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martes, 8 de noviembre de 2011

EL HONOR DE UN MARINO: CARTA ABIERTA A LA ARMADA ARGENTINA



CARTA ABIERTA AL SEÑOR COMANDANTE EN JEFE DE LA ARMADA ARGENTINA

Guillermo Raúl Ni Coló, Veterano de Guerra de Malvinas, con destino en el Apostadero Naval Malvinas y luego y hasta el final de la guerra tripulante de la goleta “Penélope”, tengo el agrado de dirigirme a Ud., a los efectos de llevar a su conocimiento que en el día 29 de octubre del corriente, recibí por parte de la Armada Argentina, un gran acto de humillación y me hicieron sentir vergüenza ante mi mujer, mis hijos, familiares y amigos, por los motivos que le cuento a continuación. Hace unos días, recibí en mi teléfono particular, la llamada de una mujer integrante de la Armada Argentina, la que me invitaba a un acto de reconocimiento y homenaje que la fuerza militar que Ud. conduce, le brindaría a los tripulantes de las cuatro embarcaciones auxiliares que cumplieron funciones en Malvinas durante la guerra, estos barcos son: Forrest, Monsúmen, Yehuin y Penélope.

Quiero contarle que con gran emoción agradecí la invitación e inmediatamente le conté a mi familia que el sábado, después de casi 30 años, la Armada Argentina reconocería mi labor durante la guerra, como tripulante de la embarcación más pequeña y antigua de la historia naval argentina que haya participado en una guerra, de la cual tuve el Honor de ser parte. Es dable destacar que la dotación de nuestro barco era de siete personas, comandada por el Teniente de Navío Horacio González Llanos, quien fue MERECIDAMENTE condecorado por la Armada Argentina, el 10 de setiembre de 1982, condecoración denominada “ABNEGACIÓN Y SACRIFICIO”, “ por su destacada actuación en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur, poniendo de manifiesto un elevado espíritu de sacrificio bajo el fuego enemigo, y ejecutando misiones de guerra al comando de una unidad desprovista de armamento”.

El día 14 de setiembre del mismo año, el Teniente González Llanos, informó a la Armada Argentina que mi concepto había sido “SOBRESALIENTE, desempeñándome con valor, serenidad y disciplina”. Con estos antecedente, creía merecer, aunque treinta años después, un pergamino o similar de la Armada Argentina reconociendo nuestra labor. El Teniente González Llanos, tan generoso y buena persona, nos escribió para decirnos que nunca hubiera recibido esa condecoración si no hubiera contado con una tripulación como la que tuvo a sus órdenes, es decir me siento parte de esa condecoración, y de la Armada no recibí ni siquiera un apretón de manos. Cuando terminó la última gran travesía del Penélope, llegando a Puerto Argentino, cargado de combustible para Helicópteros, el entonces gobernador de las Islas, General Menéndez, vino a nuestro “barquito” para felicitarnos por la tarea que habíamos realizado. Le repito, me sentí humillado y avergonzado, y soy lo suficientemente grande y hombre de bien para defender mi dignidad, y no permitir que cualquiera se burle de mí gratuitamente.

Inmediatamente después de terminado el vergonzoso acto realizado por la Armada Argentina, se lo hice saber a varias personas allí presentes con la que mantuvimos una acalorada discusión. Aquí quiero destacar un punto sobresaliente, que fue la presencia de mi hijo mayor, 16 años, quien permaneció parado a mi lado y sentí que no quería dejarme solo y estaba preparado para defender a su padre, a su vez, su presencia me permitió reafirmar lo que pretendo de EL como padre, es decir, que jamás permita que le falten el respeto, que defienda sus derechos y se plante frente a la injusticia y que cueste lo que cueste, siempre defienda su dignidad y no se deje llevar por delante por nadie, sea quien sea.

El acto se realizó en el Museo Naval de Tigre, en el fondo, en el lugar más alejado de la calle, clara señal de ocultamiento, de esconder como todos estos años a los Veteranos de Guerra. Esto me recordó la noche que regresé de Malvinas, fuimos al Edificio Libertad, Comando de la Armada, y nos despidió un Capitán pero antes nos dijo: “recuerden que tienen terminantemente prohibido hablar con los periodistas y con todos los que le pregunten sobre lo que vivieron e hicieron en Malvinas”. Hoy siento una gran satisfacción porque esa batalla la gané, contrario a esta arenga, he hablado de este tema cuantas veces me lo han requerido y soy autor de un libro también, que habla sobre el tema. La Armada Argentina no es una Asociación sin fines de lucro, la Armada Argentina es una Fuerza Militar y prepara a sus hombres para la guerra. No hubo en este acto al que me invitó la Armada Argentina, un solo militar uniformado, una formación militar, una banda militar, no se entonaron las estrofas de nuestro Himno Nacional Argentino. ¿Me puede decir Ud., a esta altura de los hechos, para qué me invitaron? Si la Armada Argentina cree que me conforman porque en un pergamino de otra Institución está el escudo de la Armada y con eso se sienten satisfechos, desde mi punto de vista están muy equivocados. Si Ud., señor Comandante de la Armada Argentina, quiere seguir JUGANDO A LAS ESCONDIDAS, no cuente más conmigo, no necesito jugar a las escondidas. No tengo que esconderme de nada ni de nadie. Prefiero los actos que durante 29 años realizaron en mi Pueblo, que se hacen en las Plazas públicas, para que el pueblo que tanto quiere a los Veteranos pueda concurrir, no nos esconden, o los actos de las escuelas que rebalsan de afecto, cariño y respeto. Viajé 400 km para asistir a este acto emocionado con lo que presenciaría mi familia y terminé humillado ante ellos. Hasta pensaba que Ud. estaría presente, que inocente fui. Mirando su curriculum hace instantes, advierto que Ud. no fue a Malvinas, no fue a la Guerra, no sabe lo que es la guerra, no conoce los sufrimientos de la post guerra, las condecoraciones que luce en su traje son de cortesía, condecoraciones que se obtienen en oficinas, pero no tiene ni una sola Condecoración por haber participado en un combate. ¿Con qué autoridad militar se para frente a la tropa y a sus subordinados, si no sabe lo que es una Guerra? Ud. no sabe lo que produce en el cuerpo y en el alma la explosión de una bomba sobre su cabeza. Yo le puedo contar lo que es la guerra, y como marino, lo que se siente navegar bajo el fuego del enemigo.
Sepa señor, que yo defiendo mi Honor y el Respeto por mi familia hasta con mi propia vida, de manera que no permito que se burlen de esta manera. Notará en mis palabras un poco de odio, bronca, resentimiento y angustia, y no se equivoca. A esta humillación le respondo con mi mayor repudio, desprecio, aborrecimiento y repulsión hacia el Estado Mayor Conjunto de la Armada Argentina.

Lo saludo recordándole que para defender mi Honor y el Respeto hacia mi familia, doy hasta mi vida, pero antes me defiendo.

Dr. Guillermo Raúl Ni Coló
DNI: 14.437.703
Veterano de Guerra de Malvinas








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