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domingo, 19 de febrero de 2012

EL USO CIPAYO DE UNA CAUSA NACIONAL



Por el Mayor Hugo Reinaldo Abete


Buenos Aires, 18 de febrero de 2011

Sr. Director

El uso cipayo de una Causa Nacional

En el año 1983, previo a las elecciones que llevaron al poder a Alfonsín, no había plataforma política de ningún partido político argentino que no denostara a las FFAA y lo que estas habían hecho en la guerra contra la subversión y en Malvinas. Quien no lo hiciera, de hecho se estaba marginando de la carrera política. Así pensaba y actuaba la clase política argentina por aquellas épocas: todos contra los militares, todos contra lo que se hizo en la guerra contra la subversión y todos contra lo hecho en Malvinas. Nada de lo que habían hecho los militares debía quedar sin condena social. No importaba si habíamos librado una Guerra Justa o no… todo estaba mal porque lo hicieron los militares.

La consolidación de una democracia antimilitar que se apoyó en estos parámetros, fue alimentando cada vez más el odio hacia todo lo que vestía uniforme y generando una tremenda confusión sobre el verdadero significado de aquellas dos guerras. Y, en lugar de rescatar lo mejor de ellas, los políticos antinacionales y corruptos se encargaron de resaltar para la historia futura, lo peor de las mismas. Dejando de lado  la guerra contra la subversión que, por el momento, no es el motivo principal de este escrito, aunque tiene íntima relación con la de Malvinas, centraremos la atención específicamente en esta última.

En tal sentido, hoy ocurre que el gobierno antimilitar por excelencia que combatió como ninguno a los resabios de las FFAA que les dejaron sus antecesores, de pronto, se encuentra con una importante crisis económica y política que lo obliga a tomar profundas medidas de ajuste que, seguramente, traerán serias consecuencias sociales. Y es ahí, justo ahí cuando surge, una vez más, la necesidad de contar con una causa convocante, algo que esté insito en el corazón de los argentinos y permita llevar la atención de la sociedad hacia otra dirección: Malvinas. Pero ¿cómo hablar de Malvinas si lo hicieron los militares, y todo lo que hicieron los militares, estuvo mal y es materia condenable por parte de los “demócratas”?...

“Debemos malvinizar la política argentina”, dicen ahora en el gobierno (cuando en 1990 y antes también, los “carapintadas” decíamos que había que Malvinizar, nos trataban de fanáticos, fundamentalistas y violentos). Pero como no se puede ir en contra de la realidad, la proclamada y falsa malvinización expuesta por la presidente, no es más que otra muestra del “cipayismo” que caracteriza a la clase política entreguista argentina. Seamos claros, malvinizar sin reconocer a Malvinas como una Guerra Justa, malvinizar sin héroes, sin patriotas y sin soldados no es Malvinizar, es traicionar la sangre derramada y la Gran Causa Nacional que significa Malvinas.

En efecto, volver a poner énfasis en lo peor de la guerra y no en los actos de heroísmo que fueron muchos, denostar lo que para todos los países de Sudamérica es el principal motivo de orgullo por enfrentarnos al poder pirata mundial para defender nuestra legítima soberanía, es hacerle el juego perfecto a Gran Bretaña. ¿“Para qué desarrollar una política para destruir los fundamentos argentinos si ellos mismos son los primeros en destruirlos”?, argumentan los ingleses.

Para deslegitimar la decisión de Galtieri sobre la guerra, nos machacan constantemente de que la misma se tomó para perpetuar en el poder a la junta militar. Y nos recalcan que para ello, los militares recurrieron a una causa convocante como lo es Malvinas, es decir, exactamente lo que hoy está haciendo el gobierno de la presidente.

Es tan claro y tan profundo el sentimiento argentino de que Malvinas es una Causa Nacional, que los políticos siempre tienen in mente, el acertado concepto de que quien logre recuperar para la Patria las islas irredentas, tendrá garantizado un importante lugar en la Historia Argentina amén de asegurase unos cuantos años más en el gobierno.

Lo que no tienen claro es el sentimiento de Patria que mezclan con los negocios espurios, los intereses personales y las actitudes cipayas como las que hoy pretenden disimular bajo el concepto Malvinizar. Las banderas de Malvinas flamean demasiado alto para ser enarboladas por los cipayos que se mueven al ras del suelo.

¡Gloria y honor a todos los patriotas argentinos que supieron defender la Causa de Malvinas durante la Guerra y a quienes hoy, por otras formas continúan librando ese Buen Combate!. 


¡Por cada Día un 2 de Abril!

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.




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