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miércoles, 20 de febrero de 2013

BICENTENARIO DE LA BATALLA DE SALTA



Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Avila (LMGSM 1 y CMN 73).
El 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano, logra en la batalla de Salta la rendición de los ejércitos españoles y completa su exitosa estrategia, que comenzó en Jujuy, con la retirada (éxodo), alcanza su triunfo magistral en Tucumán y, ahora, en Salta, detiene para siempre la invasión goda al Rió de la Plata.

      La campaña al Alto Perú esta cuajada de hechos y nombres que son una real diadema, de muestra valor y osadía. para defender y proteger. la incipiente libertad que asomaba en la riberas del Plata en los albores del Siglo XIX. Cada paso dado, con las armas o la palabra, muestra una voluntad indómita, que vence lo aparentemente invencible, sembrando gloria y honor, que serian las bases de un país que nacía.

   La batalla de Salta es, sin dudas, una de estas paginas, no tan solo muestra nobleza, sino admiración, por el hecho de armas en si, y por la habilidad de conductor y estratega del general Manuel Belgrano. Se destacan sus capitanes, que no trepidan ante la muerte y dan brillo singular a sus sables, que se tiñen de sangre de los adversarios. Como en todo combate, aparecen figuras o personas que, por algo especial, adquieren una relevancia que los destaca y califica. Todos recordamos, en el Combate de San Lorenzo, el sacrificio del Sargento Cabral, como algo particular, dentro de los granaderos. En la Batalla de Salta, hay alguien que adquiere esa dimensión diferente, alguien que, con su hacer, se destaca en la misma, el entonces capitán José Apolinario Saravia, que, por su tez cobriza, era conocido como el "Chocolate",

   "Chocolate" Saravia era salteño, nacido en el año 1791, hijo del Coronel Pedro Saravia, que, como tantos provincianos, fue a Buenos Aires a estudiar, lo que hace que  encuentre en 1810  la posibilidad de incorporarse al Ejercito Auxiliar y participar en la campaña al Alto Perú comandada por Gonzalez Balcarce. Participa en la batalla de Suipacha, como ayudante de Gonzalez Balcarce, y mas tarde, como ayudante del general Juan Viamonte, combate en Tucuman  a ordenes del general Manuel Belgrano. Durante ese verano, es enviado a Salta, para "reconocer" la situación de los realistas que, luego de la derrota, se habían instalado en aquella ciudad. Como salteño y conocedor de la zona, proporciona a Belgrano, información sobre accesos a la población fuera del "Camino Real", por la finca de su familia en Castañares. Esta información permitía, desde Lagunillas, llegar al Valle de Lerma, por la quebrada de Chachapoyas, lo que significaba tomar por sorpresa  las retaguardias españolas que esperaban el ataque por el frente natural de acceso.

    La noche del 19 de febrero, fue el desplazamiento, en medio de una gran tormenta,  que imponía un esfuerzo mayor a los criollos, pero, que, este accionar, estaba compensado por la posibilidad de caer por un lugar impensado. La maniobra dio su resultado, y las fuerzas de Pío Tristán, pese a una valiente resistencia, que costo vidas y heridos en ambos bandos, finalmente, se rindieron.

    La Historia Argentina y, en particular la Historia provincial de Salta, trae en sus paginas, recuerdos de aquel "Chocolate" y su participación. Es así, que el General Paz, en sus memorias, lo recuerda que "fue un hombre valiente y sagaz y muy inteligente...". y los versos de un "Romance al "Chocolate" Saravia (de autor desconocido), nos dice, refiriéndose a el:

                                    "Greda con greda del cielo
                                    " varón como de cuanta
                                    " frente a mi se realiza
                                    "  el Chocolate Saravia.

                                     " Se me nublaron los ojos
                                      " se me frustra la palabra
                                      " con sabor al nombrarlo
                                      " el Chocolate Saravia.

                                      " Un escuadrón de recuerdos
                                       " grita presente en mi alma
                                       " y el cielo vistió de orgullo
                                       " con sus colores de Patria.

                              Viva el soldado patriota, el "Chocolate" Saravia.

    La Historia esta llena de episodios que la ennoblece y de personas que le dan vida  en particular, cuya sumatoria, amalgamada con el destino, es la savia que forma pueblos, organiza naciones y, en síntesis  hace nacer el sublime amor a la Patria, por eso, entre el cumulo de valientes de Salta, aparece esta simple figura del "Chocolate Saravia".

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