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domingo, 28 de octubre de 2012

CONSAGRACION A CRISTO REY



Fiesta de nuestro Señor Jesucristo Rey

Modo Extraordinaro del Rito Romano

28 de Octubre de 2012


El último domingo de Octubre se celebra la Fiesta de Cristo Rey, según el calendario para el Modo Extraordinario del Rito Romano.

Al instituirla mediante la encíclica Quas Primas, recordó el Papa Pío XI que "La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes.

A éstos les traerá a la memoria el pensamiento del Juicio Final, cuando Cristo, no tanto por haber sido arrojado de la gobernación del Estado cuanto también aun por sólo haber sido ignorado o menospreciado, vengará terriblemente todas estas injurias; pues su regia dignidad exige que la sociedad entera se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios cristianos, ora al establecer las leyes, ora al administrar justicia, ora finalmente al formar las almas de los jóvenes en la sana doctrina y en la rectitud de costumbres".

Así mismo, ordenó el Papa "que en ese día se renueve todos los años la consagración de todo el género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, con la misma fórmula que nuestro predecesor, de santa memoria, Pío X, mandó recitar anualmente".
La fórmula para la consagración escrita y mandada también por San Pío X, ha sido completamente olvidada, en nuestra humilde opinión a raíz de ser políticamente incorrectísima para los portaestandartes del falso ecumenismo. Pero como ha sido mandada por dos Papas, uno de ellos el único Papa santo de los últimos tiempos, la queremos recordar en este día de fiesta, aunque se molesten los progresistas decadentes.

Consagración del Género Humano
al Sacratísimo Corazón de Jesús

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano! Miradnos humildemente postrados; vuestros somos y vuestros queremos ser, y a  fin de vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.
Muchos, por desgracia, jamás, os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Santísimo.
¡Oh Señor! Sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la Casa Paterna, que no perezcan de hambre y miseria.
Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos; devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.
Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro Reino.
Conceded, ¡oh Señor!, libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta voz:


¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud,
a Él se entonen cánticos de honor y de gloria
por los siglos de los siglos!
Amén.
NOTA: En la web que es fuente de la presente nota, un comentario anónimo informa que la oración pertenece al Papa León XIII

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