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jueves, 13 de agosto de 2009

LA MAYORÍA DE LOS EDILES PLATENSES NO SON PROVIDA



En la foto: El Día de los Derechos del Niño por Nacer es Ley Nacional adecuada a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, ya que el primer Derecho Humano es a la vida

La jornada del miércoles 12 de agosto de 2009 marcó la orientación del actual Concejo Deliberante en materia de defensa de la vida.
La polémica fue a raíz de la iniciativa de declarar el 25 de marzo como "Día de los Derechos del Niño por Nacer", en los que cada bloque partidario se dividió a favor y en contra, mostrando una mayoría contraria a la iniciativa.
Tal es el procedimiento habitual para la aprobación de las leyes antivida: no hay ningún principio partidario que sea defendido en bloque, ya que los Partidos no votan de modo unificado sino con voto personal, permitiendo que en cada Partido haya ediles o legisladores a favor o en contra de cada iniciativa. Así sucedió también con el vicepresidente Julio Cobos al momento de votar en el año 2008 la resolución 125, en tanto que su voto (oficialista) dirimía la cuestión del conflicto agropecuario.
Es decir, no existen plataformas partidarias, no existe la votación de principios o de postulados, sólo personas electas cuyo voto no está asegurado al momento de aprobar iniciativas.
Por este funcionamiento democrático, donde se impone siempre el pensamiento único antivida sin negar la existencia de quienes sostienen el Orden Natural pero sin hacerle lugar, la fuerza ideológica del número de ediles o legisladores se impone sobre la mayoría de la población.

En la foto: el bebé es un ser humano desde su concepción, con toda su carga genética completa, y es un indefenso a quien se debe proteger.

En el caso platense, no importa que la ONG Elegimos La Vida reuna en sus eventos y marchas a miles y miles de familias, no importa que los ciudadanos quieran vivir en el Orden Natural. Se impone la democrática "fuerza ideológica" de quien está sentado en el lugar clave de la decisión.
Dos colores identifican al Municipio de La Plata desde el inicio de la gestión de Pablo Bruera: el naranja y el verde.
En la simbología actual, el naranja es un color a favor de la vida, y el verde es el abortismo antinatural antivida. Estos significados de los colores son incompatibles entre sí, igual que la aprobación de la Resolución 125. No existe el "sí y no" al que se habituó el pensamiento ilógico modernista, ya que los resultados no conformarán a las dos posturas, cualesquiera que fuesen. Quien pretende estar con Dios y con el demonio, está con el demonio, no hay opción en ello.
Mientras tanto, algún medio achacó que "aliados brueristas... migraron de postura" para votar a favor de la Vida, en tanto que la situación fue a la inversa: "aliados brueristas migraron de postura para votar en contra del proyecto aprobado por la Comisión de Legislación".
La Argentina vive un genocidio. La promoción de políticas en que difunden anticonceptivos (todos son abortivos y causan daños a largo plazo a la mujer que los utiliza) y la eutanasia, políticas que atentan contra la natalidad en un extenso territorio despoblado, muertos y heridos por la inseguridad, amén de la falta de formación y contenidos con exclusión especial de todo lo que haga referencia directa o remota a la Fe Católica, en medio de un sistema judicial y de salud colapsados, en una socidad donde reina la miseria, la pobreza y la desocupación mayoritarias. Es un genocidio no solamente en mortandad, sino también cultural y religioso.
En sí, la declaración del "Día de los Derechos del Niño por Nacer" no instala el tema del aborto, pero así lo sugirieron los antivida. Es como si no hubiera bebés concebidos en los vientres de las embarazadas... En los genocidios se niega la condición humana a la víctima, como justificación de hechos aberrantes que llegan incluso a las matanzas masivas.
Quien observe el comportamiento de los ediles, notará disidencias internas dentro de los mismos bloques.
La concejal bruerista y afín a Carlos Castagneto, Fernanda Moggia había impulsado el proyecto, presentado por la ONG "Elegimos La Vida", cuyos miembros vieron dificultado el ingreso al recinto para presenciar el debate durante casi cuatro horas, hasta que al fin se les permitió el acceso.
La voz oficial fue de Teresa Razzari, afirmando que "es un debate muy amplio que debe continuar", sumando los votos de los ediles del FRP para enviar nuevamente el proyecto a la comisión de Legislación.
Teresa Urriza, desde el Frente para la Victoria, pidió la votación nominal sobre tablas, mientras desde Unión-Pro Gonzalo Atanasof, José Arteaga más el voto de Encuentro Fundacional de Oscar Vaudagna, se sumaron a la moción.
Vaudagna consignó: “Creo que tendríamos que haberlo votado, es una gran contradicción, porque este proyecto llegó al recinto y ahora vuelve a comisión, no se entiende. Que el niño es tal desde su concepción está reglamentado desde la Convención Nacional de los Derechos del Niño, el Código Civil y los Derechos Laborales”, argumentó.
Finalmente el Acuerdo Cívico y Social, mediante Oscar Negrelli, adhirió el pedido de pase a la comisión de Legislación. Javier Pacharotti ejecutó el pase a la Comisión.
El sistema requiere de los votos divididos dentro de los partidos políticos, porque de ese modo se da la razón a todos a la vez que se niega a todos los mismos postulados, inclinando la balanza según motivaciones personales o políticas. De lo contrario, si hubiese partidos claramente provida o claramente antivida, uno de los dos triunfaría e impondría la postura sustentada. Y mientras tanto, esta democracia se desarrolla con la política del río revuelto...
Sería interesante que el Ejecutivo municipal se pronunciara acerca de esta importante cuestión. Como decía un conductor de TV: "y vos... ¿de qué lado estás?" o mejor dicho ¿Elegimos o no elegimos la Vida?

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