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viernes, 8 de junio de 2012

CACEROLAZOS AL CANTO DE: “SE VA A ACABAR, LA DICTADURA DE LOS K”


“Argentina Despierta”, fue el cartel más visto del último cacerolazo. Miles de personas se agolparon en la Plaza de Mayo, en diversos lugares de la Capital Federal y del interior del país, en protesta contra el gobierno, el día jueves 7 de junio de 2012, tal como había sido autoconvocado por las redes sociales. "Se va a acabar, se va a acabar la dictadura de los K", fue la consigna más escuchada.

ANTECEDENTES INTERNACIONALES
Si se analiza la temática bajo la óptica internacional, el Gobierno argentino está padeciendo un efecto similar de protesta (aunque sin violencia todavía) al del régimen sirio de Bashar Al Assad, en que se exige la renuncia de los gobernantes y la apertura de un proceso democrático. El caso argentino mezcla el reclamo activa de un cacerolazo, con las pacíficas protestas actuales de Europa.
Se trata del tercer cacerolazo masivo autoconvocado en un plazo de ocho días que padece el Gobierno de Cristina Wilhelm. Hay quienes especulan en que la situación política de Argentina podría derivar a los trágicos sucesos de Libia o de Egipto, que acabaron con el régimen de sus gobernantes, con la masacre de Muammar Khaddafi. Hay que ser muy valiente hoy para estar en el poder.
La presidente Cristina Wilhelm siguió los acontecimientos desde la Casa Rosada, donde bajó la orden a las organizaciones oficialistas de "no intervenir", por entender que las consecuencias de un posible enfrentamiento podrían ser peores que el "cacerolazo". De suscitarse una violencia, ésta previsiblemente llevaría al descontrol con imprevisibles consecuencias.

AUTOCONVOCADOS
Unas 4000 personas golpeando cacerolas se autoconvocaron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, y grupos de varios cientos se concentraron en la intersección de las principales avenidas de la ciudad y frente a la residencia presidencial en Olivos.
Las imágenes de la Plaza de Mayo daban la sensación de que en su totalidad estaba ocupada.
La protesta no es partidaria, y ningún partido político se atribuyó la organización de las protestas. Los partidos políticos son indirectamente repudiados en esta manifestación, ya que por acción u omisión son cómplices del régimen de Gobierno.
Medios locales informaron de la convocatoria de protestas similares en varias ciudades del interior del país, como por ejemplo en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
la presidenta Cristina Kirchner siguió los acontecimientos desde la Casa Rosada, donde bajó la orden a las organizaciones oficialistas de "no intervenir", por entender que las consecuencias de un posible enfrentamiento podrían ser peores que el "cacerolazo".

CENSURA EN TWITTER
Este tercer cacerolazo ha sido más multitudinario que los dos anteriores, realizados el 31 de mayo y el 1 de junio, con sólo una semana de distancia. La convocatoria fue realizada principalmente por Facebook y Twitter.
La tensa situación se trasladó a Twitter, donde miles de usuarios siguen la manifestación y se suman con mensajes contra el Gobierno. Además, denuncian censura por parte de la red social al hashtag #cacerolazo.
Así se expresan los internautas, para eludir la censura: "Han bloqueado la palabra #CACELORAZO usen #CAC3ROLAZO"

CARTELES
Los manifestantes portaban carteles con diversas consignas, algunos contra la corrupción, otros por la restricción de los dólares, por la inflación no declarada oficialmente, y también contra la inseguridad e incluso contra la política educativa del Gobierno.
"Cristina, devuelvan el país"; "Por la libertad argentina" y "Cansancio de los honestos", fueron algunas de las consignas exhibidas por los manifestantes en carteles que llevaron a la Plaza de Mayo.
Uno de los manifestantes llamaba la atención disfrazado con un traje confeccionado con dólares falsos con el rostro de Aníbal Fernández.
Las críticas se centran en la impunidad y el desparpajo con que el Gobierno exhibe el fruto de patrimonios inexplicables, como los más de tres millones de dólares que la Presidente afirmó poseer en un plazo fijo, el caso de Amado Boudou, o el de los hermanos Schoklender y Madres de Plaza de Mayo con Hebe de Bonafini a la cabeza, por sólo nombrar algunos casos.
Los llamados "cacerolazos" surgieron en Venezuela como una forma de protesta contra el gobierno izquierdista de Hugo Chávez, sin fruto positivo alguno al presente, y fueron adoptados por los argentinos durante la crisis de 2001. Sin embargo, el enrarecido clima de Medio Oriente parece empezar a extenderse en nuestro país.

EN TODA LA CAPITAL
Las manifestaciones en la Capital Federal tuvieron su centro en varios barrios, como Recoleta, Palermo y Belgrano, en la avenida 9 de Julio y en la Plaza de Mayo, mientras que varios cientos de personas se concentraron frente a la residencia presidencial de Olivos.
Los manifestantes cortaron el tránsito en algunas de las más importantes avenidas de la capital, entonaron el himno nacional y corearon consignas contra el Gobierno.
Los vecinos también salieron a la calle en Caballito (avenida Juan B. Alberdi al 1200), San Telmo y Barracas, donde vecinos se concentraron en el cruce de Montes de Oca y Martín García. En la mayoría de los casos, se sumaron a la ruidosa protesta manifestantes ubicados en balcones y también automovilistas que transitaban por el lugar.

EN MENDOZA
El grupo de manifestantes autoconvocados creció y más un centenar personas llegaron al Km 0 de Mendoza para protestar por el cepo al dólar, inflación, inseguridad y la política de gobierno de Cristina Kirchner. Se cruzaron con un grupo K que pretendía defender al Gobierno, y hubo insultos cruzados.
Un manifestante mendocino que pidió ser citado como “un comerciante más” en declaraciones a la prensa, buscando no dar su identidad aseguró que no le interesa el tema del dólar sino “el futuro del país”, mientras otro grupo alertaba sobre un inminente corralito.
“No toleramos más la falta de libertad, queremos comprar dólares y viajar cuando queramos, no cuando lo dispongan ellos (el Gobierno)”, dijo una mujer que prefirió no ser identificada.
Algunos de los manifestantes alzaban carteles por la inflación y muchos se referían al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien culpan de los significativos aumentos de precios.

OFICIALISTAS MENDOCINOS
Desde la vereda de enfrente, militantes de agrupaciones oficialistas que repudian el cacerolazo les respondieron con el cántico “Moreeeeeno, moreeeeeno”.
“Estamos acá para demostrar que el pueblo está con Cristina. Su modelo es imitado por líderes de todo el mundo y el país sigue adelante mientras el mundo se cae a pedazos, como en Grecia o España”, comentó Patricia Vargas al diario Los Andes de Mendoza.
Además destacó: “Yo soy obstetra y mi marido, médico, por lo que económicamente no necesito estar acá; lo hago para demostrar que apoyo un modelo de país inclusivo y solidario”.
Entre los militantes “K” se contaban integrantes de la agrupación La Kolina e intelectuales de Carta Abierta, entre otros. Uno de los integrantes de este grupo, Roberto Follari, dijo que el cacerolazo “es un movimiento que responde a los intereses del PRO y partidos de derecha que solo piensan en su bolsillo. Puede crecer algo más, pero no mucho”.

EN CÓRDOBA
Entre las 19 y las 21 horas, se concentró más de un centenar de personas frente al Patio Olmos de la capital cordobesa, sumándose a la protesta.
El grupo estuvo conformado mayoritariamente por jóvenes y mujeres con carteles manifestándose en contra de las medidas gubernamentales, sin identificación partidaria alguna.
Contra esta manifestación, un minúsculo grupo oficialista que se identificó como “la JP Revolucionaria”, se concentró a pocos metros del lugar para rechazar la protesta, sin que se registraran incidentes.

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