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sábado, 16 de junio de 2012

MONS. AGUER: LOS “BAÑOS COMPARTIDOS” SON UNA “IDEA PERVERSA DE LA LIBERTAD” Y SON IMPOSICIÓN DE ÍNFIMOS LOBBYES




            En su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), MONS. HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, se refirió a una nueva disposición de una facultad de la Universidad Nacional de La Plata que consideró “desconcertante” y es que “ya no habrá más baños para varones y baños para mujeres. Ellas y ellos tendrán que compartir los mismos sanitarios”.

“Supongo que será una aplicación de la Ley de Identidad de Género. Pero ¿qué significa esto? Me imagino las dificultades prácticas que se seguirán de esta decisión, porque no es solo una cuestión elemental de pudor sino también de comodidad, de respeto, etc. Todo será para satisfacer el interés de una ínfima minoría, y una presión ideológica cada vez mayor”, aseguró.

Explicó que “la diferencia señalada es una diversidad natural que enriquece la realidad humana” y precisó que “esta consecuencia de la ley, la imposición de baños compartidos, y las que desgraciadamente se seguirán, está totalmente a contrapelo de la preocupación concreta del pueblo argentino hoy”.

El prelado se preguntó: “¿Qué es lo que preocupa día a día a nuestro pueblo?” y señaló algunos aspectos concretos de esas preocupaciones como: la inseguridad, los secuestros, el delito, que el sueldo no alcance hasta fin de mes, “la difusión facilísima de la droga”, “la sospecha de que ya los grandes cárteles del narcotráfico se han instalado definitivamente en nuestro país”, “la corrupción en las estructuras del Estado, que es un signo de una corrupción moral mayor en la sociedad”, y otras.

Manifestó que “todas estas son cosas que seguramente no se remedian por medio de una ley” y por eso sostuvo que “las leyes deben estar ordenadas al bien común, e intentar poner remedio a las necesidades básicas de la población. Vemos que ahora se promulgan leyes que se dictan para satisfacer los intereses de pequeños grupos, de minorías ínfimas representadas por lobbies que se instalan y con grandes recursos, y con cierta proyección y complacencia mediática, logran imponer sus agendas”.

“Al cabo de esta reflexión podemos concluir que en el asunto de los baños compartidos y en la curiosa reivindicación “de género” que comporta, se manifiesta algo más. Es lo que inspira algunas de las leyes recientemente aprobadas. Se exalta una autonomía individual ilimitada en contra del bien común. Lo que Juan Pablo II llamaba una idea perversa de la libertad. Eso arrasa con la naturalidad de las costumbres, con la serenidad de la convivencia e intensifica una especie de tensión continua que fatiga a la sociedad argentina”, finalizó Mons. Héctor Aguer.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

“En una facultad de la Universidad Nacional de La Plata se ha tomado una disposición desconcertante: ya no habrá más baños para varones y baños para mujeres. Ellas y ellos tendrán que compartir los mismos sanitarios”.

“Supongo que será una aplicación de la Ley de Identidad de Género. Pero ¿qué significa esto? Me imagino las dificultades prácticas que se seguirán de esta decisión, porque no es solo una cuestión elemental de pudor sino también de comodidad, de respeto, etc. Todo será para satisfacer el interés de una ínfima minoría, y una presión ideológica cada vez mayor”.

“En efecto, ¿qué hay detrás de todo esto? En el fondo en la ley de Identidad de Género se manifiesta una mentalidad que detesta la diferencia, la diversidad insoslayable de varón y mujer. Como si esa diferencia, esa diversidad, fuera en contra de la igualdad entre ambos sexos o tuviera por ella misma que autorizar las deformaciones que se han dado en la historia, en la cultura de los pueblos. Por ejemplo, el dominio abusivo del varón sobre la mujer. Juan Pablo II explicó ampliamente estas cuestiones en su carta Mulieris dignitatem, y con ocasión del Año Internacional de la Mujer”.

“La diferencia señalada es una diversidad natural que enriquece la realidad humana. En cambio este querer igualar todo, esta fantasía de una igualdad absoluta, acaba oponiéndose al sentido común”.

“Esta consecuencia de la ley, la imposición de baños compartidos, y las que desgraciadamente se seguirán, está totalmente a contrapelo de la preocupación concreta del pueblo argentino hoy”. ¿Qué es lo que preocupa día a día a nuestro pueblo? Le preocupa la inseguridad, es decir vivir con temor tremendo de ser víctima de un asalto, de un secuestro, con riesgo de vida, porque ha proliferado el delito de un modo inédito en la Argentina actual”.

“A nuestra gente le preocupa que el sueldo no alcance hasta fin de mes porque es sabido que en la tradicional carrera de precios y salarios los sueldos siempre se quedan atrás”.

“Le preocupa la difusión facilísima de la droga, de la cual se habla públicamente, y la sospecha de que ya los grandes cárteles del narcotráfico se han instalado definitivamente en nuestro país. Cada tanto hay un operativo exitoso, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires; se confiscan toneladas de droga, pero todo el mundo sabe que es sencillo acceder a ella en el menudeo. Ahora se lo quiere remediar despenalizando la tenencia de droga para el consumo personal. Ese paso puede agravar enormemente la situación”.

“A nuestro pueblo le preocupa la corrupción en las estructuras del Estado, que es un signo de una corrupción moral mayor en la sociedad”.Todas estas son cosas que seguramente no se remedian por medio de una ley”.

“Las leyes deben estar ordenadas al bien común, e intentar poner remedio a las necesidades básicas de la población. Vemos que ahora se promulgan leyes que se dictan para satisfacer los intereses de pequeños grupos, de minorías ínfimas representadas por lobbies que se instalan y con grandes recursos, y con cierta proyección y complacencia mediática, logran imponer sus agendas”.

“Al cabo de esta reflexión podemos concluir que en el asunto de los baños compartidos y en la curiosa reivindicación “de género” que comporta, se manifiesta algo más. Es lo que inspira algunas de las leyes recientemente aprobadas. Se exalta una autonomía individual ilimitada en contra del bien común. Lo que Juan Pablo II llamaba una idea perversa de la libertad. Eso arrasa con la naturalidad de las costumbres, con la serenidad de la convivencia e intensifica una especie de tensión continua que fatiga a la sociedad argentina”.

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