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jueves, 20 de septiembre de 2012

NO SE PUEDE LLAMAR LIBERTAD DE EXPRESIÓN A LA OFENSA A LOS SENTIMIENTOS RELIGIOSOS


Por Luis Fernando Pérez Bustamante
 
En el nombre de la Sacrosanta, Suprema y Muy Digna de Adoración Libertad de Expresión, en Occidente estamos asistiendo a un ejercicio de irresponsabilidad criminal por parte de una panda de provocadores cuyas acciones son ocasión directa y previsible de muertes absurdas.
Aun si concediéramos que existe un derecho a ofender los sentimientos religiosos de las personas, parece evidente que con la que está cayendo, publicar viñetas ofensivas contra el Islam es como tirar un cóctel molotov a un edificio en llamas. Es lo que acaba de hacer un semanario satírico francés llamado Charlie Hebdo, cuyo director, un tal Stéphane Charbonnier, ha asegurado que las caricaturas publicadas en la página interior y la última página de esta revista no son más provocativas de lo habitual. “La libertad de prensa es una provocación“, ha añadido. Conmovedor.
Sabemos bien que el mundo islámico reacciona a esas burlas con ira y violencia. Los católicos llegamos a indignarnos ante obras blasfemas y ofensas al Papa o la Iglesia, pero cuando esas acciones criminales se producen no asaltamos embajadas ni matamos a nadie. Los musulmanes -no todos, pero no pocos- sí hacen eso. Pero eso no importa lo más mínimo a esa parte de Occidente que ha decidido renunciar a creer en el Dios del Calvario y de la Cruz, y que no tiene ninguna intención de guardar respeto ni al cristianismo ni a otras religiones.
Resulta verdaderamente peculiar que en una Europa donde se protege, con razón, la intimidad de una princesa británica que ha sido ofendida por un paparazzi, no se quiera proteger algo tan fundamental para los creyentes como son su fe y sus símbolos religiosos. Cualquier buen católico prefiere que le pisoteen a él la cara antes de que pisoteen un Crucifijo o una Hostia Consagrada. Y entiendo que cualquier musulmán prefiere que se burlen de él antes que de aquel a quien consideran como su máximo profeta.
Si en el Occidente liberal decadente la ley no persigue a quienes ofenden a las religiones, que nadie se extrañe de que algunas de ellas apliquen sus propias leyes para defenderse. La palabra libertad es demasiado bonita como para que algunos la usen como excusa para mostrar su falta de decencia y de respeto hacia quienes creen en Dios.

Fuente: http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1209190833-no-se-puede-llamar-libertad-d

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