Páginas

lunes, 11 de febrero de 2013

14 DE FEBRERO DE 2013: “UN BUEN DÍA PARA SER DURO DE MATAR”






A “Good Day to Die Hard”, titulada “La Jungla: Un buen día para morir” en España y “Un buen día para ser Duro de Matar” en Hispanoamérica, es la quinta entrega de la saga de películas Die Hard, la cual está protagonizada por Bruce Willis.
La secuencia de la estación de policía en Brooklyn, donde McClane se entera de que su descarriado hijo ha sido encarcelado en Moscú, marca la primera aparición del personaje en la película.
Lucy (Mary Elizabeth Winstead, quien repite su papel de Live Free or Die Hard) deja en el aeropuerto a John McClane, interpretado por Willis, quien al llegar a Moscú se entera de que Jack, lejos de ser un criminal, es un agente de la CIA que lleva tres años en una misión encubierta para proteger a un ladrón convertido en informante ruso, de nombre Komarov. Después de haber recapacitado, Komarov está decidido a testificar en contra de su ex socio, Chagarin, y frustrar sus ambiciones por conseguir un puesto más alto en la política.  
 “Este es un giro inesperado con respecto a los escenarios habituales en los que McClane pasa a ser el invitado imprevisto a la fiesta, que arruina un plan bien concebido de un criminal brillante”, comenta Young. “En esta ocasión, arruina la meticulosa y peligrosa operación encubierta de su propio hijo”. 
Desde su primera aventura en 1988 en el Nakatomi Plaza, John McClane siempre se ha encontrado en el lugar equivocado en el momento menos oportuno. Esta vez McClane se enfrentará al mayor desafío en el que jamás se ha visto metido y en un escenario internacional, en el cual su distanciado hijo, Jack, se encuentra encerrado en una prisión por un líder ruso. Padre e hijo tendrán que luchar y trabajar juntos para mantenerse vivos y derrotar al enemigo.
Bruce Willis es nuevamente el detective John McClane en “Duro De Matar: Un Buen Día Para Morir”, que se desarrolla en medio de un mortífero acto de corrupción y una venganza política en Rusia.
Al ser hijo del policía más famoso de Nueva York, Jack prueba que el dicho “de tal palo tal astilla” es cierto. Demuestra el sentido del deber, valor y disposición de su padre cuando se trata de poner su vida en riesgo para proteger a otros. 

“Jack ha estado viviendo como ruso, hablando el idioma e infiltrándose en diferentes grupos para intentar obtener información secreta de Chagarin y asegurarse que no pueda lastimar a Komarov en prisión”, comenta Courtney. “Queda impactado cuando su papá llega en un momento crucial y lo pone al descubierto. No quiere su ayuda; de hecho, no quiere tener nada que ver con él. Jack está determinado a probar que puede hacer esto por sí solo, bajo sus propios términos y de que no necesita a nadie más”. 

Con la inminente fecha del juicio de Komarov, Jack se hace encarcelar de manera intencional para que pueda vigilar más de cerca al ruso. Cuando los dos hombres son llevados juntos a corte, Jack asume que tiene todo bajo control. No es así.  

Chagarin ha enviado a su secuaz Alik (Rasha Bukvic) y a un equipo paramilitar a sacar a Komarov de la sala de juicios. Una explosión ensordecedora arroja repentinamente a espectadores y jurados en contra y a través de las paredes. 

“Los tipos malos irrumpen para llevarse a Komarov, por lo que la hemos convertido en un drama Brechtiano”, bromea el director John Moore. “Hacer estallar un edificio no es la manera habitual para capturar a alguien, porque el riesgo de que se lesione la persona por la que van es demasiado elevado. Pero debido a que Jack y Komarov se encuentran en cajas contra balas, se convierte en algo bastante ingenioso”. 

Jack y Komarov logran huir de la destrucción, y un sorprendido John McClane corre tras ellos. Jack y Komarov se hacen de un camión, y, con Alik tras ellos en una cercana persecución y John un poco más atrás en su propio vehículo “prestado”, se embarcan en una de las secuencias de persecución más espectaculares jamás vistas en cine. 



McClane llega a Moscú para localizar a su alienado hijo, Jack (Jai Courtney), y queda asombrado al descubrir que éste trabaja de manera encubierta para proteger a Komarov, un informante del gobierno. Con sus propias vidas en riesgo, los McClane se ven obligados a superar sus diferencias para poder salvaguardar a Komarov y frustrar un crimen potencialmente desastroso en el lugar más desolado del planeta —Chernóbyl. 
Cuando McClane se entera de la verdadera profesión de su hijo, lo llama el “007 de Plainfield, Nueva Jersey”. Pero es un largo camino de Plainfield a Moscú, y John y su hijo Jack están a punto de tener una reunión familiar que nunca olvidarán. 
Ya han pasado 25 años desde que Duro de Matar irrumpió con el héroe John McClane, y cambiando el paradigma de las películas de acción. McClane es alguien con el que uno se puede sentir identificado. Un hombre normal, común y corriente, a quien las circunstancias lo obligan a emprender una tarea extraordinaria. Esto es lo que lo diferencia con respecto a los héroes de cómics de la mayoría de las películas de acción, y que lo ha convertido en uno de los personajes más populares en la historia del cine. 

Cerca de la entrada al Parque Freedom Square en Budapest, frente a la embajada de los EEUU, los espíritus de dos íconos americanos —uno real, el otro cinematográfico, ambos míticos— se intersecan en la sombra de un monumento de guerra ruso. Una estatua de bronce de Ronald Reagan mira hacia el monumento de concreto de casi 5 metros de alto, con la estrella de la ex Unión Soviética en todo lo alto. A sólo unos cuantos pasos, adentro de un edificio gigantesco que alguna vez albergó la estación de televisión comunista de Hungría, el legendario Bruce Willis se pasea por un set hechizo que hace las veces de una estación de policía en Brooklyn. 

El espectro de la ex Unión Soviética se cierne a lo largo de todo el parque, así como la estatua de Reagan y la línea narrativa de Duro De Matar: Un Buen Día Para Morir. Durante los últimos años de la Cortina de Hierro, los antagonistas rusos de la película, Komarov y Chagarin, idearon un plan para robar cientos de millones de dólares en plutonio de la planta nuclear de Chernóbil. Veintisiete años más tarde, el final de esta sinfonía de latrocinio se llevará a cabo en Moscú, y su clímax resonará a través de los pasillos de las cortes rusas, las fortunas de los poderosos oligarcas y las vidas de dos inesperados entrometidos estadounidenses: John McClane y su hijo Jack. 


Willis es McClane, y apreció la oportunidad de volver a visitar al querido personaje que tiene un hábito por estar en el lugar equivocado en el momento correcto. ¿Acaso los problemas encuentran a John McClane o es él quien los busca? “Bueno, ciertamente tiene una atracción hacia los problemas”, comenta el actor, “pero sí, los problemas parecen estar decididos a encontrarlo”. 

“Me parece una labor interesante alcanzar los estándares que establecimos en la serie, además de que disfruto encontrarme con McClane en diferentes etapas de su vida”, continúa Willis. “En esta historia se encuentra en un momento en el que los hombres tienden a reflexionar acerca de su pasado. Para McClane, es la relación distanciada que tiene con su hijo. No han hablado en algún tiempo y la primera noticia que ha recibido de él es de su arresto en Moscú”. 

La premisa del guión (escrito por Skip Woods y Jason Keller) nació a partir de una idea de Willis, quien estaba interesado en explorar una historia padre-hijo, teniendo como fondo un escenario peligroso que los obliga a encontrar una manera de superar sus diferencias para sobrevivir. 

Sus diferencias son abundantes y profundas. “Jack hace las cosas como deben de hacerse, y John raramente sigue las reglas y usa cualquier cosa que esté a la mano para lidiar con la situación”, explica Willis. 
El productor Alex Young comenta: “La cuestión se convirtió en cómo podíamos tomar la médula de esto, la relación entre un padre y un hijo, quienes están cortados con la misma tijera, pero tienen un pasado tenso y grandes malentendidos, y colocarlos en un lugar donde están atrapados y no pueden pedir ayuda”. 
El productor Wyck Godfrey dice que el reto de ver a McClane “implementar sus habilidades en una tierra extranjera, donde es como un pez fuera del agua, es un elemento intrigante de la película. No conoce el idioma, la cultura, ni sabe cómo está la situación, así que tiene que hacer algo que nunca antes ha hecho —confiar en alguien”. 
Ese alguien es su hijo. Al igual que las previas películas de Duro de Matar, Duro De Matar: Un Buen Día Para Morir gira en torno a los miembros familiares en peligro, y la disposición de John McClane para hacer lo que sea para salvarlos. En las primeras dos películas era su esposa; en la cuarta, su hija. Ahora su hijo está en problemas, y McClane teme que ya sea demasiado tarde para detener el espiral en el que Jack ha entrado hacia una vida criminal. 
“Es algo que John no puede ignorar porque involucra a su familia —y como hemos visto en películas previas de Duro de Matar, no te metes con la familia de John McClane”, comenta John Moore. 

Cuando la identidad de Jack es revelada como consecuencia de la persecución, él y su padre intentan sacar de manera segura a Komarov de Moscú. El perturbado ruso se encuentra repentinamente en medio de las discusiones de los McClane y en un lugar más peligroso que la prisión, dado que John parece ser alguien bastante irreflexivo y de armas tomar. Pero los tres hombres están decididos a salir de la ciudad por cualquier medio necesario, por lo que comienzan a forjar una alianza incómoda. 

El actor aclamado internacionalmente Sebastian Koch comenta: “Komarov sospecha de los McClane e intenta encontrar la manera de ser parte de la toma de decisiones. Ha cooperado con la CIA en sus esfuerzos por agarrar a Chagarin, pero él tiene sus propias ideas de cómo derrotar a su enemigo, y sus propias ambiciones acerca de la vida después de la prisión. Komarov tiene un hija (Yuliya Snigir) con quien lleva una relación difícil, así que entiende y es solidario con el distanciamiento que John McClane tiene con su hijo”. 
“Komarov es misterioso”, continúa Koch. “No siempre es compasivo y no sabemos qué es lo que lo impulsa a hacer lo que está haciendo”. 
No sabemos cómo son los detalles de la película, pero sí algunos adelantos que nos ha ofrecido la empresa cinematográfica previo al estreno, que aquí hemos comentado.
¿14 de febrero? Un buen día para ser Duro de Matar…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.