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miércoles, 13 de febrero de 2013

LOS TIEMPOS EN POLÍTICA.



Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Avila (LMGSM 1 y CMN 73).

Sorprende a la ciudadanía el político que trata temas que no están en la necesidad, requerimiento o vivencia de la sociedad, ya sea para eludir lo importante o para evitar su consideración por conveniencia circunstancial, lo que es un desgaste a evitar.
La política es un accionar permanente y constante que, desarrollado dentro de la sociedad, esta vinculado con su existencia y  su futuro. La Constitución y las leyes determinan su ámbito y alcance para lograr una racional acción que  encuadré, dentro de la lógica de las circunstancias, los hechos y actividades que se materializan. El objetivo de hacer, impone la necesidad de llegar y, para ello, se tiene que actuar, conforme el ambiente, adaptándose a las realidades, pero sin dejar de tener en vista los supuestos los futuros. La habilidad de estar y actuar oportunamente, constituye los tiempos de la política, es decir el accionar oportuno dentro de los procesos vigentes.

         Cuando las personas que actúan en política solo viven en la coyuntura, serán aceptados como  dirigentes, pero, cuando ellos, en su accionar, tienen en cuenta que el corto plazo es solo un momento que conduce hacia el mañana, alcanzan la talla de estadistas. La complejidad, la interrelación y las velocidades que caracterizan al mundo del presente, imponen que el político individual este reemplazado por el grupo orgánico, que acumula en el mismo, no tan solo las capacidades para entender y atender las variadas cuestiones, sino la habilidad de interrelacionar lo aparentemente sustantivo como la complejidad de sus efectos resulta.

        La política es evolución no revolución, ya que el "cuerpo social", como elemento físico, necesita de "tiempos" para su adaptación a las variables que impone el avanzar y requiere para hacerlo, seguridad en sus actos, lo que configura la existencia de un "estado de derecho". Cuando la aceleración lleva a la "revolución", significa que ha fallado el sistema o que la situación social ha quedado desfazada de la realidad ambiental y ello, lógicamente, lleva a la "explosión" que  pese a que puede ser controlada, la mas de las veces, queda fuera de control y  produce  daños de dimensión inconmensurable. La historia muestra que cuando se producen acciones tipo reactivas, ello se debe a que "Falto contención y soluciones pequeñas a pequeños problemas antes que se armase el  problemón irresoluble" (1), ya que "las huelgas, los piquetes y las protestas de cualquier signo o sector,  cuando suceden, ponen en evidencia que un canal institucional anterior no supo encontrar las soluciones adecuadas demandadas y entonces debió  abrirse paso como pudo la queja inorgánica, siempre incomoda y mas difícil de manejar" (!)

       El político, en su rol de dirigente, es quien mas debe respetar la institucionalidad, donde se encuentra actos, momentos y resultados a materializar durante los desarrollos, ya que, su vigencia y cumplimiento, es el que asegura en forma singular y plural la transparencia en lo actuado. Una argucia es plantear temas que no tienen vigencia o acción inmediata, pero que tiene aparente peso decisorio, de manera tal de desviar la atención general y llevar a no atender aquello que realmente esta en acción, con lo que se logra sus fines sin que se perciban ellos como resultados.

      Las comunidades organizadas, como es el caso de las naciones, tienen sus mecanismos acordados para el accionar político, no tan solo en su aspecto social, sino en su desempeño circunstancial cuando se alcanza el poder como gobernantes. Cuando el político, en su papel de gobernante, viola, modifica o cambia las "reglas de juego", con una finalidad propia determinada, no tan solo esta enturbiando la relación, sino que esta creando antecedentes que en el mañana pueden ser ejercidos contra el mismo..

     La tarea de gobernar no es fácil ni simple, ya que requiere acción dentro de lo estructurado y aportes a los nuevos problemas y desafíos. El gobernante es, por lo tanto, el fiel de la realidad política de una sociedad y su actividad es el mejor manifiesto de la claridad con que se emplea lo publico en beneficio a lo privado. Cuando las personas accionar por si y eluden, postergan u olvidan a sus "representantes" significa que ellos han dejado de serlo y, consecuentemente, se rompe la vinculación con los representados.

    Es posible, cuando no probable, que el deformado sistema de representación que se observa en algunos países, donde se juega sobre el fraccionamiento ideológico y no sobre los agrupamientos zonales, sea un factor para el equivoco uso de los tiempos en la política ya que los momentos de requerimiento son diferentes y, consecuentemente, diferenciales. (2).

Notas: (1) Diario LA NACIÓN 1111-2012 (El medio es el mensaje" por Pablo Sirven)
            (2) Recordemos que en Argentina, el sistema de representación fijado por la CNA art1 es federal o sea fraccionado por provincias, pero, los desarrollos evolutivos lo han modificado centralizándolo ideológicamente.

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