Por el Dr. Cosme
Beccar Varela
Buenos Aires, 26 de Abril del año
2012 - 1101
Si alguna duda quedaba que
estamos bajo una tiranía descarada a la que le importa un bledo el Derecho, esa
duda ya no puede existir después que el nuevo déspota del régimen, el joven
comunista Axel Kicillof declaró,
durante su maratónico monólogo en el Senado al día siguiente de desalojar a los
empujones de YPF a sus Directores y Gerentes: "LA SEGURIDAD JURÍDICA ES UN
CONCEPTO HORRIBLE” ("La Nación",19/4/12, pag. 10).
Si el individuo fuera un botarate
que dice cualquier cosa sin pensar, la frase sería grave. Pero no es un
botarate y tiene muy claro lo que piensa y lo que quiere es decir, está
decididamente embarcado, al igual que sus camaradas y mentores, en la tarea de
destruir lo que resta de la Argentina tradicional para instaurar un Estado
marxista-leninista y por lo tanto la frase es una definición gravísima. Es una
consigna, un lema, que se debe tomar muy en serio y contra cuyos promotores se
debe actuar también muy en serio.
Lo que está en juego es mucho más
que YPF. Es la convivencia civilizada en Justicia, moral y libertad. Ningún
habitante de este país puede sentirse seguro cuando oye semejante declaración
en boca de uno de los funcionarios más poderosos del momento, el mimado de la
usurpadora, el viceministro de Economía y el integrante de una banda de
individuos semejantes a él con los cuales forman un grupo de poder (“La
Cámpora”) que ocupa numerosos cargos relevantes y que maneja miles de millones
de pesos del Tesoro nacional
¿Qué significa este atroz desafío
al Derecho lanzado por el audaz sectario marxista? Significa nada más y nada
menos que ningún habitante de este país está seguro frente a cualquier crimen, atropello o despojo que se cometa
contra él; significa que el Poder Judicial está demás y sólo sirve como
pantalla para cualquiera de esas brutalidades. Ni la vida, ni la libertad, ni
los bienes de alguien están a salvo de un ataque que los aniquile, ni hay
jueces que lo protejan. Significa que la Constitución es letra muerta, sus
garantías no son más que enfáticas oquedades sin contenido real alguno y
nosotros no somos ciudadanos sino esclavos de Kicillof y de sus camaradas,
sometidos a sus caprichos y obligados a colaborar con sus planes de asesinato
de la Patria, expuestos a caer en cualquier momento bajo los golpes de su
poder.
Ya no vivimos en la argentina (ni
siquiera en esta que sólo se puede escribir con minúscula porque es indigna de
llamarse Argentina), apenas sobrevivimos, con una apariencia residual de
libertad mientras no nos crucemos en el camino que tienen inexorablemente trazado
los integrantes de la secta marxista que dirige el gobierno por detrás del
escenario.
La usurpadora no es más que una
mala actriz que representa el papel presidencial, ora bonachona y llorona, ora
insolente y amenazadora, pero en realidad el poder no lo tiene ella sino la
secta marxista que la inventó y que la teledirige.
Los otros funcionarios y
legisladores no son más que actores de reparto, más o menos insolentes y
lenguaraces, como Aníbal Fernández
por ejemplo, todos ellos autorizados por la secta para robar todo lo que puedan
con tal de que colaboren con el Plan Maestro marxista-leninista.
Alguien podrá alegar que la frase
de Kicillof no es más que una bravata que nadie se atrevería a poner en
práctica.
Los que dicen eso son los eternos
optimistas que paralizan toda resistencia, y son de mala fe porque saben muy
bien que en este país hace rato que la inseguridad jurídica es una triste
realidad cotidiana.
Basta recordar tres cosas:
1) Los mil secuestrados políticos
militares, policías y civiles, sin esperanza alguna de recibir un tratamiento
justo y los 200 homicidios cometidos contra otros tantos secuestrados muertos
en las mazmorras del régimen.
2) Los piquetes protegidos por la
Policía que cometen cinco delitos en concurso real cada vez que cortan una
ruta, una autopista o una calle.
3) Y la impunidad con que los
funcionarios roban, siendo algunos denunciados pero ninguno es condenado.
Y como dijo la usurpadora al
festejar el fraude exitoso de Octubre del 2011: "¡Ahora vamos por
todo!". "Ir por todo" es la explicitación de la inseguridad
jurídica total. Nada es de nadie y todo es de ellos. Inclusive la vida ajena.
* * *
A pesar de que todo esto es de
una evidencia solar, "La Nación" en un editorial de hoy 26/4/2012, al
referirse al asunto, cambia el significado de la amenazadora frase y la cita
cortada y como si fuera apenas un reproche a la "comunidad de
negocios" que habría "pergeñado" la idea de "seguridad jurídica"
"que son apenas y simplemente *palabras horribles*..."que no deberían
inquietar demasiado a los hombres de gobierno". (loc. cit, pag. 20).
Y para atenuar aún más el ex
abrupto siniestro del lenguaraz marxista es calificado por el diario como una
"reflexión desafortunada".
¡¿Sólo eso?! Si es sólo eso, no
hay qué preocuparse. "Reflexiones desafortunadas" ocurren todo el
tiempo, sin ir más lejos el editorial que comento es ciertamente un editorial
"desafortunado", "to say the least", para decir lo menos.
Para colmo el diario continúa con
una larga jeremiada acerca de la democracia ya que según la idea del poco
afortunado redactor de la macarrónica nota, la única afectada por la amenaza de
Kicillof es la democracia. En vez de
alertar a sus lectores sobre el peligroso significado de la expresión del
funcionario-agitador y agresivo marxista, se dedica a redactar una pequeña
composición de instrucción cívica sobre lo que es una democracia y cómo se cae
en la "arbitrariedad y en la intimidación" cuando se la abandona.
"La Nación" sabe
perfectamente que ninguna de las características librescas de la democracia se
cumple hoy en la argentina. Aquí hay una "dirigencia" corrupta e
inepta que monopoliza el poder mediante una ley proscriptiva de candidaturas,
el pueblo es un convidado de piedra que vota a desgano y cuya voto es
distorsionado por el fraude más escandaloso ejecutado de varias maneras,
incluyendo el soborno de los vagos mediante "planes sociales" varios
y, sobre todo, por los trucos electrónicos de firmas de dudosa catadura como
INDRA, la actual encargada de cometerlo, las garantías constitucionales no
existen porque no hay Poder Judicial independiente, las leyes las dictan
legisladores ignorantes y venales que han desertado hace rato de su deber de
asistir a sesiones ordinarias para debatir los proyectos y cuando votan lo
hacen a órdenes del Poder Ejecutivo, etc. etc. etc.
"La Nación" finge que
su libertad de prensa está perseguida, pero me extrañaría que lo fuera
realmente viendo el gran servicio que le presta a la tiranía barriendo debajo
de la alfombra los grandes delitos que ésta comete y entreteniendo a sus
lectores con "sagas" inofensivas como la de Boudou y con interpretaciones anodinas de los hechos más graves,
como esta brutal declaración de Kicillof.
Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com
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