Por Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 06 de Abril del año 2010 - 962
La idea que expresa el título se me presentó claramente, una vez más, cuando vi la foto de Taiana, en su papel de Ministro de Relaciones Exteriores hablando con el embajador de la china comunista para pedirle que los tiranos de esa infeliz nación levanten las trabas que han impuesto a la importación de soja argentina.
Ese individuo Taiana es un terrorista, se lo acusa de haber puesto una bomba en un bar que mató gente y, sin embargo, ningún medio de comunicación masiva recuerda esa acusación y todos lo aceptan con su actual máscara de "hombre serio" en funciones de Canciller de la República.
Cuando Barra fue ministro de Menem (posición que no es digna de encomio) y después fue nombrado Ministro de la Corte Suprema, se acordaron todos los periodistas que en su adolescencia había sido militante de un grupo nacionalista y declararon que eso era imperdonable. Lo bombardearon hasta que perdió su cargo.
No es que Barra me inspire la más mínima conmiseración (después recibió jugosas compensaciones en la actividad privada), pero lo cierto es que siendo su antecedente supuestamente de "derecha" -cosa harto discutible en este caso- se lo considera imperdonable. Sin embargo, ser vehementemente sospechoso de haber puesto una bomba en un bar asesinando a una o dos personas, si el motivo era su militancia de izquierda, a nadie le importa: puede ser Canciller sin que la prensa diga "esta boca es mía".
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Cristina Fernandez, usurpa la presidencia como una especie de "bien ganancial" de su marido, que también la usurpó por colusión con Menem y, en todo caso, desde Mayo hasta Diciembre del 2007. Nadie se da por enterado de la usurpación y sin embargo, la cosa es clarísima (ver nros. 792, del 7/6/2007 y 819 del 1/11/2007 de "La botella al mar"). A pesar de carecer absolutamente de legitimidad ella es aceptada como la cosa más natural por el "establishment" y por las "clases cultas" de inferior rango que no llegan a integrar el "establishment".
La mujer, cuya carencia de títulos legítimos debería inspirarle una conducta recatada y elusiva, sin embargo, se permite hablar a todo momento con una jactancia insolente afirmando, con seguridad absoluta, las injusticias, las mentiras y los disparates más grandes sobre asuntos que ignora completamente, para después contradecirse con igual desparpajo. Cómo será que hasta el diario cripto-oficialista de las "clases cultas" dice esto en una editorial, que pocos leen ("La Nación" 6/4/2010, pag. 6).
Al mismo tiempo, adopta actitudes de "vedette" de comedia picaresca, sin importarle la dignidad del cargo que aparenta ocupar. Coquetea hasta con los jefes de Estado de otros países, especialmente con Chavez y con Correa (el de Ecuador). Un papelón histórico.
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Las acusaciones de diversos ilícitos aparentemente cometidos menudean contra, por lo menos, cuatro de sus ministros (De Vido, Randazzo, Fernandez y Boudou) y nadie les pide explicaciones, dando por sentado que las acusaciones están fundadas, pero que eso no importa.
Lo mismo ocurre con algunos Secretarios de Estado. Entre ellos, Moreno, autor de amenazas contra empresarios a quienes advirtió que tiene "muchachos que rompen espaldas y arrancan ojos" y Duhalde (el otro), que, en la misma línea de la pseudo-presidente, amenaza al poder judicial para obtener la prevaricación de los jueces en perjuicio de los 600 militares secuestrados en las cárceles de la tiranía en abierto desafío de los arts. 140 y ss. del Código Penal que penan a los jueces por privación ilegítima de la libertad y el art. 270 del mismo Código que amenaza a los que prolonguen indebidamente una prisión preventiva. Hay militares con "prisión preventiva" por más de siete años y otros "condenados" a prisión perpetua en juicios totalmente nulos, conducidos por el poder ejecutivo, las madres de plaza de mayo y la prensa, sin otra prueba que la declaración de "testigos" tachables por odio (ex-guerrilleros) y la parcialidad de los jueces.
El juez Oyarbide, homosexual misteriosamente absuelto por los diputados y senadores de la "dirigencia" en un juicio político en el que estaba acusado de delitos gravísimos, sobreseyó sin investigación a los Kirchner del delito de enriquecimiento ilícito a pesar de que estaba probado que aumentaron su cuantiosa fortuna en $ 28.000.000 (más o menos u$s 9.000.000) durante el año 2008. Después se enriquecieron más aún, sin que ahora nadie se atreva a acusarlos.
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En Comodoro Rivadavia, a instancias vehementes y amenazadoras del Poder Ejecutivo Nacional se autorizaron dos abortos de niños por nacer de más de tres meses de gestación. Lo mismo ocurrió ahora en El Bolsón, Río Negro. Además, hay proyectos de ley presentados por diputados del oficialismo para ampliar las causales de aborto legal.
Ya se han cometido con el auspicio del gobierno, varios pseudo-matrimonios de homosexuales. En esto ha colaborado el supuesto "opositor" Macri.
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Este es, a grandes rasgos, el cuadro de situación. Todos lo saben. No digo nada nuevo. Lo grave del caso -y este es el motivo de este artículo- es que todos lo aceptan como algo normal o al menos inevitable, lo cual es análogo a la normalidad. Sin embargo, es MONSTRUOSO.
"Monstruoso" es aquello que de tal manera choca con lo natural que causa repugnancia instintiva. Por caridad no se la hace notar a aquellos pobrecitos que padecen alguna monstruosidad física congénita o por enfermedad. Pero la monstruosidad moral debe ser rechazada sin melindres.
Esta tiranía es moral y legalmente monstruosa. Debería producir la repulsión activa de todas las personas de bien. Pero no es así. Todos se resignan y la aceptan con naturalidad, como si fuera algo normal o, por lo menos, algo tan afín a nuestra índole nacional que es inútil reaccionar contra ella.
A lo más que llegan los "opositores" es a propiciar una forma aparentemente mitigada de lo monstruoso, por ejemplo, una candidatura de Duhalde, o de Solá o de Reutemann o de Macri, todos peronistas, todos partícipes de la fuerza política que encumbró y sostiene esta monstruosidad. Y fingen no darse cuenta de la monstruosidad que proponen.
Esa fuerza no es meramente de ladrones peronistas -aunque eso ya sería muy malo- sino que también se propone instaurar una tiranía marxista. Si alguien duda que esa es la intención le ruego releer los artículos en los cuales denuncié desde hace mucho la existencia de un eje neo-marxista conducido por China y Rusia, con Cuba y Venezuela como aliados iberoamericanos y recordar las innumerables pruebas de solidaridad con estos dos países que ha dado la tiranía local, y sacar sus conclusiones.
Completando el cuadro, lea las noticias de hoy sobre la visita de Putin a Caracas y la firma de un acuerdo de venta de armas rusas a Chavez por u$s 5.500.000.000, que se suman a otros u$s 4.400.000.000 en armamento del mismo origen comprados por el tirano caribeño desde el 2005.
Venezuela ya está francamente en el área neo-comunista y por eso se arma. La Argentina, a la que todavía le falta dar el último paso hacia ese abismo, entretanto, destruye sus FFAA tradicionales probablemente para substituirlas por una fuerza armada socialista a la cual sin duda China y Rusia le proveerán todas las armas que necesite.
"¡EEUU no lo permitirá!" -dirá el eterno optimista-. Sin embargo, los EEUU tienen también un gobierno socialista y la protesta contra el acuerdo Putin-Chavez se parece más al balido de una oveja enferma que al rugido de un león... ( ver "La Nación", 6/4/2010, pag.2).
¿Será posible que no exista ya en el país capacidad alguna de reacción frente al destino monstruoso a que nos encaminan?
Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com