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sábado, 10 de julio de 2010

RECHAZO AL HOMOMONIO POR LA GRAN FAMILIA ARGENTINA

Gauchos salteños a caballo 

Transcribimos a continuación el testimonio de una madre de 86 años que habló ante los senadores en la ciudad de Salta:

Primero ¡gracias por permitirme hablar! Estaba deseando expresarme.

Me presento: soy Elena D'Angelo de Marcone, una mujer argentina de clase media. Casada a los 25 años, llegamos a cumplir las Bodas de Plata, luego murió mi marido, ahora tengo 86 años. Tuvimos nueve hijos, a los que ahora se han agregado (saquen la cuenta) 6 yernos, 2 nueras, 58 nietos, 10 nietos políticos y 15 bisnietos: 100 personas! descendiendo de un varón y una mujer.
Creo que esta realidad me habilita para hablar hoy aquí en nombre de la gran familia argentina. No vengo a vilipendiar, como personas individuales, a mis hermanos homosexuales, pero, ¡eso sí!, a defender, con uñas y dientes, a la familia.

Por eso ustedes, señores senadores, hoy considérenme... ¡una leona parida que sale a defender su cría! ¿A mis "cachorros" les quieren enseñar ustedes que NO somos, o varón o mujer, y que no hay otra?
¿Nos van a obligar a que a nuestros hijos se les enseñe en las escuelas que SE PUEDE ELEGIR EL "GENERO" (o sexo) QUE UNO QUIERE TENER? Tremenda mentira biológica y psicológica! ¿Ignoran que: operaciones, implantes, hormonas, afeites, etc., no logran jamás borrar de los cromosomas el sello genético: "equis y" para ellos, y "equis equis" para ellas? ¿Y que las características psicológicas correspondientes los acompañarán hasta la muerte?

¿Ustedes estudian la posibilidad de DAR FUERZA DE LEY a las uniones entre personas del mismo sexo, que es como usar un par de zapatos, los dos para el pié izquierdo, o los dos para el pie derecho? ¿En eso gastan su tiempo? ¿Esos problemas de esas minorías van a condicionar y cambiar las sanas costumbres de la familia argentina?

¿Es posible que podamos IR A LA CÁRCEL por negarnos a renunciar a nuestros más caros valores morales? ¿O es que las leyes se han convertido en un poder tan inmenso y absoluto que hacen cada día más inútil el uso del libre albedrío?
Ustedes, varones y mujeres, Senadores de la Nación ¿se van a hacer responsables de tamaña felonía?

Aunque en la Cámara de Diputados esta ley ya ha sido aprobada, ustedes pueden todavía reflexionar y cambiar la historia.

Pero, sea como fuere, sepan una cosa: la familia argentina vive, late, late en el vientre de cada madre generosa y sacrificada, y en el corazón de cada varón macho y corajudo para pelearle a la vida y traer hijos al mundo, o mejor, a la Patria.
Esta Patria nuestra, NECESITADA DE GENTE y no de niños abortados, ni de drogas y adminículos para frenar los nacimientos, y, menos, de estas parejas estériles, que configuran la cultura de la muerte!

Señores: ustedes están hoy en Salta, tierra de gauchos intrépidos y viriles, y de mujeres femeninas y fértiles compañeras para toda la vida; ¡aquí a cada gaucho le corresponde una china!

¡Se van a ir de aquí con un ¡¡NO!! grande como una casa!

Gauchos de Salta

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