Una fiscal demanda la paternidad de Fernando Lugo respecto de su hija, de 22 años. Dicen que tiene más descendientes. Mientras tanto, aumentan las bromas sobre el Presidente que fuera un sacerdote y obispo lujurioso, orientado en la "Teología de la Liberación" que fuera condenada por la Iglesia Católica.
El obispo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, tiene una imagen pública se desploma desde el escándalo que provocó la noticia de que tuvo tres hijos cuando aún era obispo. Ahora apareció otra mujer que asegura que quedó embarazada de él y tuvo una hija de 22 años.
Se trataría de una fiscal de la región de San Pedro, donde Lugo ofició como sacerdote durante varios años. Benigna Leguizamón, una de las primeras en denunciar al Presidente por paternidad, contó a la prensa local que Lugo tuvo más hijos cuando era obispo, entre ellos una joven que hoy tendría 22 años.
Las herejías no vienen solas, son acompañadas por conductas morales desordenadas. Quienes niegan la herejía modernista o “progresista”, pueden verla en las consecuencias que tiene en la vida de quienes la comparten en la Iglesia.
Si la noticia se confirma, sería el cuarto hijo que el Presidente concibió mientras todavía era sacerdote, ya que se ordenó como tal en 1977. El primero en ser reconocido, el 13 de abril de 2009, fue Guillermo Armindo, de dos años, hijo de Viviana Carrillo.
Días después, Lugo debió reconocer su paternidad sobre Lucas Fernando, de seis años, cuya madre es Benigna Leguizamón, quien anunció que el ex obispo había tenido más descendientes. Su afirmación se cumplió al poco tiempo cuando apareció Hortensia Morán Amarilla, quien aseguró tener un hijo de un año con el mandatario paraguayo.
Benigna Leguizamón presentó una demanda de filiación contra el Presidente, y la justicia determinó que debe someterse a una prueba de ADN para verificar su paternidad. Lugo niega haber tenido relaciones sexuales con ella, pero acepta hacerse el exámen, aunque quiere que se realice en un laboratorio paraguayo, según explicó su abogado.
Mientras tanto, se incrementan las bromas que afectan a la investidura, por ejemplo con remeras que dicen "No soy hijo de Lugo".
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