Por Emilio
Nazar Kasbo
Según una
propuesta publicada el 9 de Febrero de 2012 por un profesor estadounidense de
economía, el conflicto entre Gran Bretaña y Argentina sobre las Malvinas tiene
una solución pragmática: convocar un referéndum y que “Buenos Aires” compre
cada uno de los votos por medio millón de dólares.
¿COMPRAR
KELPERS?
¿Acaso
aceptarían los kelpers medio millón de dólares cada uno, a cambio de un
incierto voto para ser argentinos?¿Cuánto cuesta un kelper? ¿No se podrá regatear el precio, ya que son ciudadanos de segunda?
Si se
realizara tal propuesta, ¿no ofrecería Inglaterra el doble o el triple por
voto, y la Argentina perdería? ¿Se puede comprar la voluntad de un súbdito inglés
descendiente de los piratas usurpadores que sustituyeron a la población
original? Inglaterra tiene mejores condiciones que Argentina para ofrecer
dinero, ya que Londres es uno de los centros desde los cuales se manejan los
Bancos Centrales del mundo, incluyendo el de Argentina, disponiendo cuánto
dinero circulante debe haber en cada país. La misma propuesta es una locura
para la Argentina, y a la vez es una oportunidad para los planes de Gran
Bretaña.
Según el
economista, la operación costaría unos 1.600 millones de dólares a las arcas
argentinas, teniendo en cuenta los poco más de 3.000 habitantes en las islas,
calculó Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la universidad Johns
Hopkins y miembro del instituto ultraliberal Cato en Washington.
“MUCHA
TEOLOGÍA”
"Saquemos
la disputa sobre las Falklands (Malvinas) del territorio de la 'mucha teología'
(en castellano en original), pensemos creativamente e intentemos diseñar
tratados basados en criterios de mercado", propone Hanke en un artículo
publicado en el diario indonesio Jakarta Globe y difundido por su universidad.
Evidentemente,
sabe cuál es la incidencia teológica bajo el realismo tomista para la Argentina
en la cuestión Malvinas, y asimismo, debe conocer la incidencia de la teología
calvinista materialista para Gran Bretaña. Efectivamente, el componente “Teológico”
es muy elevado: los anglicanos mayoritarios en Inglaterra hoy están aceptando “obispas”,
mientras que los católicos mayoritarios de Argentina conservan aun el rechazo a
posturas surgidas de la “libre interpretación”, calificada de herética por el
Magisterio. ¿Puede obviarse este elemento de “mucha teología”? Evidentemente,
no.
La ortodoxia católica está manteniendo una diferencia teológica con la
heterodoxia herética anglicana, ya que ambos utilizando la misma palabra Dios e
incluso reconociendo ambos a la Santísima Trinidad, no coinciden en la extensión
de los atributos de Dios y de la obediencia a El en materia litúrgica, moral y
en la conservación de Tradición, siendo la figura del Papa decisiva en todo
esto, confrontada con las máximas autoridades del anglicanismo. Y esto es así
aunque en forma directa nada tenga que ver el Vaticano ni el Papa en la
específica cuestión de la usurpación pirata de las Malvinas por los ingleses en
1833, reiterada en 1982. El Dios calvinista bendice al que tiene dinero, y por tanto al pirata, al usurero y al usurpador... el Dios católico rechaza todo eso y no acepta adorar al Becerro de Oro.
Efectivamente,
el “criterio del mercado” calvinista no es aplicable a la Argentina, y esa es
la gran diferencia entre un soldado argentino en 1982, y un mercenario inglés.
TODO POR
DINERO
Hanke
plantea que ambos gobiernos acuerden primero el referéndum y propongan a los
habitantes si desean mantener el statu quo o convertirse en argentinos. "Ahí
es donde entra el mercado: los 'falklanders' (malvinenses) deberían ser
compensados por Argentina. El referéndum sería organizado de forma que
Argentina ofrecería un incentivo en metálico", explicó en su artículo el
profesor. Argentina debería depositar 500.000 dólares por cada habitante de las
islas (incluidos los menores) en una cuenta en Suiza.
Tal
propuesta es ridícula para la Argentina. En primer lugar, porque el territorio
es argentino, motivo por el cual la restitución de lo usurpado por Inglaterra y
sus ciudadanos no genera derecho alguno a “compensación”, mientras que durante
todo el tiempo que dura el acto de piratería inglés, Gran Bretaña se apodera de
los recursos naturales de la zona y los explota, en daño a la Argentina.
Si la
Argentina ofreciera 500 mil dólares, Inglaterra tranquilamente les podría
ofrecer 2 millones de dólares a cada uno, que saldrían de los mismos recursos
naturales explotados en la zona, donde ejerce un control que la Argentina no
tiene sobre el resto de la propia plataforma submarina. Y solo ese hecho le daría
un falso derecho a continuar el “statu quo”, a seguir explotando los
territorios usurpados por sus actos de piratería.
NEGOCIANDO
CON PIRATAS
El profesor
plantea que si el referéndum lo ganara Argentina con un porcentaje mínimo
acordado, que Hanke sugiere sea del 80% de los votantes registrados, las sumas
serían transferidas "y la soberanía de Argentina sería establecida sin
ambigüedad", explicó. "La suma de 500.000 dólares es arbitraria, un
punto de partida. La cifra debería ser negociada antes del referéndum",
explicó Hanke en un correo enviado a la AFP.
¿Aceptaría
acaso el 80% de los ciudadanos ingleses de segunda de Malvinas renunciar a su
espíritu patriótico heredado de sus ancestros usurpadores de esos territorios?
Indudablemente, la maniobra pirata tiene un condimento que parece nunca acabar.
La misma
propuesta no merece ser considerada siquiera en niveles gubernamentales
argentinos, aunque Inglaterra y Estados Unidos la vean útil, precisamente
porque poner en juego “la voluntad de los pobladores”, es otorgarles una
condición que no tienen: la de personas independientes o indiferentes.
Los kelpers
son ingleses, y no se le puede pedir la opinión a un inglés de continuar siéndolo,
ya que es su propia identidad. Un sorteo sería más seguro que tal propuesta,
porque en ésta juegan dos factores: primero la identidad de los kelpers, y
segundo la suma de dinero propuesta que cede como en un remate ante la oferta
mayor (que puede ser directa o indirecta, es decir, ofrecida incluso por fuera
del eventual convenio que permitiría el plebiscito).
Sin
embargo, resulta casi indudable que con los arquetipos de delincuentes que
tenemos por gobernantes, si se planteara el referéndum e Inglaterra pagara 500
mil dólares a cada ciudadano argentino para ser un súbdito de cuarta de la
Corona Británica, tal vez lograrían su propósito de convertirnos en una
colonia. Con un poco de propaganda en el programa de Tinelli y de Susana Giménez,
sería suficiente… los argentinos ya tienen no sólo tan poca espiritualidad,
sino ya tan pocas neuronas consumidas por el paco, que realmente nos convertiríamos
en una carga para el Imperio Inglés, motivo por el cual éste seguramente no
aceptará la propuesta que acabo de realizar.
La
propuesta concreta del plebiscito nacional sería la siguiente: “Señor
argentino: ¿Quiere ser Ud súbdito de la Corona Británica a cambio de 500 mil dólares
depositados en un banco de Suiza, o quiere rechazarlos como lo hicimos durante
las invasiones inglesas a principios del Siglo XIX, y enfrentarlos como hicimos
en 1982?” Yo no pondría igualmente tanta confianza en que ganarían los Británicos,
a pesar de tanta neurona quemada.
TEOLOGÍA... Y UN DICCIONARIO
El profesor
universitario señaló que no conoce casos parecidos, aunque recordó a la AFP el
caso de la cesión de la soberanía de Hong Kong entre China y Gran Bretaña, que
duró casi un siglo (1898-1997).
Estados
Unidos debatió también la idea de proponer una suma de dinero a España por la
compra de Cuba en el siglo XIX, antes de la definitiva guerra de Independencia
que culminó en 1898, según historiadores.
Esta
"solución de mercado" para las Malvinas y otros territorios en
disputa sería una buena manera de resolver conflictos sin derramar sangre,
explicó Hanke.
Lo que
Hanke no aclara, es qué sucede si se pierde el referéndum. Evidentemente, la
concreción de semejante plebiscito implicaría un reconocimiento de la voluntad
de los usurpadores, el principio de reconocimiento de una autodeterminación de
los mismos, y además la posibilidad de extender la usurpación inglesa de modo
indefinido. Ningún beneficio hay para la Argentina en tal propuesta, y sí
existe para Gran Bretaña.
La idea es
descartada in limine, debido a que no se trata de un conflicto entre “tres
partes”, compuestas por el Estado Argentino, Gran Bretaña y los kelpers
ocupantes como súbditos ingleses de las tierras usurpadas, sino sólo entre los
dos primeros.
Los ingleses saben que pueden comprar a un Gobierno... pero que no pueden hacer lo mismo con los argentinos. Muchos somos los argentinos que no nos rendimos ni en 1982 ni con los traicioneros Tratados de Menem y Cavallo. Y parece que los ingleses quieren prender esa chispa "para ver qué pasa"...
El conflicto no es meramente por un territorio, el conflicto es por cosmovisiónes. Y es que
hay cosas que no tienen precio, tales como la Fe, la Identidad, la Soberanía,
el Honor, la Dignidad, y todas esas cosas que los gobiernos ingleses
desconocen. Mal no les vendría un buen diccionario para que puedan enterarse qué
significan esos vocablos… porque en la cuestión Malvinas, efectivamente, “hay
mucha Teología”.