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jueves, 10 de enero de 2013

EL COMANDANTE DE LA FRAGATA LIBERTAD, EN LA MIRA



Publicado el día 9 enero, 2013

La fragata Libertad llega hoy a Mar del Plata. Tras un largo período retenida en puerto extranjero, Mar del Plata se prepara para recibirla con toda la fanfarria de choripanes, marcha peronista y la mismísima presidenta, que hasta el momento no había pisado su cubierta.

Los minutos previos a la entrada del puerto de Ghana merecen el mayor análisis, por las implicancias del mismo. Reiteradas comunicaciones hechas al comandante de la fragata Libertad advertían sobre lo que ocurriría si continuaban acercándose al puerto que los apresaría. Comunicaciones hechas desde el ámbito diplomático, la Armada y algún miembro de la marina de Ghana advertían una y otra vez el error del derrotero afrikano. 
Su comandante Pablo Lucio Salonio había diseñado un plan para eludir el embargo y llevar su nave y tripulación a aguas seguras, es decir, Aguas Internacionales. Comunicaciones de último minuto entre la fragata y Cancillería hicieron abortar el plan de Salonio. Visto los resultados de la inoportuna orden de cancillería, fué la peor decisión tomada por Timmerman en su larga historia de desaciertos. 
Finalmente la fragata amarró en puerto de Ghana. Pese a las pocas ganas del capitán Salonio. Un soldado es un soldado, después de todo. Las órdenes están para ser cumplidas. El minuto fatal. Ese minuto de fatal arrogancia de Timmerman pese a las evidencias consideradas. 
Pese a las advertencias hechas por el capitán de navío Salonio al canciller argentino, la fragata Libertad obedeciendo expresas órdenes del Ejecutivo, amarró en Ghana. 
¿Porque Cancillería Argentina precipitó la situación que había advertido como inconveniente el capitán de navío Salonio? ¿Porque esa urgencia por “entregar” la fragata? ¿En que se beneficiaba Argentina con esta aparente “torpeza” del canciller?
El mismo comandante, que ya lleva un año como comandante de la Libertad desobedeció la orden de Cancillería que pidió que los guardias marinas abandonaran su barco vestidos de civil. La valiente decisión del capitán Salonio le granjeó no pocas enemistades dentro de Palacio San Martín y Casa Rosada. 
¿Porque el canciller Timmerman pretendía que los marinos desembarquen vistiendo ropas civiles y no su orgulloso uniforme?
Se escuchan historias casi de leyenda sobre estos ocho meses del capitán Salonio a bordo del buque escuela. La Casa Rosada lo tiene centrado. Incluso se pensó en condecorarlo, pero a la luz de tantas desobediencias…es probable que esto no suceda. Los Rebeldes no son bien vistos en gobiernos con características dictatoriales. Para los que se adaptan a los caprichos, todo. Para los otros, nada. 
¿Debiera el capitán Salonio rechazar la condecoración en caso de que esto finalmente ocurra? 
Debiera aceptarla, pues finalmente un militar debe cumplir órdenes de su Comandanta en Jefa, aunque sean desatinadas y generen consecuencias para el país y la tripulación. 
¿Que frío correrá por las venas de ese capitán cuando se enfrente cara a cara con las personas que “entregaron” la fragata torpemente, sin medir mínimamente las consecuencias de sus actos?
Esperemos un futuro venturoso para el capitán Salonio dentro de la Armada Argentina. Personas de estos kilates, una vez encontradas no deben ser abandonadas a su suerte y a un gris retiro. El ejemplo del capitán Pablo Lucio Salonio servirá para futuras generaciones de marinos que aprenderán lo que significa cuidar buque y tripulación, además de buscar soluciones a los problemas que se presentan cotidianamente. Solo el tiempo..develará la misteriosa decisión de nuestro canciller Timmerman y su “distraida” entrega de la Libertad a un puerto prácticamente desconocido. 
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Por Anton Barreneche para La Gazeta de Concordia


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