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lunes, 18 de febrero de 2013

¿EL PRÓXIMO PAPA PODRÍA SER UN ÍTALO-ARGENTINO?


Por Emilio Nazar Kasbo
Una ola de críticas se desató en la Argentina y el exterior contra el Cardenal Leonardo Sandri, para descalificarlo como “candidato” a posible Papa, sobre todo de fuentes “progresistas” y de “ultraizquierda”. Hay quienes lo critican afirmando que es un "negociador", que "da algo pero a cambio de otra cosa"... ¿sería capaz de cambiar ortodoxia por heterodoxia y fidelidad a la Tradición por modernismo, a cambio de algún favor?
Sandri fue miembro del círculo íntimo de Juan Pablo II, virtual ministro de Benedicto XVI, y ha sido de los primeros mencionados entre las especulaciones sobre los cardenales con chances de llegar a Papa. Página 12, el pasquín oficialista de la ultraizquierda que se maneja con los grandes capitales multinacionales que financian a Clarín y La Nación, acaba de criticarlo en una nota firmada por el supuesto “entendido” en Catolicismo: Martín Granovsky.
¿Por qué Sandri es mencionado como sucesor de Benedicto XVI? Porque tiene una edad que le permitiría sostener un Papado prolongado. La visión “humana” y “mundana”, materialista e inmanentista, pelagiana y modernista, sólo puede ver lo que dice Página12: que “sólo votan los que no cumplieron 80 al momento de la renuncia del Papa. No votan todos los miembros del Colegio Cardenalicio cuyo decano es Angelo Sodano”. ¿Hay número para votar? ¿Cuántos hay que no sean “conservadores”? Todo es visto como la elección de autoridades políticas, o de un “club” o una ONG cualquiera, lo cual dista mucho de la realidad. La reunión de quienes van a “votar”, no es un “comicio”, sino que se trata de unas jornadas de oración para que el Espíritu Santo designe a quien conducirá la Barca de Pedro. Esto es para los católicos, pero quien niega la Transubstanciación y presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, también niega la asistencia del Espíritu Santo en la elección del próximo Papa, hecho que hace cesar la Sede Vacante.
Leonardo Sandri tiene una ventaja por sobre muchos: conoce cómo es el funcionamiento de todas las instituciones del Vaticano en el orden práctico. Fue él el encargado de anunciar la muerte de Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005.
“Cardenal desde 2007, Sandri actualmente también es miembro de la Comisión Pontificia para América Latina y prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, …Sandri tiene experiencia en las relaciones internacionales porque fue representante del Vaticano en México y Venezuela y reforzó la legación en Washington como observador en la Organización de los Estados Americanos”, afirma Página12.
Sandri está vinculado directamente a la Curia vaticana desde 1970, cuando aún no había cumplido 30 años de edad. Siendo sus padres italianos, nació el 18 de noviembre de 1943 en Buenos Aires, y por tanto ahora tiene 69 años, dato que permitiría prever (si eventualmente fuese elegido Papa y si todo transcurriese según humanas previsiones), al menos unos 15 años como Papa aproximadamente.
Sandri durante el Bicentenario dijo Misa en la Embajada argentina, a cargo del político Juan Pablo Cafiero, designado en tal función por el actual gobierno argentino “kirchnerista”. En diciembre de 2012 fue recibido en la Casa Rosada por la Presidente Cristina Fernández Wilhelm, a quien agradeció la instalación de un pesebre en el Museo del Bicentenario. La Presidente, si pudiera, se postularía a “Papisa”… pero como no puede… ¿qué más querría ella que tener un Papa nacido en Buenos Aires? El otro “candidato” de ella podría ser el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, pero con él está peleada, y aparentemente en el marco espiritual no tendría “chances”
Muchos descartan que el próximo Papa sea italiano, puesto que sucedería a dos Papas que no lo son, el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI. Al respecto, existe un detalle no menor: el Cardenal Leonardo Sandri no consta en los registros del Episcopado argentino (http://www.aicaold.com.ar//index2.php?pag=obalfabetico). ¿Es argentino o italiano Sandri? Podría decirse que es ítaloargentino, pero que eclesiásticamente es italiano.
Sin embargo, el “favorito” para muchos entendidos, y aparentemente también de Benedicto XVI, es Mons. Angelo Scola. Es amigo de Joseph Ratzinger desde hace 40 años, y los medios seculares afirman que representa el sector más conservador de la Iglesia, presentándolo como vinculado a Comunión y Liberación y al Opus Dei. En 2011 fue nombrado como jefe de la Diócesis de Milán, la más importante, grande y rica de Europa.
Scola nació el 7 de noviembre de 1941, tiene dos doctorados: uno en filosofía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (Milán) y uno en Teología de la Universidad de Friburgo (Suiza). Scola fue ordenado como sacerdote en 1970, siendo integrante del movimiento Comunión y Liberación (CL). Domina el idioma italiano, alemán y francés. Fue delegado cardenal en el Consistorio del 21 de octubre de 2003 e hizo parte del cónclave que en abril de 2005 eligió a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II. Es miembro de la Congregación para el Clero y de los Pontificios Consejos para la Familia y para los Laicos.
Scola forma parte del clero italiano. Sandri también, pero además es argentino. Scola tiene 72 años, y Sandri 3 años menos. Y la prensa los critica a ambos. ¿Caer bien a todo el mundo? Imposible. ¿Qué criterios humanos pueden influir en la decisión de los Cardenales? Ninguno, sólo el Espíritu Santo que no abandonará a la Iglesia Católica hasta el fin de los tiempos.
¿El próximo Papa se animará a realizar la restauración litúrgica y a volver a los tiempos del ascetismo y de la reverencia integral a Dios? ¿Volverá a la expresión clara y concreta de los Anatemas? ¿Unificará la Iglesia Católica en la Verdad, o tolerará los errores que arrastran a las almas a su perdición por sostener herejías confundiendo a los feligreses desprevenidos y al clero mal formado con falsos argumentos que se difunden ampliamente? ¿Hablará claro, o mantendrá la ambigüedad en que la Verdad resulta algo “implícito” que casi debe ser “adivinado”? Dios dirá, pero conste que Jesús fue dijo: “sí, sí; no, no”, eliminando toda división dentro de la Iglesia, sobre todo entre los judaicos fariseos y publicanos, siendo inadmisible la división entre “tradicionales” y “progresistas”, división condenada por San Pío X en la Encíclica contra el Modernismo llamada Pascendi. Como afirma el dicho: "¿quién le pone el cascabel al gato?"

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