“Argentina Despierta”, fue el cartel más visto
del último cacerolazo. Miles de personas se agolparon en la Plaza de Mayo, en
diversos lugares de la Capital Federal y del interior del país, en protesta contra
el gobierno, el día jueves 7 de junio de 2012, tal como había sido
autoconvocado por las redes sociales. "Se va a acabar, se va a acabar la
dictadura de los K", fue la consigna más escuchada.
ANTECEDENTES
INTERNACIONALES
Si se analiza la temática bajo la óptica
internacional, el Gobierno argentino está padeciendo un efecto similar de
protesta (aunque sin violencia todavía) al del régimen sirio de Bashar Al Assad,
en que se exige la renuncia de los gobernantes y la apertura de un proceso
democrático. El caso argentino mezcla el reclamo activa de un cacerolazo, con
las pacíficas protestas actuales de Europa.
Se trata del tercer cacerolazo masivo autoconvocado
en un plazo de ocho días que padece el Gobierno de Cristina Wilhelm. Hay quienes especulan en que la situación política
de Argentina podría derivar a los trágicos sucesos de Libia o de Egipto, que
acabaron con el régimen de sus gobernantes, con la masacre de Muammar Khaddafi. Hay que ser muy
valiente hoy para estar en el poder.
La presidente Cristina Wilhelm siguió los acontecimientos desde la Casa Rosada,
donde bajó la orden a las organizaciones oficialistas de "no
intervenir", por entender que las consecuencias de un posible
enfrentamiento podrían ser peores que el "cacerolazo". De suscitarse
una violencia, ésta previsiblemente llevaría al descontrol con imprevisibles
consecuencias.
AUTOCONVOCADOS
Unas 4000 personas golpeando cacerolas se autoconvocaron
en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, y grupos de varios cientos
se concentraron en la intersección de las principales avenidas de la ciudad y
frente a la residencia presidencial en Olivos.
Las imágenes de la Plaza de Mayo daban la
sensación de que en su totalidad estaba ocupada.
La protesta no es partidaria, y ningún partido
político se atribuyó la organización de las protestas. Los partidos políticos
son indirectamente repudiados en esta manifestación, ya que por acción u omisión
son cómplices del régimen de Gobierno.
Medios locales informaron de la convocatoria de
protestas similares en varias ciudades del interior del país, como por ejemplo
en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
la presidenta Cristina Kirchner siguió los
acontecimientos desde la Casa Rosada, donde bajó la orden a las organizaciones
oficialistas de "no intervenir", por entender que las consecuencias
de un posible enfrentamiento podrían ser peores que el "cacerolazo".
CENSURA EN TWITTER
Este tercer cacerolazo ha sido más
multitudinario que los dos anteriores, realizados el 31 de mayo y el 1 de
junio, con sólo una semana de distancia. La convocatoria fue realizada
principalmente por Facebook y Twitter.
La tensa situación se trasladó a Twitter, donde
miles de usuarios siguen la manifestación y se suman con mensajes contra el
Gobierno. Además, denuncian censura por parte de la red social al hashtag
#cacerolazo.
Así se expresan los internautas, para eludir la
censura: "Han bloqueado la palabra #CACELORAZO usen #CAC3ROLAZO"
CARTELES
Los manifestantes portaban carteles con
diversas consignas, algunos contra la corrupción, otros por la restricción de
los dólares, por la inflación no declarada oficialmente, y también contra la
inseguridad e incluso contra la política educativa del Gobierno.
"Cristina, devuelvan el país";
"Por la libertad argentina" y "Cansancio de los honestos",
fueron algunas de las consignas exhibidas por los manifestantes en carteles que
llevaron a la Plaza de Mayo.
Uno de los manifestantes llamaba la atención disfrazado
con un traje confeccionado con dólares falsos con el rostro de Aníbal Fernández.
Las críticas se centran en la impunidad y el
desparpajo con que el Gobierno exhibe el fruto de patrimonios inexplicables,
como los más de tres millones de dólares que la Presidente afirmó poseer en un
plazo fijo, el caso de Amado Boudou,
o el de los hermanos Schoklender y
Madres de Plaza de Mayo con Hebe de Bonafini a la cabeza, por sólo nombrar
algunos casos.
Los llamados "cacerolazos" surgieron
en Venezuela como una forma de protesta contra el gobierno izquierdista de Hugo
Chávez, sin fruto positivo alguno al presente, y fueron adoptados por los
argentinos durante la crisis de 2001. Sin embargo, el enrarecido clima de Medio
Oriente parece empezar a extenderse en nuestro país.
EN TODA LA CAPITAL
Las manifestaciones en la Capital Federal tuvieron
su centro en varios barrios, como Recoleta, Palermo y Belgrano, en la avenida 9
de Julio y en la Plaza de Mayo, mientras que varios cientos de personas se
concentraron frente a la residencia presidencial de Olivos.
Los manifestantes cortaron el tránsito en
algunas de las más importantes avenidas de la capital, entonaron el himno
nacional y corearon consignas contra el Gobierno.
Los vecinos también salieron a la calle en
Caballito (avenida Juan B. Alberdi al 1200), San Telmo y Barracas, donde
vecinos se concentraron en el cruce de Montes de Oca y Martín García. En la
mayoría de los casos, se sumaron a la ruidosa protesta manifestantes ubicados
en balcones y también automovilistas que transitaban por el lugar.
EN MENDOZA
El grupo de manifestantes autoconvocados creció
y más un centenar personas llegaron al Km 0 de Mendoza para protestar por el
cepo al dólar, inflación, inseguridad y la política de gobierno de Cristina
Kirchner. Se cruzaron con un grupo K que pretendía defender al Gobierno, y hubo
insultos cruzados.
Un manifestante mendocino que pidió ser citado
como “un comerciante más” en declaraciones a la prensa, buscando no dar su
identidad aseguró que no le interesa el tema del dólar sino “el futuro del
país”, mientras otro grupo alertaba sobre un inminente corralito.
“No toleramos más la falta de libertad,
queremos comprar dólares y viajar cuando queramos, no cuando lo dispongan ellos
(el Gobierno)”, dijo una mujer que prefirió no ser identificada.
Algunos de los manifestantes alzaban carteles
por la inflación y muchos se referían al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien culpan de los
significativos aumentos de precios.
OFICIALISTAS
MENDOCINOS
Desde la vereda de enfrente, militantes de
agrupaciones oficialistas que repudian el cacerolazo les respondieron con el
cántico “Moreeeeeno, moreeeeeno”.
“Estamos acá para demostrar que el pueblo está
con Cristina. Su modelo es imitado por líderes de todo el mundo y el país sigue
adelante mientras el mundo se cae a pedazos, como en Grecia o España”, comentó Patricia Vargas al diario Los Andes de
Mendoza.
Además destacó: “Yo soy obstetra y mi marido,
médico, por lo que económicamente no necesito estar acá; lo hago para demostrar
que apoyo un modelo de país inclusivo y solidario”.
Entre los militantes “K” se contaban integrantes
de la agrupación La Kolina e intelectuales de Carta Abierta, entre otros. Uno
de los integrantes de este grupo,
Roberto Follari, dijo que el cacerolazo “es un movimiento que responde a
los intereses del PRO y partidos de derecha que solo piensan en su bolsillo.
Puede crecer algo más, pero no mucho”.
EN CÓRDOBA
Entre las 19 y las 21 horas, se concentró más
de un centenar de personas frente al Patio Olmos de la capital cordobesa, sumándose
a la protesta.
El grupo estuvo conformado mayoritariamente por
jóvenes y mujeres con carteles manifestándose en contra de las medidas
gubernamentales, sin identificación partidaria alguna.
Contra esta manifestación, un minúsculo grupo
oficialista que se identificó como “la JP Revolucionaria”, se concentró a pocos
metros del lugar para rechazar la protesta, sin que se registraran incidentes.
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