Páginas

lunes, 1 de abril de 2013

AL PAPA Y A TODA AUTORIDAD DEBEMOS OBEDIENCIA, NO OBSECUENCIA...




Por Emilio Nazar Kasbo

A TODA AUTORIDAD (incluído el Papa), debemos obediencia. No obsecuencia.

Valga la siguiente historia, para entender la diferencia. Me la relató Don Hernando Navas, el segundo dueño de Diario Pregón de La Plata, quien lo heredara de su padre, el fundador del mismo.

Resulta que hasta hace algunas décadas, a principios del Siglo XX, los papás tenían una autoridad importante en la familia. Eso era cuando los hombres eran hombres, y las mujeres eran mujeres. Era un tiempo en que todos se trataban de "Usted"...

La familia se había sentado a almorzar, la mamá sirvió la sopa, y el papá bendijo la mesa.
Antes de empezar a comer, el hijo de siete años quiso decir algo, y llamó la atención al papá:

- Papá, le quiero decir...

- ¡Silencio, hijo! -respondió severamente el papá-. Usted termina la sopa, almorzamos todos en silencio. Cuando termina la sopa, habla.

El hijo, a pesar de la advertencia del papá, insistió:

- Pero papá, quiero decirle...

- ¡Hijo! ¿No escuchó lo que dije? Usted me obedece y punto. Cuando termina la sopa hablamos. No me obligue a tomar otras medidas.

La amenaza era clara. Obedecer u obedecer, porque de lo contrario, vendría una tunda y un castigo. Así era antes.

Resignado, el hijo guardó silencio. Comenzó a tomar la sopa sin hablar una sola palabra.

En esos momentos, ni una voz sonaba en el ambiente, y hasta el menor ruido se escuchaba en el comedor del hogar.

El papá fue el primero en tomar su sopa. Aguardó a que todos terminaran su plato.

En ese momento, antes de que la mamá sirviese el plato principal, estando aun ella sentada a la mesa, se dirigió a su hijo.

- ¡Hijo! ¿Qué quería Usted decirme con tanta insistencia?

- Papá, ya no tiene importancia -respondió el menor.

- ¿Cómo que no tiene importancia? Ha insistido en dos oportunidades, Usted algo quiso decirme. Le ordeno ahora que me diga qué quería decir.



Ante la orden expresada, el hijo respondió:

- Papá, ya no tiene importancia. Sólo quería advertirle que había un bicho en su plato de sopa, para que lo apartara. Pero Usted ya se la tomó entera...


ESTA ES LA DIFERENCIA ENTRE LA AUTORIDAD Y EL AUTORITARISMO, ENTRE LA OBEDIENCIA Y LA OBSECUENCIA. SABER ESCUCHAR ES PARTE DE LA PRUDENCIA DE LA RECTA AUTORIDAD.

QUIEN EXIGE QUE TODOS SEAN OBSECUENTES, COMO MUESTRA DEL RECTO OBRAR PROPIO, SE EXPONE A TRAGARSE MÁS DE UN BICHO...

Cordiales saludos y

FELICES PASCUAS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.