Por
el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 25 de Mayo
del año 2013 – 1165
ALGUNAS DE LAS IDEAS DOMINANTES DEL
PENSAMIENTO ÚNICO (continuación)
11) "El comunismo terminó. La izquierda se ha hecho democrática
y aceptable. Todos los que niegan este hecho indudable son locos que ven
comunistas hasta debajo de la cama. En cambio la *derecha* no terminó
y sigue siendo un peligro que debe ser combatido enérgicamente. Todo
*derechista* es un *fascista*. "
Es falso que el comunismo terminó. Sólo se ha metamorfoseado, ha cambiado de
nombre y de métodos, pero sigue siendo comunismo, o sea, sigue propiciando la
lucha de clases y el igualitarismo, la abolición de la propiedad privada, el
amor libre y la dictadura del proletariado, o sea, de los agentes del “partido
de los proletarios”. En Rusia, sus actuales gobernantes, empezando por Putin,
son todos comunistas y muchos de ellos, como Putin, ex oficiales de la KGB, la
famosa policía política del “stalinismo”.
De hecho, cuando empezó la "perestroika" que se presenta como la
renuncia del comunismo al poder, había en América Latina un solo país
comunista, Cuba. Ahora que el comunismo supuestamente ha caído, Cuba está más
fuerte que nunca y hay 8 países con gobiernos de izquierda que son aliados
utilísimos de Cuba, Rusia y China: Venezuela, Argentina, Nicaragua, Ecuador,
Bolivia, Brasil, Uruguay, Honduras y existe el peligro de que pronto se le sume
Chile si es electa la ex-terrorista Bachelet. El gobierno de Colombia
no está muy lejos de hacer un pacto con la guerrilla de las FARC que se está
negociando en La Habana (¿¡?) y el presidente Santos no es un enemigo
de la izquierda.
A causa de esta visión falsa acerca de la inexistencia del comunismo, el
Pensamiento Único promueve a los izquierdistas en todas las profesiones que
pueden influir en las ideas de la gente o en su movilización política. Son
periodistas, escritores (los únicos que cuentan con editoriales y librerías a
su disposición y sus libros son los únicos que la crítica califica como
"best sellers"), profesores, lideres sindicales, políticos elegibles
con prensa a su favor, etc.
En cambio, como la "derecha", según este axioma, sigue siendo un
peligro que debe ser combatido con energía y como la definición de
"derecha" se la reservan los izquierdistas que controlan la prensa, a
toda persona que defienda el catolicismo, las tradiciones, el orden, las
jerarquías naturales, la moral natural, se la tacha de
“derechista”, “fascista”, y se le hace una guerra sorda que es una
verdadera "conspiración del silencio". Sus opiniones no son
publicadas en la prensa, sus libros no tienen editores y si los editan a
su costa, las librerías no los aceptan o los reciben para esconderlos y si
quieren hacer Política (la verdadera, sin pactos con la izquierda ni con la
corrupción) se les hace el vacío y se los difama con mentiras o medias
verdades.
12) "La democracia es esencial y pertenece a los democráticos, que
son todos los políticos que van desde la izquierda extrema al centro que no
combate la izquierda. La mayoría tiene derecho a resolver
cualquier cosa, aunque viole la ley de Dios. Lo que dicen las autoridades del
comicio siempre es verdad. En el tiempo de los "conservadores" había
fraude, pero ahora es falso decir que haya fraude."
La democracia es una de las tres formas de gobierno clásicas y es aceptada
por la Iglesia siempre que respete ciertas condiciones esenciales. Es falso que
una mayoría tiene derecho a resolver cualquier cosa. No le es permitido violar
la ley de Dios ni ignorar la Justicia.
Además, el pueblo de una democracia debe ser como lo describe Pío XII en su
famoso discurso de la Navidad de 1944, no una masa movida por demagogos.
No debe admitirse que cualquiera vote sobre cualquier cosa, aunque la ignore
totalmente, ni que sean candidatos individuos indignos o incapaces. Los electos
deben gobernar para el bien común de todo el pueblo y no para su partido.
Ningún partido cuyo programa viole estas condiciones esenciales puede ser
admitido en la contienda electoral. La publicidad de los candidatos debe
ser igual. No puede permitirse a la prensa promover a algunos e
ignorar o difamar a otros, a no ser la prensa abiertamente partidista a la que
igualmente le está vedado mentir y difamar.
Ninguna de estas condiciones se cumple en las democracias modernas. Desde luego
el sistema que se practica en la argentina no es de ninguna manera democrática
y es totalmente fraudulento, especialmente desde que se inventaron los cómputos
electrónicos, fácilmente falsificables y difícilmente controlables.
La Sra. Kirchner no es la presidente legítima de la Nación como tampoco lo
fue Chávez, ni lo es Maduro en Venezuela. Todas las elecciones ganadas por
ellos han sido fraudulentas por diversas razones pero sobre todo por la
escandalosa falsificación electrónica de los resultados electorales.
Poco les importa a los "democráticos" que se respete la naturaleza de
un pueblo sano, ni que el fraude se haya convertido en un recurso
permanente para ganar elecciones. Los pregoneros del Pensamiento Único
sostienen que estos son los tiempos de la democracia y que las mayorías que
ellos, mintiendo, dicen tener, son verdaderas mayorías
Los modernistas se pliegan a esta teoría. Dicen ellos que "vivimos unos
momentos en los que el sentido de la libertad está alcanzando su punto álgido.
En la sociedad civil, la conciencia pública impuso la democracia. Pero el
hombre no tiene más que una conciencia como sólo tiene una vida. Por
consiguiente, si no se quiere provocar en el hombre un conflicto interno, la
autoridad de la Iglesia debe adoptar un régimen democrático, tanto más cuanto
que, si así no lo hace, camina hacia su propia destrucción." Así lo revela
San Pio X en la Encíclica "Pascendi". (Edic. cit. pag.
269).
13) "Los jóvenes son maravillosos. Deben ser alentados en su alegría, no
se debe impedir sus diversiones alegando reglas y modos de ser anticuados. Es
moral rigorista condenar la mayor libertad en las relaciones entre los dos
sexos."
Los jóvenes son buenos cuando han sido bien educados desde niños, no cuando son
adulados y se les permite hacer lo que quieran. La educación de los
niños y de los jóvenes debe basarse en la doctrina católica, y está en primer
lugar a cargo de las familias. Las escuelas deben continuar la tarea con
el mismo principio.
Faltando esto o inculcando ideas falsas y moral en las mentes infantiles y
juveniles, en vez de una "juventud maravillosa" tendremos un
semillero de malas personas y de delincuentes.
En la adolescencia, cuando empiezan a despertarse los instintos, es
indispensable evitar la promiscuidad entre los sexos, que es precisamente lo
contrario de lo que propician los partidarios del Pensamiento Único. Ellos
saben que dando libertad sexual, disminuyendo el pudor y el sentido moral,
corrompen a los jóvenes y los preparan para seguir ciegamente los postulados de
su nefasta filosofía.
A eso se dedican mediante la llamada "educación sexual", acerca de la
cual decía el Papa Pío XI en su Encíclica "Divini Illius
Magistri": "Está muy difundido el error de los que, con pretensión
peligrosa y feo nombre, promueven la llamada *educación sexual* estimando
falsamente que podrán inmunizar a los jóvenes contra los peligros de la
concupiscencia con medios puramente naturales..." (nro. 41).
Sin una educación basada en buenos principios, la sensualidad no tarda en hacer
presa fácil de los jóvenes lo que los conduce, como por un tobogán, a aceptar
la filosofía del Pensamiento Único con lo cual los demagogos tienen preparada
su clientela para toda clase de aberraciones. Los farsantes que sostienen la
falsa proposición a que nos referimos, son los mismos que, hipócritamente,
condenan la "corrupción de menores", cuando son ellos los primeros y
principales corruptores.
14) "Los viejos son una carga. Que no molesten."
Hoy hay varias clases de viejos. La mayor parte de los viejos, son
simplemente viejos y débiles, sin haber acumulado sabiduría a lo largo de sus
años de trabajo y penurias. Merecen ser auxiliados en su vejez especialmente
por sus hijos y nietos, porque el Estado, que los esquilmó toda la vida
mediante contribuciones forzosas a un sistema impositivo y jubilatorio feroz,
no les paga una pensión que les permita vivir con un mínimo de dignidad. Es
inmoral que sean considerados como una carga porque ellos, aunque más no hayan
hecho, han sido los transmisores de la vida a sus descendientes y en alguna
medida han contribuido a la supervivencia del país.
Algunos de ellos, que han recibido una buena educación y han usado
bien su cabeza, son portadores de la sabiduría que dan los años debidamente
vividos y lejos de ser una carga, son un tesoro que las nuevas generaciones
deberían aprovechar aprendiendo de ellos y oyendo sus consejos. Los grandes
pueblos antiguos, especialmente los griegos y los romanos, así los consideraban
y les hubiera parecido una prueba de imbecilidad generacional que los más
jóvenes los consideraran una carga.
Lamentablemente hay otros que han envejecido en el vicio y en el error, casi
irremediablemente dañados por el Pensamiento Único. Estos abundan en las
"clases cultas", corrompidas por la prensa y por el
"establishment". Estos viejos no son una carga, son un veneno que
debe ser evitado, sin perjuicio de los deberes que la caridad nos impone
respecto de ellos.
15) "La prensa debe ser libre, sin censura previa. Aunque pueda
fomentar la concupiscencia, el resentimiento, el odio de clases, la falsedad
histórica, la difamación o cualquier otra tendencia considerada censurable por
la moral católica, no debe ser censurada."
Los hipócritas propulsores del Pensamiento Único sostienen la libertad de prensa
no "AUNQUE pueda fomentar la concupiscencia...etc." sino PORQUE
fomenta todo eso y sólo en la medida en que lo fomente. Quienes defienden el
catolicismo o simplemente la verdad natural, no tienen posibilidad alguna de
publicar sus escritos en la gran prensa. Ellos padecen una censura descarada
que se hace en nombre de la "libertad de empresa".
Además de la experiencia cotidiana del silencio al que me somete la prensa, me
acuerdo que cuando fundamos el Partido Orden y Justicia, al comprobar que los
diarios jamás publicaban una noticia sobre nuestra campaña política, los
demandamos por violación del principio de "libertad de prensa" que
consta en la Constitución. Las contestaciones de demanda de los
diarios se basaron, en cambio, en la "libertad de empresa".
"Nosotros somos los dueños de los diarios y publicamos lo que queremos, en
uso de nuestra libertad de empresa". Por supuesto ganaron el juicio.
El Papa Gregorio XVI en su Encíclica "Mirari vos" dice:
"Debemos también tratar en este lugar de la *libertad de prensa*, nunca
suficientemente condenada, si por tal se entiende el derecho de dar a la
luz pública toda clase de escritos, por muchos deseada y promovida. Nos
horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar qué monstruos de
doctrina, o mejor dicho, qué sinnúmero de errores nos rodean, diseminados por
todas partes, en innumerables libros, folletos y artículos ...de todos ellos
sale la maldición que vemos con honda pena esparcirse por toda la tierra."
(nro. 11).
Si eso podía decirse en 1832, año de la Encíclica, ¡qué debería decirse hoy
cuando esa plaga se ha multiplicado al infinito al igual que la conjura del
silencio que pesa como una lápida sobre los buenos escritos!
16) "Los exitosos en los negocios, en la política, en el deporte, en la vida
social, son los modelos de la vida aunque su conducta sea reprochable
moralmente. El "perdedor", el "fracasado", las medianías,
los que no tienen prensa, son despreciables, aunque se diga que son moralmente
mejores."
La verdad es que el éxito no se basa sólo en alguna calidad del exitoso
sino (¡y sobre todo!) en el favor que le presta el poder del
"establishment". El éxito depende más que del mérito, del
sometimiento al Pensamiento Único que demuestre el aspirante a la
"consagración". Los que explicitan esa dependencia
entrando en alguna sociedad secreta que promueva esas ideas, son los que más
cerca están del éxito.
Por otra parte, los "fracasados" no lo son sólo ni principalmente
porque sean ineptos sino porque no demuestran igual sumisión al poder
establecido en todos los órdenes, en la política, en los negocios, en la
prensa, en los entretenimientos y hasta en el mismo ambiente eclesiástico.
Los jóvenes, sin educación católica verdadera o infieles a ella, movidos por la
ambición, toman como modelos no a los "perdedores", por virtuosos que
sean, sino a los "triunfadores" y tratan de imitarlos en todo,
incluyendo en su adhesión al Pensamiento Único y en su inmoralidad porque
intuyen que esos "triunfos" no son puramente obra de la capacidad
propia sino de esa adhesión servil.
Hay exitosos "católicos" que parecen virtuosos. Puede ser que lo sean
en algunos o varios de los capítulos de la moral, pero ciertamente no lo son en
su debida fidelidad al catolicismo sin mancha de modernismo. Su
catolicismo sintoniza con el modernismo dominante en el clero, que tiene una
enorme cuota de poder y eso les asegura el acceso al éxito.
17) "La vida es lo más preciado. No hay nada por encima de la vida
porque no hay otra vida o al menos no es tan seguro que la haya, como es seguro
que existe esta que tenemos ahora. Gozar de la vida es la mejor manera de
vivir."
La vida terrena no es lo más preciado, porque es pasajera, sino la
salvación del alma, que es perpetua. Negar que haya un Cielo y un infierno, es
el principio de todos los crímenes y de todas las canalladas. Si a alguien le
queda algo de "bueno" luego de haber adoptado esa negación (por
ejemplo, los ateos, tan adulados por los modernistas) es por pura casualidad o
por un resto de una buena educación recibida en la niñez. Pero a la
primera dificultad o a la primera atracción suficientemente tentadora, el
infeliz deja a un lado ese resto de bondad y empeora. Lo que la
opinión analizada considera "gozar de la vida" significa adoptar una
moral deformada o ninguna moral.
Los modernistas, apoyados en esta opinión generalizada, no se cansan de
predicar que el católico debe ser alegre, siempre alegre, como si viviéramos en
el mejor de los mundos. La vieja doctrina católica nos enseña,
en cambio, que vivimos en un valle de lágrimas y es denigrada y despreciada
como una forma de melancolía patológica de la cual culpan precisamente a la
buena doctrina católica.
La verdad es otra. La alegría del católico no es nunca un
"gozo de la vida" mundano, despreocupado y saltarín, sino una firme y
serena confianza en que la misericordia de Dios nos abrirá las puertas del
Cielo. Y esa es la virtud de la Esperanza.
Los modernistas alegan que un "santo triste es un triste santo", como
si el "gozo de la vida" que ofrece el mundo fuera una condición para
ser santo. Es obvio que esa frase sólo es verdadera si se la entiende a la
luz de la Esperanza.
(Fin de la enumeración de axiomas
del Pensamiento Único, continúa el texto)
Cosme Becar Varela
NOTA: Aclaro que las citas del “Denzinger”,
famosa recopilación de documentos doctrinarios de la Santa Iglesia desde
sus comienzos hasta estos tiempos, las hago siempre comenzando únicamente con
la inicial “D”, como es costumbre.