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lunes, 9 de septiembre de 2013

UN COCTEL EXPLOSIVO EN EL MAÑANA: CRIMEN ORGANIZADO + TERRORISMO + CORRUPCIÓN.



 Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 y CMN 73)

    El Mundo crece a velocidades indescriptibles y, en apariencias, se integra para el momento en el que solo sea  solo un planeta más   que comparta con otros en el universo cósmico. Este fenómeno de transformación, que hace de las partes humanas un todo físico y espiritual, está lleno de promesas de paz, éxito y bienestar, que hacen  se olvida la experiencia  de la historia, que, junto a los maravillosos mañanas, se generan "lacras", cuyo sentido encierra el mal, la destrucción y la violencia. Saber de ello, será inteligente, pero evaluar sus desarrollos y pensar en  medidas para su anulación o disminución de efectos, es lo prudente.

       Mientras existan diferencias en los alcances del bienestar y cuando las promesas de esperanzas y oportunidades se agotan, habrá desesperanzados y "aprovechados”, reales marginados sociales, que buscaran sus soluciones por el camino del delito.

     Hasta no hace no hace  mucho tiempo atrás,  los gobiernos  se ocupaban y preocupaban por la defensa territorial, como la esencia de la protección de la soberanía, el bienestar y el desarrollo "sustentable" de su país. La evolución de la civilización, particularmente por la integración económica de los pueblos, hizo que las fronteras, en lugar de ser vallas, se conviertan en el medio de unión y contacto. En la actualidad hay muy pocas disputa por territorios (1) que oscilan, en su vigencia, más por razones de política interna, que por reales intereses internacionales. La sociedad del Siglo XXI, en una claro y arrollador proceso de globalización, con el impulso de la realidad de  la pujanza de las empresas multinacionales, cada vez más poderosas, que se instalan en los más remotos e impensados lugares, sabe que la universalización es un futuro en marcha al que, indudablemente, en algún momento se llegara. Pero, en esta relacionar socioeconómico, posiblemente por el mayor contacto que implica mayor conocimiento mutuo, está resurgiendo con fuerza las identidades culturales cada vez más definidas. El gran proyecto de  "Europa unidad”, no logra mostrar  alcanzar su plenitud general, sino que surgen que se mantienen claramente las identidades de los alemanes  franceses, italianos, ingleses, etc. con toda la definición de sus perfiles tradicionales. Ello está motivando que cese la idea de "defensa territorial", pero que crezca la de  "protección de la soberanía", bajo el principio de "identidad nacional" y, sorprendentemente, las características de valores, éticas y conductas clásicas de cada pueblo. Estas diferencias marcadas de vivir y convivir, tienen un elemento de distorsión preocupante que se resume en una nueva modalidad de violencia contenida en la delincuencia.  Los países,  antes amenazados por los ejércitos como medio de violencia, se encuentran hoy ante los nuevos  problemas de riesgo  en delincuentes y criminalidad que se originan desde el "crimen organizado", el "terrorismo" y la "corrupción". El real gran problema es que estas variables que ayer parecían actuar independientemente, en el presente y más aún en el mañana, se integraran y complementaran cada vez más estrechamente.  Estas nuevas amenazas, crean diferentes riesgos, pero, tienen en común que,  para ser operativos, requieren del financiamiento. El dinero "negro", que proviene y/o necesitan los grupos que actúan en estos escenarios, giran entre ellos, se vincula en sus elementos y forman un frente común que horadada a la Humanidad. Cuando se conoce que, en organizaciones que hacen gala de su honestidad, ya que ella es el baluarte que les da vigencia, se infiltra el virus y operan bajo su cobertura, una criminalidad cruel, sanguinaria y de alta efectividad y eficiencia  delictividad, se comienza a tener una clara noción de este gravísimo problema. Esta situación hace que lo que antes se fraccionaba como acciones separadas de "seguridad" (interior) y "defensa" (exterior) se confundan y formen un mismo cuerpo de acción ante las  amenazas  Esta cuestión se agrava en los países que, por razones políticas o ideológicas,  se inclinan por una forma de accionar dividida, que, lógicamente, resta acción y, normalmente, pierde efectividad. Los gobernantes del presente deben tener instrumentos de conducción que les permita la "evaluación de los riesgos" y, consecuentemente,  sus posibles cursos de acción  (La "hipótesis de conflicto" clásicamente militar). Para lograr ello, es fundamental, la prevención, que actuara desde la inteligencia hasta la programación de atención a los daños.  Esta última (la programación) tiene que prepararse para atender situaciones evidentemente similares, sean originadas por un cataclismo de la naturaleza,  una acción terrorista  o un accidente local. El daño físico, cualquiera sea el origen del mismo, será muy similar, por lo que los elementos para su atención podrán ser únicos para concurrir a las variadas posibles emergencias.
                       A toda esta problemática se unen factores que la agravan. Por un lado el crecimiento poblacional (se estima, para el año 2050, que habrá 9.000 millones de habitantes) y por otro, la urbanización (se estima que para el año 2050 el 80% de la población será urbana). A ello debe sumarse, pese a que hagan esfuerzos para detenerlo, el "deterioro ambiental" del planeta que crece, pese a las declaraciones de dirigentes, que dicen actuar para evitarlo, pero, que en realidad, parece ser un curso innominable. Estas acciones, tendrán una directa e inmediata repercusión social y, consecuentemente, delictiva, debido a que la quiebra hacia los "postergados" (pobreza, hambre, etc.) es muy difícil encuentre su solución y, como es ahora, resulte terreno apto y fértil para ser abonado como sector propicio  por  la criminalidad. Además, la lógica de la evolución, convertirá a las ciudades en "megaciudades" donde residirán decenas de millones de personas. Estos conglomerados, con  los temas urbanísticos (edificios, servicios, etc.) crearán situaciones de posibles acciones delictivas, basadas en las actualmente existentes, pero con una metodología diferente, no definida claramente aun para ellos mismos.


                     El tema, por su extensión global, escapa de las capacidades de los países y requiere sea estudiado, analizado y evaluado por las organizaciones internacionales actuales y, lógicamente, las que  en el futuro se determinen.  Hasta el presente, las acciones ante los riesgos van detrás de ellos y tratan de detenerlos cuando ya están en actividad, por lo que para el mañana, debería poderse actuar preventivamente, de manera tal de conocer sus posibles causas originales, actuando sobre ellas para corregirlas o anularlas. Debe considerarse que cada avance positivo, pese a los beneficios y ventajas generales que ofrezcan siempre motivara algún punto o tipo regresivo que, generalmente, no permanecerá pasivo y reaccionara.  En este proceso de reacción, habrá grupos que adquirirán destreza (una especie de profesionalidad) que podrán usar para sí o poner a deposición encubierta de interesados específicos. De esta misma manera debe organizarse específicamente las instituciones globales que tendrán la responsabilidad de contraponerse con efectividad y oportunidad ante las acciones delictiva. (2) Es en este punto donde se pueden confundir, integrar o actuar en colaboración los delitos criminales con las acciones terroristas y, lograr la complicidad (por acción u omisión) de las estructuras oficiales corrompidas. Existe en la historia una serie de ejemplos en los cuales aparentemente "virtuosos" políticos, empresarios. etc. se apoyan en medios criminales en operaciones delictivas cuyos efectos "aclarados" son de utilidad a sus fines.

      Estudiar el mañana, significa, no tan solo tratar de conocer qué tendremos en el futuro, sino tratar de avanzar sobre las acciones que una diferente modalidad de vida impongan. Será ingenuo dibujar una sociedad cristalina y pura ya que su propia diafanidad será motivo para aprovecharse de ella. Los gobernantes que no tienen en cuenta su responsabilidad de preservar a sus pueblos no merecen el respeto de la sociedad, ya que, de alguna manera, por acción u omisión, ponen en riesgo a quienes tienen obligación de proteger.

Notas:
(1) Los problema de Malvias y Gibraltar, en los cuales Inglaterra es una de las responsables, se mantienen latentes, se activan, etc. en una rutina de enfrentamiento colonial propia del Siglo XIX.
(2) La organización de la seguridad y la defensa global tiene que tener en cuenta que es la única manera de contrarrestar el  delito global-

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