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jueves, 9 de septiembre de 2010

¿SERÁ BARTOLOMÉ I EL ÚLTIMO PATRIARCA DE CONSTANTINOPLA?

Bartolomé I y Benedicto XVI

Por Juanjo Romero
Desgraciadamente no es política-ficción. «Si las leyes, la demografía y las actitudes no cambian, desaparecerá», Bartolomé I podría ser el último patriarca ecuménico de Constantinopla, y el gobierno turco está en ello.

Como «primun inter pares», el Patriarcado de Constantinopla es la cabeza de 300 millones de ortodoxos en todo en el mundo, aunque como iglesia autocéfala lo sea de únicamente de 3,5 millones de los cuales no llegan a 2.000 fieles los que viven en Turquía.

Teniendo en cuenta que a principios del siglo XX todavía había unos 400 mil en Estambul y en 1960 se reducen 150 mil, la regresión es tremenda. Están atendidos en 86 iglesias por 32 sacerdotes y diáconos (la mayoría mayores de 60 años y/o casados). Vamos que muchas comunidades de vecinos cuentan con más efectivos. Han pasado de ser minoría a curiosidad. Un genocidio menos cruento que el armenio, pero genocidio al fin y al cabo.

Los hechos fundamentales que apuntan a la «extinción» del patriarcado son:

  • No hay cantera: los obispos ortodoxos (y cualquier obispo con sucesión apostólica) han de ser célibes, aunque los clérigos puedan ordenarse ya casados. En 1971 el gobierno turco cerró el seminario de Halki, verdadero caballo de batalla, porque vocaciones hay pero no pueden formarse y ordenarse.
  • Veto del gobierno: el candidato ha de ser turco y contar con el visto bueno del gobierno. Se ha intentado, sin éxito, 'importar' obispos no residentes en Turquía, incluso sacerdotes o monjes que son turcos pero tuvieron que salir tarifando. Hasta la fecha no ha sido posible.

Dado que el Patriarca ha de ser residencial según la «Ortodoxia», sólo hay dos soluciones. Y, las dos dependen del gobierno:

  • dar el placet a un candidato 'extranjero'
  • permitir la reapertura del seminario.

No hay posibilidad de abrir otro seminario. A los ojos del gobierno, el Patriarcado Ecuménico no existe como entidad jurídica, y como resultado, prácticamente no tienen derechos. Desde los años 80 se le han confiscado hasta los cementerios, vilando su propia legislación y sentencias internacionales.

¿Esta es la Turquía que quiere ser Europa?. Conmigo que no cuenten. Creo que es un buen momento para reparar el daño causado con la IV Cruzada y apoyar a nuestros hermanos.

Algo podremos hacer para que el 270º sucesor de San Andrés no sea el último, y que uno de los históricos patriarcados de la cristiandad no corra la misma suerte que Cartago, Alejandría y las florecientes comunidades cristianas del Norte de África.

Fuente: Infocatólica.com

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