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martes, 20 de noviembre de 2012

UCALP analiza la Realidad del MERCADO INMOBILIARIO con ARMANDO PEPE y GERMAN GOMEZ PICASSO




El jueves 22 de noviembre, a las 18 hs, se presentarán, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y la Secretaría General de Extensión de la Universidad Católica de La Plata, uno de los fundadores de la Cámara Inmobiliaria Argentina, el Sr. Armando Pepe, y el CEO de “Reporte Inmobiliario”, Arq. Germán Gómez Picasso, para referirse al tema “El Mercado Inmobiliario Hoy”.

Dos de los máximos referentes nacionales en este quehacer expondrán en la Sede de la Facultad, Calle 57 N° 936 entre 13 y 14, una conferencia abierta a toda la comunidad sobre este tema de importancia y vinculado a los tiempos que corren en Argentina y que tienen que ver con la Carrera de Martillero y Corredor de Comercio que se dicta en la UCALP.

Desde la Secretaría General de Extensión de la UCALP se considera un tema de real interés para los alumnos y para todos aquellos interesados en conocer cual es la actual realidad del mercado inmobiliario en estos días y es parte del lanzamiento de la Carrera de Martillero y Corredor de Comercio, modalidad a distancia, aprobada por el Ministerio Nacional de Educación que se abrirá el año próximo en la UCALP.
La conferencia también es auspiciada por el SOM (Servicio de Ofertas Múltiples) y por TOP Inmobiliario (Portal TOP en Propiedades)

La Cámara Inmobiliaria Argentina es una organización independiente, sin fines de lucro, dedicada al Servicio y Jerarquización del sector inmobiliario, fundada en 1980 por un grupo de emprendedores inmobiliarios que observaron la necesidad de crear una entidad representativa del sector. Dentro de sus fundadores se encuentra Ricardo Vinelli, Armando Pepe y Ricardo Alonso entre otros, pioneros del quehacer inmobiliario, que plasmaron sus inquietudes a través de la formación de esta entidad.

El Sr. Armando Pepe fue además el Primer Presidente de la Federación Inmobiliaria de la Republica Argentina, Premio SECURITY al empresario inmobiliario del año, Miembro de CUCICBA (Colegio de Corredores Inmobiliarios de Buenos Aires), Columnista sobre temas inmobiliarios en numerosos medios gráficos nacionales y disertante en Congresos Nacionales e Internacionales.

 
El Arq. Germán Gómez Picasso es CEO de “Reporte inmobiliario” que resume la actividad del mercado inmobiliario en Iberoamérica, de manera independiente y profesional y que tiene como objetivo concentrar la información de todas y cada una de las variables que intervienen en la compra venta, construcción y desarrollo del emprendimiento inmobiliario. La objetividad e independencia de su contenido y su amplio espectro de datos e información resultan de interés a todos los que participan del particular negocio inmobiliario; desde el eventual interesado en la compra de una propiedad al desarrollador inmobiliario-


Para más información se podrán comunicar al teléfono de la Secretaría General de Extensión de la UCALP (221) 422- 8904 o mail extension.secretaria@ucalp.edu.ar

EN RECUERDO DE LA VUELTA DE OBLIGADO



Por Silvio H. Coppola
En la ciudad de La Plata, hay una plaza en el cruce de las avenidas 13 y 60, que según hace saber un cartel en ella colocado, recibe el nombre de Máximo Paz. Político que fuera gobernador de la provincia de Buenos Aires en el período 1887-1890. O sea de pertenencia a la llamada generación del 80. Según su contemporáneo Carlos D’Amico en su libro “Buenos Aires, sus hombres, su política”, fue uno de los principales responsables de la venta de tierras de la provincia y de la enajenación del Ferrocarril del Oeste a favor de capitales ingleses. Sin embargo no es motivo de cuestionarlo sin otros argumentos en esta breve nota, pero el caso es que nadie en la zona sabe quién era este señor y qué hacía para que su nombre designara a la plaza del barrio. No obstante cuando hace unos años el Concejo Deliberante de la ciudad, resolvió como justo homenaje a Juan Manuel de Rosas, cambiar el nombre de la plaza por el del Restaurador, que sí sabían todos o casi todos su participación en le formación de la patria, un grupo de vecinos del barrio, se alarmó por tamaño agravio a la persona de Paz y por designar con el nombre del Ilustre Restaurador al sitio en cuestión. El caso es que con o sin disposición legal, la plaza volvió de hecho a su antigua denominación, que por lo visto, nadie se preocupó en cambiar, por ignorancia, por desidia, por interés, por cobardía intelectual o incluso por convicción. Así estamos ahora, viendo sin embargo que no obstante esta pequeña miserabilidad, vamos progresando en busca de verdades históricas y valorando hechos por demás importantes, en su justa dimensión, separando así los puramente banales. Con el peligro generado por el grupo gobernante, de adulterar y mentir con relación a la historia reciente, principalmente la relativa a la década de los 70, lo que es también hacer política y de la peor especie, para salvar de cualquier manera, sus propias responsabilidades, personales e ideológicas. Pero podemos señalar hoy en día, con relación a un nuevo aniversario del 20 de Noviembre, Día de la Soberanía Nacional, que así como es imposible imaginarse la batalla de Maipú o el cruce de los Andes, sin el general San Martín; o Tucumán y Salta sin Belgrano; o el éxodo oriental sin Artigas, llegará a ser imposible imaginar el Combate de la Vuelta de Obligado sin Rosas, hecho que precisamente tendría que haber sido recordado hoy con la importancia que merece, aunque cabe destacar su incorporación plena oficial, al estrado de los hechos gloriosos de la patria.
Y una acotación sobre los hechos históricos. La navegación de los ríos interiores de un país, es soberana del estado ribereño y sometida a las reglamentaciones que el mismo dicte. Tal principio era plenamente vigente en el siglo XIX y lo sigue siendo aún. Por defenderlo, en relación a los ríos Paraná y Uruguay, el 20 de Noviembre de 1845, fuerzas de la Confederación Argentina, al mando del general Lucio Mansilla y según lo ordenara Juan Manuel de Rosas, como Gobernador de la provincia de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación, vallaron el Paraná a la altura de la Vuelta de Obligado (proximidades de San Pedro), enfrentándose con las fuerzas navales conjuntas de la Gran Bretaña y de Francia, envueltas en actos de fuerza y piratería contra las naciones más débiles. Si bien la defensa fue derrotada por la superioridad de los armamentos, la feroz resistencia patriota, disuadió a los invasores de volver a intentar el paso del río. Lo que quedó reconocido formalmente al poco tiempo merced a los tratados firmados con Gran Bretaña y Francia. Así se estableció (Tratado Southern-Arana del 24 de noviembre de 1849) que la navegación del río Paraná “. . .era interior de la Confederación Argentina sujeta solamente a sus leyes y reglamentos, lo mismo que la del Uruguay en común con la República Oriental” y (Tratado Arana-Lepredour mayo de 1850) donde se especifica que la navegación del río Paraná era interior argentina “. . . sujeta a sus leyes y reglamentos, lo mismo que la del Uruguay en común con el Estado Oriental”.
Todo esto que había sido logrado con el derrame de sangre argentina, por una ironía de la política, años después y según lo estableció la Constitución Nacional de 1853, fue dejado de lado, estableciéndose que la navegación de los ríos interiores de la República, era “. . .libre para todas las banderas”(situación que se mantiene vigente y que sólo fue rozada por la reforma de 1949). Puede decirse que esta libertad, tenía destinatarios ciertos en Gran Bretaña y en Francia e incluso en el Brasil, lo que al poco tiempo trajo la enorme calamidad de la Guerra del Paraguay. Al respecto se interrogaba Arturo Jauretche ¿si la navegación, que era exclusivamente nuestra pasó entonces a ser libre, qué ganamos con el cambio? Indudablemente fue una claudicación a cambio de nada, una capitis diminutio para los derechos soberanos de nuestro país, acabándose así con la navegación propia de cabotaje y la construcción ribereña de embarcaciones, amén de la sensación de postración de un sentir nacional.
Dado que la historia oficial liberalanatematizó la figura de Rosas y a todo lo relacionado con su gobierno, sus logros y sus políticas fueron denostadas y olvidadas, como se ignoró y abandonó el recuerdo del Combate de la Vuelta de Obligado. No obstante eso, en 1955, había un monolito y unas cadenas simbólicas en el lugar. Las que fueron destruidas en ese año por los libertadores en el gobierno, época de la inventada y falaz Línea Mayo-Caseros. Fueron los últimos estertores de la historia oficial de la época. Es propio de la naturaleza humana, pensar que todo tiempo pasado fue mejor, pero en algo se puede afirmar que hemos progresado. Es en el recuerdo y homenaje a la sangre argentina vertida en la Vuelta de Obligado.
LA PLATA, noviembre 20 de 2012

PROFUNDO PROBLEMA



El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo ex integrante de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
Promotor de la Iniciativa San Marcelo
Número CCLXXIX (279) - 17 de Noviembre de 2012
Muchos católicos no conciben la completa profundidad del problema ocasionado por la Revolución Conciliar del Vaticano II (1962-1965) en la Iglesia católica. Si conocieran más sobre la historia de la Iglesia estarían menos tentados sea por el liberalismo para pensar que el Concilio no fue tan malo después de todo, sea por el “sedevacantismo” para pensar que las autoridades de la Iglesia ya no son sus autoridades. Nuestro Señor, ¿cuestionó la autoridad religiosa de Caifás o la autoridad civil de Poncio Pilato?

El problema es profundo porque sus raíces están enterradas bajo siglos y siglos de historia de la Iglesia. Cuando en los albores del 1400 San Vicente Ferrer (1357-1419) predicaba en toda Europa que el fin del mundo estaba próximo, hoy en día sabemos que estaba fuera de tono por más de 600 años. Sin embargo, Dios confirmó su predicación otorgándole la realización de miles de milagros y de miles sobre de miles de conversiones. ¿Estaba Dios confirmando la mentira? ¡Ni pensarlo! La verdad es que el Santo estaba correctamente discerniendo, implícito en la decadencia del final de la Edad Media, la explícita y casi total corrupción de nuestros propios tiempos como ensayo general de la corrupción total al fin del mundo.

Simplemente ha llevado su tiempo, el tiempo propio de Dios, varios siglos, para que esa corrupción implícita devenga explícita, porque Dios ha elegido, a intervalos regulares, suscitar Santos para detener el desliz en el tobogán, especialmente la cosecha de Santos famosos que lideraron la Contra-Reforma en el siglo 16. Sin embargo, El no quitaría el libre albedrío a los hombres, de manera que si ellos elegían no permanecer a la altura de la Edad Media, El no los forzaría a hacerlo. En su lugar, El permitiría a su Iglesia, al menos en cierta medida, adaptarse a los tiempos, porque Ella existe para salvar almas presentes y no glorias pasadas.

Dos ejemplos pueden ser la teología Molinista que Lutero y Calvino hicieron casi necesaria para garantizar la protección del libre albedrío, y el Concordato de 1801 que el Estado Revolucionario hizo necesario para permitir que la Iglesia en Francia funcionara, siquiera un poco, en público. Ahora bien, ambos el Molinismo y el Concordato eran compromisos con el mundo de sus tiempos, pero ambos permitieron que muchas almas se salvaran. Al mismo tiempo la Iglesia no permitió el socavado de los principios que permanecieron sagrados, de Dios como Acto Puro y de Cristo como Rey de la Sociedad, respectivamente. Sin embargo, ambos compromisos dieron lugar a una cierta humanización de la Iglesia divina y ambos contribuyeron a una secularización gradual del Cristianismo. Los compromisos sí tienen consecuencias.

Así, si un lento proceso de humanización y secularización fuera a ir muy lejos en ese mundo del cual él sólo hombres y mujeres son llamados por Dios para servir en su Iglesia, ellos casi no podrían ingresar a Su servicio sin una fuerte dosis de liberalismo radio-activo en sus huesos, requiriendo así un antídoto vigoroso en su formación religiosa. Naturalmente, ellos compartirían la convicción instintiva de casi todos sus contemporáneos de que los principios revolucionarios e ideales del mundo del cual provinieron, eran normales, mientras que su formación religiosa opuesta a ese mundo podía parecer piadosa pero en el fondo anormal. Tales religiosos y religiosas acabarían por ser un desastre a la espera de suceder.

Ese desastre golpeó a mediados del siglo 20. La gran mayoría de los 2000 obispos Católicos del mundo, se regocijó en lugar de sublevarse cuando Juan XXIII dejó en claro que estaba abandonando la Iglesia anti-moderna. Así es que nadie que quiera salvar su alma debe seguirlos a ellos o a sus sucesores, pero, por otro lado, estos últimos están tan convencidos que son normales en relación a los tiempos modernos que ellos no son tan culpables por destruir la Iglesia de Dios como lo hubieran sido en tiempos previos. Benditas sean las almas católicas que pueden aborrecer los errores de ellos sin dejar de honrar sus cargos.

Kyrie eleison.

MONS AGUER HABLÓ DE LAS VIRTUDES SOBRENATURALES, DE LA ORACIÓN, Y DE LA VITAE BEATA




En su reflexión televisiva semanal del día 10 de noviembre de 2012, en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), MONS. HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata y Presidente de la Comisión Episcopal para la Educación Católica, recordó que en el Evangelio se propone “orar siempre, orar sin cesar” y comentó que “esto planteó un problema a las primeras generaciones cristianas” porque “¿cómo es posible cumplir con este precepto del Señor, con este mandato apostólico de orar siempre? La misma vida cristiana nos exige toda una serie de ocupaciones diversas que son las ocupaciones propias de la vida humana que el cristiano transforma por su fe y por su amor a Dios y al prójimo”.
Destacó que San Agustín planteó “una solución que apela a cuál es la finalidad de la vida cristiana. La finalidad de la vida cristiana es alcanzar la felicidad eterna” y agregó que “la oración tiene sentido porque ella se identifica con el deseo de la vida eterna, con el deseo de la vida feliz. Entonces Agustín dice: es posible orar siempre con el deseo continuo de la fe, la esperanza y la caridad”.
“La fe, la esperanza y la caridad que enriquecen, por la gracia de Dios, la persona del cristiano, asumen el deseo natural de felicidad y apuntan a la felicidad verdadera, a la verdadera vida, a la vida eterna”.
Además manifestó que San Agustín argumenta “eso no quiere decir que no tengamos, que pedirle a Dios cosas que necesitamos” sino que “tenemos que pedirle a Dios esas cosas que necesitamos no porque Dios no sepa que las necesitamos sino porque al pedirlas vamos ejercitando nuestro deseo y así vamos como ensanchando el alma”.
Por eso “tenemos que orar en determinados momentos del día. Por eso en determinados días, en determinados momentos del día, nos dedicamos exclusivamente a la oración pero oramos continuamente con el deseo continúo de la fe, la esperanza y la caridad”.
Recordó que “desde pequeños aprendemos a rezar” y se preguntó: “¿Esos rezos que hacemos cada tanto son realmente oración? ¿Están vinculados con ese deseo de la vida eterna, son expresión de la fe, la esperanza y la caridad? ¿No es que a veces nos desesperamos excesivamente por arrancarle a Dios tales o cuales beneficios que son los que consideramos nosotros necesarios?”.
Mons. Héctor Aguer afirmó que “en la oración siempre hay una especie de confiarse en la Providencia de Dios sabiendo que Él sabe bien lo que necesitamos. Jesús mismo dice en el Evangelio pidan y recibirán. Sin embargo ese otro propósito que es casi un precepto del Señor, oren siempre, oren sin desanimarse, nos está sugiriendo que tenemos que abrir nuestro corazón, ensanchar nuestro corazón a la búsqueda de la verdadera felicidad”.
Y finalizó señalando que hacia allí tendría que apuntar nuestra vida de oración y tras preguntarse si “alguna vez se nos ha ocurrido pedirle a Dios que nos asegure el camino que nos lleva a la vida eterna”, manifestó que es necesaria “hacer que nuestra oración sea un ejercicio verdadero de fe, de comunión con Dios, de amor a Él” pues “es allí donde el cristiano recarga las energías de su alma para luego dar testimonio de Cristo en la vida de todos los días”.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“El capítulo 18 del Evangelio de San Lucas comienza con estas palabras: “Jesús les enseñó con una parábola que es necesario orar siempre sin desanimarse” y sigue el relato del Juez inicuo y la viuda insistente. En la primera carta de San Pablo a los cristianos de Tesalónica, capítulo 5 versículo 17, el Apóstol entre otras exhortaciones les dice a los fieles “oren sin cesar”. Y subrayo los adverbios, en todo caso, o las expresiones adverbiales, de modo: Orar siempre, orar sin cesar”.
“Esto planteó un problema a las primeras generaciones cristianas. ¿Cómo es posible cumplir con este precepto del Señor, con este mandato apostólico de orar siempre? La misma vida cristiana nos exige toda una serie de ocupaciones diversas que son las ocupaciones propias de la vida humana que el cristiano transforma por su fe y por su amor a Dios y al prójimo”.
 “¿Cómo es posible orar siempre?”
 “San Agustín, en una carta que se hizo célebre, la carta Nº 130, dirigida a una Virgen llamada Proba, plantea una solución que apela a cuál es la finalidad de la vida cristiana. La finalidad de la vida cristiana es alcanzar la felicidad eterna”.
“Lo que Agustín llama la vitae beata, la vida feliz. Pero es la vida feliz en la eternidad, el don que Dios nos va a dar. La oración tiene sentido porque ella se identifica con el deseo de la vida eterna, con el deseo de la vida feliz. Entonces Agustín dice: es posible orar siempre con el deseo continuo de la fe, la esperanza y la caridad”.
“La fe, la esperanza y la caridad que enriquecen, por la gracia de Dios, la persona del cristiano, asumen el deseo natural de felicidad y apuntan a la felicidad verdadera, a la verdadera vida, a la vida eterna”.
“También San Agustín argumenta así: eso no quiere decir que no tengamos, que pedirle a Dios cosas que necesitamos. En realidad, dice Agustín, nosotros tenemos que pedirle a Dios esas cosas que necesitamos no porque Dios no sepa que las necesitamos sino porque al pedirlas vamos ejercitando nuestro deseo y así vamos como ensanchando el alma y preparándonos para recibir los dones que Dios nos quiere dar. Está pensando siempre en que todos los dones de Dios están orientados a ese gran don de la felicidad eterna”.
“Entonces, dice San Agustín, nosotros tenemos que orar en determinados momentos del día. Por eso en determinados días, en determinados momentos del día, nos dedicamos exclusivamente a la oración pero oramos continuamente con el deseo continúo de la fe, la esperanza y la caridad”.
“Podríamos decir que esta pequeña catequesis sobre la oración puede ayudarnos para plantearnos nosotros la cuestión acerca de la oración. Todos estamos acostumbrados, desde pequeños aprendemos a rezar, pero: ¿Esos rezos que hacemos cada tanto son realmente oración? ¿Están vinculados con ese deseo de la vida eterna, son expresión de la fe, la esperanza y la caridad? ¿No es que a veces nos desesperamos excesivamente por arrancarle a Dios tales o cuales beneficios que son los que consideramos nosotros necesarios?”.
“En la oración siempre hay una especie de confiarse en la Providencia de Dios sabiendo que Él sabe bien lo que necesitamos. Jesús mismo dice en el Evangelio pidan y recibirán. Sin embargo ese otro propósito que es casi un precepto del Señor, oren siempre, oren sin desanimarse, nos está sugiriendo que tenemos que abrir nuestro corazón, ensanchar nuestro corazón a la búsqueda de la verdadera felicidad”.
“Quizás allí tendría que apuntar muchas veces nuestra vida de oración. ¿Alguna vez se nos ha ocurrido pedirle a Dios que nos asegure el camino que nos lleva a la vida eterna? ¿Y que nuestra oración sea un ejercicio verdadero de fe, de comunión con Dios, de amor a Él? Bueno, es allí donde el cristiano recarga las energías de su alma para luego dar testimonio de Cristo en la vida de todos los días”.