Corría el día 11 de
febrero de 2012 cuando se difundía la noticia. La administración del Vaticano vivió
en un clima de tensión con intrigas de fondo y presuntas luchas palaciegas, que
incluyeron rumores, filtraciones y desmentidos sobre mala gestión, o
“primicias” sobre un seudocomplot para asesinar a Benedicto XVI.
Lo que más ha conmocionado a los modernistas infiltrados en la Iglesia Católica, ha sido el Motu Proprio que Benedicto XVI ha dictado, señalando el inicio de un camino a la restauración litúrgica a la cual existe una frontal oposición intraeclesial. La Misa que han rezado los grandes santos como Don Bosco, San Ignacio, San Agustín o Santo Tomás de Aquino, compendiada por San Pío V, hoy prácticamente nadie sabe rezarla. De hecho, una señal de esta restauración litúrgica son las palabras que pronunció el Papa anunciando su abdicación, en latín idioma desconocido hoy por muchos obispos y sacerdotes.
Esto es coincidente con los dichos del Cardenal Romeo: "El cardenal Romeo criticó ásperamente al Papa Benedicto XVI, por ocuparse esencialmente de la liturgia", afirma el Vatileak que fuera difundido. La realidad pasa por la "lex orandi, les credendi", por la restauración litúrgica y de la Fe tradicional de la Iglesia Católica, opuesta a los modernistas condenados ya por San Pío X en la Encíclica Pascendi. Todo lo que sea realizado en consonancia con tal Encíclica, recibe sistemáticamente la reprobación de los medios de comunicación y de los modernistas infiltrados en la Iglesia Católica.
"ASESINADO EN LOS PRÓXIMOS MESES"
El mismo portavoz del
Vaticano, el padre Federico Lombardi,
calificó de “delirante” un documento secreto en alemán según el cual el papa Benedicto XVI podría “ser asesinado en
los próximos meses”, indicaba la noticia en un escrito revelado por el
periódico Il Fatto Quotidiano.
Este documento, que
retoma una declaración alarmante que habría hecho el arzobispo de Palermo, Paolo Romeo, en ocasión de un viaje a
China en noviembre de 2011, existe. Pero no da absolutamente ninguna precisión
sobre la naturaleza de los peligros y la identidad de los supuestos
conspiradores.
El cardenal Romeo
desmintió luego personalmente las afirmaciones que le atribuye el texto,
declarándolo “carente de fundamento”.
El documento agrega un
elemento perturbador, luego de evocar el complot de forma totalmente vaga, el
despacho ultrasecreto se detiene en las luchas de poder en el Vaticano. Según
este texto, Benedicto XVI tendría
una relación “muy conflictiva” con el cardenal secretario de Estado (número
dos) Tarcisio Bertone, y buscaría
reemplazarlo.
El 11 de febrero de
2013 se difundía también la información denunciando que Benedicto XVI enfrenta
una “rebelión de monseñores”. El diario del Vaticano L’Osservatore Romano
denominó a una facción de la Curia romana, como “lobos” que acechan al pastor
de la Iglesia Católica.
Los “Vatileaks” de ese
momento abrieron especulaciones sobre un “paso al costado” del Sumo Pontífice. Los
archivos revelados daban cuenta de sospechas de corrupción en las licitaciones
inmobiliarias del Vaticano, manejos financieros irregulares en el Banco
Vaticano e incluso de un “supuesto y disparatado” complot para asesinar a
Benedicto XVI.
BERTONIANOS
Hubo quienes señalaron
que Tarcisio Bertone habría estado detrás de la fuga de documentos, de esas
filtraciones que formaban parte de una “rebelión de monseñores” contra Benedicto
XVI. De hecho, la filtración de que Bertone no sería de completa confianza para
Benedicto XVI y su posible remoción, sólo beneficiaba al mismo Bertone,
victimizándolo y describiendo a Benedicto XVI como “el malo de la película”.
Entre las especulaciones
que se daban a comienzos del año 2012, se afirmaba que al asumir Ratzinger
todos esperaban que tuviese un “Papado de transición”. Sin embargo, Benedicto
XVI debió hacer frente (aunque con ciertas ambigüedades) dictó el Motu Proprio
que restauró la Liturgia de San Pío V en la Iglesia, algo que los modernistas
habían considerado completamente “superado” y que no tendría vuelta atrás. De
todos modos, el Motu Proprio ha pasado desapercibido para la absoluta mayoría
de los feligreses, pero más desapercibido aún para los miembros de la Jerarquía
eclesiástica. Este es un hecho fundamental que le ha granjeado a Benedicto XVI
el repudio de muchos sectores intraeclesiales, incluso a pesar de haber
cambiado la fórmula del Viernes Santo en que se aludía a los “pérfidos judíos”
(que solo significa que los judíos no se han convertido, que no aceptan la Fe
católica).
El Papa alemán se
propuso sanear la imagen de la Iglesia, dialogando con concesiones a unos y
otros (léase a ortodoxos y “heterodoxos), buscando de ese modo una cierta unidad
intraeclesial que ofrezca además la consistencia interna ante las situaciones
del mundo extraeclesial. Sin embargo, han sido las “concesiones a la ortodoxia”
las que han desatado los verdaderos problemas.
El inmanentista
intraeclesial, modernista, hereje o heterodoxo, sólo es capaz de ver en la
Iglesia Católica una “lucha de poder”, sin apreciar jamás la influencia y
participación fundamental del Espíritu Santo. Así, humanamente hablando, los
inmanentistas intraeclesiales (pelagianos y semipelagianos), señalan que existe
una lucha de poder que se remonta al momento de la muerte de Juan Pablo II.
En el siglo XIII, el
Papa Celestino V habilitó la renuncia papal en el derecho canónico.
EL
COMPLOT
Para el día 11 de
febrero de 2012, se difundía la noticia de un complot para asesinar a Benedicto
XVI.
La indiscreción, que en
aquél momento fuera definida como "demencial" por el Vaticano, era
divulgada por el diario italiano Il Fatto Quotidiano, según el cual el plan
para deshacerse del Papa habría sido de alguna manera revelado por el arzobispo
de Palermo, cardenal Paolo Romeo, en
ocasión de un viaje a China en noviembre de 2011 y al respecto se publicaba una
nota confidencial que sobre este argumento el cardenal Darío Castrillón Hoyos envió al Papa.
Paolo
Romeo, habló en noviembre de 2011 con algunos
interlocutores chinos "con gran seguridad y firmeza como si lo supiese con
precisión" de la concreta posibilidad de que Benedicto XVI muera en el plazo de un año, según difundieron los
medios de comunicación.
Asimismo, por otra
parte, el purpurado también habría precisado que el Papa ya en aquél entonces
pensaba en su sucesor, que sería el cardenal italiano Angelo Scola, expatriarca
de Venecia y desde hace pocos meses arzobispo de Milán.
CARDENAL
ANGELO SCOLA
Es amigo de Benedicto
XVI desde hace 40 años, representa el sector más conservador y próspero.
A mediados de 2011 fue
nombrado por el Papa como jefe de la Diócesis de Milán, la más importante,
grande y rica de Europa. Tiene 1.107 parroquias, más de 5 millones de
habitantes, 3.000 curas y 800 párrocos.
En Italia, la Diócesis
de Milán ha sido también fundamental en el campo político, pues en esa zona la
Iglesia ha sido activa en la oposición a Silvio Berlusconi, quien precisamente
nació allí también.
Scola nació el 7 de
noviembre de 1941, es hijo menor de un conductor de camiones llamado Carlos
Scola y de una ama de casa llamada Regina Colombo. Tiene dos doctorados: uno en
filosofía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (Milán) y uno en
Teología de la Universidad de Friburgo (Suiza).
Conocedor de las
lenguas italiana, alemana y francesa, Angelo Scola fue delegado cardenal en el
Consistorio del 21 de octubre de 2003 e hizo parte del cónclave que en abril de
2005 eligió a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II. Es miembro de la
Congregación para el Clero y de los Pontificios Consejos para la Familia y para
los Laicos.
Scola fue ordenado como
sacerdote en 1970. En ese entonces era conocido como un integrante del
movimiento Comunión y Liberación (CL). Éste, el Opus Dei y los Legionarios de
Cristo, según el diario El País de España, son los más prósperos y
conservadores de Italia, y con el tiempo se han ido volviendo aún más ricos y
aún más conservadores a través de la Compagnia delle Opere, que reúne unas
30.000 sociedades.
Según citado periódico
español, hace 30 años Scola fue expulsado del seminario de la Diócesis de
Milán. Sus defensores aseguran que fue por su relación con el fundador del
movimiento CL, el sacerdote y teólogo Luigi Giussani. Otros afirman que fue
porque el, entonces, joven seminarista sufría de depresión, informa Cadena3.
LA
DENUNCIA
La denuncia afirmaba
que el Papa moriría asesinado en noviembre de 2012, víctima de un "complot
de muerte", según había revelado el cardenal de Palermo, Paolo Romeo,
durante una visita a China, haciéndose eco de un documento confidencial (que
ofrecemos íntegro al final de esta información) que el cardenal Castrillón hizo
llegar al Papa a mediados de enero, durante el transcurso de una audiencia
reservada.
Sin embargo, cabe
señalar que en la nota (que es auténtica), se lee que el cardenal Romeo no
habla específicamente de complot para asesinar al pontífice, limitándose a
decir que el Papa podría morir en 12 meses. Por lo tanto, se deduciría entonces
que habrían sido sus interlocutores chinos los que pudieron haber interpretado
las palabras del arzobispo de Palermo como la revelación de un complot contra
el jefe de la Iglesia Católica. Esto sin quitar importancia a la previsión del
cardenal Romeo (quien sabe basada en que cosa) de que a Benedicto XVI, que en
abril de 2012 cumplía 85 años.
EL VATILEAK
Texto íntegro del documento publicado
por "il Fatto Quotidiano" del 10 febrero 2012
Asunto: Viaje del cardenal Paolo Romeo (20
de febrero 1938 en Acireale, Provincia de Catania, Italia), arzobispo de
Palermo, a Beijing en noviembre de 2011.
Durante
sus conversaciones en China, el cardenal
Romeo ha profetizado la muerte del Papa Benedicto XVI en los próximos 12 meses.
Las declaraciones del cardenal fueron expuestos, por la persona probablemente
informada de una conspiración criminal
seria, con tanta seguridad y firmeza, que sus interlocutores en China pensaron
con horror que se está planeando un ataque contra el Santo Padre.
Viaje a Beijing
En noviembre de 2011 el cardenal Romeo se fue con visado de turista a Beijing, donde, de hecho, no se reunió con miembro alguno de la Iglesia Católica en China, pero sí con empresarios italianos, que viven o mejor trabajan en Beijing, y con diversos interlocutores chinos.
En
Beijing, el Cardenal Romeo dijo que fue enviado personalmente por el Papa
Benedicto XVI para proseguir y verificar las conversaciones iniciadas por el
cardenal Darío Castrillón Hoyos, en marzo de 2010 en China.
También
afirmó que él era la persona de contacto designada por el Papa para atender en
el futuro las cuestiones entre
China y el Vaticano.
En una entrevista confidencial, el
cardenal Romeo ha informado a sus socios en China que, por su actividad para el Servicio
Diplomático de la Santa Sede en la representación del Papa en Filipinas,
estableció contactos con la Iglesia RKK1 clandestina y que, en virtud de esta
experiencia, es la persona adecuada para tratar los problemas entre China y el
Vaticano.
También
afirma que fue, entre 1990 y 1999, Nuncio Apostólico en Colombia y, durante ese
tiempo, trabajó con el cardenal Castrillón.
El cardenal Romeo sorprendió
a sus interlocutores en Pekín, informando que él (Romeo) formaría una troika. Por lo tanto, para las cuestiones más
importantes, el Santo Padre consultaría con él - Romeo - y con Scola.
Los
chinos, por su parte, le comunicaron al cardenal Romeo lo siguiente: muchos
cardenales se acercaron a China, pero que la visita más importante para las
relaciones entre China y el Vaticano fue la del cardenal Darío Castrillón
Hoyos, en marzo de 2010.
Secretario de Estado, Cardenal Bertone
El cardenal Romeo criticó ásperamente al Papa Benedicto XVI, por ocuparse esencialmente de la liturgia, sin tener en cuenta "los asuntos ordinarios", confiados por el Papa al cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de estado de la Iglesia católica romana.
La relación entre el Papa Benedicto XVI y su Secretario de Estado Cardenal Tarcisio Bertone sería muy conflictiva. En un ambiente de confidencialidad, el cardenal Romeo informó que el Papa Benedicto XVI odiaría literalmente a Tarcisio Bertone y estaría encantado de sustituirlo por otro cardenal. Romeo añadió que no habría otro candidato idóneo para ocupar su cargo y que, por eso, el Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone continuaba en su puesto
La
relación entre el Secretario de Estado y el cardenal Scola sería también tan
difícil y tormentosa
La sucesión del Papa Benedicto XVI:
En
secreto, el Santo Padre se estaría ocupando de su sucesión y ya habría elegido al cardenal Scola como
un candidato adecuado, por ser el que más cerca está de su propia personalidad.
Poco a poco, pero inexorablemente lo estaría preparando y formando para que
ocupe el cargo de Papa.
Asegura
Romeo que, por iniciativa del Santo Padre, el cardenal Scola fue trasladado de
Venecia a Milán, con el fin desde
allí se vaya preparando tranquilamente para el papado.
El Cardenal Romeo continuó sorprendiendo a sus interlocutores en China, difundiendo una serie de rumores.
Seguro
de sí mismo, como si lo supiese con precisión, el cardenal Romeo anunció que el Santo Padre tendría sólo 12 meses más de
vida.
Durante
sus conversaciones en China profetizó la
muerte del Papa Benedicto XVI en los próximos 12 meses.
Las
declaraciones del cardenal estaban basadas en informaciones de personas bien
informadas de una conspiración criminal
grave, con tanta seguridad y firmeza, que sus interlocutores chinos
pensaron, con horror, que se está
planeando un ataque contra el Santo Padre.
El
cardenal Romeo se sentía seguro y no podía imaginar que las declaraciones
hechas en esta ronda de conversaciones secretas podrían ser transmitidas por un
tercero al Vaticano.
Con
la misma seguridad, Romeo profetizó que podía asegurar desde ahora mismo,
aunque siguiese siendo secreto, que el
sucesor de Benedicto XVI será, en cualquier caso de origen italiano.
Como
se describió anteriormente, el Cardenal Romeo subrayó, que después de la muerte del Papa Benedicto XVI, el cardenal Scola sería
elegido Papa, aunque también cuente con enemigos importantes en el
Vaticano.
VATILEAKS
Y EL SUCESOR
Justamente, el 10 de
febrero de 2012 se difundía la noticia del complot. Un año después,
sorpresivamente, inconsultamente, Benedicto XVI anuncia que abdicará.
La noticia del complot
fue desmentida, pero varios elementos anunciados en la nota que denunciaba la
conspiración se están cumpliendo.
Los medios de
comunicación anuncian como próximo “Papable” al Cardenal Angelo Scola, afirman que después de dos Papas no italianos, llega
el turno de uno de esa nacionalidad.
Se abren así otras
expectativas sobre el sucesor de Benedicto
XVI, y además del cardenal italiano Angelo
Scola, de 71 años, y del cardenal argentino Leonardo Sandri, se mencionan al cardenal canadiense Marc Ouellet, de 68 años, y el cardenal
ghanés Peter Kodwo Appiah Turkson.
El analista Pedro García cree que la renuncia del
papa podría tener relación con los recientes escándalos en el Vaticano. Sin
embargo, dice, es solo un elemento que no puede explicar completamente la
decisión, según informó Actualidad RT.
“Hay que buscar sentido
en las propias palabras que ha hecho el papa en su comunicado y el tiempo dirá
qué es lo que está pasando, pero sin duda están pasando cosas”, indicó Pedro Alberto García Bilbao, doctor de
la Universidad Pontificia de Salamanca.
Según el analista, ha
ocurrido algo que “ha extinguido la voluntad” del actual Sumo Pontífice para
hacer frente a la situación y a los problemas, y recuerda que “un papa puede
perfectamente administrarse, dosificar su esfuerzo, su presencia pública” para contrarrestar
el cansancio de una persona de edad.
PERSECUCIÓN
EXTREMA…
En el medio, hay muchas
profecías sobre el fin de los tiempos y su vinculación con cada Papa. Algunos
hablan de que viene un Papa que vivirá en persecución extrema.
Según Actualidad RT, está
planeado que el cónclave se reúna a comienzos de marzo para elegir a un nuevo
pontífice, labor que según el periodista Franco
Olivo es “muy complicada, ya que nunca se sabe qué va a ocurrir cuando se
reúna el colegio de cardenales. Los italianos, que solían ser la porción más
fuerte ya no lo son, ya no hay una mayoría absoluta en el colegio de
cardenales”, concluyó Olivo.
Finalmente, el analista
García Bilbao cree que lo que más
debe preocupar a la comunidad católica es averiguar lo que realmente le sucede
al Papa, antes que intentar adivinar el nombre de quién puede ser su sucesor,
tema que debe “estar en segundo plano”. No obstante, García considera muy
posible que un representante latinoamericano, como el cardenal argentino Leonardo Sandri, llegue al Vaticano.
El cardenal argentino Leonardo Sandri es uno de los
candidatos a suceder al papa Benedicto XVI una vez que renuncie a su cargo, el
28 de febrero.
Según analizó Esteban Caselli, embajador argentino en
Italia entre 1997 y 2000 y ante la Santa Sede durante el papado de Juan Pablo
II, "hay grandes posibilidades de que el cardenal Sandri" asuma su lugar.
"Sandri fue asesor
de asuntos generales en la Secretaría de Estado en el Vaticano y fue la voz de
Juan Pablo II cuando ya estaba mal de salud", recordó Caselli en diálogo
con "Hola Chiche" en Radio 10 de Argentina. Asimismo, Caselli indicó
las humanas expectativas de que se buscará un "Papa joven" para que
pueda permanecer en el cargo al menos 15 años y, en ese sentido, Sandri tiene
68 años, lo que es considerado joven para atravesar esa situación.
PRÓXIMO
CÓNCLAVE
En el cónclave para la
elección del Papa, que se celebrará a mediados de marzo, probablemente entre
quince y veinte días después del 28 de febrero, fecha de la renuncia de Benedicto
XVI, participarán 120 cardenales del Colegio Cardenalicio vaticano.
El cónclave se reúne
habitualmente en la Capilla Sixtina dentro del complejo vaticano y empieza unos
quince días después de producirse la vacante, aunque el Colegio Cardenalicio puede
establecer otra fecha, que no debe exceder los veinte días.
Los prelados, en total
aislamiento, se alojan en el edificio denominado "Domus Sanctae
Marthae" o residencia Santa Marta, mandado construir por Juan Pablo II en
el interior de la Ciudad del Vaticano. Para ellos rigen las estrictas normas
del secreto: tienen prohibido mantener conversaciones telefónicas o
correspondencia con el exterior, y los teléfonos celulares y la televisión
están vetados en estos días.
En 2007 Benedicto XVI
modificó las reglas para la elección de su sucesor. Ahora, para elegir al
sucesor del Papa será necesario obtener la mayoría de los dos tercios de los
votos de los cardenales electores en todos los escrutinios.
El proceso de votación
en el cónclave se divide en tres partes: 'pre-escrutinio' (donde se preparan
las papeletas y se elige, entre otros puntos, quién será el encargado de
leerlas), el 'escrutinio' propiamente dicho, así como 'post-escrutinio', donde
se recuentan los votos y queman las papeletas. Con ello, en la tarde del primer
día se realiza un escrutinio, que se repetirá hasta en los tres días
siguientes, dos veces por la mañana y otras dos por la tarde, hasta que no se
consiga la citada mayoría de dos tercios.
"Si al cabo de tres días no se ha
conseguido el sucesor se convoca un día para el retiro y la oración de los
cardenales", indica Izquierdo, pudiendo llegar hasta las 21 votaciones. Asimismo,
la nueva normativa del Papa Ratzinger establece que cuando llegue el turno de
voto de los dos cardenales más votados, éstos no podrán participar en la
votación.
En lo referente al
nombre de los candidatos, debe figurar en la papeleta escrito con una
caligrafía distinta a la particular de cada cardenal, y está prohibido a los
electores desvelar a cualquier otra persona noticias sobre las votaciones,
antes, durante y después de la designación del nuevo Papa. Después de cada
elección se queman las papeletas.
La tradición indica que
los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro si no se
ha elegido Papa, o blanco si la votación ha dado como resultado la elección del
nuevo Pontífice.
Una vez que el elegido
"acepta su elección canónica" como Sumo Pontífice, el primero de los
diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica
vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: "Nuntio
vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!" y este último imparte la bendición
"Urbi et Orbi".