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jueves, 9 de septiembre de 2010

CÓMO INMANENTIZAN LA FE LOS MODERNISTAS

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Por Emilio Nazar Kasbo

El modernismo no tiene Fe, cree en la ciencia y en la razón humana como supremo criterio. Por tanto, los mismos milagros son desfigurados, desacreditados y hasta negados. La Fe es inmanentizada, despojada del Misterio.

Por este camino, todo el contenido de la Fe será atravesado por un hiper-racionalismo: de la Tradición conservará como “aceptados” los lugares geográficos y tiempos históricos, y todo hecho empíricamente medible. Al mismo tiempo, negará toda circunstancia que fuera de lo empírico pueda ser recibida por la Tradición.

¿Qué es la Fe en Cristo? Es un Don sobrenatural, a la vez que una Virtud Teologal, que no se limita a la reproducción teórica de un contenido transmitido, sino en una vivencia dada en el seguimiento de Su Palabra y Vida. ¿Es lo mismo para un modernista? Definitivamente, el modernista niega la dimensión del Don que Dios otorga, y se convierte en una simple adhesión a un principio trascendente a este mundo, que puede ser asimilado e identificado con el de cualquier otra religión que no sea la Católica.

¿Qué es un Milagro? Es la alteración del Orden Natural por una causa Sobrenatural como una señal de esa Causa. ¿Es lo mismo para un modernista? Definitivamente, el modernista niega la dimensión Sobrenatural en el mundo, niega que el Creador del Universo pueda alterar con una finalidad Sobrenatural las normas naturales impuestas por El mismo, convirtiendo al milagro en una metáfora poética de sucesos imaginarios que magnifican una realidad meramente natural. Para el modernista, el Milagro es un imposible, y mientras más antiguos sean los relatos, más imposibles los considerará.

¿Qué es un Santo? Es una persona que ha consagrado su vida a la causa de Jesucristo, alcanzando un grado de heroísmo en las virtudes, con perseverancia en la Fe y su práctica hasta el final de sus días. ¿Es lo mismo para un modernista? Definitivamente, el modernista no acepta de la vida de un santo más que sus aspectos mundanos y materiales, negando la dimensión espiritual. Para el modernista, el Santo no es más que una persona humana común y corriente que realiza una obra humana llamativa (intelectual o solidaria), y los milagros son narraciones exageradas para resaltar su personalidad.

¿Qué es un modernista? Es una clase de personalidad que fue condenada por San Pío X en la Encíclica Pascendi, que corresponde a quienes siendo católicos pretenden compatibilizar la Fe con diversas herejías. ¿Es lo mismo para un modernista? Definitivamente, el modernista no acepta el Magisterio, y todo lo relativiza con mentalidad inmanentista. La condena de la herejía modernista por San Pío X es relativizada, es atribuida a un determinado momento histórico y considerada como no vigente (precisamente algo que la misma Encíclica condena, siendo estos argumentos los mismos que aplican a la Iglesia en sí), por lo cual el modernista condena a quien conserva la Fe y la Tradición como “hipócritas” y “formalistas”, además de “antiguos” y “superados por el progreso del mundo”.

Veamos a continuación el ejemplo práctico de cómo describe la vida de un santo el modernista. En negrita, se remarcarán las frases heréticas modernistas.

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SANTA REGINA (251) – VERSIÓN MODERNISTA

Regina o Reina, de la ciudad de Alesia -- hoy Alise-Sainte-Reine, en la Borgoña --, lugar célebre por la derrota de Vercingetórix a manos de César, fue una doncella galorromana que a los quince años descubrió la fe de Cristo y se bautizó, ofreciendo a Dios su virginidad.

Dice el padre Ribadeneira que «era tan hermosa (esmalte que divinamente sale sobre el oro de la virtud) que pasando acaso por Alissia Olibrio prefecto y viéndola se enamoró de ella. Hízola venir a su presencia y sabiendo de ella misma que era cristiana, la mandó poner en la cárcel, advirtiéndola que él iba a un viaje, y que si al volver de él no había mudado de religión experimentaría su rigor».

Lo demás es previsible, Regina se niega a sacrificar a los dioses, la someten a tortura y «rasgan sus delicadas carnes con uñas de acero»; siguen más tormentos, se producen prodigios (un terremoto, voces celestiales, una paloma que acude a consolarla y que sana sus heridas) que hacen que se conviertan a la fe ochocientos cincuenta gentiles, y por fin es degollada.

Como tantas otras historias de mártires antiguos, ésta nos parece cándida e inverosímil, y sin duda en ella hay una porción de elementos fantásticos, de adorno y ejemplaridad; pero sus exageraciones, que magnifica nuestro buen Ribadeneira, son como el aderezo hiperbólico de un drama bien real, dar la vida por la fe que se tiene, y una cosa así justifica los excesos de cierta desmesura, no va uno a regatear un poco de imaginación con un tema así.

Santoral preparado por la Parroquia de la sagrada Familia de Vigo

Fuente: http://www.caminando-con-jesus.org/MD/MISA%20DIARIA%207%20%20DE%20SEPTIEMBRE%20DE%202009.htm

SANTA REGINA POR LA ARCHIDIÓSESIS DE MADRID
(Versión modernista)

Los niños piden -al menos así lo hacían en tiempos pasados- a los mayores que les cuenten un cuento a la hora de dormir. La condescendencia de los que les quieren, procurando su bien dormir, les lleva a ilustrar su imaginación con historias que unas veces son sólo producto del genio humano y otras... adornan la verdad de hechos ocurridos en la ordinariez de la vida con amplificaciones que hacen fantástica, amable y hasta apasionante la historia real. No sé si la historia de Regina servirá para rellenar esos momentos previos al descanso nocturno de los pequeños, pero no me cabe duda de que sí servirán a los adultos para que detengamos un momento nuestro ardoroso caminar.

Regina es palabra latina que se vierte al castellano por Reina. Así se llamaba nuestra protagonista de hoy. Fue una francesita hija de padre romano y de madre gala. Era el tiempo del Imperio. Cuando tenía quince años conoció a Cristo y le entregó su corazón, se bautizó y decidió darle para siempre su virginidad.

Es hermosa en demasía. El prefecto romano se enamoró de ella al verla. En su presencia, Regina confiesa su fe.

Desde este momento comienzan las dificultades para la fidelidad. Fue puesta en la cárcel y con una amenaza: al regreso del prefecto, que necesariamente ha de ausentarse, ella debe haber cambiado de religión o conocerá el furor romano.

Sucede a la vuelta del personaje lo previsible con la gracia de Dios. Ella se niega a sacrificar a los ídolos, llegan las torturas, los hierros arañan y cortan su carne. También hay prodigios del Cielo: se producen terremotos, se oyen voces celestiales... hasta una paloma se acerca para consolarla, darle ánimos y curarla.

El ejemplo es tan llamativo que la gente se convierte a centenares. Por fin, es degollada.

La candidez de la historia narrada, pletórica de elementos hiperbólicos y de adornos donados por la fantasía, expone un drama común y diario de mucha gente que bien merece la atención y el mimo del poeta, me refiero a todos esos que están dispuestos en serio a dar la vida por la fe que tienen y, llegado el momento, darla.

Fuente: Archidiócesis de Madrid

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SANTA REGINA POR EWTN

(no modernista)

Regina = "Reina", en latín

Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos. Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación esta próxima. Al otro día, Olybrius ordenó que fuera torturada de nuevo y que fuera decapitada después. En el momento de la ejecución, apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.

SANTA REGINA POR CHURCHFORUM

(no modernista)

A los 15 años, Regina le hizo una promesa de virginidad a Cristo, dejaría el halago del mundo para vivir la unión perfecta  con su Evangelio.

Regina era tan hermosa que cuando pasó el gobernador Olibrio por Alise, la vio y se quedó prendado de sus encantos femeninos. En seguida mandó a sus súbditos que la llevaran  ante su presencia para verla de cerca. Se enamoró de ella como un adolescente. Pero su sorpresa fue mayor cuando se enteró de que era cristiana. Mientras tanto, al tener que irse de viaje, ordenó que la metieran en la cárcel hasta que volviese. Esperaba que durante su ausencia, esta linda joven renunciara a su fe para, de esta forma, poder casarse con ella. No sabía que la promesa de su virginidad que le hizo a Jesús, era inquebrantable. Como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olibrio desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos. Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación esta próxima. Al otro día, Olybrius ordenó que fuera torturada de nuevo y que fuera decapitada después. En el momento de la ejecución, apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.

Santa Regina, ayúdanos a perseverar en nuestro seguimiento de Cristo. Amén.

SANTA REGINA POR EL P. FELIPE SANTOS CAMPAÑA SDB

(No modernista)

Etimológicamente significa “reina”. Viene de la lengua latina.

La virginidad ha sido en la Iglesia una de las constantes en muchas personas de ambos sexos. Con ella manifiestan una entrega total y absoluta a Dios. No lo son por cobardía o para huir de responsabilidades. No. Es una llamada especial que Dios hace a quienes deseen vivirla.

En toda la Tradición de los Padres era una costumbre hablar de ella, aunque hoy resulte extraño en esta sociedad de consumo y de erotismo soez y barato en muchos casos.

Esta joven, perteneciente al año 251 de nuestra era, nació en Alesia – en la actualidad Alise-Sainte –Reine, en la Borgoña, preciosa por su verdor, viñedos y por ser la ruta del románico.

Era hija de una familia francoromana. Aunque llevaba en su corazón la flor perfumada de su pureza, no obstante fue a los 15 años cuando prometió a Cristo que dejaría el halago del mundo para vivir la unión perfecta con su Evangelio. Todo esto tuvo lugar cuando descubrió la fe en el Señor.

El Padre Ribadeneira, experto en biografías de santos, habla de ella con estas bellas palabras:<< Era tan hermosa (esmalte que divinamente sale sobre el oro de la virtud) que pasando acaso por Alissia, el gobernador Olibrio la vio y se quedó prendado de sus encantos femeninos.

En seguida mandó a sus súbditos que la llevaran ante su presencia para verla de cerca. Se enamoró de ella como un adolescente.

Pero su sorpresa fue mayor cuando se enteró de que era cristiana. Mientras tanto, al tener que irse de viaje, ordenó que la metieran en la cárcel hasta que volviese.

Esperaba que durante su ausencia, esta linda joven renunciara a su fe para, de esta forma, poder casarse con ella.

No sabía que la promesa de su virginidad que le hizo a Jesús, era inquebrantable. Como no cambió, la sometió a torturas hasta que le cortaron el cuello. 

¡Felicidades a las Reginas!

SANTA REGINA POR SANTORAL-VIRTUAL

(No modernista)

SANTA REGINA (¿?-¿300?) nació en Alesia, en la Galia, la actual Alise-Sainte-Reine, en Francia, en una época en que eran comunes las persecuciones a cristianos en el Imperio Romano.
Santa Regina nació en el seno de una acomodada familia galo-romana; cuando nació tuvo la desgracia de perder a su madre, que murió de parto.
Por esa causa, desde bebé Santa Regina fue criada por una nodriza que era cristiana, y que le transmitió amorosamente la fe en Jesús. Su padre, sin embargo, siendo alto funcionario imperial en la zona, era pagano.
Cuando Santa Regina creció y llegó el momento en que debía celebrarse su matrimonio pactado, ella se negó por motivos de fe, y tuvo que confesarle a su padre que su decisión era entregar su vida al amor de Cristo.
El padre de Santa Regina reaccionó a la manera romana, y sabiendo que los cristianos eran perseguidos, sin ningún tipo de clemencia entregó a su hija a las autoridades, a pesar de que la pena última era que le cortaran la cabeza.
A Santa Regina la encadenaron y la encerraron en un oscuro calabozo, donde regularmente recibía azotes y latigazos que supuestamente la harían renegar de Cristo y adorar a los dioses paganos.
La tradición cuenta que una paloma entró volando por las rejas de su celda para mostrarle el camino al Cielo, y una enorme Cruz de luz se le apareció para indicarle que Jesús la estaba esperando. Al día siguiente murió decapitada.
El culto a Santa Regina se propagó en la Edad Media por diversas regiones de Francia y Alemania, y su tumba en Alesia se volvió lugar de peregrinación. Sus atributos son las cadenas de su martirio y una paloma.
SANTA REGINA nos ofrece un ejemplo de la veneración de los santos durante el Medievo.

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