Por Eduardo Mariano Lualdi
Coordinador Nacional del Foro Patriótico y Popular
19 de septiembre de 2010
Hemos señalado en numerosos artículos y conferencias, la necesidad de que la Nación Argentina retome mediante sus representantes, la presentación para la votación de la cuestión Malvinas ante la Asamblea general de la Naciones Unidas.
Hasta 1989 esas presentaciones y sus concurrentes votaciones fueron favorables para la Argentina, incluso en 1982, pocos meses después de la guerra colonial que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte nos impuso con motivo de la reconquista del ejercicio pleno de soberanía de nuestros territorios usurpados en 1833.
Fue en octubre de1989 cuando, previa gestiones del Canciller Dante Caputo bajo el gobierno del Dr. Alfonsín Foulkes y luego del Dr. Domingo F. Cavallo durante el primer gobierno del Dr. Menem, se suscribió el primer Acuerdo de Madrid, seguido del de febrero de 1990. (Ver Los Tratados de paz de la Guerra por las Malvinas, Dr. Julio C. González). Luego le siguieron Acuerdos secretos en los que se impuso de parte de Gran Bretaña, entre otras humillaciones a la Nación, el fin de dichas presentaciones ante la Asamblea General y por consiguiente de las resoluciones pertinentes, y a pesar de disponer de agenda abierta en ella. La cuestión Malvinas quedó reducida al llamado Comité de los 24, órgano consultivo de nivel inferior a la Asamblea y carente de toda capacidad resolutiva.
De los Acuerdos de Madrid deriva el paraguas de soberanía impuesto por los británicos y el control de policía de nuestras FF.AA. Estos Acuerdos oprobiosos fueron seguidos de otros tan lesivos para nuestra soberanía como los de pesca, estudiados con suma profundidad por el Dr. Cesar Augusto Lerena en su obra “Malvinas, biografía de la entrega. Pesca la moneda de cambio”; o la Ley de Garantía a las inversiones británicas por la que la Argentina se compromete a “garantizar” las inversiones (¿?) británicas en nuestro territorio otorgándole, por si acaso, la condición de nación más favorecida. Todos esos Acuerdos públicos y secretos que lesionan nuestra dignidad nacional, que recortan nuestra soberanía e imponen el actual estado de indefensión nacional, están plenamente vigentes.
Se recordará la llamada Constitución Europea puesta a consideración de los votantes europeos en 2005. En ese pretendido texto constitucional europeo, nuestras Islas Malvinas, San Pedro, Santiago, todos los archipiélagos australes y nuestro sector Antártico aparecen bajo soberanía británica asociados a la Unión Europea con el disfraz de relaciones económicas. El intento de 2005 fue votado en España favorablemente y en nuestro territorio por lo españoles residentes en el país con el acuerdo de nuestro gobierno y sus diplomáticos, los mismos que negociaron el conjunto de Acuerdos públicos y secretos que han postrado a la Nación frente a su agresor colonial. La decisión de imponer un texto constitucional de la UE fracasó por disensos intraeuropeos y no por la cuestión colonial de la que las potencias europeas no solo no reniegan, sino que sostienen y defienden.
En 2007 la cuestión fue retomada por la Sra. Merkel, primer Ministro de Alemania y quien tenía en ese momento a su cargo la UE. El trámite esta vez fue abreviado -los propios europeos caracterizaron el remozado texto como una Constitución abreviada-, y suscrito el 13 de diciembre de 2007 en el llamado Tratado o Acuerdo de Lisboa. Allí las potencias europeas sostienen que nuestros territorios usurpados son territorios de ultramar británicos asociados a la UE, considerando a nuestro país con respecto a ellos, un “país vecino” o “tercer país”. Lo que llevó a la diplomacia británica en Buenos Aires a manifestar que “el Tratado solo refleja que la realidad es la realidad y que las Islas son británicas”. Se desarrolló paralelamente la cuestión de la plataforma continental, tema que promovimos para el conocimiento de la opinión pública junto a otros destacados ciudadanos, porque estaban, y están, comprometidos varios millones de kilómetros cuadrados de territorio nacional. El gobierno supuso la posibilidad de una presentación conjunta o complementaria, como fue el caso cantábrico. Este proyecto fracasó totalmente y la Argentina presentó a tiempo los estudios. Pero no logramos que el gobierno argentino denunciara la pretensión británica de ser reconocido como país ribereño en nuestras aguas, condición ineludible para poder presentar ante al Comisión de Limites de las Naciones Unidas los trabajos sobre la Plataforma Continental de los territorios usurpados. De tal forma el Reino Unido realizó sus presentaciones, logró así un gran triunfo político y avanzó en su objetivo de usurpar más de 5.000.000 de kilómetros cuadrados de territorios argentinos.
Se sostenía por entonces, de parte de funcionarios argentinos, que la Argentina tenía problema de límites con tres naciones: Chile, Uruguay y Gran Bretaña. Solo en los dos primeros casos es acertada la caracterización de posibles controversias sobre las presentaciones de los estudios de las plataformas correspondientes, es decir los casos de Chile y Uruguay, que son naciones hermanas. Con el Reino Unido de Gran Bretaña la Argentina no tiene un problema de límites, sino que sufre la ocupación militar colonialista por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, ahora bajo el paraguas de la Unión Europea y en alianza estratégica con EE.UU., que desplegó contemporáneamente su IV Flota, uno de cuyos destinos es esta porción del Atlántico Sur.
Esta formulación de boca de funcionarios argentinos de significativas responsabilidades, se corresponde con la afirmación sostenida y reiterada por el gobierno nacional de que la Argentina no tiene hipótesis de conflicto. Una curiosidad, siendo la Argentina una nación con parte de su territorio ocupado por una potencia militar extranjera, amenazada su soberanía marítima, el Sector Antártico Argentino y la propia Patagonia Argentina. Esta carencia de hipótesis de conflicto se suma a la divagación teórica de un “sistema de defensa defensivo”, una “tesis estratégica” que nadie ha podido explicar con mediana seriedad.
La diplomacia de la rendición incondicional fue seguida como la sombra al cuerpo por la destrucción del sistema de Defensa Nacional. El sistema de defensa nacional comprende al conjunto de elementos indispensables para garantizar la existencia de nuestra nación de modo soberano, es decir, garantizar la independencia nacional. Este sistema reúne la industria de Defensa militar y sus correspondientes campos de investigación y desarrollo; fuerzas militares para la defensa nacional, tierras de frontera e institutos de formación y capacitación para la formación de personal dedicado a la defensa nacional, entre otros. En lo que respecta a la Defensa Nacional, lo que no se prepara no se tendrá en el momento de ser necesario. Esta simple enseñanza surge, por ejemplo, de los acontecimientos de 1806, cuando unos 1500 soldados británicos tomaron una plaza de más de 40.000 habitantes prácticamente sin combate; fue necesario que el pueblo se insurreccionara constituyéndose en ejército ciudadano, para que el invasor fuera expulsado y nuevamente derrotado en 1807. Allí nacieron las fuerzas militares de la Revolución que se constituiría en gobierno patrio en 1810, y daría inicio a la larga guerra de emancipación continental contra el colonialismo español.
El último avance de la política de indefensión nacional son los proyectos para la desactivación de los Liceos Militares dedicados, especialmente, a la formación de personal militar de reserva. Si el gobierno nacional considera que la ocupación militar colonialista de su territorio no constituye hipótesis de conflicto y por lo tanto no requiere de un sistema sólido y activo de defensa nacional, menos a de valorar la necesidad de formar personal militar de reserva. En vez de promover una formación castrense basada en los principios patrióticos, democráticos y populares surgidos de las victorias de 1806 y 1807, y de los ejércitos emancipadores organizados y conducidos por Belgrano, San Martín, Güemes, Artigas, Arenales, etc. (y que nada tienen que ver con la Dictadura como pretendió identificar Videla en su vergonzoso alegato en uno de los tantos juicios a que está sometido por las gravísimas violaciones a los derechos humanos entre 1976 y 1983), se avanza en la liquidación del sistema de defensa nacional. El personal de nuestras FF.AA. es obligado a prestar servicio como policía bajo las órdenes de potencias imperialistas en las llamadas misiones al exterior impuestas por el Dr. Menem y el Gral. Balza y defendidas por el actual turno gobernante, y a participar de ejercicios militares a las órdenes de esas potencias como el realizado hace pocos tiempo atrás en Perú, y que constituyó una directa amenaza a las naciones hermanas de Ecuador y Venezuela. Justamente a la orden de la potencia imperialista (EE.UU.) que asistió a Gran Bretaña para matar a nuestros 649 compatriotas en Malvinas.
En lo que respecta a la extranjerización de tierras, la Federación Agraria Argentina refiere la friolera cifra de más de 17 millones de hectáreas en manos de potencias extranjeras. La Ley que imponía la condición de seguridad a las tierras de frontera desde 1944, fue derogada por el menemismo y su derogación se mantiene plenamente vigente. Es el actual jefe de Gabinete, Dr. Cr. Aníbal Fernández quien tiene las facultades para la entrega de los recursos territoriales a manos extranjeras.
Un hito en la destrucción de la industria estratégica y por lo tanto clave en lo que hace a la Defensa Nacional, fue la liquidación de YPF. El menemato, acompañado por el kirchnerismo, logró liquidar una empresa fundamental para la relativa autonomía que la Argentina tuvo. Se cumplió así un objetivo estratégico de la dictadura: liquidar la Argentina industrial, tecnológica y científica, como señaló oportunamente el Dr. Julio Carlos González. Fue el kirchnerismo quien garantizó el número para la votación crucial en el Parlamento y el miembro informante el Dr. Parrilli, actual Secretario de la Presidencia de la Nación. Menemistas de ayer y kirchneristas de hoy, festejaron la destrucción de YPF, la gran empresa del patrimonio nacional. A la liquidación de la empresa estatal petrolera, le precedieron la enajenación de la empresa de telecomunicaciones (ENTEL), sistemas ferroviarios, SOMISA, Fabricaciones militares, Marina Mercante, etc., y le continuaron todas las otras que integraban el patrimonio de la nación o de las provincias. De la mano de esos gobiernos gerenciales se cumplió lo augurado por Alfredo Martínez de Hoz, el ministro de la dictadura impuesta tras el golpe de Estado de 1976.
El kirchnerismo fue parte de esta entrega vil del patrimonio nacional y de la liquidación de su sistema de defensa. Mantiene a rajatabla las imposiciones de las grandes potencias cristalizadas en los Acuerdos de Madrid y los Acuerdos secretos suscriptos por una dirigencia claudicante y corrompida. Aun hoy, la Argentina sufre el "castigo infinito" impuesto por las potencias mundiales, por su osadía de recuperar los territorios de manos del colonialismo británico.
Hay que señalar que la única empresa estatal de defensa nacional que no pudo ser liquidada fue el Astillero Río Santiago, fundado por el Gral. Perón en 1953; mérito de sus trabajadores y todo su personal. Hoy el gobierno de la Dra. Kirchner y su ministro de Defensa Dra. Nilda Garré, le niegan la construcción de las Patrullas Oceánicas Multipropósito (POM) y la reparación del buque Rompehielos Almirante Irizar, naves indispensables para empezar a garantizar, por un lado, cierta defensa del patrimonio ictícola depredado por las pesqueras extranjeras y nuestra presencia antártica seriamente comprometida por estas políticas de indefensión y claudicación nacional.
Es el Astillero Río Santiago y su personal el más idóneo y capacitado para garantizar la construcción de las POM y la reparación del Irizar, por sus habilidades y conocimientos técnicos y su probado patriotismo.
Toda la cuestión sobre la defensa nacional y la causa de Malvinas está, además, íntimamente vinculada a la cuestión de la deuda externa usuraria y fraudulenta impuesta a la Argentina desde 1976 a la fecha y de la que el gobierno de los Drs. Kirchner ha resultado los mejores pagadores de los últimos tiempos. El propio gobierno entregó la negociación de la deuda mediante la gestión de Boudou a tres bancos imperialistas, uno británico, el Barclays Banck, accionista de la empresa petrolera que lleva adelante las perforaciones en Malvinas.
Proponen para el 2011 utilizar, de las reservas del Banco Central, 7.500 millones de dólares para el pago de esa estafa sideral al pueblo argentino. Conviene releer el pedido de nulidad absoluta de la deuda externa que los Drs. Espeche Gil, Julio Carlos González, Graciela González y Néstor Forero, presentaron en defensa de los interese superiores de la Nación Argentina.
Al tiempo que se niegan a otorgar el 82% móvil a los jubilados y el dinero para construir las POM, reparar el Irizar al ARS, o presupuesto suficiente para equipar a nuestras fuerzas de defensa nacional, millones de dólares de la riqueza producida por el pueblo laborioso irán a parar a los bolsillos de los usureros internacionales. ¡Hace apenas una semana que otro piloto de las FAA murió por fallas en el avión que piloteaba! Entregan a los usureros 7.500 millones de dólares de una estafa y niegan fondos indispensables para las necesidades fundamentales de la Nación.
Debe tenerse también presente que al tiempo que la indefensión nacional es la verdadera política de Estado, los ingleses siguen perforando nuestra plataforma para robarnos nuestro petróleo. Los británicos acaban de anunciar con bombos y platillos que el petróleo es comerciable y ya disfrutan del aumento del valor de las acciones de las empresas del usurpador. Aun hoy la ciudadanía espera una explicación del gobierno nacional sobre cómo fue posible que la plataforma petrolera Ocean Guardian desfilara por medio planeta sin que diplomáticos, políticos y decenas de burócratas argentinos esparcidos por el mundo, no se enteraran del acontecimiento sino hasta que la maquinaria fue ubicada para los trabajos de perforación. Tampoco hay noticias de cómo fue posible que el Thor Leader partiera del puerto de Campana con caños para la empresa británica que llevaba adelante las perforaciones.
Malvinas es hoy la principal base militar extranjera de América del Sur, siendo Mount Pleasant la base militar del Reino Unido (OTAN) que garantiza el control del paso interoceánico Atlántico Sur – Pacífico Sur y la llave de entrada a la Antártida y de la ruta transpolar. Al mismo tiempo que Mount Pleasant es considerada por los legisladores británicos en el Parlamento de la UE como la más importante de todas las bases militares de ultramar de la UE, sigue funcionando el aeropuerto del magnate Joe Lewis, en Río Negro, cuya pista es mayor que la del Aeropuerto Jorge Newbery en Buenos Aires, y en el que pueden descender aviones de gran porte solo a dos horas de Malvinas, como denunció con enorme valentía la Diputada María Magdalena Odarda. Para que nuestros lectores tengan una referencia, la pista de la Base Militar de Diego García de donde parten los bombardeos B2 y B52 es de 3800 metros, siendo la de Joe Lewis de una longitud aproximada de dos tercios de la misma. Además, Joe Lewis compró 40.000 ha de tierras de frontera para la construcción del aeropuerto, las que le fueron otorgadas por el kirchnerismo; esta propiedad se une en línea recta con otra, en la cordillera: su estancia del Lago Escondido, donde pretende construir otro aeropuerto.
Mount Pleasant y el Aeropuerto de Joe Lewis en Río Negro, se complementan con el despliegue de otras bases militares de EE.UU. y sus aliados en Suramérica. Desde Mount Pleasant se puede operar para atacar a cualquier nación suramericana que el imperialismo inglés o su aliado estadounidense, consideren oportuno en el despliegue militar internacional. EE.UU. y el Reino Unido son dos de las potencias imperialistas que preparan el ataque militar a Irán y que vienen de perpetrar los genocidios de Irak y Afganistán. En un mundo en crisis y en el que crecen los factores de guerra, la precariedad de la Argentina en todo lo que refiere a su sistema de defensa debería ser un asunto crucial para su clase dirigente.
El doble discurso kirchnerista se ha trasladado a la cuestión Malvinas: se habla de Malvinas como la “causa de todos", se agita la bandera de los territorios irredentos y se denuncia incluso en los foros internacionales la ocupación colonial. Todas expresiones acertadas con las que nadie puede disentir. Pero estas expresiones no están acompañadas con medidas simples y contundentes indispensables para que lo que se dice se corresponda con lo que se hace. Todo se reduce a una diplomacia quejosa, que huye por Derecho, y que se conforma con presentar notitas que van a dar a los archivos de los organismos internacionales. En relación a ese doble discurso, no debe olvidarse las manifestaciones del actual poder dominante, en oportunidad del anterior período presidencial, cuando desde la máxima investidura de la Nación se dijo irresponsablemente que la recuperación del 2 de abril de 1982 había sido una “agresión cobarde” contra el Reino Unido de Gran Bretaña, según lo difundió a todo el mundoThe Guardian; expresión esa que generó en el Congreso de la Nación un proyecto de pedido de informe al Poder Ejecutivo Nacional.
No es cierto que el gobierno nacional tenga “las manos atadas” frente al imperialismo ingles. Lo que tiene es un vasto y profundo acuerdo con esta potencia que queda al descubierto alrededor de la cuestión de la gran minería. El abrazo de la Dra. Fernández de Kirchner con la Barrick no es un desliz, es la evidencia de ese acuerdo que hizo, hasta ahora, fracasar nuevamente el proyecto de Ley de defensa de los glaciares. Por la gran minería la Dra. Fernández de Kirchner ha prometido, incluso, desalojar al pueblo de Andalgalá de su actual ubicación, para garantizar la explotación minera a gran escala a la que los catamarqueños se oponen decididamente.
Hay que observar los hechos y no los discursos para definir con claridad los reclamos y los proyectos necesarios para hacer cumplir el mandato de los padres de la patria de tener una nación libre de todo dominio extranjero. Ahí tenemos el caso de Cerro Dragón, la principal reserva petrolera en territorio continental de la Argentina. El kirchnerismo y el gobernador Das Neves le entregaron dicho reservorio a la British Petroleum, inglesa, y Bridas, rusa, unidas en la sociedad Panamerican Energy. Quienes ocupan, usurpan e invaden militarmente nuestros territorios terrestres y marítimos australes, tenían el 60% de la empresa: así sosteníamos la ocupación militar británica regalándoles nuestros recursos hidrocarburíferos. En 1982 los buques petroleros de la British Petroleum fueron parte de la Task Force británica que el Reino Unido envió al Atlántico Sur para su nueva invasión de nuestros archipiélagos
Por el desastre del Golfo de México Brithish Petroleum vende parte de sus activos internacionales. ¿Quién, se informa, pasará a ser el nuevo accionista mayoritario? (ver diario Clarín sábado 19 de septiembre de 2010). La Cnook china: los gobernantes argentinos introducirán así al socialimperialismo chino en el control político y económico de una palanca clave como es el dominio de los recursos hidrocarburíferos de Cerro Dragón, que como fue dicho, es la principal reserva petrolera en territorio continental. Esta compra de parte del imperialismo chino facilitará su ingerencia en nuestra plataforma continental y presencia activa en el Atlántico Sur. La Cnook china adquirirá, según el mismo matutino, las estaciones de Servicio de la empresa Esso, avanzando en su penetración en la Argentina.
Tanto las políticas energéticas hidrocarburíferas como las vinculadas al sistema de transporte ferroviario, desnudan meridianamente que al gobierno no le interesa un proyecto nacional industrialista. La Dra. Fernández de Kirchner acordó la inversión de diez mil millones de dólares para comprar chatarra ferroviaria china, en vez de reactivar una industria madre como es la ferroviaria, que traería revitalización a los pueblos del interior, miles de puestos de trabajo directos o indirectos y una gran recomposición de la industria nacional diezmada por más de 30 años de políticas antiindustrialista. En diversas oportunidades el gobierno de los Drs. Kirchner sinceró su visión del rol de la Argentina en el mundo contemporáneo: un mundo en el que “ya no se puede hablar de independencia, sino de interdependencia”, un “mundo globalizado en el que hay que adaptarse a los nuevos requerimientos productivos”, en el que la Argentina debe construir, en primer lugar, una "alianza estratégica con China", en segundo término con la UE y por último con el MERCOSUR. La nueva oligarquía sojera, de la que participa el kirchnerismo mediante poderosos pooles de siembra, estableció con el imperialismo chino una relación similar a la que tuvo la Argentina en la década del ‘30 con Gran Bretaña y del ’70 con la URSS.
El reclamo de llevar nuevamente para su votación la cuestión Malvinas a la Asamblea General de las Naciones Unidas es parte de un cambio indispensable de la política de desmalvinización imperante hasta hoy. La desmalvinización no puede ser ocultada por los fuegos de artificios de los discursos y las bravatas publicitarias; en la lucha anticolonial una política de queja y rezongo, no solo es insuficiente sino absolutamente estéril. Mientras las potencias usan la “guerra preventiva” para imponer a las demás naciones sus designios, en nuestro país las distintas instancias dirigentes de la Nación se desentienden de decidir medidas tan simples y ajustadas a Derecho como denunciar los Acuerdos de Madrid, derogar la Ley de Garantía a las Inversiones británicas y suspender el pago de la deuda externa ilegítima, usuraria y fraudulenta al usurpador colonialista británico. Esto sería malvinizar y devolverle algo de su dignidad a la Nación y a su pueblo.
Bicentenario de la Revolución de Mayo
1810 - 25 de Mayo - 2010
FORO PATRIOTICO Y POPULAR
Recuperar el patrimonio nacional; establecer la soberanía popular; garantizar la independencia argentina.
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