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jueves, 13 de marzo de 2014

NÚMEROS QUE ATERRAN Y LA DEUDA SIEMPRE LA DEUDA



Por Silvio H. Coppola

            Javier Llorens, es un estudioso cordobés, que ha publicado varias notas sobre la situación financiera y comercial de nuestro país. Y por supuesto con sus implicancias políticas y sociales. En un trabajo muy elaborado, escrito en enero de este año y hecho conocer a través de Internet, titulado “El calamitoso estado de las reservas del Banco Central y el default de la deuda externa privada”, nos presenta números de importancia para saber la situación actual de la Argentina, información retaceada y amañada por nuestro propio gobierno. Complementa así sus informes sobre la balanza comercial en los últimos diez años, donde indicara con plena claridad, que la que pasó no fue una década ganada, sino más bien una “década perdida”, al despilfarrarse el saldo favorable de la misma, estimado en 149.000 millones de dólares.
            Ahora afirma que “Con sólo dar un vistazo al origen y aplicación de los fondos de divisas genuinas que dispuso Argentina entre el III trimestre del 2003 hasta el tercer trimestre del 2013 incluido, se observa que los U$S 149 mil millones de saldo neto que obtuvo en la balanza comercial originados esencialmente por las exportaciones agrícolas, fueron aplicados U$S 63.400 millones al Pago de deuda externa y al FMI. Y U$S 88.200 millones a la “Formación de activos externos por parte de residentes”, o sea a la fuga de divisas”. Nada que sirviera para el desarrollo de la república, ni para la prevención de situaciones de emergencia (v.gr. electricidad, petróleo), ni para solucionar problemas sociales. Las ganancias que produce el país, en vez de constituir la base para una capitalización propia que facilitaría un especial desarrollo industrial, se malogran así para pagar una deuda impagable nunca estudiada legislativamente y para que los residentes en el país, argentinos o no, ayuden con su fuga de divisas a otra gente, en otros lugares y en otros países.  Además los pagos de deuda se fueron completando con fondos proporcionados por organismos del propio Estado, especialmente por el Banco Central, la Anses y el Banco de la Nación  Argentina. Es difícil precisar si se llegó a la increíble suma proporcionada por la señora presidente, cercana a los U$S 172.000 millones de dólares, pero es de suponer que las deudas refinanciadas y no pagadas, entran en la contabilidad nacional, como cancelaciones y toma de nuevos préstamos o sea que con recursos genuinos  exclusivamente no se completan los pagos.
            Ahogado actualmente por la falta de divisas y por la necesidad de solucionar perentoriamente los pagos comunes de la deuda, más los reclamos del Club de París, más las causas en el CIADI (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones, que funciona dentro de la órbita del Banco Mundial) y sobre todo las deudas con los acreedores que quedaron fuera del Acuerdo de Dubai de 2005 y posteriormente en 2010, llamados fondos buitres, el gobierno solamente espera como tabla de salvación,  entrar nuevamente a tasas razonables en el mercado internacional de capitales, para recibir nuevos préstamos, que le permitan pagar viejos préstamos y así poder seguir tirando un tiempo más, viendo como todo parece desplomarse a su alrededor, como pasara en la época del radical De la Rúa y en los últimos días de Pompeya.

LA PLATA, marzo 9 de 2014. 

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