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jueves, 4 de febrero de 2010

¿ES USTED LIGTH?




Si prefiere los resúmenes a los libros, el placer inmediato al amor, la gimnasia pasiva y el chocolate que no engorda...está en la onda ligth. No es el único, pero tal vez pueda ser una especie en extinción.

El sillón más cómodo de su casa es el centro del universo para el hombre light. Su lema de vida: no comprometerse nunca demasiado. Su táctica: hacer como sí pero no... Su reino: el de los sustitutos.

El hombre light es el ejemplar perfecto de mundo del consumo. Toma su nombre precisamente de una línea de productos bajos en calorías (light, liviano), pero con todas las características externas de los azúcares. Ofrecen todo, sólo dan la forma.

La metáfora de lo light como rasgo cultural es tener las apariencias pero sin el contenido. Y, por tanto, sin responder por las consecuencias. Para este hombre náufrago de las grandes desilusiones e ideales de las dos décadas anteriores, la vida se resuelve en un ver y tocar, sin nunca profundizar.

Su libertad se expresa en el número de canales de televisión entre los que puede escoger, su compromiso cambia con la luz del día. Por la mañana puede ser ecologista, al medio día llega a sentirse gnóstico, en la tarde cree que el vegetarianismo es la solución y antes de dormirse esta dispuesto a pensar en los problemas del Tercer Mundo. Pero muy probablemente, al otro día no recuerda nada.

Después del desencanto.
No es gratuita la aparición de ese ejemplar de la década de los 90, que prefiere leer la versión condensada de El Quijote, al "ladrillo" clásico de muchas páginas y letras pequeñas. Que se decide por la versión dulcificada del pianista Richard Clayderman de los acordes de Claro de Luna de Beethoven, y que está orgulloso de los nuevos métodos de hacer gimnasia, sin mover un músculo, sentado, y ¡sin esfuerzos!

La explicación del fenómeno hay que buscarla atrás. Hace veinte años se interpretaba la libertad como la capacidad de intervenir en el diseño de la sociedad. Pero el postmodernismo en el que nos encontramos se caracteriza por el abandono de los grandes ideales modernos, después de que estos se frustraron.

La década de los 60 era oficialmente capitalista; contra esa forma de entender la vida se levantó la juventud de entonces.

Su tragedia es que cuando venció no cambió nada. Y es esa desilusión colectiva la que está en el fondo del replegamiento del hombre escéptico, cínico, para quien están out las eternas inquietudes de la humanidad.

¿Pensar en grandes causas sociales? Ni hablar; está muy ocupado con su trabajo, lo único con lo que se ha comprometido es con mantener el peso y conservar una confortable torpeza que le permita digerir las grandes presiones de su entorno. Es pan comido para los proyectos de los políticos: nunca tendrá nada que objetar.

A pesar de todo, queda la esperanza de la capacidad de reaccionar del ser humano, incluso del contagiado por el light. El perfecto ejecutivo, economista o la impecable mujer de negocios de lunes a viernes, que se hacen bohemios de viernes a lunes, se terminarán rompiendo, porque ambos mundos nada tienen que ver entre sí. Si ellos mismos reaccionan, conseguirán la unidad.

Ya es hora de que dejen de hacer como si practicaran deportes, sintieran placer, amaran, vivieran. ¡Es más rico hacerlo de verdad!.

Claves de lo light
Convertido en categoría cultural, lo light puede reflejarse en bastantes aspectos del modo de pensar y de actuar. Estos son algunos de ellos:

¨ Es light no admitir verdades objetivas, sino sólo opiniones contingentes.

¨ Es light admitir que las costumbres dependen siempre del ambiente.

¨ Es ligth suprimir la realidad del comprometerse con algo o con alguien.

¨ Es light preferir la reproducción (fotocopia) al original.

¨ Es light separar al sexo del amor.

¨ Es light preferir los resúmenes a los textos completos.

¨ Es light no saber estar creativamente solos.

¨ Es light pasar por la Universidad y que la Universidad no pase por uno.

¨ Es light enseñar y aprender sin una cultura de la calidad y la excelencia.

(Basado en El hombre light, Enrique Rojas, Temas de Hoy, Madrid 1992)

Fuente:
Pontificia Universidad Católica
De Puerto Rico
Con la asesoría del Instituto Latinoamericano de Liderazgo (ILL)

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