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domingo, 28 de abril de 2013

MONS. AGUER: “NO SEA COSA QUE POR SER ULTRAMODERNOS PERDAMOS LA CALIDAD HUMANA DE CIERTAS REALIDADES”



Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, dedicó su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), para reflexionar sobre aspectos de la comunicación, las nuevas TICS y la verdadera relación entre las personas.
“Quiero comentarles algo que he leído recientemente en varios estudios y, aún, en artículos periodísticos en diarios del exterior: es el cambio que las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación están produciendo sobre las relaciones humanas y, especialmente, sobre las relaciones afectivas”, dijo.
Indicó que la actual “comunicación inmediata y continua tiende a la banalización, a un bla bla que carece, por lo general, de contenidos. La intención es estar siempre, viendo lo que está haciendo el otro, comprobar si está conectado, o si no lo está; si me responde de inmediato, o no me responde”.
A partir de unos estudios que ha leído manifestó que “ya el teléfono es casi una antigüedad, el teléfono celular también, los mensajes de texto están pasando de moda y ahora con “skype”, el “twitter” o el “WhatsApp” cualquiera puede hacer una especie de seguimiento instantáneo de otras personas que supera las barreras del espacio y del tiempo. Esto crea ciertas dificultades, aunque no parezca, porque todos estamos encantados con esta posibilidad”.
Ello hace que se esté “perdiendo un cierto aspecto que podríamos llamar “ritual de las relaciones interpersonales”. Uso a propósito la palabra “ritual” por una referencia al Principito”. Y comentó que en libro de Antoine de Saint-Exupéry hay una escena fantástica que es el encuentro del Principito con el Zorro. ¿Qué le dice el Zorro? Dice que los ritos son necesarios y le explica al chiquito de cabellos rubios, si tú vienes mañana a las cuatro, yo desde las tres estaré esperando y me estaré preparando para tu llegada. También en la música son importantes los silencios. Por eso es necesaria la distancia, una justa distancia, que hace mucho más sabroso el encuentro”.
Si bien señaló que no quiere decir “que hay que volver a establecer las pautas relacionales que eran propias de cuando no existía ni siquiera el teléfonotodo esto da la impresión de que “se está poniendo en juego algo muy importante, muy valioso. No sea cosa que por ser ultramodernos perdamos la calidad humana de ciertas realidades que, si bien van cambiando siempre en sus modos, conservan algo que es irreemplazable, como el sentido humano de la relación y la conciencia que uno tiene de uno mismo y del otro.
Este valor se pierde por completo si desaparece esa cierta distancia y los necesarios momentos de ausencia que nos hacen pensar, que nos hacen evaluar cómo está desarrollándose la amistad y, que al mismo tiempo también, nos permiten desear y preparar el encuentro personal. Es decir nos llenan de esperanza, de alegría. Esa es la expectativa de la cual el Zorro le hablaba al Principito”, culminó Mons. Héctor Aguer.

Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:

“Hoy quiero comentarles algo que he leído recientemente en varios estudios y, aún, en artículos periodísticos en diarios del exterior. Es el cambio que las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación están produciendo sobre las relaciones humanas y, especialmente, sobre las relaciones afectivas”.
“Ya el teléfono es casi una antigüedad, el teléfono celular también, los mensajes de texto están pasando de moda y ahora con “skype”, el “twitter” o el “WhatsApp” cualquiera puede hacer una especie de seguimiento instantáneo de otras personas que supera las barreras del espacio y del tiempo. Esto crea ciertas dificultades, aunque no parezca, porque todos estamos encantados con esta posibilidad”.
“Pero fíjense lo que se viene estudiando ahora: se advierte que no es posible estar todo el tiempo siguiendo a alguien, que no es posible estar siempre conectados, siempre pegoteados -podríamos decir-, sino que también es importante la distancia, que tiene un valor la ausencia y que esa pausa permite una preparación adecuada para los encuentros”.
“Se está perdiendo un cierto aspecto que podríamos llamar “ritual de las relaciones interpersonales”. Uso a propósito la palabra “ritual” por una referencia al Principito. ¿Han leído ustedes el libro “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry? Ahí hay una escena fantástica que es el encuentro del Principito con el Zorro. ¿Qué le dice el Zorro? Dice que los ritos son necesarios y le explica al chiquito de cabellos rubios, si tú vienes mañana a las cuatro, yo desde las tres estaré esperando y me estaré preparando para tu llegada. También en la música son importantes los silencios. Por eso es necesaria la distancia, una justa distancia, que hace mucho más sabroso el encuentro”.
“Se nota ahora que ya incluso los mensaje de texto en el celular son una antigualla, porque ellos todavía requieren una cierta expresión literaria. Si alguien quiere enamorar una chica o decirle algo lindo a un amigo, o lo que fuere, piensa muy bien cómo lo dice y el otro descubre en ese lenguaje el carácter de los sentimientos”.
“En cambio ahora esta comunicación inmediata y continua tiende a la banalización, a un bla bla que carece, por lo general, de contenidos. La intención es estar siempre, viendo lo que está haciendo el otro, comprobar si está conectado, o si no lo está; si me responde de inmediato, o no me responde”.
“Yo no quiero decir que hay que volver a establecer las pautas relacionales que eran propias de cuando no existía ni siquiera el teléfono, pero me dio la impresión, cuando leí estas cosas, que se está poniendo en juego algo muy importante, muy valioso. No sea cosa que por ser ultramodernos perdamos la calidad humana de ciertas realidades que, si bien van cambiando siempre en sus modos, conservan algo que es irremplazable, como el sentido profundamente humano de la relación y la conciencia que uno tiene de uno mismo y del otro en la relación”.
“Este valor se pierde por completo si desaparece esa cierta distancia y los necesarios momentos de ausencia que nos hacen pensar, que nos hacen evaluar cómo está desarrollándose la amistad y, que al mismo tiempo también, nos permiten desear y preparar el encuentro personal. Es decir nos llenan de esperanza, de alegría. Esa es la expectativa de la cual el Zorro le hablaba al Principito”.

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