CARTA ABIERTA AL SEÑOR COMANDANTE EN JEFE DE LA ARMADA ARGENTINA
Guillermo Raúl Ni Coló, Veterano de Guerra de Malvinas, con
destino en el Apostadero Naval Malvinas y luego y hasta el final de la guerra
tripulante de la goleta “Penélope”, tengo el agrado de dirigirme a Ud., a los
efectos de llevar a su conocimiento que en el día 29 de octubre del corriente,
recibí por parte de la Armada Argentina, un gran acto de humillación y me
hicieron sentir vergüenza ante mi mujer, mis hijos, familiares y amigos, por
los motivos que le cuento a continuación. Hace unos días, recibí en mi teléfono
particular, la llamada de una mujer integrante de la Armada Argentina, la que
me invitaba a un acto de reconocimiento y homenaje que la fuerza militar que
Ud. conduce, le brindaría a los tripulantes de las cuatro embarcaciones
auxiliares que cumplieron funciones en Malvinas durante la guerra, estos barcos
son: Forrest, Monsúmen, Yehuin y Penélope.
Quiero contarle que con gran emoción agradecí la invitación e
inmediatamente le conté a mi familia que el sábado, después de casi 30 años, la
Armada Argentina reconocería mi labor durante la guerra, como tripulante de la
embarcación más pequeña y antigua de la historia naval argentina que haya participado
en una guerra, de la cual tuve el Honor de ser parte. Es dable destacar que la
dotación de nuestro barco era de siete personas, comandada por el Teniente de
Navío Horacio González Llanos, quien
fue MERECIDAMENTE condecorado por la Armada Argentina, el 10 de setiembre de
1982, condecoración denominada “ABNEGACIÓN Y SACRIFICIO”, “ por su destacada
actuación en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur, poniendo de manifiesto un
elevado espíritu de sacrificio bajo el fuego enemigo, y ejecutando misiones de
guerra al comando de una unidad desprovista de armamento”.
El día 14 de setiembre del mismo año, el Teniente González Llanos, informó a la Armada
Argentina que mi concepto había sido “SOBRESALIENTE, desempeñándome con valor,
serenidad y disciplina”. Con estos antecedente, creía merecer, aunque treinta
años después, un pergamino o similar de la Armada Argentina reconociendo
nuestra labor. El Teniente González
Llanos, tan generoso y buena persona, nos escribió para decirnos que nunca
hubiera recibido esa condecoración si no hubiera contado con una tripulación
como la que tuvo a sus órdenes, es decir me siento parte de esa condecoración,
y de la Armada no recibí ni siquiera un apretón de manos. Cuando terminó la
última gran travesía del Penélope, llegando a Puerto Argentino, cargado de
combustible para Helicópteros, el entonces gobernador de las Islas, General Menéndez, vino a nuestro “barquito”
para felicitarnos por la tarea que habíamos realizado. Le repito, me sentí
humillado y avergonzado, y soy lo suficientemente grande y hombre de bien para
defender mi dignidad, y no permitir que cualquiera se burle de mí
gratuitamente.
Inmediatamente después de terminado el vergonzoso acto realizado
por la Armada Argentina, se lo hice saber a varias personas allí presentes con
la que mantuvimos una acalorada discusión. Aquí quiero destacar un punto
sobresaliente, que fue la presencia de mi hijo mayor, 16 años, quien permaneció
parado a mi lado y sentí que no quería dejarme solo y estaba preparado para
defender a su padre, a su vez, su presencia me permitió reafirmar lo que
pretendo de EL como padre, es decir, que jamás permita que le falten el
respeto, que defienda sus derechos y se plante frente a la injusticia y que
cueste lo que cueste, siempre defienda su dignidad y no se deje llevar por
delante por nadie, sea quien sea.
El acto se realizó en el Museo Naval de Tigre, en el fondo, en el
lugar más alejado de la calle, clara señal de ocultamiento, de esconder como
todos estos años a los Veteranos de Guerra. Esto me recordó la noche que
regresé de Malvinas, fuimos al Edificio Libertad, Comando de la Armada, y nos
despidió un Capitán pero antes nos dijo: “recuerden que tienen terminantemente
prohibido hablar con los periodistas y con todos los que le pregunten sobre lo
que vivieron e hicieron en Malvinas”. Hoy siento una gran satisfacción porque
esa batalla la gané, contrario a esta arenga, he hablado de este tema cuantas
veces me lo han requerido y soy autor de un libro también, que habla sobre el
tema. La Armada Argentina no es una Asociación sin fines de lucro, la Armada
Argentina es una Fuerza Militar y prepara a sus hombres para la guerra. No hubo
en este acto al que me invitó la Armada Argentina, un solo militar uniformado,
una formación militar, una banda militar, no se entonaron las estrofas de
nuestro Himno Nacional Argentino. ¿Me puede decir Ud., a esta altura de los
hechos, para qué me invitaron? Si la Armada Argentina cree que me conforman
porque en un pergamino de otra Institución está el escudo de la Armada y con
eso se sienten satisfechos, desde mi punto de vista están muy equivocados. Si
Ud., señor Comandante de la Armada Argentina, quiere seguir JUGANDO A LAS
ESCONDIDAS, no cuente más conmigo, no necesito jugar a las escondidas. No tengo
que esconderme de nada ni de nadie. Prefiero los actos que durante 29 años
realizaron en mi Pueblo, que se hacen en las Plazas públicas, para que el
pueblo que tanto quiere a los Veteranos pueda concurrir, no nos esconden, o los
actos de las escuelas que rebalsan de afecto, cariño y respeto. Viajé 400 km
para asistir a este acto emocionado con lo que presenciaría mi familia y
terminé humillado ante ellos. Hasta pensaba que Ud. estaría presente, que
inocente fui. Mirando su curriculum hace instantes, advierto que Ud. no fue a
Malvinas, no fue a la Guerra, no sabe lo que es la guerra, no conoce los
sufrimientos de la post guerra, las condecoraciones que luce en su traje son de
cortesía, condecoraciones que se obtienen en oficinas, pero no tiene ni una sola
Condecoración por haber participado en un combate. ¿Con qué autoridad militar
se para frente a la tropa y a sus subordinados, si no sabe lo que es una Guerra?
Ud. no sabe lo que produce en el cuerpo y en el alma la explosión de una bomba
sobre su cabeza. Yo le puedo contar lo que es la guerra, y como marino, lo que
se siente navegar bajo el fuego del enemigo.
Sepa señor, que yo defiendo mi Honor y el Respeto por mi familia
hasta con mi propia vida, de manera que no permito que se burlen de esta
manera. Notará en mis palabras un poco de odio, bronca, resentimiento y
angustia, y no se equivoca. A esta humillación le respondo con mi mayor
repudio, desprecio, aborrecimiento y repulsión hacia el Estado Mayor Conjunto
de la Armada Argentina.
Lo saludo recordándole que para defender mi Honor y el Respeto hacia mi familia, doy hasta mi vida, pero antes me defiendo.
Dr. Guillermo Raúl Ni Coló
DNI: 14.437.703
Veterano de Guerra de Malvinas
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