Ediciones Del Pórtico. Obra de este autor.




El periodista e investigador histórico Carlos Manuel Acuña, autor de "Por amor al Odio" (Tomos I y II) y "Verbitsky, de La Habana a la Fundación Ford", presenta su última obra, completando la historia del terrorismo subversivo marxista que asoló a la Argentina con las armas y que hoy continúa haciéndolo por otros medios.
Acuña es el autor del libro:
“Los Traidores”
Intimidades de la guerra revolucionaria


…”Los primeros 78 casos de terroristas que colaboraron con las Fuerzas Legales”
- Cómo actuaban en la ESMA y en otros Lugares de Reunión de Detenidos (L.R.D.).
- Quiénes fusilaron a sus propios amigos.
- Los viajes al exterior de los colaboradores
- Una nueva clase de combatiente.
- Los dobles traidores

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