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martes, 7 de mayo de 2013

COMENZO LA ETAPA MAS PELIGROSA DEL ESCANDALO




Por Carlos Manuel Acuña
Tal como estaba previsto y de acuerdo con su mejor estilo, Cristina W. resistirá hasta las últimas consecuencias la avalancha de acontecimientos que están orientados a modificar substancialmente el escenario político e institucional. En el momento de escribir estas líneas, en Olivos culminaba una reunión de las principales figuras del kirchnerismo que bajo las directivas de una presidente desencajada, recibían sus órdenes para enfrentar y afrontar las consecuencias del destape de los grandes negocios iniciados por Néstor Carlos en continuación de los que había emprendido como gobernador de Santa Cruz. Severa, Cristina no perdonó en su adustez ni a Carlos Zannini ni a sus colaboradores de confianza dentro del aparato de inteligencia del Estado, ante quienes insistió con su remanida frase de "¡a mí nadie me torcerá el brazo!". A continuación, reiteró que mantendrá los lineamientos de su proyecto de gobierno - por llamarlo de alguna manera - y aseguran que tuvo algunas palabras para relacionar esta actitud con la próxima llegada del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuya visita en retribución del viaje de la presidente argentina a Caracas con motivo de la muerte de Hugo Chávez Frías, será un intento por resucitar el Socialismo del Siglo XXI.
Quienes conocen la intimidad de los planes de la Casa Rosada y de manera particular las ideas del secretario Legal y Técnico Zannini, le asignan una particular importancia a este encuentro "bolivariano", habida cuenta del objetivo cristinista por cubrir el vacío abierto por la muerte del caraqueño y la necesidad de Cuba de no dejar huérfano el plan geopolítico pergeñado por La Habana. Desde allí llegan las instrucciones a Maduro, instrucciones que ahora y de alguna manera son compartidas por el gobierno argentino pero en un mal momento por las razones públicas que sacuden la paz interior de nuestro país. Estas vienen a darse en el momento preciso en que Cristina W. se aprestaba a dar el gran salto hacia el estrellato regional, ahora en serio peligro. Pese a su apartamiento de la realidad, Cristina sabe que esto último es así, lo que contribuye a acentuar un estado de crispación agravado por la estrategia de mantener silencio acerca de lo que ocurre.

Al respecto, podemos decir que ese silencio forzado es tan malo para los intereses del oficialismo como si hiciera lo contrario y se dedicara a contestar las acusaciones que surgen día a día y hasta hora a hora en uno de los escándalos más grandes que registra la historia política del país. Esto alcanza niveles tan agudos que después de los Ortega que controlan a Nicaragua, Cristina ha sido sindicada como la dirigente más corrupta de Latinoamérica, título que por la forma en que se amplían y aceleran los acontecimientos, puede mejorarse y ocupar el primer puesto. Ayer, el ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnaud, declaró que "hasta el mausuleo que guarda los restos de Néstor es una caja", con lo que aludió directamente a la vieja versión ahora renovada, de que es una bóveda para atesorar oro y moneda extranjera - preferentemente euros de alta nominación - al igual que otros tesoros de alta seguridad instalados en la casa particular de los K y en uno o más hoteles de El Calafate para luego seguir viaje a Suiza o algún paraíso fiscal.

Sin mayor esfuerzo imaginativo nuestros lectores ya habrán dimensionado el volumen de los billetes acumulados que se pesaban por los K y determinados colaboradores, ante la imposibilidad de contarlos, según los manifestaron diversas fuentes consultadas por el periodista Jorge Lanata y repetido con lujo de detalles por Miriam Quiroga, la ex colaboradora personal de Néstor Carlos, que fue testigo presencial de las valijas y paquetes con dinero que se extraía de los recursos del Estado o más directamente de las coimas que pagaban los empresarios que querían llevar adelante sus negocios encarecidos por los sobreprecios. Dado el nivel de quienes estaban atados a este comportamiento, llama la atención la demora en el consiguiente estallido del escándalo, aunque es cierto que desde los primeros momentos surgieron comentarios que dada su dimensión aparecían como exageraciones interesadas. No sólo fueron ciertos a juzgar por los hechos, sino que se desgranan con severas consecuencias colaterales que ya se han asomado y que permiten a los analistas hacer un replanteo de los cuadros de situación. Con excepciones, el factor ideológico caracterizado por su antigüedad, ha sido - y es - un paraguas pergeñado exclusivamente para encubrir la clara intención de robo, lo cual tendrá grandes derivaciones en todo sentido, especialmente el jurídico. Centenares de personas han sido condenadas a perpetuidad por acusaciones signadas por una forzada interpretación política o doctrinaria, si se prefiere, y otras murieron en prisión por los mismos motivos. Obviamente, habrán reacciones y sus alcances serán insospechados pese a que todavía se desarrollan actos supeditados a este componente de la situación ¿Acaso el proyecto de ley por el cual se le asigna a un organismo manejado por La Cámpora el control de todas las empresas e intereses extranjeros instalados en el país no responde a esta ideología? Jueces, legisladores y funcionarios aparecen ubicados en similares niveles de responsabilidad, con lo que se inaugura una etapa donde el Vatayón Militante, Unidos y Organizados o los piqueteros de distintas denominaciones son casi cuestiones menores ante la profundidad de lo que acontece.


Muchas veces anticipamos el peligro que guardaba en sus entrañas este extraordinario proceso, recordamos algunas muertes extrañas sucedidas en nuestro lejano sur y hoy debemos volver sobre el tema. Ya hubo otras dos muertes más cercanas además de accidentes y sucesos que muchos ven como un imperativo del momento, algo así como un riesgo inherente a la naturaleza de los protagonistas, a sus sentimientos o ausencia de éstos según los casos. Lo cierto es que para abordar esta descripción resumida de lo que ocurre en nuestra Patria, no hemos necesitado mencionar a los personajes ni explicar la amplitud de los negocios en que Lázaro Baéz es nada más que una pieza. Con brevedad - los detalles ya empiezan a desgranarse ante la opinión pública - mencionaremos que la podredumbre es todavía mayor de lo que se supone y que sus derivaciones nos alcanzarán a todos atento su gravedad y profundidad. Acotaremos que al margen de lo estrictamente económico hay otros elementos de igual o mayor importancia que acompañan a esta situación o viceversa y se extienden hacia el conjunto del comportamiento social en todos los órdenes y disciplinas. La Argentina se recuperará en la medida que se actúe con firmeza y severidad, que las sanciones sean ejemplificadoras y que los cercos interno y externo aparecidos en esta verdadera emergencia, dejen margen para que seamos los argentinos los artífices de nuestra propia rectificación en un mundo que, pese a todo, nos aguarda.

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