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viernes, 27 de abril de 2012

“LA SEGURIDAD JURÍDICA ES UN CONCEPTO HORRIBLE”



Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 26 de Abril del año 2012 - 1101

Si alguna duda quedaba que estamos bajo una tiranía descarada a la que le importa un bledo el Derecho, esa duda ya no puede existir después que el nuevo déspota del régimen, el joven comunista Axel Kicillof declaró, durante su maratónico monólogo en el Senado al día siguiente de desalojar a los empujones de YPF a sus Directores y Gerentes: "LA SEGURIDAD JURÍDICA ES UN CONCEPTO HORRIBLE” ("La Nación",19/4/12, pag. 10).

Si el individuo fuera un botarate que dice cualquier cosa sin pensar, la frase sería grave. Pero no es un botarate y tiene muy claro lo que piensa y lo que quiere es decir, está decididamente embarcado, al igual que sus camaradas y mentores, en la tarea de destruir lo que resta de la Argentina tradicional para instaurar un Estado marxista-leninista y por lo tanto la frase es una definición gravísima. Es una consigna, un lema, que se debe tomar muy en serio y contra cuyos promotores se debe actuar también muy en serio.

Lo que está en juego es mucho más que YPF. Es la convivencia civilizada en Justicia, moral y libertad. Ningún habitante de este país puede sentirse seguro cuando oye semejante declaración en boca de uno de los funcionarios más poderosos del momento, el mimado de la usurpadora, el viceministro de Economía y el integrante de una banda de individuos semejantes a él con los cuales forman un grupo de poder (“La Cámpora”) que ocupa numerosos cargos relevantes y que maneja miles de millones de pesos del Tesoro nacional

¿Qué significa este atroz desafío al Derecho lanzado por el audaz sectario marxista? Significa nada más y nada menos que ningún habitante de este país está seguro frente a cualquier  crimen, atropello o despojo que se cometa contra él; significa que el Poder Judicial está demás y sólo sirve como pantalla para cualquiera de esas brutalidades. Ni la vida, ni la libertad, ni los bienes de alguien están a salvo de un ataque que los aniquile, ni hay jueces que lo protejan. Significa que la Constitución es letra muerta, sus garantías no son más que enfáticas oquedades sin contenido real alguno y nosotros no somos ciudadanos sino esclavos de Kicillof y de sus camaradas, sometidos a sus caprichos y obligados a colaborar con sus planes de asesinato de la Patria, expuestos a caer en cualquier momento bajo los golpes de su poder.

Ya no vivimos en la argentina (ni siquiera en esta que sólo se puede escribir con minúscula porque es indigna de llamarse Argentina), apenas sobrevivimos, con una apariencia residual de libertad mientras no nos crucemos en el camino que tienen inexorablemente trazado los integrantes de la secta marxista que dirige el gobierno por detrás del escenario.

La usurpadora no es más que una mala actriz que representa el papel presidencial, ora bonachona y llorona, ora insolente y amenazadora, pero en realidad el poder no lo tiene ella sino la secta marxista que la inventó y que la teledirige.

Los otros funcionarios y legisladores no son más que actores de reparto, más o menos insolentes y lenguaraces, como Aníbal Fernández por ejemplo, todos ellos autorizados por la secta para robar todo lo que puedan con tal de que colaboren con el Plan Maestro marxista-leninista.

Alguien podrá alegar que la frase de Kicillof no es más que una bravata que nadie se atrevería a poner en práctica.

Los que dicen eso son los eternos optimistas que paralizan toda resistencia, y son de mala fe porque saben muy bien que en este país hace rato que la inseguridad jurídica es una triste realidad cotidiana.

Basta recordar tres cosas:
1) Los mil secuestrados políticos militares, policías y civiles, sin esperanza alguna de recibir un tratamiento justo y los 200 homicidios cometidos contra otros tantos secuestrados muertos en las mazmorras del régimen.
2) Los piquetes protegidos por la Policía que cometen cinco delitos en concurso real cada vez que cortan una ruta, una  autopista o una calle.
3) Y la impunidad con que los funcionarios roban, siendo algunos denunciados pero ninguno es condenado.

Y como dijo la usurpadora al festejar el fraude exitoso de Octubre del 2011: "¡Ahora vamos por todo!". "Ir por todo" es la explicitación de la inseguridad jurídica total. Nada es de nadie y todo es de ellos. Inclusive la vida ajena.

* * *

A pesar de que todo esto es de una evidencia solar, "La Nación" en un editorial de hoy 26/4/2012, al referirse al asunto, cambia el significado de la amenazadora frase y la cita cortada y como si fuera apenas un reproche a la "comunidad de negocios" que habría "pergeñado" la idea de "seguridad jurídica" "que son apenas y simplemente *palabras horribles*..."que no deberían inquietar demasiado a los hombres de gobierno". (loc. cit, pag. 20).

Y para atenuar aún más el ex abrupto siniestro del lenguaraz marxista es calificado por el diario como una "reflexión desafortunada".

¡¿Sólo eso?! Si es sólo eso, no hay qué preocuparse. "Reflexiones desafortunadas" ocurren todo el tiempo, sin ir más lejos el editorial que comento es ciertamente un editorial "desafortunado", "to say the least", para decir lo menos.

Para colmo el diario continúa con una larga jeremiada acerca de la democracia ya que según la idea del poco afortunado redactor de la macarrónica nota, la única afectada por la amenaza de Kicillof es la democracia. En vez de alertar a sus lectores sobre el peligroso significado de la expresión del funcionario-agitador y agresivo marxista, se dedica a redactar una pequeña composición de instrucción cívica sobre lo que es una democracia y cómo se cae en la "arbitrariedad y en la intimidación" cuando se la abandona.

"La Nación" sabe perfectamente que ninguna de las características librescas de la democracia se cumple hoy en la argentina. Aquí hay una "dirigencia" corrupta e inepta que monopoliza el poder mediante una ley proscriptiva de candidaturas, el pueblo es un convidado de piedra que vota a desgano y cuya voto es distorsionado por el fraude más escandaloso ejecutado de varias maneras, incluyendo el soborno de los vagos mediante "planes sociales" varios y, sobre todo, por los trucos electrónicos de firmas de dudosa catadura como INDRA, la actual encargada de cometerlo, las garantías constitucionales no existen porque no hay Poder Judicial independiente, las leyes las dictan legisladores ignorantes y venales que han desertado hace rato de su deber de asistir a sesiones ordinarias para debatir los proyectos y cuando votan lo hacen a órdenes del Poder Ejecutivo, etc. etc. etc.

"La Nación" finge que su libertad de prensa está perseguida, pero me extrañaría que lo fuera realmente viendo el gran servicio que le presta a la tiranía barriendo debajo de la alfombra los grandes delitos que ésta comete y entreteniendo a sus lectores con "sagas" inofensivas como la de Boudou y con interpretaciones anodinas de los hechos más graves, como esta brutal declaración de Kicillof.

Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com

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