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martes, 13 de septiembre de 2011

PISTAS FALSAS: ¿ENCUBREN UNA CONEXIÓN POLÍTICA?


Por Guillermo Cherashny 
para el Informador Público
Rápidamente, se va cayendo la investigación del crimen de Candela Rodríguez. La nueva pericia del cuerpo entregada el viernes a la noche demuestra que la niña fue abusada sexualmente y volvemos entonces a lo que señalamos anteriormente. La madre de Candela, Carola Labrador, según fuentes de inteligencia, desde poco menos de un tiempo atrás, la entregaba a la prostitución. También señalamos la existencia de un noviecito de 19 ó 20 años, que podría ser el que la entregó con idéntico propósito que la madre. O sea, convertirse en un gigoló. Así, la habría cedido a un pedófilo que finalmente abusó de ella. Éste, siempre según las fuentes, le habría puesto una bolsa de polietileno para generar más placer en el sexo. Como se sentía asfixiada, Candela habría intentado resistirse, siendo golpeada y asesinada por el pedófilo. No se descarta en todo esto la intervención de un grupo de trata de blancas.

Con final abierto
Sin embargo, los comisarios Juan Carlos Paggi y Hugo Matzkin no parecen dispuestos a reconocer sus errores, que son cada vez más graves, y siguen encaprichados en que Candela estuvo oculta en la casa de la calle Kiernan. Así fue que ayer procedieron a la detención de un sujeto de 35 años con antecedentes penales, en la zona de William Morris, la parte más pobre del partido de Hurlinghan, llamado José Luis Flores, de profesión remisero, al que le encontraron ropa quemada. También hubo protestas de los vecinos de aquél, al mismo tiempo que en Villa Tesei se produjo la marcha del “perejilazo”, en la cual 100 vecinos protestaron por la detención del carpintero Ramón Altamirano. Mientras tanto, el juez Alfredo Meade ordenó la liberación de los tres familiares de Gladys Cabrera, la dueña de la casa de la calle Kiernan, es decir, Alfredo Monteros, su hijo y el fletero Gustavo Valenzuela.
Entonces tenemos dos pericias, una que dice que Candela no fue violada y en otra que sí. Ahora la investigación sostiene, por otra parte, que no estuvo todo el tiempo secuestrada en la calle Kiernan, sino también en William Morris. De los primeros seis detenidos, tres ya quedaron en libertad, pero siguen vinculados a la causa por encubrimiento agravado. Es decir que quedan tres, encabezados por el carpintero Altamirano, cuyos abogados piden la detención del testigo reservado. Éste, a su vez, da toda la impresión de ser un trucho inventado por la policía. A esta altura tenemos que volver al punto central: bien puede ocurrir que la investigación no tenga ninguna punta seria y que en realidad no se sepa nada. O bien que se esté encubriendo a alguien vinculado a la bonaerense o a la política, por ejemplo, al Frente para la Victoria. O a los dos juntos.

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