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jueves, 4 de julio de 2013

SEÑORA PRESIDENTE: COMIENCE APRESTOS PARA SU PROPIO FUNERAL.


Por Carlos Belgrano

Señora:

Es mi propósito dirigirme a Usted, a los efectos de aconsejarle, desinteresadamente por supuesto, que haga los arreglos pertinentes, respecto a su pronta desaparición como conductora, referente y va de suyo, como Primera Mandataria de nuestra deshilachada Argentina.

Y esencialmente, para que medite, acaso por primera vez, en su tenebrosa y azarosa existencia, y sobre su incierto e ineluctable futuro.

La invito, para que mediante un titánico esfuerzo, esboce una reflexión que no este asociada a sus alhajas, guardarropas, ni cuestiones vinculadas a lo doloso de su accionar en el plano crematístico.

Si lo ensaya con esmero, advertirá Usted, el gran e insondable vacío que la rodea.

Y si lo profundiza con arrojo, percibirá su desastrada conducta, que será materia de estudio, por parte de quienes analicen su período de gobierno.

Cuando sus propios biógrafos, no encuentren ningún acicate, para encubrir su falsa condición de Letrada, ni de hija biológica de quien dice ser, ese prefacio será el inductivo para la comidilla que secundará el análisis del resto de sus criminógenas actividades, que le aseguro, pronto cesarán de manera intempestiva.

Como es sabido, que nada tiene más fuerza que la ignorancia, es probable que esta suerte de anticipo que le formulo, no lo alcance a decodificar adecuadamente, por lo que le trazaré una viñeta de un pasado muy remoto, en un lugar muy distante.

Promediando el año 60 de nuestra era Cristiana, una joven viuda y Madre de dos pequeñas, inicio la rebelión de su tribu -Los Isenos- contra las Legiones Romanas, que implacablemente estaban sometiendo a todo el mediodía de las Islas Británicas.

Ese alzamiento, tan cruento como breve, finalmente cayó en un inevitable fracaso, pero la hidalguía de esa Reina tribal, que culminó sus días, recurriendo al suicidio, antes de caer en poder de sus perseguidores, galvanizó el carácter de esos ingleses primarios, que luego de casi tres siglos, pondrían en retirada al Imperio en su apogeo.

Como mucho me temo en su caso, sobre la inexistencia de su mínima formación cultural, no aguardo que se encuentre Usted, en aptitud para metabolizar adecuadamente esta histórica semblanza, pero supongo que alguien, en algún momento de su inexorable futuro penitenciario, le abonará sobre ello.

Pero sin necesidad de ahondar tanto en paralelismos, debe Usted asimilar en su precario cociente intelectual, que los excesos de los que hace sórdida gala, están a punto de concluir.

Ya que por aplicación de ciertos principios del orden cósmico, que seria tedioso e inútil de explicarle, la gente de su categoría que dice abogar por los carenciados y que en el contrapuesto, no hace mas que mofarse de esas promesas, que finalmente las reemplaza con sus inefables y tóxicas lujurias, no llevan a los de su clase, a otro meridiano que el de la cárcel, sin desdeñar otros como el ajusticiamiento de las propias masas.

Es probable que estas simples reflexiones, antes o después, lleguen a sus oídos.

Y si tal evento, tuviese lugar, haga un acto constrictivo y deduzca el absurdo sentido de haber amasado una incalculable fortuna, que no podrá disfrutar en el averno que la aguarda como su morada final.

Aunque sus acólitos, merced a los previsibles manejos fraudulentos, triunfen en octubre, su derrotero será idéntico.

Con resignación, acepte que su destino no será mas que un horizonte de tragedias, que principiarán para Usted, en el momento que menos lo espere.

Probablemente sus captores emergerán de las entrañas de sus propios pretorianos.

Por todo ello, y mucho maás

SEÑORA PRESIDENTE: COMIENCE APRESTOS PARA SU PROPIO FUNERAL.

Atentamente Carlos Belgrano
lacuchillanacional808@gmail.com

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