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domingo, 30 de septiembre de 2012

LO PEOR ES LA CORRUPCIÓN DE LO MEJOR




Por Emilio Nazar Kasbo

No se debe confundir la Caridad para con los pecadores, que somos todos, con la tolerancia o el amor al error. A las personas, a todas, se las debe respetar y cuidar por la preservación de su dignidad, pero ello no obsta a que el error intelectual que sea sostenido por cualquiera deba ser tolerado, admitido o “respetado”. El error no tiene derechos.

DE SANTOS Y DE MÁRTIRES
¿Podemos dialogar con no católicos? Efectivamente, podemos. Pero, ¿cuál es la finalidad del diálogo? Y allí reside el problema. Si el diálogo es un fin en sí mismo, no llevará a ninguna parte. En cambio, si el diálogo lleva a la Verdad, la cosa cambia rotundamente.
Hay quienes han tenido importantes maestros, a quienes han escuchado en su juventud: Jordán Bruno Genta, Leonardo Castellani, los Irazusta, Meinvielle, Carlos Sacheri, Gustavo Martínez Zuviría, Alberto Ezcurra, etc., quienes forman parte de una generación de intelectualidades brillantes cuya coincidencia difícilmente puedan repetirse en estos tiempos, ya que las condiciones son cada vez más difíciles para el surgimiento de tamañas personas indudablemente iluminadas por el Espíritu Santo, algunos de los cuales han tenido una muy sana Doctrina refrendada por el testimonio de la sangre ofrendada por causa de Jesucristo.
¿Qué deberíamos decir acerca de quienes tan importantes maestros han tenido? Que FUERON lo mejor, pero que si han transigido hoy con “el sistema”, adoptando posiciones “políticamente correctas” más allá del trato “pastoral” necesario, han DEJADO DE SER lo mejor.
En la mezcla de lo óptimo mejor con lo menos bueno, siempre sufre lo óptimo mejor. En la mezcla de ortodoxia y heterodoxia, por más leve y sutil que esta última pudiera ser, siempre sufrirá la ortodoxia tradicional. Claro, estamos hablando en el orden intelectual, en el orden del pensamiento, no del obrar.

INTELIGENCIA, VOLUNTAD Y OBRAS
Pero como sabemos, el pensar es el que determina el obrar, puesto que la inteligencia es la que determina la verdad a la cual la voluntad ha de señalar y tender como un Bien. El desvío de lo intelectual, de los principios de la ortodoxia, en definitiva, el desvío de la Tradición, no hará más que desviar la voluntad en su objeto, y por tanto las acciones estarán tanto más desviadas cuanto lo estén la inteligencia y la voluntad. Nada nuevo he dicho… sólo que ha de aplicarse al caso concreto, y a quien le quepa el sayo, que se lo ponga.
Rendirse, bajar los brazos, decir “ya estoy viejo” y renunciar de ese modo a transmitir la Sabiduría que es Sobrenatural recibida de ilustres personalidades como las mencionadas ejemplificativamente, es abandonar la lucha por Dios y por la Patria, y permitir que el sombrío futuro quede en ciernes sobre la parte que aun se conserva más o menos sana en la sociedad, negándoles la transmisión de un patrimonio excelso e inalcanzable para las actuales generaciones que lo desconocen. Es más, debiera ser este el argumento suficiente para conminar a los agonizantes y a los adoloridos miembros de la “tercera edad” a no morirse sin antes haber logrado la Restauración de la Patria.
Efectivamente, quienes han conocido la Verdad transmitida por personas que han vivido por Cristo, en Cristo y para Cristo, hasta debieran tener negado el derecho a morir. Con su muerte se llevarán a la tumba esa Sabiduría que la sociedad ha perdido. Primero transmitir tales verdades en la propia familia, y luego asegurar que lleguen a la sociedad, del mejor modo, del más eficaz posible.

MORIR POR DIOS Y POR LA PATRIA
Pero hay otros: los perros mudos. Los que hasta tienen vergüenza de mencionar por los medios de comunicación el nombre de Jordán Bruno Genta, o de Carlos Sacheri.
Claro, los subversivos parece que hasta tienen “derecho” de autobeatificar y elevar a los altares como santos a personas que han hecho apología a la violencia armada desde una interpretación revolucionaria, materialista y marxista del Evangelio, como Mons. Angelelli, o santificar a asesinos delincuentes como el “Che” Guevara… pero los católicos que tienen acceso a medios masivos de comunicación ni mencionan a los verdaderos santos.
Rodeados de chupamedias que ven en la añadidura lo relevante, y que banalizan lo Sublime, convertidos en eternos “dialoguistas” teológicos tras la renuncia a La Verdad Teológica (transmitida por su olvidada Tradición, a la cual invocan sin hacerla efectiva ni compartirla), acaban convirtiéndose en “teólogos de la praxis”, que consideran la “pastoral” como “el arte de lo posible en materia de lo práctica, pragmáticos de la “evangelización políticamente correcta” que a nadie debe exaltar.

MÁS TALENTOS, ¿PARA QUÉ?
¿Qué quiere el señor miembro de la Jerarquía de la Iglesia? ¿Llegar a Papa? ¿Y qué hará como Papa? ¿Negociará lo innegociable en pos del mal menor, o estará dispuesto al martirio por no renegar de Jesucristo? ¿Preferirá las comodidades al ascetismo, la Verdad con mezcla de algún errorcito a la Verdad íntegra?
El catolicismo es integrista: involucra al creyente en forma íntegra para infundir en su completa vida el Espíritu Santo en contacto directo con el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo para quienes viven en Gracia de Dios sin pecados mortales graves que conducen el alma al infierno.
Si la Iglesia Católica debe ser restaurada para volver a la Tradición, no será de mano de Obispos y Cardenales timoratos, cobardes, traidores o “dialoguistas”, que acaban repudiando el testimonio de los mártires que han forjado la Historia de la Iglesia, y de los Santos que le han dado vida. Si ha de volver la Tradición, ha de ser tras el REPUDIO DIRECTO AL MODERNISMO Y A TODAS LAS ACTITUDES MODERNISTAS, A LAS HEREJÍAS Y A LOS ABUSOS LITÚRGICOS, sin tiquismiquis.
La Iglesia Católica tiene pocos miembros de la Jerarquía y pocos laicos que reconocen la Gracia de Dios, y que tienen como centro de sus vidas llevar el Evangelio al extremo en todas sus consecuencias. Esta es la verdadera causa de la debacle: comen como cerdos, beben como embriagándose, viven como paganos inmanentistas… pero se dicen católicos porque asisten a Misa todos los domingos, o afirman comulgar a diario.

NEGOCIANDO LO INNEGOCIABLE
Todos tenemos pecados, y la Caridad ha de ser a todos en las personas. Pero en Teología hay una sola cosa no negociable: la Tradición, que implica la transmisión íntegra e ininterrumpida de la Vida de Jesucristo, en el Dogma y el Magisterio, así como en la Liturgia. ¿Cómo podrá lograrlo un Obispo o un Papa “negociante” de lo que no debe negociar?
Apegados a este mundo, a esta pobre vida lastimosa aunque se viva entre lujos, olvidando que quien quiera conservar esta vida la perderá (indefectiblemente), pero quien desprecie esta vida ganará la Vida en Gracia de Dios.
¿Cómo pretenderá restaurarlo todo en Cristo, aquél cuyas acciones no son para la Mayor Gloria de Dios? ¿Cómo logrará preservar la Tradición quien negocia con la Masonería “laicista” o “judaica”, quien alienta a sociedades que no son públicamente masónicas pero cuyas acciones son filantrópicas en desvío de la Caridad Católica, y que por tanto sus obras de nada servirán ante Dios, y que son un estadío previo al masónico?

CATÓLICOS MASONIZADOS
Señor miembro de la Jerarquía de la Iglesia, señor laico que rodea a los miembros de la Jerarquía de la Iglesia Católica: siga comiendo, siga bebiendo, siga “disfrutando de esta vida y del mundo”, deje el ascetismo a los “retrógrados”, y la santidad a los “cavernícolas medievales inadaptados al mundo de hoy que no saben transmitir en lenguaje moderno y no chocante las verdades de la fe (con minúscula) relativa en un mundo relativista”. Pero sepa hacia dónde conduce este camino (o tal vez sinuoso sendero), que no es el Camino.
Usted desprecie la Puerta Angosta, y trate de entrar tras el camello, por la puerta grande y con vanos honores… aunque no sea eso precisamente lo que Jesucristo pidió. ¿Sabe dónde terminará su alma? ¿Sabe dónde arrastrará el alma de quienes de Usted dependen? Sí. Lo sabe.

DESTINO FINAL
Siga así. Calle cuando deba hablar, y hable sobre banalidades, y de ese modo podrá ascender sin problemas, y cuando esté “arriba”, no podrá más que seguir en esa misma línea. Soporte las herejías, los abusos litúrgicos (que son contra Dios, no contra Usted), y silencie todo aquello que recibió. Considere como “teología” todo lo “gris” y desprecie las claridades de la Tradición en los hechos (no en las palabras, claro está). Ralee a los tradicionales, y tenga componendas y negociaciones con personas “no tan heterodoxas” para su promoción.
O se sacude de las ambiciones mundanas y de las presiones de este mundo y de quienes particularmente lo rodean… para dar más importancia a lo que Jesucristo sabe que a los dichos de los traidores que lo rodean, o tendrán todos un mismo destino por tender hacia el mismo fin. No tenga la menor duda.
En la Iglesia Católica ya no quedan rastros del Don del Espíritu Santo del Temor de Dios, y por tanto a nadie le interesa la "perseverancia final". De lo contrario, no estarían jugando con la Teología, con la Revelación, con el Dogma, el Magisterio y la Liturgia. Después a lamentarse de las consecuencias... Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.

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